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13 de Agosto, 2022.
Isla Jeju, Corea del Sur.

Seongjin tomó el teléfono de Jimin, marcó el número de Hoseok y suspiró al ver que su tío no le contestó.

Me miró e hizo un puchero.

—¿Tío Tae no ha llamado? —preguntó con voz suavecita.

Tomé mi teléfono e hice que revisaba.

—No —Suspiré—. Seguro todavía no se despierta. Es sábado, Nini.

El pequeño se sentó en el piso y respiró profundamente.

—Tienes razón, tal vez está durmiendo. A tío Tae le gusta mucho dormir. —Lo ví jugar con sus piecitos—. ¿Tío Jin tampoco te llamó?

Jimin soltó una risa y se sentó en el suelo a su lado.

—Ya van a llamar. Ellos nunca se olvidarían de tu cumpleaños, no dudes de tus tíos. —El omega le dió un beso en la frente—. ¿Qué quieres desayunar? Hoy es tu día, puedes pedir lo que quieras.

Seongjin aplaudió, pero luego hizo un puchero, exagerado.

—¡Quiero hot cakes de la abuela Jeon! —Me miró—. ¿Ella tampoco llamó?

Abrí la boca para contestar, pero antes de poder pronunciar una palabra, el timbre del departamento sonó y a su vez lo hace mi teléfono.

Ellos estaban afuera.

—Oh, creo que llegó el desayuno —les dije a ambos y me levanté del suelo—. Nini ¿vas a abrir la puerta?

El pequeño me miró con el ceño fruncido y se cruzó de brazos con un puchero.

—Pero si yo no pedí nada —se quejó—. Además, no puedo abrir la puerta solito, estoy chiquito.

Suspiré y me encaminé hacia la puerta.

—Entonces me comeré yo los hot cakes de la abuela.

Seongjin abrió sus ojos ampliamente y se levantó de un salto. Cuando escuchó la risa de Hoseok desde afuera, soltó un gritito y salió corriendo en dirección a la puerta.

Jimin y yo no tardamos en seguirlo. Al abrir la puerta, Nini se rompió en lágrimas y abrazó a cada uno de sus familiares.

Taehyung fue el primero, se agachó y dejó que el cachorro saltará sobre él.

—¡Pensé que ya no me querías! —Le reclamó—. Papá me dijo que estabas durmiendo, pero yo sé que nunca dormirias en mi cumpleaños.

El omega lo abrazó con fuerzas y se levantó con él entre sus brazos.

—¡¿Cómo te voy a dejar de querer?! Tú eres mi mariposita hermosa —le dijo—. Feliz cumpleaños, precioso. ¡Te extrañé muchísimo!

Cada uno se tomó su tiempo, le desearon feliz cumpleaños y también le pidieron perdón por la demora. Nini lloró con cada uno de ellos, incluído Namjoon —quien no sabía cómo calmar al pequeño—.

Mi madre se acercó a Jimin y lo abrazó con todo el amor del mundo.

—¿Cómo puede ser que vaya a ser abuela por segunda vez y me entere por medio de Seokjin? —le dijo, simulando enojo—. Jimin-ah, pensé que éramos amigos.

El rubio soltó una risa y le susurró un pequeño:

—¡Sorpresa! Es un regalito para todos.

Ella le sonrió y volvió a abrazarlo.

—Tú eres nuestro mayor regalo. —Suspiró—. Siempre te lo voy a decir, hacer feliz a mi hijo es el mayor regalo que me puedes hacer.

De ser solo nosotros cuatro –incluida nuestra bebé—, pasamos a ser once. La casa estaba llena de ruidos; mamá cocinando; papá hablando con Seokjin y Hoseok.

Taehyung y Jimin riéndose en secreto, mientras Yoongi ponía los ojos en blanco.

Namjoon hablando con Seongjin de miles de cosas sin sentido.

No pude evitar sonreír al escuchar esa conversación.

—Jungkook me dijo que te gustan las mariposas.

—¡Me encantan! ¿Sabías que hay más de mil tipos de mariposas? —Namjoon negó—. No me sé todos sus nombres, pero cuando sea grande voy a saberlos TODOS.

Todo estaba en orden, pero aún había algo que me mantenía inquieto. Solté un suspiro y traté de tranquilizarme.

Me convencí de que todo estaría bien y que nada malo pasaría, pero algo en mi interior me estaba advirtiendo que no sería tan fácil.

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