“¡Mira, mira!” Exclamó Hayoung saltando en su lugar mientras le mostraba a su papá las margaritas que había puesto en sus orejas. “Así me veré más bonita.”

“Ya eres muy bonita, corazón.” Dijo Jimin mientras ataba la corbata de Jungkook. “¿No es así, Kook?”

“Hayoung ya sabe que es la niña más preciosa del mundo, tiene mis genes después de todo.”

“¡Pero me parezco a mi mamá!” Dijo Hayoung acomodando sus flores.

“Eres idéntica a ella.” Sonrío Jungkook. “Incluso en lo tardona, estás media hora arreglando tu cabello y no te has puesto tus zapatos, ¿piensas entrar descalza a la ceremonia?”

“Ño.” Negó con la cabeza pero no hizo nada para tomar sus zapatos, seguía ocupada con las flores sobre su cabello.

“Deja que se arregle el cabello, yo le pondré los zapatos, tu ve a sacar el auto.” Ordenó Jimin con una sonrisa, recibió un asentimiento por parte de Jungkook y un beso en la mejilla. “¿Estás ansiosa, Hayoung? Ya terminas el kinder.”

“No.” Dijo con sinceridad. “Ya no podré verte y me darán más taeas. No quiero.” Hizo un puchero mirándolo a través del espejo.

“Siempre podrás verme, nunca te dejaré.”

“Pero no en la escuela.”

“Iré a recogerte.”

“Uhmmm.” Hizo otro puchero. “Quiero que tú seas siempre mi maeto, ¿por favor siiiii?”

“Te ayudaré con las tareas y te enseñaré lo que no puedas, ¿está bien?” La niña asintió ansiosa. “Ahora pongamos estos zapatitos rojos a estos piecitos gorditos, tu papá nos está esperando.”

Está vida tan colorida y alegre era un sueño hecho realidad, para los tres. Jimin, Jungkook y Hayoung se encontraban plenamente felices con su pequeña familia llena de colores y carcajadas. Desde que las cosas habían sido aclaradas el color no había dejado sus cielos, se pintaban de amarillo y rosado por todas los momentos vividos junto a las personas que querían. 

No podían pedir más, este enorme amor que recibían a través de sonrisas y besos era todo lo que necesitaban.

Jimin salió con Hayoung en brazos hacia el auto para dirigirse a su ceremonia de graduación del kinder. El tiempo había pasado tan rápido que no podían creerlo.

Jimin miró a Jungkook de reojo y pensó en el tiempo en dónde no estaban juntos, no podía creer que había vida antes de Jungkook y la felicidad que le trajo, y bien, no podía creer que odiaba a aquel hombre nostálgico y amoroso. Recordaba entre chistes que odiaba al hombre que le hacía feliz, la vida da muchas vueltas.

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La ceremonia de graduación fue una cosa muy adorable, los niños cantaban y agradecían a sus maestras y maestros mientras se abrazaban, Jungkook sonreía cada vez que sus ojos se encontraban con los de su hija. Se sentía vivo, consideraba todo el amor que tenía en su vida y se sentía tan vivo que no podía creer la etapa donde solo quería morir.

De sus cicatrices nació este nuevo hombre agradecido por lo que vivió y lo que viviría. Estaba agradecido por tener a su hija y a Jimin a su lado, a sus padres que siempre lo apoyaron y a sus amigos que nunca lo dejaron, estaba feliz de vivir. Era feliz de amar.

Miraba al pasado con una sonrisa y agradecimiento, mandando un beso al cielo a Naeun por todo lo que le dió en vida. Miraba el presente besando la mejilla de Hayoung y pellizcando sus mejillas. Miraba al futuro tomando de la mano a Jimin y abrazándolo fuertemente por las noches.

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Una vez que la ceremonia de graduación terminó y todas las fotos de recuerdo fueron tomadas por su madre, la pequeña familia fue por un helado antes de ir al parque. Harían lo que Hayoung quería en su día especial.

“Etrañare mucho el kinder.” Dijo manchando su boca con más helado de oreo.

“Pero ahora entrarás a la escuela, ¿no estás feliz?” Pregunto Jungkook limpiando las manchas con una servilleta.

“No.” Negó con la cabeza. “Quiero estar para siempre en el kinder.”

Todos se rieron, después de una conversación de cómo Hayoung extrañara por siempre el kinder la niña terminó con su helado y pidió algo más.

“Antes de ir al parque… quiero ver a mi mamá.” Dijo.

Jungkook asintió, igual estaba en sus planes visitar a Naeun para que Hayoung le contara sobre su graduación.

Al terminar con sus helados volvieron al auto para trazar una nueva ruta. Hayoung estaba ansiosa por hablar con su mamá, quería contarle todo lo que había pasado últimamente y pedirle que los cuide desde donde esté. Tenía mucho que decir.

Siempre se adelantaba apurando a Jimin y Jungkook para que les siguieran el paso, cuando al fin llegaron la niña se sentó en el césped y comenzó a hablar.

“Hola mamá, mira.” Enseñó su diploma y sonrío. “Ya no estaré más en el kinder, eztrañare mucho al maesto Jimin, aunque lo vea todos los días poque vive con nosotros lo eztrañare en la escuela.” Se rió. “Gracias por mandar tanta felicidad a mi papá y a mi, somos muy felices y nos sentimos muy cuidado por ti, cuidanos y cuida a Jimin también. Te queremos mucho. Te mando muchos besos.” Llevó sus manitas a su boca y comenzó a mandar besos al cielo. Los dos adultos sonrieron al ver tal gesto tierno.

Jungkook solo susurro un “cuidanos desde donde estés, Naeun”, apretando la mano de Jimin y sonriéndole.

Del ramo de flores que le habían obsequiado a Hayoung, Jimin sacó un crisantemo y se acercó hacia la lápida de Naeun, se persignó y dejó la flor sobre la lápida.

El gesto significaba que se haría cargo de darle felicidad y seguridad a las personas que más amó en vida, haría feliz a Jungkook y Hayoung, se lo prometía.

Tras el gesto significativo, Jungkook le sonrió y le beso en la mejilla.

Su visita llegó a su fin, la pareja y la niña salieron del cementerio tomados de la mano, Hayoung en medio y la pareja a sus costados.

Eran toda una familia, su amor y felicidad perdurará hasta que el último crisantemo del valle se marchitara.

fin.

y el fin.... jejje quería que sufrieran más peeeeero este jk ya sufrió mucho y merecía su final feliz al lado del hombre que ama.

espero que está historia les haya gustado, gracias por todo su apoyo!!! gracias por su espera, sus votos y sus comentarios, las quiero y aprecio mucho 🩷🩷

nos vemos en próximas historias (ahora retomaré el au de jm católico x jk bad boy) :3