15.
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Los planes que tenía para el día eran simples y sencillos: ver una película con Hayoung, ir a su cita con el terapeuta y tomar un trago del whisky más cargado que se pudiera encontrar en el bar más cercano. Como ya había cumplido con los dos primeros puntos se dirigía a un bar que conocía hace mucho.
Los pasos que daba le llevaban por calles maldecidas por los mil y un fantasmas que rondaban la ciudad. En cada esquina podía encontrar a uno de los muchos fantasmas que atormentaban su estadía, los miraba a los ojos y su corazón se deshacía en piezas pequeñas. Pero ya se había acostumbrado, aprendió a vivir con los ojos vacíos de todo lo que fue, aprendió a que sus pedazos no se hicieran polvo sino ceniza.
Con las sesiones semanales los fantasmas parecían ir desapareciendo, claro, no todos, porque el recuerdo jamás se borrara de todas las calles por las que Naeun paseo. Las pinceladas que su esposa pinto en las paredes seguían y seguiran ahí, la pintura envejeceria y se descarcharia, pero el trazo sería eterno en todas las murallas.
El recuerdo duele, la nostalgia ahoga. Se necesita saber convivir con ambas, se necesita poder vivir en paz con las dos.
Y Jungkook aprendería a hacerlo.
Trataba, trataba por el bien suyo y el de su hija, no podía vivir en el pasado y tratar de pretender guiar a su hija a un futuro donde ambos estén en paz. Paso a paso, sin mirar atrás y aceptando el cruento destino.
Suspiro, detuvo sus pasos y miro al cielo.
"Que complicado es vivir con tu muerte, Naeun." Dijo, hablo como si alguien fuera oírle y responderle.
Al dejar de mirar al cielo y al mirar al frente, su aliento fue arrebatado al encontrarse con alguien conocido. Quería que la tierra lo tragara y lo escupiera en el infierno. No podía ser.
Toda la mañana había estado evitando los mensajes del maestro de Hayoung. Había saltado y omitido cada uno de los mensajes que aparecían en su pantalla, lo hacía para dejar de sentirse estúpido.
No quería sentir el nerviosismo y timidez que experimentaba cada vez que hablaba con Jimin, se sentía estúpido y repulsivo de su propio actuar. Porque era raro, porque era estúpido, porque Jimin era un hombre.
Un hombre que tenía un aroma similar a su esposa, un hombre que tenía sus mismos gestos y manerismos. Pero hombre al fin y al cabo.
No supo que hacer, quería hacerse al loco y darse la vuelta, quería simplemente pasar por su lado y saludarlo. No hizo nada de eso.
Se sentía avergonzado, actuaba como un adolescente malcriado y grosero. Soltó una pequeña bocanada de aire, se llenó de valor y fue hacia él.
Jimin se había hecho al loco, o eso es lo que quería hacer. Quería actuar como si no hubiese visto a Jungkook y seguir con su camino. Pero no podría al ver que el hombre mayor caminaba directo hacia él, solo espero, no sería grosero; no se rebajaría al mismo nivel que él.
"Buenas noches." Saludo Jungkook, se notaba la incomodidad del momento. "¿Que hace por aquí?"
"Buenas noches." Fingió una sonrisa. "Buscaba algún lugar para cenar, se me antojo cenar en la calle."
"Ya veo." Asintió. Algo en él le quería obligar a disculparse por la cabronada que había hecho todo el día, pero se morida la lengua. Hasta que cedió. "Mire, quería—" Fue interrumpido.
"Señor Jeon, yo sé que usted es nuevo en todo esto de la paternidad responsable, lo comprendo. Pero por favor no actúe de manera tan irresponsable, este festival es muy importante para los niños y no he recibido su confirmación sobre la animación, por favor le rogaría que le tome más seriedad a este proyecto." Jimin se adelantó, se mantuvo muy profesional, pues quería explotar del enojo que se le había acumulado desde la mañana. "Si ya no quiere ser participe lo enten—" Fue interrumpido.
"¡No, no!" Se adelantó a decir. "Ah." Suspiro. "Lamento mucho no haber respondido sus mensajes, estaba muy ocupado con papeleos y se me pasó revisar mi celular, en serio, le pido mil disculpas y le prometo que no volverá a pasar." Sonrío.
Jungkook poseía una sonrisa linda, una sonrisa que transmitía confianza y paz. O eso es lo que Jimin había pensado.
"Bien, lo comprendo, por favor que no vuelva a pasar."
"No se preocupe." Algo se desató dentro de él, algo que lo haría sentir mas estúpido y repulsivo. Su lengua no se controló y tampoco pensó. "En recompensa a mi descuido, permítame invitarle a cenar, hay un restaurante italiano muy bueno doblando a la esquina."
Las palabras salieron de su boca antes de pensarlas, cuando pudo asimilar lo que decía ya era tarde.
"No tiene porqué." Jimin se sintió incómodo, extraño, por eso quería rechazar la invitación.
"Acepté, por favor." Y Jungkook una vez más hablo sin procesar todo en su cerebro.
"Esta bien, muchas gracias." Sonrío asintiendo.
Ninguno de los dos sabía lo que hacía, Jimin no sabía porqué había aceptado una cena con un hombre que detestaba y Jungkook no sabía porqué había ofrecido una cena a alguien que lo hacía sentir repulsión de sí mismo.
Pero ahí estaban, yendo lado a lado al restaurante prometido, no hablaban más que del proyecto en común que seguían. Así también fue en la cena, algunas preguntas fueron para el festival y otras para saber de Hayoung.
"Hayoung es una niña maravillosa, es muy inteligente y creativa, siempre es algo nuevo con ella." Comento Jimin mientras bebía un poco de su agua.
"Lo pude notar, ella está llena de ideas, no sabe cómo tiene su cuarto; está lleno de dibujos en las paredes e intentos de construcciones con bloques." Sonrío sintiéndose nervioso por la mirada pesada de Jimin.
La conversación de congelaba de vez en cuando, miraban para todo lado incómodos y luego hablaban de lo mismo con tal de no sentir el silencio incómodo.
La comida estuvo buena, la conversación pasable y la compañía... podía ser mejor.
Cuando Jungkook pago la cena ambos no esperaron al postre y se levantaron en silencio, fueron hacia la salida, caminaron y de volvieron a mirar cara a cara.
"Muchas gracias por la cena." Sonrío de forma cortez. "Buenas noches. Por favor, responda mis mensajes."
"No hay de que y está bien, al llegar a mi casa lo haré. Buenas noches."
Con un estrechon de manos su noche juntos termino, se dieron la vuelta y caminaron en direcciones opuestas, uno yendo hacia el autobús y el otro por un taxi.
En la travesía que separaba sus caminos, Jungkook tuvo la necesidad de voltear, no supo porqué ni para que. Solo lo hizo, se dio la vuelta y vio la espalda de Jimin alejándose del lugar.
No supo porqué volteo y tampoco porqué se puso nervioso al pensar que Jimin podría voltearse también.
Se sentía estúpido.
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las acts serán lunes, miércoles y viernes :3
trataré de que sea una act larga o dos acts jejej
gracias por sus votos y comentarios!! me encanta leerlas :3 🩷🩷
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