La pareja se encontraba a las afueras de la montaña, en un pedazo de tierra que lo cubría solamente el pasto y las sombras de los grandes árboles del bosque cercano, los dos presentes se encontraban acostados, el peli-violeta sobre el castaño; se mantenían en silencio mientras miraban las hojas caer 

Ánthos:.......en que piensas?

Seiya *algo distraído* en nada

Ánthos:.........te incomoda estar conmigo?

Seiya: no, no es eso

Ánthos: entonces

Seiya; es que es muy raro estar junto a ti, se lo que siento por ti, pero algo me da un mal presentimiento

Ánthos: es normal, la maldición de Zeus suprime tus recuerdos de tu vida pasada, causa confusión en la mente cada vez que estamos cerca

Seiya: pasaste por esto antes?

Ánthos *asiente* en cada vida tuya siempre trate de acercarme a ti, pero tu lealtad a Atenea era mayor y confiaste en ella ciegamente *se entristece* creíste sus mentiras cada vez, hasta ahora claro 

Seiya: ya.....debió ser duro para ti 

Ánthos: mucho, tu eres el unico que revive mis emociones

Seiya: y hablando de eso, por que pasa eso?

Ánthos: es complicado; veras, el día que parte de mis hermanos fueron condenados a sufrir en el Tártaro, algo dentro de mi murió, deje de sentir cosas y me volví casi inexpresivo; quería sonreír pero no podía, quería llorar y no llegaban las lagrimas, algo en mi interior me impedía mostrar mis sentimientos; y cuando Febe quiso separarme de todos, yo......

Seiya: se complico mas

Ánthos *asiente* ya no podía ni gritar por el dolor que me causaba todo este problema, bueno, así fue hasta que tu llegaste; la primera vez que te vi fue algo leve, solo fue por un segundo que una ola de emociones salieron a florecer y cuando nos vimos directamente a los ojos fue mas que mágico *sonríe* 

Seiya: tan importante soy para a ti?

Ánthos: que pregunta esa, Seiya, claro que lo eres, tu eres la razón por la que puedo sonreír, o llorar, e incluso sufrir; por que preguntas eso tan obvio?

Seiya *aparta la mirada* no nada

Ánthos *se sienta a un lado* Seiya, cuéntame, sabes que te conoscó mejor que tu mismo 

Seiya: no es nada

Ánthos: vamos, Seiya, ya te conté algo mío, dime

Seiya: es que....a pesar de ser el caballero mas fuerte y he salvado a la Tierra mas de una vez, los demás caballeros no creo que me apreciaban del todo

Ánthos: por que? normalmente el caballero pegaso es el mas admirado, tal vez no el mas fuerte, pero si unos de los mas queridos 

Seiya: soy alguien muy temperamental, impulsivo, imprudente y necio, no todos les agrado y muchas veces quedo a un lado por esto; no les agrado 

Ánthos: vamos, Sei, no seas así contigo mismo; siempre habra personas que te quieran hundir, pero habra otras que te levantaran 

Seiya: Ánthos

Ánthos: vamos, sonríe un poco *juega con algunas mechones de su pareja* no puedes dejar que esas palabras de desanimes, ese no es el caballero pegaso que conozco 

El castaño solo suelta una pequeña sonrisa, no era algo que de verdad le afectara, solo era como sus compañeros le trataran, era un niño hiperactivo para todos en el Santuario

Ánthos *suspira* deja ese dolor atrás, no es necesario que escuches lo que dicen los demás, confía en mis palabras, no te preocupes

Seiya: no se si confiar

Ánthos *algo herido, pero no lo demuestra* por que no confías en mi?

Seiya:.......no te conozco, quisiera recordar todo lo que paso antes de este tiempo; estoy algo confundido

Ánthos: entiendo, Seiya

Seiya: enserio?

Ánthos: me paso cuando empezamos la relación, recuerdo perfectamente que tu, el de la era del mito, era algo distante y no entablábamos conversación tan largas

Seiya: como lo resolvieron?

Ánthos: dejamos que el tiempo arreglara todo, empezamos hablar hasta que no podíamos y se mostraba mas cariñoso cada segundo; si te sientes algo incomodo hablando de esta manera, podemos dejar que los días pasen y que la relación fluya por si sola

Seiya: sería genial

#Podrá nublarse el sol eternamente;

podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su fúnebre crespón;

pero jamás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

-Gustavo Adolfo Bécquer#