Capítulo 24

SAMUEL

He regresado a mi casa y me siento una jodida mierda. No sé que hacer, Andrea me dió dos opciones: Ser parte de la vida de mi hija o simplemente alejarme para siempre de ellas. Lo más fácil sería alejarme pero no puedo, esa niña ya se metió en mi corazón congelado, no sería nada fácil olvidarme de ella.

¡Imbécil, esa niña es sangre de tu sangre, carne de tu carne!

Debo tomar una decisión. La más importante de mi

vida. Pero si quiero que mi hija sea parte de mi vida

debo decirle a mi familia, he estado aplazandolo mucho tiempo ¿Cuánto ha pasado desde que me enteré? Un mes, ya no puedo seguir guardando éste secreto, además Guerra puede abrir su boca en cualquier momento y no sería nada agradable para mi madre enterarse por su amigo y no por mí.

Debo llamar a Vero y preguntar si están en casa. Saco mi celular y le marco. Al segundo tono responde.

—¡Hermano, estabas vivo! —exclama burlona—¿Hace cuánto que no he sabido de tí?¿Un mes?¿Dos meses.

—Hola Vero—la saludo

— Hola tonto ¿Cómo estás?—Añade pero ésta vez con tono más serio.

— Estoy bien.

— Estoy molesta contigo, ¿Por qué no haz llamado por teléfono o nos ha venido a visitarnos? ¿No crees que estás siendo descortés? Mamá y papá han estado preocupado por ti... ¿Supiste que la abuela estuvo enferma?.

— Lo siento—la interrumpo antes que continúe recordándome el imbécil que he sido—antes que continúes riñéndome quiero que sepas que he estado pendiente de la abuela, y he hablado con mamá y papá.

— Lo sé, y estoy muy ofendida contigo, a mi no me haz contestado ni una puta llamada—maldita sea, está llorando y de inmediato me siento culpable.

— Lo siento Vero, he estado muy ocupado... Necesito saber si estarán hoy por la noche en la casa.

—Si ¿Por que?—Responde mi hermana con voz ronca, sé que estás tratando de no llorar.

— Iré a visitarlos... Quiero anunciarles una noticia.

— ¿Una noticia?—Pregunta sorprendida—¿Te casarás? ¿Quien es? ¿La conozco?.

Pongo los ojos en blanco ofuscado por las preguntas estupidas de mi hermana.

— No—le digo indignado. — No he conocido a nadie y en mi vida no existe la palabra matrimonio—respondo irritado por su intromisión y sacar conclusiones.

— ¿Entonces que noticia quieres anunciar?.

— Note diré, solo te pido de favor que reúnas a la familia ésta noche.

— Me complace informarte que hoy vendrán a cenar Flavio con Irina— me dice.

Joder no quiero a la bruja de Irina cerca cuando anuncie que soy padre de una niña.

— Estaremos casi todos, excepto los abuelos.

— Ya veo... Nos vemos en la noche le cuelgo antes que empiece con su interrogatorio.

¿Como racionarán mis padres al saber que tienen una nieta?.

Zoe es casi mi clon, nadie podría negar que es mi hija.

Mi hija, suena extraño pero lo es, lo único hermoso que realmente tengo. Una niña... Una hermosa niña de ojos grises.

Debo dejar ser un imbécil y hacerle frente que tengo una hermosa niña.

No quiero que Zoe crezca lejos de mi.

Con ese pensamiento me dirijo al baño para darme una buena ducha.

Mientras el agua corre por mi cuerpo, me pregunto si Andrea habrá tenido sus novios, me imagino que sí, ella es una mujer hermosa, aunque parece que está soltera, pero ese idiota de Horacio la miraba como si quisiera devorarla en el hospital. Ese hijo de puta quiere meterse en las bragas de la madre de mi hija.

—No permitiré que ningún hijo de puta se haga cargo de mi Zoe, ella es mía. Mi hija. — Trato de convencerme pero es muy dificil.

Si quiero ser un padre para Zoe, debo ser el mejor.

Debo ser el padre que esa dulce niña se merece.

Maldita sea, se escucha tan fácil, pero no lo es.

Me visto con un traje negro. Está noche debo estar impecable para hablarle a mi familia de mi hija. No sera fácil, de eso estoy seguro. Seguramente mi familia me acribillarán con sus preguntas mientras sus miradas acusatorias se posarán sobre mi, me criticarán por no haber hecho lo correcto, ¿Pero que se supone que debo responder, si no sabía que tenía una hija?.

Bajo hasta el estacionamiento. Néstor me espera con la puerta abierta del R8.

—A casa de mis padres—le ordeno a mi chófer.

—Como ordene—responde y cierra la puerta.

Se muy bien que tendré el apoyo de Vero, ella y yo hemos sido unidos, aunque es un poco molesta.

Néstor se sube y de inmediato arranca el motor.

Me pregunto si Andrea dejará que mi familia quieran estar cerca de Zoe, lo que menos quiero es pasar sobre ella. Mi familia debe respetarla.

Cierro los ojos y recuesto mi cabeza en la cabecera del asiento. De inmediato aparece la imagen de Andrea, -a pesar de lo delgada y ojerosa que está es una mujer muy bella. Me hubiera gustado follarla nuevamente. No, me gustaría follarla nuevamente.

⁂⁂

—Señor Gallardo, hemos llegado—me informa mi chofer. Néstor sale del coche, lo rodea y me abre la puerta.

Salgo de mi R8 y me dirijo a la entrada de la casa. Nieves, creo que así se llama la ama de llaves, me abre la puerta.

—Señor Gallardo, buenas noches—me saluda ella. —Buenas noches—respondo.

— ¡Samuel! — Aparece el torbellino de Vero Gallardo, gritando desde la escalera.

Ella se abalanza sobre mi y me abraza. — Hola Vero le digo y la aparto inmediatamente de mi.

—Disculpa, es que estoy feliz de verte—me sonrie—hola — añade

—Yo también estoy muy feliz de verte.

— ¿Cuál es esa noticia que tienes que darnos?Pregunta curiosa.

—Ya lo sabrás, no seas curiosa—le digo burlón.

—Pero Samuel—hace un puchero dime, soy tu hermana favorita ¿Acaso eso no cuenta para tí?.

— Eres mi única hermana, y no te diré nada, ya sabes lo que dicen por ahí: la curiosidad mato al gato.

— Pero el gato murió feliz sabiendo—añade.

Antes que ella insista aparece mi madre y me salva de las garritas de mi hermana.

— Hijo—Madre—me acerco y beso ambas mejillas.

—Que gusto me da verte, he estado preocupado por ti ¿Todo bien?—me dice mi madre con dulzura

— Todo bien, disculpa por no venir a visitarlos, pero he estado muy ocupado.

— Me alegra saber que estás bien—me sonrie vamos al salón.

Entramos al salón e inmediatamente me quedo

estupefacto al ver a Beatriz. ¿Que está haciendo aquí?

Maldita sea, no esperaba verla aquí. También está la novia de Flavio; la bruja Belmonte.

—Buenas noches—digo fingiendo tranquilidad Inmediatamente todos me saludan con cordialidad, me acerco a Beatriz para saludarla.

—Buenas noches Beatriz—Digo disgustado no me gusta su presencia en éste momento —no espera verte ésta noche aquí.

—Hola querido, haz estado muy desaparecido últimamente—sonríe pero yo se que sus palabras son un reclamo—tu madre me invitó a cenar.

Le doy una falsa sonrisa.

—¿Quieres algo de beber?—Me pregunta mi padre—estamos bebiendo wente.

—Genial—respondo Tengo la boca seca
Mi padre me sirve una copa de vino y empezamos a charlar un momento sobre el béisbol.

— No he tenido tiempo de ver los partidos—le digo.

— Últimamente no haz tenido tiempo para nada hermanito——añade Vero.

— Ya me disculpé contigo—espeto malhumorado.

— Tal vez estás cortejando alguna mujercita, por eso no haz tenido tiempo de visitar a tu familia—dice la bruja de Irina de forma burlona.

Bruja, a tí que te importa. Siento la penetrante mirada de Beatriz sobre mí.

— ¿Estás saliendo con alguien?— ¡Joder Vero!¿Alguna modelo?¿Actriz?¿Cantante? Tiene que ser alguien que realmente valga la pena, Linda aún no pierde las esperanzas que algún día la invites a salir.

Antes de ser grosero con Vero, mamá nos interrumpe. —Pasemos a la mesa, la cena esta servida.

Fulmino con la mirada a Vero, por sus preguntas estúpidas.

Nos ponemos de pie.

—Tenemos una conversación pendienteme dice Beatriz al oído solo para que yo no mas escuche mientras nos dirigimos al comedor.

—No tenemos nada de que hablar—respondo en voz baja pero dura.

— Claro que sí, pero lo hablaremos en su momento. Ella se aparta de mi y se sienta en la silla.

— Hijo ¿Como van tus negocios?—Me pregunta mi padre cuando ya estamos sentados en la mesa.

— Excelente—respondo con orgullo, estoy teniendo un gran año en los negocios.

—Estoy muy orgulloso de ti hijo —mi madre me mira con dulzura.

— ¿Lograste fucionarte con Z&A? —Z&A.

Z&A. Z&A. Zoe & Andrea ¡Eso es! Eso significa las iniciales Z&A.

— Todavía no, el dueño y yo todavía no nos sentamos a conversar de negocios— Ignacio del Junco, me odia, y en éste momento ya no estoy tan seguro que quiera hacer negocios conmigo.

— ¿Que ha pasado? Pensé que todo iba muy bien.

— Si, pero hasta no tener el contrato firmado no estoy seguro da nada.

— Seguro lo lograrás — añade mi padre.

Disfrutamos de una exquisita comida, mientras comemos me acuerdo de mi hija. Sé que problemas economicos no tiene aún así quiero contribuir para su crianza. No permitiré que ella tenga una infancia como la mía. No permitiré que pase hambre, frío, soledad, desamor. No permitiré que ella pase ninguna necesidad, aunque Andrea y su padre tengan dinero.

— Estás muy pensativo ¿Todo bien?—Me dice Flavio.

Llego el momento de hablar, me he puesto nervioso, me sudan las manos y el corazón empieza a latir más fuerte en mi pecho.

—Si. Ok, debo decirlo ahora. — Debo decirles algo—comienzo decir.

—¿Que sucede hijo? —Pregunta mi madre con evidente preocupación.

Tomo aire. No debería ser tan difícil de decir ésto.

— Tengo una hija—suelto de golpe dejando en shock a todos

—¡¿Que?!—Grita Beatriz horrorizada.

—Tengo una hija de seis años—añado.

— ¿Estás diciendo que soy tía de una niña de seis años?—Me pregunta Vero incrédula.

Mis padres me observan conmocionados. Los he sorprendido ¿Verdad?

— ¿Estás... Estás seguro? Es mi madre quien pregunta y su tono es apenas audible.

— Si.

— No puede ser ¿ Enserio caíste en las mentiras de una cazafortunas?—Me dice Beatriz indignada.

— ¿Que esta sucediendo aqui? Interrumpe mi padre con asombro — Explicamelo porque no estoy entendiendo nada—añade.

— Yo te lo explicaré Jose Antonio.

— ¡No Beatriz!—La interrumpo. — Dejame hablar a mi por favor

Soy yo el que debe decir que está sucediendo, no tú.

— ¿No te das cuenta?—Me dice y diría que está casi desesperada. — Están mintiendote.

—No es ninguna mentira, es verdad; tengo una hermosa niña de seis años.

Mi madre tiene una mano en su boca está impactada. Mis hermanos estan atónitos, que no saben que decir, al igual que la bruja.

— Escuchen todos, hay una estúpida que dice tener una hija de Samuel, pero no es verdad. Es una vil mentira... Esa muchachita solo quiere el dinero de Samuel, y no debemos permitirlo—dice Beatriz conteniendo su ira

— ¿Qué?—Dice Flavio aturdido.

— ¿Alguien podría decirme que está sucediendo?—Murmura mi madre.

— Yo te diré lo que está sucediendo Soledad...

— ¡Basta Beatriz!—Le grito furioso mientras le doy un golpe a la mesa con el puño—mamá ¿Te acuerdas que estabas supervisando una niña con leucemia?.

— Oh por Dios—susurra impactada y su rostro se torna pálido.

— Soledad ¿estás bien? ¿Que está sucediendo?—Añade mi padre.

— ¿Te refieres a Zoe? ¿La hija de Andrea del Junco?¿Tu eres su padre?¿El que le donó su médula para salvar su vida?— Irina saca sus dotes de periodismo.

— Si, Andrea del Junco, y yo tenemos una hija.

Mi familia esta impactada por la noticia.

Tienen mucho que asimilar, solo espero que no quieran dañar a Andrea.

❊❊❋

Maratón (2/3)

Aquí está el capítulo espero lo disfruten, me gustaría saber si la historia les gusta.






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