Busan, Corea del Sur.
30 de Julio, 2022

No sabía que le había hecho esa mujer a Jimin, pero aquello lo había destrozado por completo. Intenté contenerlo lo que pude, pero él se limpió las lágrimas, me sonrió e hizo como si nada hubiese pasado.

Durante el resto del día evitó todo tipo de comentarios y se mantuvo pendiente de ambos, como si intentara esconder todos los sentimientos negativos que estaba cargando. Claro que él no sabía que con Nini podíamos notar su tristeza, es por esa misma razón que Nini no pudo separarse de nosotros en toda la noche.

Jimin ofreció ver una película todos juntos y eso mismo hicimos. Nos acostamos en mi cama y entre todos escogimos alguna película. Por supuesto, terminó ganando una de dibujos y Nini se mantuvo entretenido hasta que cayó profundamente dormido sobre mi pecho.

No pude evitar prestar atención al omega junto a mí, ni siquiera miraba la pantalla; solo apoyó su cabeza sobre mi hombro y se miraba las manos con tristeza. Durante todo el día me había planteado la manera de iniciar la conversación que quizás él no deseaba tener, pensé que tal vez él no quería hacerlo y por eso no me comentaba qué había sucedido. Pero no me parecía justo que estuviera luchando contra esos pesares él solo, se suponía que éramos un equipo y que teníamos que apoyarnos el uno al otro.

Tragué saliva y acaricié el cabello de Nini.

—No duró mucho viendo la película —inicié la conversación—. Hoy se ha sentido muy cansado.

Jimin levantó su mirada y se rió.

—Sin contar que Grandes Héroes es su película favorita, así que la sabe de memoria. —Suspiró—. Y nosotros también.

Me reí y él apoyó nuevamente su cabeza en mi hombro. Respiró profundamente y dijo:

—Mi mamá sigue insistiendo que es una mala idea que yo esté contigo. —Oh, mierda. —Antes de salir de casa me dijo que era un mal padre y que le haría pasar a Nini lo mismo que me hizo mi padre a mí. —Tragó saliva y se quedó unos cuantos segundos en silencio—. A veces creo que el daño que nos hizo ese hombre terminó afectando por demás a mi madre, ella cree que yo dejaría que Nini sufra y piensa que tú nos harás daño. Busca villanos donde no los hay.

Me quedé en silencio procesando, por unos cuantos segundos, lo que él me estaba contando. Agradecía su iniciativa, pero también me preocupaba no saber como ayudarlo.

—¿Y tú crees eso? ¿Crees que yo les haré daño? —pregunté, suavemente.

Jimin se alejó de mí y, escandalizado, respondió:

—¡Claro que no! ¿Qué clase de pregunta es esa?

Sonreí y llevé mi dedo índice a mis labios.

—¡Shh! Nuestra criatura duerme —dije. Él de inmediato borró el ceño fruncido y se quedó mirándonos por varios segundos—. Te lo pregunto porque me parece importante lo que piensas y también para ahora poder preguntar ¿y entonces?

—¿Y entonces? —repitió, confundido.

—¿Por qué le haces caso? —Jimin me miró con ojos bien abiertos—. Yo entiendo que te preocupe lo que ella piensa, después de todo es tu mamá, pero si sabes que no les haré daño ¿por qué la sigues escuchando?

Él no respondió, solo agachó su cabeza con tristeza.

»Jimin, si yo no los amara lo suficiente, me hubiese ido de su lado hace años. Yo sé que puedes tener miedos e inseguridades; de hecho, me parece muy normal, pero no dejes que eso se adueñe de nuestra relación. Si no fuera por las interferencias de tu madre, hace años estaríamos juntos. Quizás, Nini ya tendría otro hermanito y solo la luna sabe si solo sería uno.

Él soltó una risa tímida y asintió.

—Siempre tuve miedo de fallarle, realmente no quiero tener una mala relación con ella —contó—. Hemos sido los dos durante toda mi vida, hasta que nació Nini y pelearme con mi madre significa perder a la única familia que tengo. No quiero eso, Jungkook.

Muchas veces olvidaba toda la historia del chico que amaba y lo difícil que era para él toda su vida. Jimin, en varias ocasiones, me había contado todo lo que pasó su madre para cuidarlo.

Se quedó embarazada muy joven y su familia la echó de casa; ella creyó que contaría con el apoyo de su pareja, pero este alfa no hizo otra cosa más que abandonarlos a ambos. Le costó tanto salir a flote que guardó un gran resentimiento hacia las personas que le dieron la espalda.

Jimin nunca conoció otra familia, solo tuvo a su madre.

—Existen momentos, a lo largo de la vida, en donde uno debe tomar decisiones muy importantes —dije—, muchas veces es difícil, principalmente porque aquellos que amamos pueden estar en contra de ellas. Duele que sea así y mucho, porque uno siempre espera el apoyo incondicional de las personas que son importantes en nuestra vida, pero siempre es bueno preguntarse para quién vivimos. ¿Para otros? o ¿Para mí?

Hice una pausa y respiré profundamente.

»En la vida siempre vamos a cometer errores, ¿no crees que es mejor que sean por nuestras decisiones que por las de otros?

Jimin asintió con una pequeña mueca y apoyó su cabeza en mi hombro.

—¿Y si nunca me perdona?

—¿Perdonarte qué? ¿El amar? —Me reí—. Ella solo quiere verlos felices y si ustedes lo son no tendrá porqué decir algo. Jimin, por terribles que sean tus decisiones la gente que te ama seguirá a tu lado. El amor te mueve a perdonar, obvio que hay cosas que son imperdonables, pero tu único pecado ha sido enamorarte de mí. ¿Qué tan malo puedo llegar a ser?

Jimin soltó una risa y me miró con ternura.

—No eres malo, eres nuestro ángel, nuestro protector. —Se estiró y me dio un beso en los labios—. A veces creo que la luna te envió para mejorar nuestras vidas.

Sonreí sobre sus labios y contesté:

—No, yo solo creo que me mando para formar la familia que tanto deseamos y hablo de los tres.

Él me besó y yo deseé con todas mis fuerzas que mis palabras fueran lo suficientemente claras.

Lamentablemente, algo me advertía que todas ellas serían malinterpretadas.

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