2. Un pequeño campeonato

Despierto, en una cómoda cama, con unas sábanas rosas.
La luz de la luna entra por la ventana que está encima de la cama.
Me siento y llevo mis manos a la frente. Ya no me duele la cabeza. Abro la ventana y dejó que la brisa nocturna entre.
Respiró, y me tranquilizo. Y un escalofrío recorre mi cuerpo.
Busco a mí alrededor mi ropa, pero no la encuentro y entonces llaman a la puerta.

- ¿Iris, estás despierta? - dice la voz de Ban
- Si, espera - digo metiéndome dentro de las sábanas. - Ya puedes entrar

Ban entra con un chaqueta roja y los pantalones del mismo conjunto, con una azafata llena de comida.

- ¿Cómo te encuentras? - pregunta preocupado
- Bien - digo mirando la comida
- ¿Tienes hambre? - dice sonriendo
- Si - digo mientras mi estómago reclama comida y los colores se suben hasta mis mejillas
- ¿Qué ha sido eso? - dice riéndose a carcajada
- ¡Cállate! ¡Y dame la comida! - digo

Ban me da la comida mientras se descojona vivo. Empezó a devorarla sin importarme las formas y bla bla bla.

- Joder tranquila, no te voy a quitar la comida - dice Ban riéndose

Ignoro su comentario. No merece la pena.

- Te llevaremos a tus tierras, pero necesitamos saber dónde ir, o a que raza buscar. - dice Ban apoyado en la ventada dándole la espalda al exterior
- Está bien, las tierras las compartimos con los gigantes. A sí que para empezar habría que ir allí. - digo una vez terminados los platos
- Vale, ¿Y la raza? - dice
- No recuerdo el nombre, quizás éramos simples humanos. No lo sé - miento aunque es verdad que nadie en todo este tiempo ni siquiera en la cárcel mencionó mi raza.
- Bueno, al menos ya tenemos algo más con que averiguarla - dice Ban revolviendo me el pelo
- Necesito un corte de pelo ya - digo - Está muy largo
- Está bien, luego te lo corto... - dice abriendo la puerta - ¿Quieres bajar un rato?
- Claro! En seguida voy - digo dándole a entender que quiero que se vaya

Ban sale de la habitación y me visto con las primeras ropas que encuentro.
Recojo la enorme cantidad de pelo, y me dirijo a la parte baja de la taberna.

Meliodas, Escanor, y Merlín leen muy concentrados un libro en el que Ban está ligeramente cerca prestando atención.
Hawk, Elizabeth, Diane, y King beben... ¿alcohol?

- Perdón ...¿Eso es alcohol? - digo a Elizabeth pero está está demasiada borracha para escucharme
- ¿Quieres? - dice Ban con una sonrisa
- Hace siglos que no le doy un trago, ¡dame lo mejor que tengas! - digo sentándome en la barra al lado de Meliodas

Fijo la vista en las páginas que están hojeando, leen información de que raza comparte territorio con los gigantes. Intentan buscar a que raza pertenezco.

- Ten - dice Ban dándome una jarrón lleno de cerveza que regalima por los bordes.
- Gracias - digo cogiéndola y llevándome la a los labios

Le doy un sorbo, y antes de darme cuenta medio jarrón está vacío, es amarga pero con un toque de azúcar, y a la vez líquida pero justo lo espeso que necesita.

- ¡Dios! ¡Qué bien ha evolucionado el alcohol! - digo después de beberme el reto de la jarra - Está buenísimo
- Tenemos el que mejor hace el alcohol, aquí dónde lo ves, Escanor, llevaba una taberna - dice Ban
- Que bien pues, estáis todos con faenas repartidas - digo
- Si el capitán lo repartió de la mejor forma que pudo - dice Ban
- Señorita Iris.... ugh... ¿Quiere usted, tener una noche.... ugh... con el señor Ban? - dice Elizabeth
- Pero que dices Elizabeth - digo mientras los colores se suben a mi cabeza
- Lo ugh sabía - dice ella perdiendo el equilibrio

Meliodas la coge rápidamente antes de que su cuerpo caiga al suelo.

- La voy a llevar a su habitación - dice cargándola
- Si ya casi toca ir a dormir - dice King

Todos recogen y suben a sus respectivas habitaciones. Ban y yo, nos quedamos en la taberna entre cerveza y cerveza.

- Lo aguantas bien ¿he? - dice Ban después de mas de dos docenas de cervezas
- ¡Claro! En mi tierra esto era un campeonato, uno de los más importantes y con más renombre - digo orgullosa de ello - Una pena la calidad del alcohol del momento
- Bueno, no te puedes quejar ahora, es potente - dice Ban
- Oh si... - digo digiendo otra jarra llena

Bebemos y bebemos sin parar, miro el reloj varias veces de detrás de la barra, pero estoy tan tan pedo, que no veo una mierda.

- A ver vosotros dos - dice la voz de Meliodas delante de las escaleras
- Hola capitán - dice Ban calleándose a sus pies
- Ir a dormir va - dice Meliodas
- Vamos capitán, ¡unas cervezas! - dice Ban levantando la mano con la jarra de la cerveza llena
- No, se acabó - dice Meliodas quitándose la

Levanta a Ban del suelo y pasa uno de sus brazos por su cuello y lo sube arriba.
Al poco rato vuelve a bajar.

- Tú igual Iris - dice recogiendo más jarras de cerveza
- No Meli por favor déjame aquí - digo intentando correr y alejarme de el
- Iris ... - dice Meliodas cogiendome la muñeca - A la cama

Subimos por las escaleras, bueno, sube y me arrastra por las escaleras. Y abre una puerta aleatoria, dentro hay una cama con sábanas azules y Ban vagando en ella.
Meliodas me recuesta suavemente a su lado.

- No hay muchas más camas, convivir esta noche - dice para luego irse de la habitación

La habitación se queda en silencio, Ban duerme profundamente. A través de la ventana entra la poca luz de la noche. Abro y me siento colgando los pies en el margen de la ventana. Miro el suelo, distante, en movimiento.
Las estrellas, sigo sin saber qué hora es, pero se ven perfectamente, y ni sé si es porque estoy borracha pérdida o que. Pero estoy muy a gusto.

Ban coge mi camiseta y tira de ella, me obliga a tumbarme a su lado, entre sus brazos. Sus brazos me rodean el pecho y sus piernas están entrelazadas con las mías.
Mi ritmo cardíaco se dispara al notar su respiración en el cuello.

Me tranquilizo al ver que con el paso de los minutos no pasa nada más. Me acomodo entre sus brazos y cierro los ojos.

Se está muy bien, aquí así.

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