28.

Si bien Jungkook había sido ausente en muchos eventos de la corta vida de su hija, siempre había estado en sus cumpleaños y había tratado de hacer lo mejor que podía; sin importarle gastar el dinero que gastará, siempre le había hecho fiestas muy bonitas. Este año no sería la excepción.

Tiraría la casa por la ventana, la casa de sus padres siendo más específico. Contrató diversos servicios para que el sexto cumpleaños de su hija fuera memorable, los adornos, los globos y los dulces eran los que más habían recibido aplausos por Hayoung, haciéndole sentir como un súper papá. Todos sus compañeros de curso estaban invitados por lo que muchas mesitas habían sido acomodadas por todo el jardín. La temática era sobre Hora de Aventura así que Hayoung estaba disfrazada de la dulce princesa y Jungkook de Jake, todos los niños les sonreían al verlos.

Claro, a la fiesta había sido invitado Jimin, ¿cómo no? Era el maestro de Hayoung, la había acompañado dos años en su travesía por el prekinder y kinder, además, era la nueva persona especial de Jungkook, Jimin tenía que estar allí.

El piloto estaba nervioso por ver a Jimin, se sentía como un tonto con un disfraz de un perro amarillo, bueno, era un tonto en un disfraz de un perro amarillo, se sentia más torpe de lo normal ahora que estaba al pendiente de la aparicion de Jimin. Sus manos comenzaron a sudar cuando lo vió entrar con un regalo en sus manos, su hija corrió a recibirlo y lo trajo de la mano para que saludara a “Jake”.

“Hola.” Saludo conteniendo la risa, se veía tierno en el traje, pero también muy gracioso. “¿Todo bien ahí?”

“Hola.” Sonrío enamorado. “Todo bien, ando muy fresco.” Siguió sus instintos y rió como la caricatura, así logrando que Hayoung y Jimin echarán carcajadas.

“Maesto quiero que vea el castillo.” Lo tomó de la mano para llevarlo al inflable que su papá había rentado, era igual que en la caricatura.

Jungkook suspiro sentándose por el calor, sonrío cabizbajo esperando a sus padres.

Un día como hoy hace seis años atrás Hayoung había nacido, era de noche, recuerda el apuro en el que se encontraba tratando de encontrar todo lo que Naeun había preparado para la llegada de su primogénita. Cuando recogió todo lo que su esposa le había encargado apresurado se fue en su auto al hospital en donde había internado a su esposa, sus padres la acompañaron mientras dilataba y esperaba el momento para que su niña viniera al mundo. Recuerda que al llegar al hospital su mamá lo recibió con un gran abrazo diciéndole que su hija ya había nacido, corrió por los pasillos con las pañaleras y la ropa de Naeun para darles encuentro, cuando llegó a su habitación ambos se sonrieron desde la puerta.

Naeun le llamó con una voz suave, sin fuerzas y pálida, había perdido mucha sangre, le tomó de la mano y le dijo: “Nuestra niña, nuestra hija nació Kook, mírala, es tan pequeña, tan linda.” Ambos lloraron tomándose de las manos, su vida estaba en la cúspide de la gloria y la dicha, ¿qué más podrían esperar? Nada, se sentían completos. “¿Cómo la llamaremos?” Preguntaba Jungkook, recuerda el temblor en sus manos al tomar a su pequeña hija en sus brazos, era tan pequeña e indefensa, tan hermosa y pacífica. “Hayoung.” Le dijo Naeun mirándole con ojos brillantes, era un nombre hermoso. Es un nombre hermoso.

Aproximadamente a las dos de la madrugada Naeun empeoró, la sangre que había perdido le había afectado y comenzó a desangrarse, las enfermeras llamaron a la doctora y con mucha negación por su parte Jungkook tuvo que salir de la habitación, siendo la última vez que vea a Naeun con vida. Pasó una hora exactamente hasta que la doctora le dió la trágica noticia del fallecimiento de su esposa. Hace unas horas, a las once de la noche su vida había sido completada y ahora después de muchos minutos, a las tres y media de la mañana su vida se había destruido. Había perdido todo, sus rodillas aún dolían por lo fuerte que cayeron contra el cemento del hospital.

Aún recuerda con vivos recuerdos el día que perdió al amor de su vida.

Hoy celebraba el cumpleaños de Hayoung y mañana estaría en el cementerio llevando flores a su madre, hablaría con su lápida y miraría al cielo.

Era nostálgico, pesado, aún con toda la resignación en su corazón la cicatriz palpitaba.

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“Al fin puedo respirar.” Dijo Jungkook bebiendo un poco de agua.

“Dijiste que estabas fresco.” Dijo Jimin

“Estaba en personaje.” Sonrío guiñandole el ojo. “¿Cómo… qué tal te pareció la fiesta?”

“Muy bonita, te luciste en serio. Siento que está bolsa de dulces me durará por meses.”

“¿Qué puedo decir? Me gusta hacer buenos cumpleaños para mí hijita.”

“Cuando cumplió cinco años no me invitaron.” Dijo fingiendo estar ofendido.

“Eso es porque yo no te conocía, pero ten por seguro que estarás en todas las próximas fiestas de cumpleaños.”

Jimin sonrió asintiendo. “¿Y … esa mamá vino?”

“¿Quien?” Frunció el ceño confundido.

“A la que le gustas.”

“No lo sé. No me fijé. ¿Por qué? ¿Estás celoso?” Le sonrió acercándose a él, tomándolo de la mano y acariciando su mentón, le dió un casto beso en los labios y luego en la nariz. “No tienes porqué preocuparte.”

“Solo te molestaba.” Sonrío como tonto. Está vez tomó la iniciativa y le plantó un beso en sus labios.

Se sonrieron y siguieron conversando acerca de la fiesta, Hayoung fue con ellos y se llevó a Jimin con ella, quería mostrarle los regalos que más le habían gustado.

Jimin sabía que Hayoung era mimada, se notaba que Jungkook había tratado de llenar los vacíos que dejó en su pasado con cosas materiales, así que no se sorprendió al ver un reinado de barbies y Playmobil en su habitación rosada. Hasta su niño interior se sentía celoso viendo todos los juguetes que la niña tenía.

“Mira.” Le mostró un peluche flexible del perro amarillo Jake, se rió por las barbaridades que Hayoung hacia.

Jugaron un rato con sus juguetes, Jimin se detuvo cuando sintió sus manos secas, abrió su bolsa y sacó su típica loción para hidratarse.

“¡Ah!” Hayoung señaló. “Mi mamá tenía la misma loción.”

El maestro frunció el ceño, ¿cómo la niña sabía eso?

“¿Ah, sí? ¿La misma?”

“Aja, mira.” Se levantó y salió de su habitación, tardó unos pocos minutos y volvió. “Mi papá conserva lo poco que quedaba, es la misma, mira.”

Era cierto, su mamá y él compartían la misma loción, se quedó helado en su lugar, recordando lo que Jungkook le había dicho la anterior vez cuando se besaron. Le había mencionado su aroma.

Pero sacudió su cabeza, no podría ser por la loción, Jimin se caracterizaba por siempre oler bien, usaba diferentes colonias y cremas para mantenerse con un buen olor, podría ser por aquellas colonias. Lo que pensaba era estúpido.

¿O no lo era?


























🧸
está bien lo q jk y jm están haciendo? tipo, no hablar sobre el tipo de relación que tienen?

quien va a acabar con todo este fluff? jk, jm o YO? 🤩

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