CAPITULO XXV
El último sueño
—Ero-sennin —un pequeño niño de cabellos rubios y ojos azules llamaba a su abuelo que lo seguía lentamente.
—Ya te he dicho miles de veces que no me llames así, Naruto —se quejaba como ya era costumbre.
—Lo se, lo se —lo miro con seriedad mientras se acomodaba a su lado—. Pero no te puedo llamar de otra manera si te la pasas de rabo verde.
Jiraiya, el viejo al lado de Naruto, no replicó más, sabía que era cierto y que jamás le ganaría a su nieto.
Caminaron por ese sendero hasta que el viejo contempló una banca cercas de ellos, donde al llamar al pequeño se sentaron.
—Dime Naruto, ¿cómo vas en la escuela.
—Este... —sonrió nervioso.
—No te has peleado, ¿verdad? —lo miraba con cinismo mientras el rubio mostraba preocupación en su rostro.
—Yo... A... Este —movió los ojos conforme a sus palabras contemplando a las mujeres vestidas de blanco a su alrededor—. ¿Cuándo vas a salir del hospital?
—Pronto —quedó pensativo un momento—. Pronto saldré de aquí e iremos a jugar como siempre lo hacemos, he, ¿qué te parece?
—¡Si!
...
—¡Ero-senin, ero-senin! —Naruto corría entre pasillos hasta llegar a la habitación en el que el nombrado se encontraba.
—¡Ero-senin! —volvió a gritar cuando entro a dicho lugar.
—No grites tanto, el señor Jiraiya necesita reposo —le clamaba la enfermera antes de salir de la habitación y cerrar la puerta a sus espaldas.
—Ero-senin —susurro.
El viejo abrió lentamente los ojos y siguió el ruido proveniente antes de encontrarse con la alegre sonrisa de su nieto.
—Oh, Naruto, ¿qué te trae por aquí? —decía con una muy leve sonrisa en sus labios.
El Uzumaki miro a su abuelo. Ahora aquel viejo estaba conectado a varias mangueras de suero y a lo que parecía proveerlo de oxígeno.
Su rostro se veía acabado y, su cabello, aquel largo cabello blanco que mostraba hace algunos meses, ya no estaba, ahora era muy corto y el brillo había desaparecido.
—¿Cuándo saldrás de aquí?
—Pronto Naruto, pronto —le indicó que se acercara y el lo hizo —. Hace poco fue tu cumpleaños, ¿no es así?
Naruto asintió y con una gran sonrisa le dijo:
—Ahora tengo once años.
—Ya casi eres un adulto —palmeo su frente—. Y yo que no te he dado un regalo.
—No es necesario —el peliblanco lo miro confundido.
—Pero siempre quieres un regalo.
—Lo único que quiero es que salgas de aquí y compartamos una paleta doble.
Jiraiya lo miraba con nostalgia.
—Si es lo que quieres —se sorprendió el chico—. Haremos una promesa.
—¡Si!
—Entonces ya está dicho —le extendió la mano la cual estrecho Naruto con una sonrisa.
...
—Na...ruto —pronunciaba apenas el peliblanco—. ¿Qué te ha... Ocurrido?
—Nada —dijo en son molesto.
—A mi... A mi me parece que si.
—Pues estás mal —se cruzó de brazos—. A mi no me pasa nada.
—¿Te pele...aste con tus amigos...?
—¡Qué no me pasa nada, joder! —el viejo no dijo nada y, al darse cuenta de esto, habló más sutil el rubio—. Lo siento, no debía de haberte hablado así.
—No te preocupes, los... Jóvenes tienen que... Expre...sarse.
—¿Qué significa te quiero?
—¿Por qué, te... Te lo han dicho?
—Tal vez.
—Pues... Es un sentimiento.
—Lo se, ¿pero qué indica?
—Que... Según quien te lo... Te lo haya dicho es el significado que... Toma.
—Si lo hizo una niña.
—Entonces indica que... Que siente atracción por ti.
—Ya, veo —Naruto miro al suelo.
—Al igual que... Ella te da a entender que... Tú eres importante en su... En su vida.
—¿Qué pasaría si por mi culpa, ella llorara?
—La... Lástimas, no físicamente, pero... Si le las...timas su corazón —no dijo nada el pequeño a su lado—. Pídele perdón si lo hiciste Naruto.
—Yo no he hecho nada —clamó entre murmullos de una manera que a Jiraiya le dio gracia y lo demostró con una risa.
Jiraiya empezó a quedarse dormido en su cómoda cama y, antes de que fuera completamente, Naruto le preguntó:
—¿Cuándo saldrás de aquí?
—Pronto Naruto, pronto —respondió antes de caer en sueño.
...
—Kaasan, Toochan —Naruto llamaba sus padres que se abrazaban con fuerza —, ¿dónde está ero-senin? —no respondieron.
Se encontraban todos fuera de una gran habitación y, las ropas que traían, era algo extraño para el joven Uzumaki.
—¿Por qué vestimos de negro?
—Minato —la pelirroja miro a su esposo con los ojos vidriosos.
—¿Puedo ir con el ero-senin?
—Naruto —el rubio mayor movió la cabeza, como si negara mientras mantenía los ojos cerrados y una lágrima caí por su mejilla.
—¿Q-qué quieren decir?
—Lo siento, Naruto —Kushina intento abrazarlo, el retrocedió.
—No —sus ojos se inundaron—, n-no, no es cierto —y aquellas gotas salieron a jugar en su rostro—, el me dijo que —fue interrumpido por el sollozo de dolor de su kaasan —. El no puede estar muerto, ¡no!
Salio corriendo. Kushina se recargo sobre el hombro de Minato donde soltó todo su pesar, el la abrazo nuevamente.
...
—Me lo prometiste —Naruto, con lágrimas en los ojos, clamaba de manera molesta frente a una gran lápida con el nombre de Jiraiya en ella—. Me dijiste que saldrías del hospital e iríamos por helado y n-nos divertiriamos.
Cayó sobre sus rodillas.
—¡Eres un mentiroso!
Se abrazo de aquella gran roca.
—¡Mentiroso, mentiroso! —clamaba una y otra vez—. ¡Eres un mentiroso ero-senin!
El silenció se hizo presente en aquel desolado lugar. Naruto logro controlar su quebrada voz y retener sus lágrimas para decir entre susurros:
—No puedo culparte, no puedo, especialmente si yo soy igual...
Cambio su semblante. Hincado frente a la pila formó una leve sonrisa que apenas se notaba.
—Te prometo que vendré cada vez que tenga problemas. Ya no seré malo y me disculparme con aquella niña, solo dame la oportunidad de hacerlo, y además —extendió su mano en forma de puño alzando el pulgar—. Te prometo que jamás me rendiré y que jamás faltare a mi palabra.
—Seré una persona diferente, seré alguien de que puedas estar orgulloso, ya lo veras 'ttebayo.
Se levantó, sacudió algo de polvo de su pantalón y miro nuevamente el nombre escrito con una amplia sonrisa.
—Solo mirame.
.
.
.
—Solo mirame —repetí.
Ya a pasado mucho desde esa vez, la primera vez que tuve aquel sentimiento de perder a alguien importante.
Me levante de la cama en la cual estaba posado. Mire a mi alrededor visualizando cada detalle de mi cuarto.
—Has esperado por mucho tiempo, pero...
Recogí un poco antes de abrir la ventana y mirar hacia la nada, perdiendome en mis recuerdos.
—Llegó la hora, Jiraiya.
Continuará...
~💙~
Publicado
4/ Noviembre/17
Un capítulo más y todo se acaba. La próxima actualización será la última.
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