🦋 30 de Julio, 2022.
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30 de Julio, 2022.
Busan, Corea del Sur.
Me recosté en la cama y Jimin salió del baño con una sonrisa. Llevaba una camiseta mía, le quedaba gigante, pero se veía precioso con mi ropa. Sus piernas se veían preciosas, largas y brillantes, me pregunté si tenía alguna prenda más.
Sonreí y él dio una vuelta, encantado. Le daba cierta felicidad el utilizar mis prendas y a quién iba a engañar, yo amaba verlo vestido con ellas.
—¿Qué tal me veo? —preguntó, mientras colocaba su mano en la cintura. En respuesta le di un suave silbido que lo hizo sonrojar—. Tu ropa me encanta y más cuando la uso de pijama.
Solté una risa y él se acercó casi corriendo a la cama. Habíamos llegado tarde de la casa de mi hermano y los tres estábamos cansados, incluido Nini, que descansaba en su habitación. Habíamos tenido un día muy largo y el bostezo que di, delató mi cansancio.
Jimin se acostó a mi lado y apoyó su cabeza en mi pecho. Respiró profundamente y comenzó a hacer pequeños dibujos sobre mi tórax.
—Le avisé a mi madre que nos quedamos a dormir aquí —soltó una risa—. Ella pidió que durmiéramos en una habitación diferente. Si se entera de lo que pasó en casa esta mañana, tendrá un ataque de histeria.
Hice una mueca y lo abracé para atraerlo más a mí. No mentía, su madre podría llegar a enloquecer por algo así, muchas veces había llegado a preguntarme si su madre alojaba en su interior alguna clase de resentimiento hacia mí. Al principio parecía adorarme, todo hasta el embarazo de Jimin en donde todas sus actitudes dieron un giro de ciento ochenta grados.
—Tu mamá debe aceptar que tú y yo estamos destinados a estar juntos. —Le di un beso en los labios—. ¿Cómo puede ser que todos lo hayan aceptado excepto ella?
—Ella sigue creyendo que yo te arruino la vida —murmuró en voz baja y me dolió pensar que él también creía eso—. Pero no quiero hablar de ello, he pasado un día muy lindo como para arruinarlo con pensamientos y charlas deprimentes.
Asentí.
—¿Cómo la pasaste? Yoongi te retuvo bastante tiempo, me da miedo todo lo que pudo haber dicho.
Jimin sonrió ampliamente y comenzó a relatarme su charla con Yoongi. Mi cuñado había estado hablando con él casi todo el día, dándole consejos sobre cómo mantener una relación sana con un alfa Jeon.
Al parecer, Yoongi se creía experto en eso.
Jimin se escuchaba tan emocionado que no pude evitar sonreír. Cada palabra que salía de su boca me parecía fascinante, sus ojos brillaban y movía sus manos explicando cada una de las palabras que Yoongi le había expresado.
Verlo me hizo olvidar cada una de mis inseguridades y me hizo recuperar las esperanzas. Todo iba a salir bien; quizás solo necesitaba ser honesto, ¿no?
—Nini también la pasó lindo —continuó—, se divirtió mucho. Bueno, siempre que está contigo la pasa genial. —Estiró su mano y acarició mi rostro—. Ambos te amamos con locura, supongo que heredó ese amor de mí.
La sinceridad en su voz alteró mi corazón. Jimin podía decir esas cosas con tanta naturalidad que me asustaba que no se diera cuenta lo mucho que me alteraba.
El brillo dorado en sus ojos, su sonrisa y la manera en la que tomó mi mano y la apretó, me hizo adquirir las fuerzas necesarias para admitir aquello que me preocupaba. Respiré profundamente y lo miré a los ojos.
—Esta tarde —tragué saliva—, vi un regalo de parte de Jaebeom para Nini. —La sonrisa de Jimin se borró inmediatamente—. Yo necesitaba preguntarte si has tomado alguna decisión con respecto a él.
—Oh. —Soltó mi mano, se alejó de mí y se sentó en la cama—. ¿Te preocupa mucho? Te he notado extraño y algo me dice que es por eso.
Lo imité y me senté a su lado. Mis manos habían comenzado a sudar, me ponía nervioso exponer mis preocupaciones a Jimin y más cuando sabía que cualquier respuesta que me diera me iba destrozar por completo.
—Un poco. —Demasiado, mucho—. Me asusta cómo pueda cambiar nuestro estilo de vida. ¿Le has comentado a Nini sobre su regreso?
Por favor, di que no.
El rubio respiró profundamente y negó con tristeza.
—Aún estoy pensando en si darle la oportunidad. —Me miró y en sus ojos pude ver aquello que tanto anhelaba ver. Él no estaba seguro—. Yo también tengo miedo y me siento preocupado por todo lo que puede llegar a salir mal.
Me quedé en silencio durante unos segundos y en voz baja pregunté:
—¿Y entonces? ¿Qué planeas hacer?
Jimin no estaba seguro, eso estaba claro y aquello me dejaba tranquilo. Sus dudas significaban que de alguna manera él tampoco deseaba la presencia de Jaebeom en sus vidas y eso me animaba.
—Pensar. No quiero tomarme a la ligera una decisión tan importante. —Tomó mi mano—. Necesito que tú también me ayudes y estés a mi lado en esto, eres importante en mi vida y también en la de Nini.
Miré nuestras manos unidas. ¿Qué podía responder ante tal comentario?
—Tú sabes lo que opino de esto. No me gusta que él aparezca nuevamente.
—Lo sé y lo tengo en cuenta, pero también pienso en otras opiniones y todas son muy distintas entre sí. —Cerró los ojos y se lamió los labios—. Yo nada más quiero tranquilidad y pienso que tal vez esta es la respuesta que tanto anhelaba.
Solté un suspiro lleno de frustración y apreté su mano con delicadeza.
—Jimin, yo siempre voy a velar por la felicidad de Nini. ¿Realmente tomas en cuenta otras opiniones cuando sabes que yo daría mi vida por él? —Hice una pausa y con toda la fuerza del mundo dije—: Esto no es una respuesta, esto es un problema.
—Koo, sé que nadie en este mundo lo ama más que tú y yo, pero también pienso en ti, amor. ¿Puedo pedir que confíes en mí? ¿Puedo pedirte paciencia y comprensión? —Respiró profundamente—. Aún no tomo decisiones y no sé cuando lo vaya a hacer, pero por el momento no quiero pensar en eso. Ni siquiera he hablado con él, no sé que quiere, ni que espera, tampoco he hablado con Nini y no quiero pasar por alto sus opiniones.
Nini era un pequeño inteligente, pero ¿cómo se sentiría al enterarse que su padre volvió?
No será feliz, para Nini ese tipo no existe. ¡Siempre fuimos nosotros!
¿Lo somos? ¿Cómo estamos seguros de eso?
—Tienes razón, lo siento. —Suspiré—. Es mejor no pensar en esto, por esa misma razón me los llevaré a Jeju, lejos de la presión y te daré quince días libre de pensamientos que te estresen. —Una sonrisa dulce y sumamente hermosa se dibujó en su rostro—. Serán dos semanas para nosotros tres, ¿de acuerdo?
Jimin asintió sin borrar su sonrisa y comenzó a reírse tiernamente.
—¿Qué? —pregunté riendo junto a él.
Cerró sus ojos con fuerza y luego los abrió. Estaban brillosos, como si estuviera a punto de llorar, pero no de la tristeza sino de emoción.
El amor de mi vida estaba emocionado.
Estiré mi mano y acaricié su cabello.
—Amor, ¿qué pasa?
Lamió sus labios y respondió:
—Que te amo tanto que no te das ni una idea del tiempo que he esperado para decirtelo —tomó mi mano y la llevó a su pecho, la colocó en el lado izquierdo, justo sobre su corazón—. Mirame a los ojos —pidió y obedecí sin dudar—. Nadie en este mundo va a poder cambiar lo que siento por ti, la llegada de él a nuestra vida no cambiará nada entre tú y yo. Necesito que entiendas que te amo, Jungkook.
Miré mi mano, la que estaba justo sobre su pecho y sentí su corazón. No mentía y no lo sabía solo por sus latidos sino también por la sinceridad de sus palabras. Se sentían reales; eran reales. Su mirada, su voz, su respiración y como me rogaba confianza con esos hermosos y brillantes ojos.
Me solté de su agarre y tomé su rostro con delicadeza.
—Te amo —respondí, casi desesperado—. Los amo y tengo tanto miedo de perderlos.
No esperé una respuesta, solo lo atraje a mí y lo besé.
Ignoré la cantidad de notificaciones que estaban llegando a mi celular, ignoré absolutamente todo lo que pasaba a mi alrededor. Solo me centré en él y decidí que esa noche solo sería para demostrarle todo el amor que sentía por él.
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¡Gracias por leer!
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