No me gustaba para nada el olor que había en aquel hogar.

Suspiré.

Hoseok me había engañado, aquello no olía a rosas. Más bien, parecía olor a algo en mal estado. ¿En serio le gustaba ese aroma en su casa? Ni siquiera necesitaba sahumerios, su aroma de por si era delicioso. ¿Por qué taparlo con esas varillas asquerosas?

Agarré la caja en donde Hoseok guardaba todos los inciensos y me puse a olfatear uno por uno. Necesitaba encontrar alguno que al menos fuera un poco más delicioso, ya que el de rosas era asqueroso.

Llegó un punto en donde todos olían de la misma manera y eso me puso de mal humor. Así que agarré uno al azar y caminé hasta la cocina para tomar el encendedor. Hoseok estaba junto a Nini, ambos dibujando.

Cuando logré prenderlo, sentí como la silla se deslizaba por el piso y a los segundos alguien me arrebató de la mano el sahumerio.

—¡No! —soltó, histérico—. Nunca debes encender un sahumerio con un encendedor, debes hacerlo con fósforos.

Observé como la llama consumía el comienzo de la varilla y la soplé, logrando que el alfa soltara un quejido bastante agudo.

—¡No soples! ¡Se van a mezclar las energías!

—¿Qué? —pregunté, sorprendido e incrédulo—. ¿Se van a mezclar las energías? Por favor, Hoseok. ¡Eso no tiene sentido! Es un palito que tiene olor. ¿Qué mierdas dices? —Se lo arrebaté de las manos—. Deja de creer en esas idioteces, esto no tiene nada de energía.

—¡Hablo en serio! Debes tratarlo como se debe, no queremos energías negativas en este hogar. —Me miró fijamente y tragó saliva de una manera muy audible—. Aunque las malas vibras han llegado a nuestra vida nuevamente, maldita sea, seguro fue esa vez que Jimin manifestó de forma incorrecta.

¿Hablaba de mí o Jaebeom? Decidí creer, por su propio bien, que hablaba de aquel alfa.

Miré al pequeño dibujar y lo señalé con la cabeza.

—¿Sabe de él?

Hoseok abrió sus ojos ampliamente y negó rápidamente ante mi comentario. Colocó el sahumerio en una decoración bastante bonita, era una especie de osito que abrazaba a la varilla.

Suspiré.

En la casa de Hoseok había muchas referencias a los osos y por mi propia salud mental, decidí creer que no eran por mi.

Siempre fuimos su osito.

Fuimos. Ya no.

—No, no sabe nada y no debe saberlo. Jimin no ha tomado ninguna decisión y realmente espero que Jungkook lo haga recapacitar esta noche. —Suspiró y llevó las manos a su cabeza, se veía realmente frustrado y eso no me sorprendía—. No quiero que ese tipo regrese a la vida de ellos.

Miré al pequeño e hice una mueca. No quería que escuchara lo que íbamos a hablar, así que sin decir mucho me encaminé al comedor. Hoseok me siguió y nos sentamos uno al lado del otro en el sofá.

Ambos teníamos las mismas preocupaciones. Siempre había sido así, pensábamos en nuestros amigos por sobretodas las cosas; realmente adorábamos a Jungkook y Jimin, y esperábamos que ambos fueran muy felices.

—¿Jimin se lo va a contar? —pregunté, preocupado.

El alfa asintió y con miedo tomé mi teléfono. No tenía ninguna llamada, ni mensaje; me preocupaba lo que podía llegar a pasar esa noche. Jungkook al escuchar esa noticia, posiblemente, se iba a desanimar y eso le impediría confesarse a Jimin.

Escribí un mensaje corto, un simple ¿Todo bien?

Bloqueé mi teléfono y miré a Hoseok. Él me sonrió y me sentí débil por unos cuántos segundos.

—Jimin planeaba confesar sus sentimientos —dijo, llamando mi atención por completo. No dije nada, solo mantuve mi boca abierta levemente—. Él piensa que la llegada de… bueno ese alfa, puede ayudar a que sean más libres.

—¿Qué? ¿Se va a confesar? —La esperanza invadió mi cuerpo—. ¿Él te dijo eso?

—Sí, me dijo eso. Estaba bastante ansioso por ello, espero que les salga todo bien.

Una sonrisa se formó en mi rostro, nada podía salir mal si Jimin era quien se confesaba. Solo debía implorar a la diosa Luna que mi mejor amigo no metiera la pata, aunque todos sabíamos que eso iba a ser imposible.

No dije nada, solo me mordí el labio inferior con emoción.

—¿Por qué todo es tan difícil? —preguntó en voz baja. Lo miré y noté su mirada fija en las fotos que había sobre la pared de la sala. En sus ojos había una especie de tristeza y melancolía—. A veces no puedo dormir tratando de encontrar una respuesta a esa pregunta. Pienso ¿por qué todo es tan complicado? ¿Por qué el amor es tan doloroso?

Suspiró.

»Taehyung, no miento cuando digo que me gustaría que todo fuera más fácil. No solo para ellos, también para nosotros. Lo merecemos, ¿no?

Me miró y tragué saliva.

—La vida nunca va a ser fácil, no importa cuantos sahumerios uses, ni que tanto le pidas a la Luna o al Universo. Es una realidad, las cosas no salen como queremos —contesté y me encogí de hombros—. Y quizás eso es bueno.

—¿Lo es? —preguntó—. Porque yo solo quería permanecer junto a ti.

Hice silencio y segundos después, una risa se me escapó de los labios. ¿Por qué le gustaba hacer todo tan complicado? ¿Por qué tiene tantos deseos de arruinar la poca relación que teníamos?

—¿Realmente lo querías? Permíteme dudar. —Me miró fijamente y yo me encogí de hombros—. Tú no querías eso, todos lo sabemos.

—No seas injusto conmigo, Taehyung.

—No, solo soy realista.

Hoseok comenzó a mover sus piernas de manera nerviosa, lo cual me demostró lo mucho que le afectaba aquella conversación. Sabía que me iba a reclamar, lo cuál sacó lo peor de mi.

—Tú solo me dejaste y me abandonaste por no sentirme listo para formar una familia —acusó, provocando que mi mandíbula se tensionara de inmediato.

No podía creer que tuviera el atrevimiento de reclamar de esa manera. ¿Por qué se ponía en la posición de víctima? Yo también había sufrido.

Lo miré con rabia y respondí:

—No me culpes por amarte lo suficiente para poder establecerme a tu lado.

Se quedó en silencio por varios segundos. Él sabía que no podía desmentir mis palabras, yo lo había amado con todas mis fuerzas y él era consciente de ello.

—Taehyung, eras un niño y yo también lo era.

—Jimin y Jungkook lo eran, y aún así tomaron las decisiones difíciles.

Hoseok abrió su boca y luego soltó una risa, parecía incrédulo ante mis palabras.

—¡Jimin no tenía opción! Nosotros sí la teníamos.

Contesté de inmediato. Estaba intentando no alterarme, pero ese tema era sumamente sensible para mí.

—Yo solo quería una familia contigo. Yo me sentía listo para eso y a ti no te importó. —Las lágrimas comenzaron a nublar mi visión y el nudo que había en mi garganta cada vez era más insoportable—. Quería una vida a tu lado y tú solo colocaste muros entre ambos.

—Yo también la quería, Taehyung. Incluso la sigo queriendo, pero no era el momento. Teníamos sueños…

Lo interrumpí.

—Mi sueño era ser papá y tú consideraste que éramos muy chicos para eso. —Solté una risa—. Lo peor es que yo iba a poder entender eso, pero tú dejaste de tocarme y creíste que iba a ser capaz de mentirte solo para quedar embarazado. ¿Sabes lo que me dolió tu rechazo? ¿En algún momento pensaste en el daño que me causaría tu desconfianza?

Sus ojos se cristalizaron y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

—No te rechacé, Taehyung, solo nos cuidé.

—No me cuidaste, solo cuidaste a tus sueños y a ti.

—Tenías diecisiete años y me pedías un hijo. ¿Cómo esperabas que reaccionará? Veía a mi mejor amigo llorar diariamente y no quería que eso te pasara a ti.

—Yo no era Jimin, pero ya pasó. —Limpié, rápidamente, mis lágrimas—. Era lo mejor para ambos, tú cumpliste tus sueños y era lo que querías, ¿no?

Hoseok no respondió, solo se me quedó mirando fijamente.

—Lo siento —dijo varios segundos después—. Nunca fui y quizás nunca seré el alfa que tú mereces. —Se levantó del sofá—. Iré a la cocina con Nini, si quieres algo pídemelo.

No respondí, solo me quedé observando como se marchaba y me dejaba allí con el corazón roto. ¿Por qué no se daba cuenta? ¿Por qué no luchaba un poco más? Quería que insistiera, que me demostrara que había cambiado y que ahora estaba dispuesto a todo. Un gemido lleno de dolor se me escapó de los labios y me pregunté por qué seguía teniendo esperanzas.

Yo creía que él ya no iba a ser parte de mi futuro y solo me quedaba aceptarlo, pero eso me costaba tanto.

❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹❤️‍🩹

¡GRACIAS POR LEER!