🦋 28 de Julio, 2022.
🦋28 de Julio, 2022.
Mis manos estaban en su cintura, mientras que sus labios estaban sobre los míos.
No pude reaccionar de inmediato. Me sentía confundido. Jimin se me había confesado, pero también me dió a entender que Jaebeom se haría cargo de Seongjin.
¿Cómo debía sentirme? ¿Feliz? ¿Emocionado? ¿Furioso? ¿Angustiado?
¿Confundido?
Si, definitivamente estaba confundido.
Tardé unos cuantos segundos, pero finalmente pude reaccionar ante aquel beso.
Los labios del omega eran dulces y suaves. Se sintió como besar una nube de azúcar, tan increíble y delicioso. Jimin respiró profundamente cuando le correspondí y me abrazó por los hombros con suma delicadeza. Lo atraje a mí y él se sentó en mis piernas.
Mi lobo estaba desesperado, loco y ansioso por más. ¡Por fin, Park Jimin, estaba entre mis brazos!
Pero...
¿Por qué me sentía triste?
Él se alejó y me miró con ternura. Jimin sabía que algo me pasaba.
—¿Estás bien? —me preguntó—. Me preocupa que no me hayas dicho nada. ¿Es correspondido lo que siento?
¡Claro que era correspondido! Pero me sentía decepcionado y angustiado. ¿Cómo le iba a explicar algo así?
—Lo es, Jimin. Estoy loco de amor por ti —confesé. Su mirada estaba llena de dudas y me sentía mal por haberlo hecho sentir de esa manera—. Solo que estoy sorprendido. No esperaba nada de esto y menos que me dijeras que Jaebeom regresó.
Soltó una risita y llevó una mano a mis cabellos.
—Supongo que ninguno esperaba algo así, pero quiero interpretarlo como una señal de la Luna.
—No metas a la pobre Luna en esto. —Jimin se rió, pero yo hablaba en serio—. Solo no tomes decisiones a la ligera. Ese tipo nunca estuvo interesado en ser padre y no creo que algo haya cambiado.
Hizo una pequeña mueca.
—No quiero que Nini atraviese lo mismo que yo. Quiero que tenga una familia y que sea muy feliz.
Lo miré fijamente y me sentí molesto. ¿Acaso no se daba cuenta que el pequeño ya tenía una familia? Durante años estuve para él y me encargué de darle todo el amor necesario.
Yo era su padre y odiaba que Jimin no se diera cuenta de ello.
—Nini no lo necesita, eso deberías haberlo notado ya.
Apoyó sus manos en mis hombros y me miró ansioso.
—¿Vamos a hablar de eso? Jungkook, te estoy diciendo que estoy enamorado de ti.
Un calor bastante extraño llegó a mis mejillas y me sentí avergonzado.
—Y yo te dije que es correspondido —respondí. Él me miró con diversión y yo agaché mi mirada—. Me encantas, Jimin. No es algo nuevo, todos lo saben y si no te diste cuenta...
—Claro que me daba cuenta —interrumpió—, pero las cosas no estaban a nuestro favor.
—¿Y ahora lo están? ¿Jaebeom es algo que está a nuestro favor?
Puso los ojos en blanco.
—Y ahí vamos de nuevo. ¡Gguks, no quiero hablar de esto ahora! —Me tomó del rostro y me hizo mirarlo a los ojos—. Quiero que hablemos de nosotros dos, de lo que sentimos. No me interesa Jaebeom en estos momentos.
A mi tampoco me interesaba hablar de Jaebeom, pero necesitaba hacerlo. Quería explicarle a Jimin que ellos no debían tenerlo en sus vidas.
—Pero...
—Jungkook, por favor.
Tragué saliva y asentí. ¿Qué otra cosa podía hacer?
Se bajó de mis piernas y se sentó a mi lado. Suspiró y se rió.
—Vaya, esperaba que este momento fuera de otra manera. —Lo miré—. No me malinterpretes, solo creí que te iba a emocionar más saber que estoy enamorado de ti.
—Jims, claro que estoy emocionado. Me haces el alfa más feliz del planeta, pero no puedo evitar sentirme preocupado —expliqué. Luego crucé mi brazo por su hombro y lo atraje a mí—. Me encanta saber que nuestro amor es correspondido. Siempre has sido el omega de mis sueños.
Sus mejillas se sonrojaron y buscó mis labios. Lo besé, con cuidado y cariño.
No le mentía, realmente me encantaba saber que Jimin estaba enamorado de mi, pero la felicidad se sentía incompleta. La incertidumbre me comenzaba a asfixiar y no era para menos, no sabía que tanto iba a afectar a nuestras vidas la llegada de Jaebeom.
¿Qué clase de intenciones tenía con mi manada? ¿Realmente podía confiarle a Nini? ¿Iba a pretender algo más de Jimin?
¡Por favor!
Habían tantas cosas pasaban por mi cabeza que apenas podía concentrarme en una sola.
Interrumpí el beso.
—Ya tengo el regalo de cumpleaños para Nini.
Jimin abrió sus ojos con pereza.
—¿Me ayudarás a darle un hermanito?
Mi boca se abrió y solté una risa nervioso.
—¿Tan pronto?
—Bueno, no es tan pronto. Un bebé tarda en llegar nueve meses. —Se encogió de hombros—. Un tiempo bastante prudencial, ¿no?
Buen punto, es razonable.
—Pensaba en algo más simple —respondí.
—¿Más simple que hacer un bebé?
Solté una carcajada.
—¿Quieres ser papá de nuevo, Jimin? —Él asintió y me dió un beso. Sonreí y me encantó saber que él deseaba tener un bebé conmigo.
Nos besamos por unos cuantos minutos con todo el amor y paciencia del mundo. Estábamos encantados el uno con el otro.
Me separé unos cuantos centímetros de él y dije:
—Quiero que vayamos a Jeju, los tres.
Abrió sus ojos ampliamente.
—¿A Jeju? ¿A qué? ¿Por qué?
Me encogí de hombros con una sonrisa.
—A Jeju. Los tres, Nini, tú y yo. A vacacionar y posiblemente a traer a otro pequeño a nuestras vidas. —Jimin esbozó la sonrisa más tierna del planeta—. Seongjin y tú estaban tan emocionados por ganar ese viaje que pensé que sería lindo poder salir un poco de la rutina.
No dejaba de sonreír, pero aún así dijo:
—Es mucho dinero, Gguks.
Negué con una mueca.
—No te pedí dinero, solo quiero que me acompañen a pasar unas lindas vacaciones. Te servirá despejarte y también es el regalo de Nini. No te puedes negar.
Jimin respiró profundamente y se tiró hacia atrás. Estaba emocionado, lo sentía en su aroma y eso me dió esperanzas.
Ahora más que nunca debía alejarlo de todo lo que estaba pasando. Si él aceptaba, significaba que tenía al menos una semana para convencerlo de que Nini no necesitaba a ese tipo en su vida.
Sería fácil hacerlo, no tendría la influencia de su madre y solo estaríamos nosotros tres. No necesitaba nada más.
—Vamos, Jims. Di que si, solo será por una semana. Tú, Nini y yo.
Cerró sus ojos con fuerzas y rió.
—De acuerdo, es el regalo para Nini. —Aplaudí emocionado—. Pero solo eso, Jeon. No puedes comprar más cosas, solo el viaje.
Levanté mis manos, emocionado.
—No haré nada más, lo prometo. —Jimin me agarró de la camiseta y me haló hacia él. Me besó.
Estaba emocionado. Su aroma lo delataba y eso me llenaba el corazón.
Esa semana era mi última oportunidad. No podía permitir que Jaebeom me arrebatara mi familia.
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