Capitulo 11

ANDREA DEL JUNCO

Ya ha pasado dos días más y mi niña está peor. Está muy debil y los vomitos son cada vez peores y para colmo ha perdido el apetito.

Esto no es gripa, si fuese gripa mi niña estaría mejorando pero no, la medicina pareciera que no le hiciera efecto. Estoy asustada.

—¡ANDY, VEN!—Grita mi padre desde la habitación de Zoe

Voy corriendo a la habitación de mi niña con el corazón latiendo a mil.

—¿Que sucede?—Pregunto preocupada —La niña esta sangrandole la nariz.—Dice preocupado. Oh por Dios.

Me voy corriendo al baño y Cayetana, -nuestra ama de llaves—está limpiándole la naricita a mi nena con algodones.

—Mami—susurra mi princesa, asustada —Mi amor—digo tratando de no llorar.

¿Que sucede con ella? Por favor que no sea nada grave, no lo soportaría.

— Debemos ir ahora al hospital... Ésto no es normal, dijeron que era gripe y mirala; está peor—mi padre está desesperado y yo estoy peor pero debo permanecer tranquila para no asustar a mi nena.

—Tienes razón... Debemos ir ahora—digo y le lavo la carita a mi niña.

— Iré con ustedes—nos dice cayatana.

— No, por cualquier cosa quédate aquí—le dice mi padre — vamos a la cocina, debo darte algunas indicaciones—añade.

— De acuerdo... — le dice.

Cayetana, es de ojos color miel, cabello marrón, tiene más de cuarenta años y su Única familia somos nosotros. Yo la quiero mucho, no sólo coincide en el nombre con mi madre, además es muy cariñosa y preocupada de nosotros.

— Todo estará bien, ustedes son mujercitas fuertes, sé que estarán bien—nos dice a mi hija y a mi.

— Gracias—ella me regala una sonrisa, pero no le alcanza a los ojos. Sé que está preocupada por Zoe, no necesita decirmelo, puedo verlo en sus ojos. Su miedo es evidente.

En tiempo récord le pongo la ropita a mi niña y salgo disparada al coche con Zoe en brazos

— conduce—le ordeno a mi padre.

Mi padre sale disparado. Es una fortuna que no nos haya hecho parar un policía por ir a alta velocidad.

En cuestión de minutos llegamos al hospital.

Tomo a mi hija en brazos y me voy a la consulta del doctor. Ésta vez le exigiré que le hagan análisis.

Le entrego todos mi historial a la asistente. Después de lo que parece una eternidad el doctor nos atiende.

— Buenos tardes, soy el doctor Guerra —me tiende la mano.

—Buenos días soy Andrea del Junco—le devuelvo el saludoella es mi hija; Zoe del Junco.

El doctor empieza a leer el historial médico de mi hija.

— Fue revisada por la pediatra Mendez y por Luis Rodrigues, ambos le diagnosticaron gripe, pero no le hicieron analisis de sangre—murmura el doctor pensativo.

—Si, hace dos días atrás la traje al pediatra y dijo que era gripe, le dió medicina para la gripe pero no presentó mejoría, incluso mi niña está aún peor, hoy le sangro la nariz—digo preocupada.

El doctor pone cara de preocupación. Se levanta de su silla, rodea su escritorio y se acerca a mi niña.

— la examinaré—empieza examinar la boca, los ojos de mi niña, él también le palpa el abdomen, mi niña tiene manchas en su estamago ¿Cuando le salio eso? ¿Son hematomas?

— Eso no estaban ahí cuando le puse la ropa—le digo al doctor — ¿Que le sucede a mi hija, doctor?

No quiero desesperarme, pero estoy realmente asustada.

Por favor que no sea nada malo. — ¿Ella ha comido hoy?.

— Nada—mi nena se ha negado probar bocado el día de hoy.

— Bien, mandaré hacerle análisis inmediatamente aprovechando que no a probado bocado.

— Si por favor—necesito saber que tiene mi hija.

—Ahora la mandaré al laboratorio para que le saquen sangre.

— ¡Mami, no! No quiero que me pinchen—empieza protestar mi niña

—Todo estará bien mi amor—la tranquilizo.Te prometo que note dolera.

—¡NO, NO, NO! —empieza gritar.

— Zoe, por favor—digo tratando no llorar al verla tan asustada.

— ¿Que sucede? ¿Por qué son esos gritos?—Mi padre entra a la consulta

— Abuelito no quiero que me pinchen—dice mi niña.—llorando se acerca aferrarse en las piernas de mi padre.

Mi nena está acostumbrada a salirse con la suya. Pero ésta vez no cederé.

— No te pincharán ¿por qué lo harían?Pregunta mi padre mirandome.

Yo lo fulmino con la mirada ¿Por que le dice eso?.

—Papa, el doctor ordenó sacarle sangre para hacerle exámenes—digo ansiosa.

Mi padre se agacha hasta quedar a la altura de mi hija.

— Ah... Mi niña es solo una pinchadita... No vas a sentirlo — él trata de convencerla.

— ¡NO ABUELITO! ¡NO QUIERO... NO LO HARÉ. NO Y NO! — Grita furiosa y ya tomó una determinación.

Tiene expresión fría. Ésta niña es igual a Samuel Gallardo, quiere controlarlo todo, me pregunto si Samuel es así: Obtinado, acostumbrado hacer todo a su manera o sólo el comportamiento de Zoe es a causa porque mi padre la consiente demasiado.

— Vamos, bebé—tiendo mi mano y le hablo con dulzura —¡No!—Responde furiosa — Por favor hija—le hablo con firmeza

—Mami, yo estoy bien, me como la comida y las verduras aunque el brócoli y las zanahorias no me gustan—sé que trata de manipularme pero no lo logrará.

— No, Zoe, no estas bien e iremos ahora al laboratorio para tus muestras de sangre—espeto con determinación.

La cojo en brazos a pesar de su berrinche.

—NO MAMÁ. ABUELITO AYÚDAME, VAN A PINCHARME.

Tus gritos no te ayudarán, no estás bien.

— niña es por su bien. Vamos—dice el doctor con voz dura.

Y entre gritos y llantos de mi niña llegamos al laboratorio.

A pesar de estar débil ella dió lucha para no traerla aqui.

El doctor le entrega una hoja de papel al señor del laboratorio. El señor lee la hoja y dice:

—Procederemos a sacarle sangre por la vena.

—Mami, por favor estoy bien—dice mi niña muy debil.

—Vas a estar bien mi niña—dice mi padre — sólo deben sacarte una gotita de sangre, no te dolerá.

El doctor levanta la manga de la blusa de mi nena.

—Mama, abuelito—ella nos mira con sus ojitos lleno de lágrimas

Yo lo único que quiero es llorar, me rompe el corazón verla así.

— Todo estará bien, una vez que estés sanita, iremos al zoológico, o al parque... O a la jugueteria, iremos al lugar que tú elijas — le dice mi padre con voz ahogada. Sé cuánto le duele ver a su nieta en éstas circunstancias.

Y sin que mi niña se dé cuenta le sacan sangre.

— ¡MAMÁ!—grita cuando se da cuenta.

—Ya bebé, ya pasó—la abrazo y ella llora en mis brazos.

Me siento horrible verla asi.

Le beso su cabecita, froto con mi mano su espaldita.

— ¿Cuánto tiempo tardarán para saber los resultados?—Le pregunto ansiosa al doctor.

— Por lo general; los resultados de los análisis de sangre tardan entre 24 a 48, pero en éste caso es prioridad, ordenaré que analicen la muestra de sangre inmediatamente, tengo una corazonada, pero es sin pruebas, ojalá esté equivocado... les prometo que no nos tardaremos mucho, sólo necesitamos entre tres a cuatro horas.

Eso es mucho tiempo, no creo aguantar mi nivel de ansiedad y preocupación.

— Si desean pueden ir tomar algo en la cafetería, si no quieren pueden esperar en mi consulta.

— Vale—¿Que más puedo hacer?

Mi nena papá y yo nos dirigimos a la consulta del doctor para esperar los resultados aunque se tarden un día completo debo saber que tiene mi princesa.

Ruego para mis adentros que no sea nada grave. No puedo vivir si mi niña, ella es mi vida. Por ella dejé todo, no tuve amigos ni novios, renuncié a todo por ella, sólo di examenes presenciales en la universidad, ya que estudiaba a través de la página web de la universidad.

Es casi mediodía y no hemos desayunado, así que fuimos a la cafetería, mi niña no quiso comer nada ni beber nada... Realmente estoy asustada.

Nuevamente en la consulta del doctor, nos toca esperar... La incertidumbre es más evidente entre papá y yo, mi niña se ha quedado dormida en el regazo de su abuelo mientras yo me paseo como león enjaulado.

— Aqui están los resultados—aparece el doctor después de una eternidad.

Disculpen la tardanza—han sido las peores seis horas de mi vida, mi nivel de ansiedad está en su punto máximo.

— Por fin—me siento al lado de mi padre y él me toma de la mano.

El doctor abre el sobre

— ¿Que tiene mi hija doctor?—Digo mientras mi padre acomoda a Zoe.

— Les pido que la noticia que les daré, se lo tomen con calma.

Papá y yo nos miramos mientras siento un escalofrío recorrer mi espalda.

— Por favor digame qué tiene mi hija — susurro mientras los latidos cardiacos empieza aumentar.

Tengo miedo... Mucho miedo, presiento que no es nada bueno.

— Señora—dice el doctor. — Éste es resultados del examen de sangre, hay que hacerle una biopsia de la médula ósea.

Puedo escuchar como mi corazón late cada vez más fuerte mientras una ola de miedo empieza invadirme.

— Su hija tiene leucemia

Él no dijo eso. No pudo decirlo... Aquí hay un error, yo entendí mal, no escuché lo que dijo.

— ¿Que ha dicho doctor?—El tono de mi padre es apenas audible.

— La niña padece de cáncer en los glóbulos blancos... Ésta enfermedad se la conoce como leucemia.

Las palabras del doctor hace que todo mi mundo empiece derrumbarse delante de mis ojos. Ésto no me puede estar sucediendo a mi. ¡No lo acepto!¡¿Por qué a mí?!

🦋🦋🦋

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top