CAPITULO XXIII
Un pasado juntos
Habían pasado alrededor de quince minutos de que el timbre sonó, ya era la salida así que todos mis compañeros ya habían salido, oh bueno, casi todos.
Me encontraba fuera de mi respectivo salón, ¿motivo? No necesito un motivo para estar fuera de mi salón... Bueno, a quien engaño. Me mantenía cercas de la puerta, con la cabeza mirando a través de esa pequeña ventana en el centro de esta.
Detenidamente observaba a Hinata, su mirada parecía vagar por las luces del Sol, sus manos las mantenía sobre su mesilla y, sus labios... ¿Por qué pienso en ellos?, bueno no importa, los mantenía abiertos como si quisiera decir algo.
—Dobe, vamos —una voz familiar habló a una corta distancia, me asustó y, al ver que era Sasuke, no pude evitar estremecerme, puesto que me había pillado espiando a Hinata.
—No me vuelvas a asustar así.
Me ignoro e inició a tomar rumbo al gimnasio, clásico, pero que se la va hacer. Lo seguí en silenció hasta que llegamos a dicho lugar.
—Esta dentro —aviso—, bueno, suerte —se empezó a marchar.
—¿¡Qué no me vas a acompañar!? —grite alterado.
—Esto es algo que no me interesa —decía sin detenerse—. Además yo tengo algo que hacer. Nos vemos.
Lo despedí con la mano como si pudiera verme hasta que desapareció entre corredores.
Mire esa gran puerta del gimnasio, lo que provocó que una gota de sudor cayera por mi sien. Cerré los puños que se mantenían en constante movimiento. Trague saliva.
Abrí lentamente y, al momento, escuche varias voces, entre esas, la de Neji.
—¡Si Gai-sensei! —grito cejotas a la orden que dictaba su entrenador.
—Disculpen —dije nerviosamente llamando su atención, incluyendo la del Hyuga.
—Oh, Naruto-kun —llamó cejotas.
—Hola.
—¿Qué es lo que necesitas muchacho? —me pregunto Gai-sensei.
—Bueno... —rasque mi nuca—. Necesitaba hablar con Neji.
—Tu y yo no tenemos de nada que hablar —Me evadió fríamente.
—Pero... —baje la mirada, no tenía derecho a reclamar, y bien lo tenia grabado. ¿Quién quisiera hablar con el que posiblemente hizo sufrir a tu hermana? Seguro que nadie.
Inicie a marcharme con la cabeza gacha.
—Espera —una voz femenina se escucho y ante tal mandato me detuvo para mirarla. Era la misma chica que una vez vi en casa de Hinata—. Neji, ¿podrias escucharlo?
—No Tenten.
—Pero ni siquiera sabes el motivo por el que esta aquí.
—No, y no creo que me interese.
—Pero.
—No es necesario que insistas —clamé en tono serio—. El tiene razón, no tenemos de nada de que hablar. Ni siquiera debería estar aquí.
Seguí mi camino, al abrir la puerta nuevamente, escuche a mis espaldas algo que hizo que mi caminar se detuviera de nuevo.
—¿Tan fácil te rindes, Naruto?
—Eres demasiado arrogante como para insistirte —gire para poder verlo—, además, podrías romperme la mano de nuevo —reí.
—¡Jo! Si haya querido ya lo hubiera hecho —sude frío—. ¿De qué querías hablar?
—No te lo puedo decir aquí.
Miro a sus compañeros y entrenador para darme una respuesta.
—Tienes razón.
...
Caminamos entre pasillos, ya despejados, seguros ya todos se fueron. Pasamos junto a mi salón y le eche una mirada para ver si ella seguía ahí; no, ya no esta, me sentí un poco mal. Cada vez que la veo siento mi paliar emocionarse, haciéndome recordar que estoy enamorado, de ella y solo de ella.
Se detuvo de repente, casi me topo con su espalda, gracias al cielo pare a tiempo.
—¿Qué sucede?
—Ese es tu salón, ¿cierto? —afirme con la cabeza—. Hablemos ahí.
Nos adentramos y lo examine con la mirada, como si esperará que alguien se encontrará escondido y pudiera escuchar nuestra conversación.
Neji camino hasta el escritorio de los profesores y se sentó sobre este.
—Y bien, ¿qué ocurre? —me miraba con sus aperlados ojos.
—No se por donde iniciar —sonreí tímidamente.
—Adivinare, Tiene que ver con Hinata-samma —y lo dijo, sin más.
—Ah... Si.
—¿Y qué con ella? —dijo tranquilo, ¿este es Neji?
—Yo quería preguntarte si... —mire hacia mis pies, tratando de organizar mis ideas—. ¿La lastime?
—¿Eh?
—Quiero decir, ¿Hinata es aquella niña a la que rechace?— mi tono era triste y, de cierta forma, esperaba que me respondiera con un no, pero en vez de eso, solo dijo:
—¿Y qué con eso? —lo mire, con los ojo bien abiertos —Si hacia fuera, ¿eso importa?
—¿Por qué dices eso?
—Aunque ella fuera aquella niña y, tú, aquel niño, ¿cambiaría algo?
¿Cambiar algo? Aunque supiera la verdad, yo... ¿Cambiaría algo?
—El pasado es pasado y el presente es hoy, ¿no es así?
—Si...
—Pero, si tuviera que darte una respuesta sería... Si, tú rechazase a Hinata.
—¿Cómo estás tan seguro? —mis manos tiemblan y algo de sudor corre por mi sien.
—Como no estarlo, Hinata hablaba todo el día de ti —miro a los ventanales —Un chico rubio, de ojos azules y tres particulares marcas en las mejillas. Nunca lo olvidaría. Ella tenía una gran sonrisa cada vez que me lo decía.
—Y... ¿Por qué no me recordó la primera vez?
—¿La primera vez que se vieron? Ni yo mismo entiendo. Cuando ella me lo pregunto solo fui capaz de decirle que: uno olvida lo que le lástima.
—Ya...veo —cambie de tono—. ¿Crees que podría arreglar lo que sucedió en el pasado?
—No —un aura negra me rodio—. Pero, puedes cambiar el futuro.
—¿Eh?
—Como te dije antes, el pasado ya está escrito, en cambió, el futuro puede cambiar.
—¿Me vez casado con Hinata y con uno o dos hijos? —pregunte curioso.
—No te vayas tan a futuro —dijo con un tono de pena—. Pero, no te rindas, no ahora.
"—Te prometo que jamás me rendiré y que jamás faltare a mi palabra."
—Tienes razón —lo mire con una sonrisa por un segundo hasta que la duda invadió mi mente—. ¿Por qué me dices esto? Si tu me odias.
Se levantó de donde yacía sentado y camino hasta quedar a mi frente, me tomo por los hombros y me sonrió.
—Eso no importa —palmeo mi espalda y siguió hasta abrir la puerta, quedando detenido en el marco —, solo me importa su felicidad —dijo casi en susurro, pero fue suficiente para que yo escuchara.
¿Su felicidad? ¿Acaso habla de Hinata? ¿Acaso yo...
—Neji —él me miro confundido—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—¿Una... Pregunta?
Continuará...
~💙~
Publicado
18/Octubre/17
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