🦋 28 de Julio, 2022.


🦋 Personaje nuevo: Lim Jaebeom.
¿El papá de Nini?

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28 de Julio, 2022.
Busan, Corea del Sur.

Taehyung se subió al asiento del copiloto y me sonrió ampliamente. Cerró la puerta,  nos miramos y chocamos los puños.

Los planes habían cambiado y ahora solo debía llevar a mi mejor amigo al departamento de Hoseok.

—Pensé que ibas a pasar a buscar primero a Jimin y Nini —señaló, mientras se colocaba el cinturón.

Esperé a que lo hiciera y arranqué el vehículo.

—Ya están en el departamento de Hoseok, al parecer pasaron todo el día con él —respondí—. No me preguntes el porqué, realmente no lo sé.

Taehyung asintió y me miró con una sonrisa llena de picardía. Había algo extraño en él, lo miré con el ceño fruncido.

—Así que —se mordió el labio inferior— ¿vas a tener una cita con Jimin? ¿Cómo es que sucedió este acontecimiento?

Solté una risa y lo miré rápidamente. Me resultaba curioso aquel cambio de humor tan brusco. Él, en la mañana, parecía tan deprimido que me había preocupado, pero ahora estaba eufórico, incluso emocionado.

—Él me pidió salir. Fue extraño —confesé—, pero no pienso perder la oportunidad que me ha dado el universo.

Mi mejor amigo dió un par de aplausos emocionado. La efusividad que había en él me resultaba extraña y estaba comenzando a sospechar que no se debía a mi cita con Jimin.

—Debes intentar que sea una noche memorable. Encárgate de pedir algo rico para comer y de poner música, también asegúrate de coquetear de manera directa. —Me señaló y me miró con severidad—. Nada de rodeos, tienes que ser honesto para que él entienda tu interés.

—Entendido.

Se quedó en silencio y no había que ser experto en Taehyung para saber que su cabecita estaba maquinando algo. Respiró profundamente y soltó:

—Y si puedes, ten sexo con él.

El semáforo cambió a rojo y frené de golpe ante aquel comentario.

—¡¿Qué?! —solté, exaltado—. ¿Cómo vas a decir algo así? Además, tenemos que buscar a Nini; no se puede quedar a dormir con ustedes.

Taehyung arrugó la nariz y luego puso los ojos en blanco.

—Vamos, Jungkook. No necesitas toda la noche para coger con Jimin, con diez minutos es suficiente —solté una risa ahogada y él me dio un empujón—. No quieras creerte la máquina sexual.

—¡No me creo eso! —respondí y continué conduciendo—. Solo no quiero que mi primera vez con Jimin se limite a diez minutos y después tener que interrumpir todo para ir a buscar a Nini.

—No sería tu primera vez con él, han tenido situaciones un tanto sexuales —Lo miré con ojos bien abiertos y él me señaló—, y  no te atrevas a negarlo.

—¡Pero fueron en otro contexto! No fue sexo como tal, solo ha sido un juego de manos y fue hace años.

Taehyung me miró con una sonrisa traviesa y levantó sus cejas de forma juguetona.

—Masturbar a alguien es sexo oral, ¿lo sabias?

—¡No he masturbado a nadie, Taehyung!

—Oh. —Hizo una mueca—. Llevas una vida muy triste.

Estacioné el auto y él me miró con el ceño fruncido.

—Entonces, eso significa que me has mentido —soltó, ofendido—. Recuerdo que una vez me dijiste que tú habías ayudado a Jimin con sus hormonas.

—Fue cuando estaba embarazado, hace cinco años y no fue gran cosa.

Taehyung me golpeó e inmediatamente me quejé.

—Que un omega te deje tocarlo, aunque sea un poco, en su momento más vulnerables vale mil veces más que la penetración y demás actos.

Puse cara de desagrado y comencé a mover mis manos disgustado.

—No pienso hablar de sexo contigo, solo dejemos el tema aquí.

Él negó con decepción.

—No, tienes que avanzar todas las bases que puedas está misma noche. Créeme, tengo un presentimiento.

Oh, luna querida. Él se junta demasiado con Hoseok.

Solté una risa y me quedé mirándolo atentamente. ¿Qué era eso de un presentimiento? ¿Qué seguía? ¿Vibras? ¿Sahumerios?

—Vaya, ya veo porque quieres venir a la casa de Hoseok. ¿Qué van a hacer? ¿Pasarse buenas vibras?

El semblante de Taehyung cambió rápidamente y susurró «No eres gracioso». Solté una risa y le respondí:

—Tú tampoco. Ahora bájate, que vamos veinte minutos tarde y significa menos tiempo para lograr algo.

Él abrió la puerta dramáticamente.

—Oh, pobre Jungkookie. Está noche no podrá coger —soltó, burlesco.

Me reí y salí del auto. No habíamos tardado tanto en llegar, esos veinte minutos de demora habían sido por la extraña siesta que tomé.

Nunca fui de dormir durante el día, era algo fuera de lo común para mí y si lo hacía, era por la influencia de Nini y Jimin en mí. Pero ese día había sido distinto.

Mi cuerpo se sentía agotado, al igual que mi lobo, quien rogaba dormir aunque sea unas cuantas horas. Cuando llegué del trabajo, caí rendido y me demoré demasiado en despertar. Si no hubiese sido por las insistentes llamadas de mi mejor amigo, posiblemente, seguiría dormido.

Algo no anda bien, estoy seguro.

Traté de ignorar a mi lobo y seguí a Taehyung, quien se dirigía a la puerta. Una vez estuvo allí, la golpeó suavemente; en cuestión de segundos ésta fue abierta por Jimin.

El rubio, al ver a mi mejor amigo, le sonrió y le dió un abrazo muy dulce.

—Pensé que era una broma y que no vendrías —dijo, sorprendido, Jimin.

—¿Por qué no lo haría? Adoro pasar tiempo con Nini y también adoro pelear con Hoseok, es mi pasatiempo favorito —ingresó y olfateó el lugar con desagrado—. Jung debe comprar otros sahumerios, estos tienen olor a culo.

Jimin se empezó a reír y luego me miró. Soltó todo el aire contenido, como si verme le hubiese generado tranquilidad, pero también preocupación. Se acercó a mí y me abrazó con fuerzas, escondiendo su rostro en mi cuello.

Mis sentidos se alertaron inmediatamente y correspondí su abrazo.

—¿Estás bien? ¿Qué pasó? —pregunté llevando mi mano a su cabello—. ¿Nini está bien?

—Sí, sí, lo está. —Se alejó de mí y me miró a los ojos, parecía que iba a llorar en cualquier momento. Su mirada estaba cristalina y se veía asustado—. Por la luna, no te das una idea de cuanto te necesité hoy.

Miré a Taehyung y este estaba tan confundido como yo. Antes de poder pronunciar una palabra, unos pasitos sonaron por la escalera y vi a Nini bajando con cuidado.

—Ggukiee —llamó, emocionado.

Jimin se separó de mí y se limpió, rápidamente, una lágrima que caía por su mejilla.

Recibí al pequeño entre mis brazos, un tanto abrumado por todo lo que estaba ocurriendo. Hoseok apareció unos cuantos segundos después.

—Hey, llegaron.

Le di un beso en la mejilla a Nini y él me abrazó con fuerzas.

—Te extrañé, papá —me susurró bajito y yo le sonreí.

No le respondí, él sabía que yo también lo había extrañado.

Por otro lado, Taehyung miraba a Hoseok con mejillas sonrojadas y a su vez con el ceño fruncido, como si no supiera cómo reaccionar ante su presencia.

Extraño, ¿no?

Hoseok llegó al último escalón y le sonrió al omega, quién inmediatamente se acercó a nosotros, huyendo de aquel alfa.

—Sí, hola a ti también. —Suspiró. Luego me miró con una sonrisa, ignorando por completo la extraña reacción de mi mejor amigo—. Pedí comida, no sé si quieren esperar y comer algo con nosotros.

Miré a Jimin, quién negó con lentitud.

—No, nosotros comeremos luego —respondí y bajé al pequeño.

Por la manera en la actuaba Jimin, me daba cuenta que necesitaba privacidad y que era de urgencia todo lo que me necesitaba decir.

Nini corrió a abrazar a Taehyung y mi mejor amigo, como era de esperar, lo alzó con ternura.

—Tío Hobi pidió dumplings porque sabe que tú los amas —le contó el pequeño al omega.

Mi mejor amigo le sonrió y tocó la punta de su nariz con cariño.

—A ti también te gustan, ¿verdad? —Nini asintió—. Entonces lo pidió porque ambos los amamos, Hobi es un tío muy cool.

Eso era algo que adoraba de Taehyung y Hoseok. Ambos podían pelear y tener una extraña tensión, pero nunca hablaban mal entre sí con Nini.

A veces sentía que había algo más; que posiblemente ellos me ocultaban algún secreto, pero no podía obligarlos a hablar y por eso no insistía en saber.

Jimin colocó sus manos en la espalda de Taehyung y vi cómo le susurraba algo. Era una pregunta. Mi mejor amigo asintió y escuché como le decía que se quedara tranquilo, que no tenia por qué preocuparse.

Pensé que hablaban de Nini, pero algo internamente me decía que no era así.

Nos despedimos y acordamos volver a las doce de la noche. Hoseok insistió en que Nini podía quedarse a dormir con ellos y Taehyung lo apoyó, asegurando que él también se quedaría para ayudar. Pero nos negamos, no queríamos incomodar a nuestros amigos.

Nini no hizo berrinche y tampoco se quejó por nuestra salida. Sabía que mi cachorrito estaba feliz, ya que, de alguna manera, sabia que al estar solos podría llegar a conquistar a su papá.

Nos abrazó y nos recordó cuanto nos quería. Hicimos lo mismo y le dijimos que volveríamos más tarde por él.

Tenía demasiadas expectativas para esa noche, espera una cita romántica a la luz de la luna, quizás una confesión y música de fondo.

Pero las cosas no salieron como esperaba, o quizás sí.

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Jimin tocó el reproductor de música y puso la radio.

Bad Liar de Selena Gomez comenzó a sonar.

Lo miré y le sonreí.

—¿Qué pasó? ¿Quieres hablar? —pregunté, sonriendo.

Él resopló y negó con una mueca.

—Aún no, quiero que estemos en casa tranquilos.

Abrí mis ojos de manera exagerada y solté una risa. ¿Tranquilo en casa? ¿Por qué necesitábamos estar tranquilos y en casa?

¿Y si se puso de novio? ¡Mierda! ¡¿Y SI ESTÁ EMBARAZADO?

¡NO, IMPOSIBLE! Yo me daría cuenta de algo así.

El semáforo se puso en rojo y di golpecitos en el volante.

—¿Es algo grave? —pregunté, nervioso—. Quiero decir, suena grave.

Jimin hizo una mueca y arrugó la nariz. Estuvo en silencio por varios segundos, pensando en la respuesta ideal para darme. Su reacción no me tranquilizó en absoluto.

Arranqué cuando el semáforo se puso en verde nuevamente.

—No lo sé, aún no sé que tan grave es. —Me miró—. Por eso necesito hablarlo contigo, porque me siento confundido y sé que vas a ayudarme.

Me reí y cerré los ojos con temor. Ninguna de sus palabras sonaba bien, así que comencé a bromear con mis miedos.

—¿Conociste a alguien y te propuso noviazgo?

—¿Qué? ¡No! —respondió, inmediatamente—. No es un novio, ni una pareja, es otra cosa.

Solté una risa ahogada, me estaba muriendo de los nervios y que me dijera eso era obtener un poco de paz.

—Eso es bueno. —Jimin me miró y yo chasquee la lengua—. Quiero decir, es bueno que no me pidas algún consejo relacionado con el romance. Tú sabes que mi vida amorosa apesta.

—¿Lo hace? —cuestionó—. Yo siempre creí que tenias éxito. La última vez que conocí a una de tus parejas, ella se veía realmente feliz.

—¿Sí? Bueno, yo no lo creo. —Arrugué la nariz—. Eso fue hace casi tres años y desde entonces no he vuelto a estar con nadie. Ahí podrías observar el éxito de mi última relación.

El omega se rió y echó su cabeza hacia atrás para mirarme con dulzura.

—¿Con nadie? —preguntó, sorprendido. Yo asenti, confirmando su pregunta—. Vaya, eso me sorprende, pero no dudo que eso sea por tu culpa. No creo que te falten pretendientes.

Respiré profundamente e hice una mueca.

—Seguro hay, pero ninguno es de mi interés. Con el paso del tiempo me he puesto exigente. —Escuché su risa—. No cualquiera puede venir a meterse a mi casa a apestar todo.

—Opinamos lo mismo. —Suspiró—. Mi última cita se asustó cuando le dije que tenía un hijo y eso fue hace un año y medio.

—¿Cuál fue? ¿El americano insípido que no entendía tus chistes? O ¿El gigante de dos metros que se sonrojaba con cualquier cosa que le decías? —Jimin lanzó una carcajada—. Ninguno nos agradó a mi y a Nini, tienes un pésimo gusto en alfas.

—Tienes razón, tengo un pésimo gusto —admitió—. Solo uno no me ha decepcionado y es en el único en el cual aún tengo fe.

Solté un gruñido y estacioné el auto.

—Seguro es otro insípido. —Saqué las llaves y lo miré elevando las cejas.

—Yo diría que un poco lento.

—Es de los míos, así que no lo juzgues al pobre.

Jimin puso los ojos en blanco y abrió la puerta del auto.

—Lo juzgo porque puedo y quiero. Deberías dejar de ser tan lento.

Salió del auto y yo detrás de él, confundido. Cerré el auto y puse la alarma.

—No te la agarres conmigo, no es mi culpa que tú chico sea lento. —Él me miró con el ceño fruncido—. ¡¿Qué?! No me mires así.

Se rió.

—No tengo chico, Jungkook. Hace años no tengo uno o quizás nunca lo tuve, quién sabe.

¡YO SOY TU CHICO!

¡Haz algo, Jungkook!

—Bueno, yo si tengo mis chicos. —Contesté mientras caminaba hacia la puerta de mi hogar—. Para ser más preciso, tengo dos.

—¿Sí?

Abrí la puerta y el primero en recibirnos fue Bam. Jimin ingresó y se agachó para hacerle cariño a mi mascota.

—Si, uno tiene cinco años y el otro unos veintitrés años. Son preciosos los dos, pero el rubio se me hace el difícil.

Se volteó y me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Se te hace el difícil? ¿En serio?

Asentí y llevé una mano a mi pecho.

—Pero yo debo ser lento, seguro es eso.

Se levantó y me sonrió.

—Sí, posiblemente sea eso. —Suspiró—. Por cierto, Nini me pidió su regalo de cumpleaños.

¡OH, POR LA LUNA! ES NUESTRO MOMENTO.

—¿Sí? ¿Qué te pidió? —pregunté, mientras prendía las luces.

—Me pidió dos cosas y una de ellas fue hermanito.

Oh...

¿Un hermanito?

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¡Gracias por leer!

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