Aún más cambios

Jinnie había tenido un día muy importante, había ido a su primera cita con el cirujano plástico que le ayudaría a sentirse mejor con ella misma.

Habían decidido por comenzar por las dos cosas importantes para ella, aquellas que realmente le molestaban porque disparaba su disforia de género más que cualquier cosa en el mundo.

Se desharía de aquellos genitales que le recordaban que había nacido con el sexo equivocado y se pondría un poco de busto; pero no tanto o sería un problema al bailar, solo quería que se viera bien.

No podía esperar poder usar sus vestiditos, faldas e incluso trajes de baño sin problema alguno.

Y a pesar de que le habían descrito con toda la calma del mundo el procedimiento y no había quedado mucha duda, estaba nerviosa.

Estaba nerviosa porque sentía que todo podía salir mal, todo en su vida salía mal últimamente.

Volteó a ver su tobillo que ya se encontraba un poco mejor para recordar su último mal día.

Aún no sabía que hacer con su madre tampoco...

Comenzó a removerse en su lugar con nerviosismo al tiempo que también jugaba con sus manos.

Llamó la atención inmediata de Namjoon, quién tomó una de sus manos y sonrió.

— Todo estará bien, Misi – dijo como si hubiera leído sus pensamientos.

Pero la verdad era que Jinnie todo lo que quería en esos momentos era un par de mimitos y un biberón de leche de fresa.

— Nam... – dijo con voz suavecita porque aún le daba pena pedir aquellas cosas cuando no se sentía por completo dentro de su Little Space

— Dime, pequeña – contestó dándole una caricia en su mejilla.

— P-p-podrías... Amm... ¿Darme lechita de fresa? – dijo finalmente un poco sonrojada.

Namjoon sonrió, sabía que su pequeña no se sentía tan grande desde que iban de regreso a casa. Pero ahora que habían llegado podía consentirla.

— De acuerdo, mi amor – contestó dándole un beso en la frente.

No tardó en ir a llenar su biberón con aquella leche, ahora se había dedicado a qué nunca faltara en el refrigerador. No volvería a ver a Jinnie llorar por lechita de fresa.

Una vez a su lado Namjoon la había cargado para ponerla en sus piernas y acercó el biberón a su boca.

Jinnie dejó que aquel chico la consintiera. Necesitaba mucha atención para calmar sus pensamientos.

Comenzó a beber su leche viendo directamente a los ojos de Nam, realmente lo amaba con todo su corazón. Tanto como su cuidador como su novio.

A veces se preguntaba cómo era posible que hubiera conseguido a alguien tan lindo y comprensible con ella, la había querido en todas sus etapas y seguía con ella.

Aquello la hizo emocionarse un poco que terminó haciendo pucheritos y un poco de leche cayó por su boca.

Namjoon rápidamente la había limpiado para que no se manchara la ropa y le dio un beso en la nariz.

— Eres muy hermosa, bebé – le dijo haciendo que la pequeña se aventara a él en un abrazo.

— Te quero muchito, Daddy – contestó dándole un beso en la mejilla.

— Yo a ti, corazón – respondió dándole aún más besitos por toda la cara haciéndola reír.

Se escuchó la puerta abrirse dando a conocer que los demás miembros habían llegado.

Mi-Suk se bajó de las piernas de Namjoon y se decidió a correr a recibirlos, pero estuvo a punto de caer cuando sus piernas no le respondieron del todo. 

Taehyung había sido el salvador de la pequeña, quién sonrió sin darle importancia a que casi caía.

— G-gra-cias – dijo con un poco de risa, al parecer se sentía más pequeña de lo que pensaba. 

Tae le pasó la mano entre los cabellos después de asegurarse de que estaba bien, un poco más atrás venía su hermanito más pequeño.

Jimin se encontraba cargándolo, éste tenía su chupete adornando sus labios y sonrió al ver a Mi-Suk.

— ¡Bebé! – gritó ella emocionada alzando las manitas porque quería abrazarlo.

Jimin dejó a Yoonie en el piso para que fuera hacia ella e inmediatamente se abrazaron.

Ver aquella escena hizo dudar un poco a Hoseok, no quería sentirse pequeño pero... Él también quería mimos de Mi-Suk...

— Anda, ve – dijo Jungkook, quién comprendió aquella mirada de parte del rapero.

Se acercó un poco apenado a aquellos dos.

— Misi... ¿Abacito para Hobi? – preguntó no muy convencido.

Ella asintió muy emocionada, quería dar abracitos a todos.

— ¡Los quiero muchito! – dijo ella sonriendo.

La pequeña no sabía lo que había hecho pero aquellas palabras habían sido importantes al más pequeñito de ellos, quién intentó balbucear un "yo también" pero no se entendió nada.

Sin embargo, Jinnie había estado practicando comprender al pequeño Yoonie y había entendido a la perfección.

Tal vez junto a ellos no tenía nada que temer y podía ser valiente.

Solo necesitaba su apoyo.

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