Un paso a nuestro nuevo camino.
El día se acercaba cada vez más, habían pasado semanas preparándolo, más ella que él, y aún así todo se les había amontonado.
—¡Tenemos que ir por las flores, Ash!
—¡Pero aún no hemos enviado las invitaciones!
—Podemos decirle a los chicos que las envíen, si no vamos por las flores se atrasará un mes más la boda
Salieron corriendo de la casa y se montaron en el fiel inicial de fuego del azabache rumbo a la florería, la cual esperaban aún tuviera las flores que deseaban.
Para su fortuna, parecía que la suerte de victini los bendecía, rosas, claveles, lavanda, orquídeas y paniculata o velo de novia, todas las que deseaban estaban disponibles y Serena sonreía de felicidad durante el camino de regreso a casa ante su gran suerte.
Ambos iban montados en un par de Tauros, a petición de Serena que quería disfrutar el camino de regreso a casa y disfrutar el paisaje de aquella bella región junto a su prometido.
Ash prefería observar a Serena disfrutar del aroma de un ramo que ella llevaba a la belleza de la región, pues para él, ella era más bella que cualquier cosa, y claro, no podía evitar pensar en lo tanto que ansiaba casarse con ella.
—Ahora sólo falta el vestido y tu traje —Habló de repente con voz dulce y una sonrisa. —Solo espero que esta vez no se arruinen.
—Ten por seguro que nada malo sucederá, verás que en una semana seremos el Sr y la Sra Ketchum. —Sin perder el contacto visual con sus ojos, Ash afirmaba alzando el puño frente a él con emoción.
Escucharlo decir aquello la sonrojaba, era lo que más quería en el mundo y no podía esperar a que aquel sueño que había tenido desde niña se hiciera realidad. Portar el anillo y llevar el apellido Ketchum... Tener hijos, formar una familia y envejecer juntos... Tan solo pensarlo la hacía sonrojarse aún más, provocando que se cubriera el rostro con sus cabellos de miel.
Pero para que eso pasará nada tendría que salir mal, está boda se había retrasado ya lo suficiente.
Ash y Serena habían planeado su boda para hace un año, pero siempre había algo que la retrasaba, que el vestido se arruinó, que el clima había arruinado el lugar del evento, que algún loco despertaba a algún legendario peligroso con intensiones de dominar el mundo o simplemente algún evento desafortunado los molestaba. Durante un año habían ido y venido, luchando y sufrido por ser Ash y Serena Ketchum.
Ya hasta parecía una de sus telenovelas que la madre de Ash veía.
Esta vez nada los detendría de llegar a aquel sueño compartido.
—¡Cerrado para siempre¡ ¡No pueden cerrar el lugar, ya había pedido mi vestido!
O tal vez si.
-—Realmente lo sentimos señorita, la dueña está de luto por su madre que fundó la tienda, y ella ha....
—¡No nos importa la vieja esa, mi amiga está a menos de una semana de su boda y no tiene vestido! —La amiga peli azul de Serena, Miette, había tomado por la camisa a la empleada del lugar y, con ojos de muerte, la agitaba violentamente. —¡Tienes idea lo que es una novia sin vestido! ¡Tienes idea lo que esta dulce mujer ha pasado para que esté finalmente por casarse!
—¡Exigimos el vestido! —Detras de Miette, otras chicas aparecían igual o más furiosas que la peliazul, todas ellas siendo acompañadas por un Mega-Gyrados, un Mega-Blaziken, un Mega-Lopunny, un Mega-Venasaur, un ninetailes, un Tserena, un Primarina, un Dragonite y una adolescente montada en el hombro de un Zygarde 100%
—L...lo siento pe..pero ya no contamos con ningún producto del inventario lo único q...que puedo hacer es darle su reembolso —La pobre chica solo temblaba del miedo y cerraba los ojos al terminar la frase deseando haberse quedado en casa ese día y no haber venido a su final asegurado.
Por suerte una voz logro calmar al grupo de chicas, la dueña de la voz se disculpó por la actitud de sus amigas, aceptó el reembolso y partió de vuelta a su casa, dejando al montón de chicas paradas allí mismo y con una mirada triste hacia ella. La empleada hubiera deseado morir en mano de esas chicas a haber visto el dolor en los ojos de esa chica pelimiel.
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—¡Serena, lo tengo, lo tengo! —Tan pronto Ash entró a la casa y vio a Serena en la sala, salió disparado hacia ella y sacó el contenido de la bolsa que traía.
—¡Tatan! ¡Al fin tenemos los trajes!
—¡Pika!
Entrenador y Pokémon mostraban un par de trajes iguales con suma alegría a la chica, la cual solo los vió con ojos vidriosos que amenazaban con terminar de romperse.
No tardó en consolarla, en escucharla y luego animarla, o al menos tratar, no quería verla así, no cuando su boda estaba a tan solo 4 días.
Ella creía que nunca serían marido y mujer, pero Ash no se rendiría hasta demostrarle lo contrario, no hasta el final.
Una vez que se hubo dormido de tanto llorar, Ash salió cual bandido por la ventana y, montado en su fiel Noivern, se dirigió a buscar a la dueña del local.
Cuando llegó a la tienda le sorprendió ver el lugar con las luces encendidas, "un problema menos" pensó él, así ya no tendría que buscar a la dueña.
Pero al entrar por el techo, pensando que así haría una entrada digna de un bandido al cual se suponía que encarnaba, se encontró a la misma empleada de la tarde y tras explicarle su situación, la empleada le entrego un vestido de novia, no era el mismo, pero a los ojos de Ash, Serena se vería muy linda en el.
A la mañana siguiente, faltando 3 días para la boda, Serena se despertó más temprano de lo usual, sin ganas de hacer nada y odiando todo, tomó una ducha y al salir se quedó mirando a un Ash dormido, al menos lo tenía a él y eso la reconfortaba un poco.
—Realmente hubiera querido casarme, pero creo que todo se cancelará... otra vez. —Susurró para sí misma creyendo que Ash no la escuchaba.
—Mira el armario. —Habló desde la cama aún con los ojos cerrados.
Serena dudando y con intriga abrió el armario y se sorprendió tanto que unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, el nuevo vestido de novia era hermoso. Lo tomó en brazos y giró a ver a Ash quien ya se encontraba sentado en la cama.
—Te prometí que nos casariamos y... —No pudo terminar la frase pues Serena se había lanzado a besarlo una y otra vez. Cuando se separaron, Serena lo sacó del cuarto porque quería probarse el vestido y no quería que él la viera usándolo, su suerte ya era mala y no necesitaba más de lo mismo.
En el pasillo, Ash suspiro con una sonrisa, ya nada podría salir mal.
Y de repente, el teléfono de la casa sonó, a lo que Ash no tardó en atenderlo.
—Ash... Tenemos un problema.
—La voz de Brock sonaba del otro lado.
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Luego de la llamada, Ash había salido volando a toda velocidad en Noivern rumbo a Alola, lugar donde sus amigos isleños me ayudarían a conseguir todas las flores necesarias para la boda.
—¡Me estás tomando el pelo Brock! ¡¿Cómo que un montón de Catterpie se comieron las flores?!
—¿Vaya suerte la tuya, amigo?
—¿Qué le voy a decir a Serena? Ella no puede enterarse, ya hemos atrasado mucho ese día.
—Tenemos que actuar ya, la futura señora no puede esperar.
—¡Tengo un plan, Brock! solo distrae a Serena.
Y así, Ash partió de aquella región lejana a al archipiélago tropical, claro, seguido de cerca por el trío de chicas alolianas que iban montadas en Charizard y Staraptor, y quiénes se habían ofrecido a ayudarlo en su cruzada.
Al llegar se encontró con el resto de sus compañeros Kiawe, Chris, Gladio, Acerola y Hau a quienes les dió la lista de flores y, al puro estilo de los ultra guardianes, se montaron en las pokemonturas para recorrer los parques de flores de toda Alola y conseguir todas y cada unas de ellas.
Montado en su pokemontura Garchomp, Ash recorrió de norte a sur Alola, las atraparia a todas, por ella y por su futuro.
Y Serena no se enteraría de nada
—¡¿Qué ya no hay flores?!
Brock yacía arrodillado y lleno te temor frente a la novia y sus damas de honor.
—Te juro que es mentira, las flores están a salvo.
—¡Di la verdad Brock! —Luego de decir eso, Misty volteo a ver a Serena, como pidiendo permiso para actuar, y ella se lo concedió, a lo que ella procedió a jalarlo de la oreja como en antaño.
—¡Está bien, está bien! ¡No hay flores! ... Pero Ash salió a conseguir más, para mañana conseguirás más flores.
Entonces, Serena se dejó caer en el asiento más cercano disponible mientras suspiraba pesadamente. ¿Qué pasaba?¿por qué siempre algo tenía que salir mal justo antes de su boda? ¿A quién había molestado para merecer esto?
—Se que tú puedes arreglar esto, Ash.
Junto las manos y se las llevo al pecho, a la altura del corazón en señal de súplica a los cielos por tener una boda normal.
El resto del día, Serena se entretuvo con sus damas de honor arreglando el vestido, pues no era del todo de su talla y esperando la llegada de su prometido.
—Ya está... ya está todo bien... Ya.. —Ash llegaba de imprevisto abriendo la puerta de la casa y cayendo rendido en la entrada, todas las chicas salieron en su auxilio, en especial la novia quien lo revisó y curo todos los rasguños que poseía e incluso retiro algunas hojas del cabello del novio. Al final Ash cayó dormido.
Al despertar, lo primero que vio fue a Brock. —Mision cumplida amigo, misión cumplida y Serena no sabe nada.
Pero al ver que Brock señalaba con la mirada a su derecha, el volteó y se encontró con la novia y su celo fruncido. Brock abandonó inmediatamente la habitación, dejando a los novios a solas.
—Con que no hay flores, ¿he?
—Perdón Serena —Bajó la cabeza ante ella, esperando un regalo el cual nunca llegó, en su lugar sintió que lo abrazaba.
—Se supone que nos vamos a casar... somos novios, cualquier problema que haya... sin importar que sea... es de ambos ahora.
—No quería preocuparte, Serena. Susurró a su oído.
—Pues lo hiciste. —Y ella se separó del abrazo, al hacerlo, Ash pudo notar la preocupación de ella.
—Pero lo conseguí, tengo las flores, llegaran junto a mis amigos de Alola para un día antes de la boda, sí se efectuará, tal y como te lo prometí.
Escuchar aquello la hizo sentir más aliviada, pero no le quitaba la preocupación. ¿De qué le servía tener todo listo si el amor de su vida no podría ni moverse el día de su boda? Le importaba su boda, pero también que Ash estuviera bien y ahora que ambas estaban listas, solo quedaba descansar.
~S&A~
Al día siguiente, justo 2 días antes de gran día, Ash y Serena tuvieron su despedida de solteros, muy a pesar de sus protestas para que no fueran llevadas a cabo por temor a que algo malo pasara.
Ash se fue con Gary, Brock, Clermont y Cilean a celebrar un mini torneo Pokémon mientras las chicas realizaban exhibiciones y concursos Pokémon para despedir a la novia, todo en lugares separados.
Pero el gusto no duró mucho, pues el par de tortolos terminaron por juntarse y así llevaron a cabo una gran fiesta donde Ash y Serena mostraron su sincronía tanto para concursos como para batallas y exhibiciones Pokémon.
Todo lo malo que podía pasar, podía finalmente no pasar.
~S&A~
La boda sería mañana, todo iba bien, las flores llegaron junto a todos los invitados de Alola, el lugar de la boda comenzaba a ser arreglado para el gran día, el vestido estaba intacto, los novios seguían vivos y los invitados comenzaba a arribar a la región, incluyendo a las futuras suegras. Todo iba bien, demasiado bien que incluso Ash sentía un mal presentimiento, pero esperaba estar equivocado.
¡Ring, ring¡
El teléfono de Ash sonó repentinamente, y cuando Ash revisó quien era, temió lo peor.
—Dime que no así nada malo, Gary.
Su viejo amigo era el asistente del profesor de la región, quien se supone, organizaría el casamiento del día de mañana.
La llamada de su amigo no podía ser una mala noticia, simplemente no podía.
—El profesor se accidentó.
¡Giratinas!
—Tropeso por las escaleras tras perseguir a los iniciales de la región y cayó en coma.
Ash lanzó un gruñido al aire y suspiro
—Es oficial, Gary, tengo la peor suerte del mundo.
—¿ Y hasta ahora te das cuenta?... Al menos tienes a Serena, eso no es mala suerte.
—Tienes razón, Gary.
Y es por ella por quien no puedo rendirme hasta el final.
—¡No podemos rendirnos, Gary! ¡Tenemos que encontrar a alguien que pueda casarnos!
—Dilo pero no lo grites —Contesto del otro lado del teléfono. —Pero, ¿En dónde encontrarás a alguien que pueda organizar una boda para mañana?
—¡No lo sé! Pero lo encontraré... Lo haré por ella.
—Yo lo haré— escuchó una voz tras de él. El padrino, Brock. Y tras de él el resto de amigos varones de Ash que habían estado escuchando la situación.
—Brock, ¿Tú puedes casarnos?
—Claro que sí, tengo permiso para hacerlo, pero... eso significaría que necesitas un nuevo padrino. — Dijo y mostró el anillo de compromiso.
Lo que pasó después fue todo un espectáculo, una estampida humana se abalanzó sobre Ash, Gary gritaba del lado del teléfono y todos peleaban por ser el padrino de Ash, una batalla campal por el puesto más importante, después de los novios, el día de mañana.
Al final Ash tomó su decisión y tomó como padrino al único que no lo había tecleado, Gladio.
Y cuando el día llegaba a su final,y la noche servía de antesala para el gran día de mañana, en la habitación de los novios, Serena no podía dormir de la emisión, estaba pasando, en unas cuantas horas sería Serena de Ketchum.
Daba gracias a todos los legendarios posibles por aquella oportunidad, por haber conocido a Ash, por haber permitido su reencuentro y haberle dado el valor para dejar marca en Ash aquel ya lejano 27 de octubre.
¿Todos su sueños de niñez y adolescencia se harían realidad mañanas? No lo sabía con certeza, pero sabía que con Ash todo estaría bien, que con él tendría la aventura de su vida, el día de mañana escribirían en las estrellas el próximo capítulo de su vida juntos y ya nada podía arruinarlo.
Ash la veía desde la cama, veía su figura bañada bajo la luz de la luna, la veía lanzar suspiros soñadores a las estrellas, como agradeciendo por un deseo lejano cumplido y, a su vez, el pedía un nuevo deseo, que todo saliera bien, que todo el esfuerzo dado cumpliera la meta que se había impuesto desde el día de su reencuentro.
Nada saldría mal, nada.
¡Noticia de última hora!
Una tormenta de nieve con fuerte vientos ha azotado el sur de la región.
Se reportan múltiples daños a lo largo de dicha zona pero ningún herido hasta el momento.
La tormenta ha bajado su intensidad en relación a la noche pasada, pero se recomienda precaución
Se cree que pudo haber sido algún legendario travieso.
Seguiremos informando.
El día de la boda había llegó al fin, todo estaba listo de acuerdo a lo planeado, el único problema fue que se encontraba sepultado bajo nieve o destrozado por ahí debido a los fuertes vientos de la noche anterior.
—Todavia podemos salvar algo, solo tenemos que buscar bajo la nieve, todo está ahí, vamos amigos ¡ayúdenme!—Ash se había adentrado en medio de la pequeña Nevada y había salido a cavar en la espesa nieve. No iba a dejar que el día de su boda se arruinará, no está vez.
—¿Pika? —El ratón había llegado a su lado con preocupación.
—No te quedes ahí parado amigo, ¡Ayúdame! —Y siguió recogiendo la nieve, acción inútil pues ésta seguia cayendo del cielo.
—Ash —Serena había salido junto a Ash, totalmente abrigada y con un abrigo extra para él. —Ash, para por favor.
Inmediatamente dejó de cavar, se quedó quieto de rodillas en la nieve y apretando los puños con fuerza.
—Perdón Serena, no pude cumplir mi promesa.
—No importa ya, Ash —Se acercó hasta posarse frente a él.
—¡Claro que importa!—Alzando la voz, Ash se levantó de golpe, y así dejó ver que en su rostro se mostraban una que otra lágrima.
Esa imagen solo logró partirle el corazón a Serena.
—El día en que te propuse matrimonio y dijiste que si... Yo estuve feliz, era el hombre más feliz del en la tierra, pero al mismo tiempo tenía miedo, miedo de no ser buen esposo, pero creí que no tenía importancia, y entonces nuestro primer intento de boda se arruinó y el segundo, el cuarto y el quinto y ahora el sexto, y el verte llorar por no habernos podido casar siempre fue lo peor ¿qué clase de esposo sería si no podíamos casarnos siquiera? ¿Si no podía mantener la promesa de hacerte feliz?
—Ash...
—No digas que no importa, si no puedo cumplir el sueño más grande de la persona que amo, sin importar lo que haga todo siempre se arruine...no digas que no importa ya porque entonces realmente seré el peor esposo... Voy a ser el peor esposo de todos no deberías ni... ¿Realmente debemos seguir intentándolo?
Y repentinamente una bola de nieve se estrelló en el rostro del kantoniano, seguida de otra y otra hasta tumbarlo de espaldas en la nieve.
Cuando Ash se levantó pudo verla con la cabeza baja y dos bolas de nieve en sus manos.
—Te estás escuchando Ash, ¡suenas como si te dieras por vencido! ¡Como si ya no quisieras casarte conmigo! —y antes de que él pudiera hablar, ella le lanzó otra bola de nieve al rostro.
—El Ash que me propuso matrimonio no hablaría así ¡El Ash que amo no se rendiría hasta el final!— y lanzó la última bola de nieve, la cual él esquivó, para finalmente entrar a la casa, ignorando por completo a sus amigos que había presenciado todo.
¿Qué estaba haciendo? ¿Realmente se daba por vencido, después de tanto que había pasado para que ese día Serena y él se casaran? ¡No! No lo haría, él había jurado que sería su Sol, su hombro, su apoyo, su amigo su amante y la razón de su felicidad por el resto de su vida, no podía rendirse antes de comenzar su propio camino juntos.
Sí, estaba harto de verla llorar cada vez que su boda se arruinaba, estaba harto de que todo saliera mal por más que se esforzará, esraba frustrado, pero lamentarse por eso no era la solución.
Reír en momentos dolorosos y llorar en momentos felices.
No cuando su nueva aventura estaba a la vuelta de la esquina.
Nunca he tenido miedo de aquello que nunca he visto o hecho y no lo tendré ahora.
—¿Pika? —Pikachu seguía preocupado, pues él seguía sin moverse ni decir nada.
—Pikachu, tengo un plan, pero necesito la ayuda de los chicos.
Tras decile esto, el ratón salió a buscar a todos los Pokémon del rancho y Ash miro a sus amigos, quiénes con solo mirar la mirada determinada de Ash supieron ese día habría una boda.
~S&A~
Había pasado una hora desde que Serena dejó a Ash en la nieve y se preocupaba porque no había muestra de alguna reacción suya.
Tal vez realmente se rindió.
Aquel pensamiento la entristecía, pues significaba que Ash que amaba había desaparecido.
Repentinamente, escuchó que llamaban a su puerta y al abrir fue asaltada por Miette, Bonnie y Shauna.
—Tu vestido ahora —No le dieron tiempo de hablar ni reaccionar que cuando se dio cuenta ya estaba arreglada para su boda.ñ y la llevaban escaleras abajo.
—Chicas, no es necesario, la boda no se llevará...
—Silencio mujer — sentenció Bonnie —Hoy será el día en que mi shipp finalmente se hará canon al 100 % —Tras decir esto, Serena salió empujada por la rubia por la puerta de la casa hasta estrellarse con la firma nieve.
—No es bueno que te tropieces en tu gran día, hija.
—¿Mamá? —Apareciendo repentinamente, su madre la levantaba y le ponía un abrigo que cubriera y combinara con el vestido.
—Pon una sonrisa hija, la novia debe sonreír el día de su boda. —y fue ahí que mirando sobre el hombro de su madre pudo ver una ceremonia de boda improvisada frente a ella.
Las sillas de los invitados eran de hielo y roca brillante, las flores se encontraba esculpidas en escarcha, el camino sentral era iluminado por pequeños fuegos artificiales, cortesía de los tipo fuego,al final de éste había un altar de hielo que se iluminaba a si mismo por obra de los Pokémon eléctrico, y en medio de todo estaba él, Ash Ketchum, sonriente como siempre.
Todo paso en cámara lenta y en cámara rapida, no supo en qué momento su madre la dejó en manos de Ash ni en qué momento el padre, en este caso Brock, comenzó la ceremonia, su mente no podía procesar lo que pasaba, finalmente sucedía, el día de su boda había llegado y era mil veces mejor de lo que ella había imaginado.
Y finalmente la voz de Ash la trajo de vuelta a la realidad justo a tiempo para sus votos.
—En la mañana, te confesé que temia por el esposo que podía llegar a ser y créeme aún tengo miedo o más bien nervios por lo que está por venir —Rio un poco —, pero no hay porque sentirme así, nunca lo hice cada vez que comenzaba una nueva aventura siempre miraba hacia el frente y me emocionaba el futuro... y ahora que sé que tú estarás en el... Yo... No puedo esperar a que llegue, porque después de todo, no hay otra manera en que pueda imaginarme mi próxima aventura sin la mujer que amo.
Serena lo miro con ojos de amor, ahora era su turno y realmente tenía tantas cosas que decirle, pero se limitaría a solo unas cuantas palabras.
—Me enseñaste que las historias de amor pueden ser dulces, pueden significar un camino enlazado, un reencuentro, un sentimiento profundo que trasciende a algo más allá que nosotros, más allá de un final, yo quiero estar contigo y vivir las aventuras, seguir los pasos a nuestro propio camino y poder gritarle al mundo mi más grande alegría... Que te amo Ash Ketchum.
Y un beso fue lo selló el principio de un nuevo viaje juntos, viaje en el cual ellos formarían su propio camino como familia
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