Capítulo 26

ANDREA

Samuel se acerca peligrosamente a mi, sus labios quedan muy cerca de los míos ¿Va a besarme?—Me pongo muy nerviosa al instante, se me acelera la respiración y el corazón me late a toda prisa antes que pueda reaccionar Samuel, pega sus labios a los míos—¡Me está besando!

Cierro los ojos un instante y él abre mis labios con su lengua y la mete recorriendo mi boca con experta destreza.—Su lengua busca a la mía. Mi lengua acaricia tímidamente la suya y se une a ella en una lenta y erótica danza de roces y sensaciones, de sacudidas y empujes, el levanta la mano y me agarra la mandíbula para que no mueva la cara. Yo rodeo su cuello con mis brazos y él sujeta mis caderas rodeandome con los brazos, inmovilizándome. Siento su erección contra mi vientre ¡Madre mía!

Ésto no está bien. Trato de empujarlo para apartarlo de mí, pero no me lo permite.

¡Joder! Debo parar esto antes de sucumbir y terminemos desnudos y en mi cama.

Bruscamente aparto mis labios de los suyos, él me suelta de inmediato. Yo me alejo de él y siento como mis mejillas empiezan a sonrojarse.

¡Por Dios! Pareciera que hubiese corrido un maratón, tengo la respiración agitada, el corazón latiendo a toda prisa. Maldita sea, no debí permitir que me bese, afortunadamente no me he dejado llevar por mis impulsos y difícilmente pude razonar.

—¿Vas a estar presente en las quimioterapias de Zoe? — Logro preguntar en un susurro.

Maldita sea, estoy nerviosa. —Si—se limita en responderme. — No debió suceder — añado sin mirarlo.

— ¿Que no debió suceder?—Me pregunta con tono impasible.

— No debiste besarme—alzo la mirada hacia él y por fin lo miro — no estuvo bien—añado tratando de controlar los nervios.

Su expresión impasible no delata nada ¿Acaso el beso no significó nada para él? Ni siquiera aparenta estar nervioso.

— ¿Por qué? ¿Acaso tienes novio Andrea?Espeta.

—No es de tu incumbencia—haz sido el único hombre en mi vida.

— Por supuesto que me incumbe, no quiero que mi hija sufra—sus palabras me hacen enojar.

— Mi hija ha estado muy bien estos años—respondo furiosa.

— Me refiero a que si tienes novio, tal vez  Zoe no le guste... O tal vez le tome cariño a tu novio y cuando él te deje ella sufra.

¡Imbécil! ¿Quien se cree que es?

— Note preocupes por Zoe, y en cuanto a tu preocupación, no tengo novio—le digo sarcástica.

— Bien.

¿Bien? ¡¿Que le sucede?! Pareciera que se alegrara saber que no tengo novio, al menos eso refleja su mirada.

— Andrea, le hablé a mi familia de Zoe—desvía mi atención drásticamente.

—¿Y que te dijeron?—Pongo toda mi atención.

— Para ser honesto; me hubiera gustado una reacción diferente—añade y suelta un suspiro. ¿Una reacción diferente?¿Su familia reaccionó mal?—Pero mi hermana Vero, está feliz y quiere conocer a Zoe—me dice cauteloso — obviamente sí es que a ti no te molesta.

—¿Tú familia reaccionó mal?—Me ganó la curiosidad.

— Mi familia es bastante conservadora, en especial mi padre y para él no es bien visto que te haya embarazado y peor aún, cuando eras solo una adolescente.

— Ya veo—seguramente su familia es de las que predica pero no practica... Tal vez me estoy equivocando.

— Él teme que tú padre quiera denunciarme. — Mi padre no hará algo así.

— Se lo dije, en todo caso no te preocupes, yo solo quiero que sepas que mi familia ya sabe de la existencia de nuestra hija... Si es que desean frecuentarla, eso dependerá de ellos y por supuesto depende de tí, si es que estás de acuerdo

—Samuel, no voy a exponer a mi hija, me asusta que tú familia la rechace.

Cojo un vaso para beber agua, el té se ha enfriado.

—Entiendo tus miedos, pero no creo que mi familia la rechace, sé que para mí padre es más difícil ésta situación, pero mi madre y mis hermanos no la rechazarán—me dice muy seguro.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

— Por qué los conozco, además tú ya conoces a mi madre.

¡¿Qué?!

— ¿Que haz dicho? — Estoy impactada — ¿De dónde conozco a tu madre?

— Es la doctora Soledad, la pediatra que supervisó a Zoe—Oh por Dios.

No puedo creerlo... ¿La doctora Soledad es la abuela de Zoe? Ésto es increíble.

— Increíble—digo con asombro.

Nunca me hubiese imaginado que la doctora Soledad es la madre de Samuel... ¿El doctor Guerra lo sabia?

— ¿El doctor Guerra sabe la verdad?.

— Si, de hecho el me dijo que debía ser honesto con mis padres.

Wow.

¿Debería cambiar en algo que la pediatra de mi hija es en realidad su abuela?

—Y con respecto a mi hermana, ella si puede visitar a Zoe—¿Verdad?—tono de voz es de súplica.

— Pues... Creo que sí. No estoy segura.

—Gracias Andrea—me sonrie con timidez, y yo me derrito con su hermosa sonrisa.

Ahora debo irme

El se acerca nuevamente a mi y deposita un beso en mi frente, provocando que mi ritmo cardíaco se dispare nuevamente.

—Buenas noches Andres.

— Bue... Buenas noches—susurro tartamudeando.

¿Que mierda me está sucediendo? No puedo ser tan débil ¡No puedo!

— Buenas noches—repite, pero no se va.

¿Por qué no se marcha?

— ¿Te acompaño a la puerta?Digo finalmente. — Si.

Salimos de la cocina y caminamos hasta la entrada, abro la puerta.

— Buenas noches Samuel—digo El se acerca peligrosamente hacia mí, mira mis labios.

Oh por Dios, no me beses nuevamente, no quiero caer tan fácil en tus brazos.

— buenas noches—dice otra vez y me besa la comisura del labio.

Suelto un suspiro involuntario.

Se aleja y finalmente sale de la casa.

Oh Dios ¿Que ha sido todo esto?.

Me acerco a la ventana y lo observo. Su chófer le abre la puerta y él entra en su coche.

Sacudo mi cabeza.

No Andrea no puedes sentirte atraída por él nuevamente. Me regaño a mi misma. Es mejor irme a dormir.

***

— Mami... Mamita—me llama la voz de una niña autoritaria.

Abro mis ojos y me encuentro con mi niña. —¿Que haces despierta y aqui en mi habitación?— Buenos días mami—se sube a mi cama

— buenos días hija—me incorporo y me destapo para que ella se acueste a mi lado.

Le doy un beso en su cabecita.

— ¿Cómo te sientes?—Se ve bien, pero quiero asegurarme si está bien.

— Bien—dice ¿Sabes mamita? Soñé que Samuel me besaba mi cabeza y me hablaba—dice con dulzura.

Creo que es verdad eso del llamado de la sangre. — Amor, no fue un sueño... Samuel estuvo aquí anoche y entro a verte en tu habitación—ella se le ilumina sus ojitos grises.

— ¡¿Es enserio?!—Pregunta entusiasmada.

— Si, y hoy vendrá a verte, pero usted debe tener cuidadole advierto tiernamente.

— ¡Siii Samuel vendrá a verme.

— ¿Por qué te entusiama la idea de ver a Samuel, si prácticamente no lo conoces? Ni siquiera eres así de entusiasta con Horacio o Rafael... Incluso Saúl.

— Samuel es mi amigo, además me cae bien.

— sonríe — ¿Crees que mi papá se alguien como Samuel?—¡Mierda!

— ¿Por qué me preguntas algo así?—Añado nerviosa.

Si tan solo supieras hija mía, si tan solo supieras que Samuel es tu padre.

— Por qué desde que conocí a Samuel, me he imaginado que mi papá es alguien como él.

¡Maldita sea! Me pregunto; ¿Hasta cuándo seguiré guardando que Samuel es su padre biológico?.

— Ya veo... Entonces si quieres estar linda para la visita de tu amigo Samuel, debes estar linda.

— Me harás mis coletas favoritas ¿Si? — Vale.

—Gracias mamita—ella me abraza y besa mis mejillas.

No puedo evitar soltar una lágrima, mi niña está viva y conmigo.

Me levanto y la tomo en mis brazos y la llevo a su habitación.

***

Después de ducharla cuidadosamente, le preparo su desayuno.

Puedo notar lo ansiosa que está por ver a Samuel, por un momento me e pregunto; ¿Cómo tomará la noticia que Samuel es su padre?.

—Andy, tiene visita—anuncia Cayetana.

—¿Quien?—Digo curiosa.

Seguramente es Samuel.

— ¿Cómo me veo?—Le pregunto por mi aspecto, estoy vestida con jeans negro ajustado a mis piernas, blusa sin mangas color blanco.

— Hermosa, como siempre "responde Rafael Guzmán entrando a la cocina.

—Rafael digo decepcionada. Pensé que era Samuel. Hace tiempo que no lo había visto.

— Buenos días Andrea—se acerca a mi y besa mi mejilla.

— Buenos días Rafael—digo incómoda y me aparto de él.

¿Que está haciendo aquí?

— Buenos días Zoe—añade pero mi hija no le responde y pone mala cara.

— Zoe—digo — Buenos días—dice finalmente mi hija —¿Como estas?—Me pregunta

— después de todo lo que me pasó, estoy bien—respondo con educación.

— ¿Que te sucedió?—Dice curioso

—Mi hija estuvo con leucemia.

— ¡¿Qué?! — Espeta viendo a Zoe que está sentada en el taburete—¿Por qué no me llamaste?.

Feliz hubiese regresado de mi viaje.

¿Enserio piensa que lo hubiese llamado a él? Si prácticamente él y mi hija no se soportan.

— Pero ella está bien ¿Verdad?—Finje interés.

—Si, afortunadamente el transplante fue todo un éxito—le digo acariciando la cabecita de mi niña

— Que bien——añade¿Y tu padre?—Desvía la conversación.

— Viajó a Canadá, pero hoy en la tarde regresa. — ¿Cómo van los negocios?.

— Mami ¿A qué hora viene Samuel?Pregunta desesperada e interrumpiendo a Rafael.

—¿Quien es Samuel?——Pregunta Rafael con interés —Es mi amigo—responde Zoe.

— Ya veo, y al parecer te agrada ese Samuel—dice Rafael.

— Si, además él es el novio de mamá—¿Qué? Asombrada miro a mi hija. ¿Por qué ha dicho eso?.

— ¿Novio de Andrea?——Susurra Rafael — no sabía que estaba de novia Andrea—me reclama.

No sé que decirle. — Yo... Joder.

— ¿Hace cuánto tiempo que estás de novia con ese Samuel?——Añade enojado.

Antes de responderle entra Cayetana acompañado de Samuel.

Oh Díos, que guapo es. Samuel y Rafael se miran detenidamente.

—¡Samuel!—Grita mi nena emocionada y se baja del taburete y corre hacia Samuel.

—princesa——dice Samuel y mi niña se abalanza en los brazos de su padre.

Samuel toma a su hija en brazos y besa su cabecita, yo me quedo embobada contemplándolos mientras mi ritmo cardíaco empieza acelerarse.

No necesito más prueba para darme cuenta que mi hija necesita saber la verdad, no puedo ser egoísta y negarle a su padre.

— ¿Cómo estás?——Dice Samuel mirando fijamente los ojos grises de su hija.

— Bien... Estoy feliz que estés aquí.

— Y yo estoy feliz que estés bien y muy hermosa——Mi niña está vestida con un vestido de encaje color rosa de mangas cortas y con un cinturón de flores.

— Así que tú eres Samuel dice Rafael sorprendido — no sabía que se conocían — añade.

Puedo notar como la cara de Samuel cambia, creo que está molesto.

— Soy Samuel Gallardo, ¿Tú quién eres?Espeta. — Rafael Guzmán, amigo de la familia del Junco, en especial de Andrea—responde Rafael y tiende su mano pero
Samuel lo deja con la mano estirada.

— No sabía que Andrea tuviese tantos amigos—añade Samuel sarcástico y mirándome a mi.

Me aclaro la garganta. — Lo dices como si fuesen miles——le digo.

— Hubo un tiempo en que Andy y yo casi fuimos novios—¡No es cierto!.

—¡Mientes!—grita Zoe en los brazos de Samuel.

— Eso no es cierto—¡Mentiroso! — Rafael, te voy a pedir que te vayas——digo enojada ¿Como se le ocurre mentir delante de mi hija y de mí?.

— Lamento incomodar, pero no estoy mintiendo y lo sabes... Otro día nos vemos guapa intenta besar mi mejilla pero se lo impido apartandome de él

— Cayetana, acompañe al señor Guzmán a la puerta——estoy tratando de no perder los estribos.

— Por supuesto——responde Cayetana.

Samuel sonríe con satisfación.

Rafael me fulmina con la mirada y finalmente se marcha. Eso ha sido incómodo

—Andres, quiero hablar con Zoe dice Samuel, mirándome.

¿Hablar con Zoe?¿De qué?

— Quiero que ella sepa la verdad——añade ¡Mierda!.

Me pongo nerviosa al instante.

—¿Que quieres decirme?—Interrumpe mi niña. — No lo creo, no estoy segura—susurro nerviosa.

—No quiero esperar más Andrea Samuel baja a Zoe, se inclina y se pone de rodillas quedando a la misma altura de mi hija.

Siento como un escalofrío recorrer mi cuerpo. Tengo miedo no sé cómo reaccionará Zoe,

— Zoe...la toma por los hombros.No sé como decirte esto—dice Samuel mirando a mi hija.

—Dime—mi niña toca la mejilla de Samuel con su manito.

— No lo hagas por favorle suplico. No quiero hacer enfadar a mi hija

— por favor——insiste Samuel Inspiro profundamente.

¿Que se supone que debo hacer? Sé que había decidido decirle la verdad, pero no asi.

— Déjame hacer ésto Andrea—añade Samuel.

— No estoy segura...realmente no estoy segura de nada.

— Mientras más tarde, será peor——en eso tiene un punto — cuánto antes lo sepa, será mejor para los tres.

— ¿Que me tienes que decir Samuel?Pregunta mi niña curiosa.

— Ok, pero díselo tú. Samuel asiente y pone toda su atención en su hija. Mi corazón late a toda prisa en mi pecho.

Quiero creer que ésto es lo correcto. Quiero creer que no me estoy equivocando.

— Zoe... yo susurra Samuel. — ¿Tu qué?Interrumpe mi princesa.

— Yo... Yo soy tu papá — añade Samuel muy nervioso.

— ¡¿Que?! Mientes——Responde mi hija abriendo los ojos como platos y mirándome a mi.

¡Maldita sea! Ésto ha sido muy abrupto.

𖢨𖢨𖢨

Hola perdon por la demora pero no he tenido tiempo de actualizar los capítulos.

Recuerden votan y dejar sus comentarios.



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