Capítulo Quince

Audrey:

Primer día de Oliver en casa:

—¡Bienvenido a casa, Oliver!.—Dice Jude y yo sonrio.

Los ojitos de Oliver se abren al escucharlo y mira detenidamente las paredes, aún es muy pequeñín para sonreír o hacer muecas en el rostro, pero veo como sus ojos se iluminan al ver su casa.

Jude le da palmaditas en la espalda y lo sostiene mientras lo guía por la sala, seguido se dirige a la habitación de Oliver.

—¡Vamos a conocer tu habitación!

Los observo subir con una sonrisa y enseguida les sigo el paso.










(*)











—Así no, Jude.—Me rio divertida mientras veo como intenta cambiarle el pañal a Oliver, tiene los dibujos impresos al revés.

Me acerco a cambiarle y Jude me da el permiso, el luce como todo un padre primerizo asustado.

—Lo siento, creo que no me sirvieron de nada las clases.

—O solo estas nervioso.—Me muestra una sonrisa al escucharme.

Oliver chupa sus deditos mientras mira el techo blanco de la habitación de Jude, ni siquiera ha pasado mucho tiempo en su propia habitación desde que llegó y es porque Jude no lo ha soltado en ningún momento, le hace jugar en su cuarto y ha trasladado alguno de sus juguetes como sonajas y mordedores aquí.

Puedo ver la emoción y la felicidad plasmada en el rostro de Jude, cada gesto, incluso cada vez que habla o mira, en especial cuando tiene los ojos en Oliver.

Le muestro a Jude como se cambia un pañal correctamente y me ayuda de cierta forma el recuerdo de cuando Juno llego a casa de pequeña, observe a mamá muchas veces cambiarle de pañal y tengo vagos recuerdos, aunque los esenciales en este caso.

—Listo.—Digo cuando termino.

Cojo a Oliver en brazos y se aferra a mí, mamá me enseño otro truco , así que coloco mi dedo pulgar en sus labios y antes de que lo chupe lo retire.

—¿Eso quiere decir que tienes hambre, amigo?.—Pregunta Jude.

Los grandes ojos oscuros de Oliver se abren para ver a su papá, es un gesto adorable y que me llena de una sonrisa más este día.

Jude hace un conteo.—1 a 2 onzas, 30 a 60ml en los primeros días.

Mi sonrisa crece cuando el comienza a contar con sus dedos.

—Los siguientes 2 a 3 días, 3 onzas.. Audrey?.—Pide mi opinión.

—Es correcto, Jude.

—De acuerdo, enseguida vengo, Oliver.

Sale de la habitación y lo sigo hasta detenerme en la puerta mientras mezo a Oliver en mis brazos.

Es un niño tranquilo y no puedo decir lo mismo de Jude, está impaciente pensando que cada minuto es uno perdido, así que se apura en preparar el biberón, comete errores pequeños y maldice en voz baja haciéndome reír, pero de verdad se esfuerza tanto que me recuerda que tome la decisión correcta en ayudarlo.










(*)












Quinta noche de Oliver:

Estos días he sido tan sensible al llanto de Oliver que mis oídos se han adaptado, ahora con cualquier queja ya me encuentro despierta a la mitad de la noche y todo lo tranquilo que era Oliver al estar despierto, no lo es cuando lo hace a media noche.

Oliver llora y no tengo la fuerza para abrir los ojos, tengo bolsas colgando debajo de mis ojos y tengo muchas ganas de dormir en el día.

Jude lo tiene más fácil aunque esta igual de cansado que yo, debido a la adopción de Oliver, el trabajo le concedió las dos semanas de descanso que pidió, aunque seguramente cuando regrese estará lleno de trabajo, por otro lado, no he corrido con la misma suerte, no he obtenido un nuevo caso para mí, aunque por un lado me siento aliviada, no creo poder con el trabajo y Oliver al mismo tiempo, sin embargo he estado averiguando y los primeros dos meses son los difíciles para los padres, después todo es un poco más sencillo.

—Yo iré.—Escucho decir a Jude.

—¿Estás seguro? ¿Puedo..?

El presiona sus labios sobre mi cabeza volviendo a recostarme.—Yo iré, Audrey.

Bueno. Luce mejor que yo, aun con ojeras Jude sigue siento atractivo.

Jude sale de la habitación y por más que mi deseo de dormir sea grande y Oliver se calle a los minutos de que Jude lo cargara, aun así me levanto y voy a su habitación.

Jude se encuentra cargando a Oliver, el pequeñín apoya su cabeza debajo de su cuello mientras Jude camina por la habitación y hace ruiditos suaves con la boca, Oliver hace ruiditos parecidos y mantiene los ojos cerrados.

Me acerco y se lo pido.

—¿Segura?

Asiento despacio.—Dámelo, Jude.

Coge a Oliver de la cintura y me lo entrega con cuidado, sigo el procedimiento que hizo Jude y le susurro hasta que queda dormido otra vez.











(*)









Tercera semana de Oliver:

El lunes en la mañana Jude regresa al trabajo, por lo que ahora somos solo Oliver y yo hasta las seis que es la hora en que regresa, creí que llegado este punto iba a asustarme e huir, pero Jude y yo aprendimos juntos las dos semanas que pasamos en casa que mi miedo se desvaneció en el mismo momento en que sus dos semanas de descanso terminaron.

Le preparo el biberón a Oliver, lo baño y lo llevo a dormir, como han sido de costumbre desde que llego, se levanta cada dos o tres horas.

—Tu hora de sueño termino .. ¿Eh, Oliver?

Lo cojo de la cuna y los cargo en mis brazos, para su edad, solo balbucea e intenta decir algo, aunque a veces por el esfuerzo termina llorando.

—Eres un bebé hermoso.—Pronuncia Steicy mientras lo carga en sus brazos.

Nuestro primer día solos y no lo estamos, Steicy y Nicole vinieron a verme y ya que es prácticamente un mes desde que no quedamos en nuestras salidas habituales, tomaron la decisión de visitarme.

—¿Y cuándo conoceremos a Jude?.—Lo único que he hecho es hablarles de él y mandarles fotos, aunque después de eso están ansiosas por conocerlo.

—¿Crees que tenga algún amigo que me presente?

—¡Steicy!.—Dice Nicole.

Ella ríe y acerca su rostro al de Oliver, frota con suavidad su nariz sobre la de Oliver y el la mira con sus grandes ojos.

—Solo veo posibilidades.

Me rio.

Nicole suspira y aparta los ojos de ambos para ponerlos en mí.

—Te ves bien.

—¿Lo crees?

—Las ojeras te hacen ver más guapa.—Agrega Steicy.

Sonrio.

—Te queda bien ser mamá.

Eso soy ahora.

Y es maravilloso.

—¿Cómo se siente?

Pongo los ojos en Oliver.—Creo que no hace falta decirlo.

—¡Estoy feliz por ti!.—Chilla Nicole y comparte una mirada con Steicy.—Aunque te extrañamos en nuestras salidas.

—Casi siempre me dejaban sola mientras iban a coquetear... —Alzo una ceja.—¿Están seguras de eso?

—Claro, dos borrachas.—Señala Nicole así misma y a Steicy.—Ya no tenemos quien nos cuide.

Rompo a reír.

—Deberíamos salir más tiempo.

Ya no tengo el mismo tiempo que antes.

—Algún día de estos.

—¿Lo prometes?

—Algún día, dije.










(*)












—Estoy cansado.—Pronuncia Jude después de hacer dormir a Oliver, desvestirse y acostarse a su lado de la cama en nuestra habitación.

Jude apoya la cabeza en el colchón y sus ojos a punto de cerrarse están sobre el techo de nuestra habitación.

—¿Qué tan cansado?.—Pregunto y me subo en su encima.

Jude sonríe.

—Como para solo ir directo a la cama y dormir.

—Estas en la cama.

Bajo la mirada a su pecho desnudo y mis manos bajan desde los pectorales hasta los abdominales marcados en su abdomen, mi boca se hace agua y puedo sentir lo tenso que esta cuando agacho la cabeza y ubico mi boca en su tableta, mi lengua prueba de él y el cuerpo de Jude reacciona a mi toque.

Audrey..

Pocas veces logro ganarme un gemido de su boca, generalmente gruñe y aunque es el sonido más sexy que puede darme, un gemido me demuestra que yo también tengo poder sobre el y la habilidad de darle lo que quiere.

Apoyo mis manos sobre su piel blanca mientras sigo el recorrido con mi lengua, probando de las esquinas y besando cada marca, cuento las seis mientras beso uno por una y las yemas de mis dedos lo acarician, en cuanto las manos de Jude no tarda en ir a mi cara, acariciándome en círculos las mejillas.

Bajo la mirada en el proceso cuando noto el bulto que me golpea el abdomen, bajo más y me coloco en medio, con ambas manos a cada lado de los boxers, le doy una última mirada y meto una de ellas dentro, Jude gime ante el roce de mis dedos con su pene caliente y ahora duro.

—Mierda.

De lo que tenía la cabeza inclinada para mirarme , la vuelve a recostar sobre el colchón y la mantiene en esa posición hasta que tomo su erección envolviéndolo con mis dedos y lo llevo a mis labios.

Con el primer contacto me gano un gemido sexy, me siento victoriosa y retiro su erección de mi boca, no quiero ir rápido y quiero ganarme con cada tortuoso gesto de su rostro mientras chupo de él, lamo la punta y vuelvo a meter el glande a mi boca, lo saco y empiezo a lamer los costados mientras los dedos de Jude se aferran a mi cuero cabelludo.

—Cielos, Audrey.

No lo veo, pero estoy segura que tiene los ojos cerrados, me aprieta la nuca provocando que su pene entre más en mi boca, mis labios se abren más y más y me permite retirarlos cuando sus manos pierden fuerza en mí.

Vuelvo hacer el mismo proceso y esta vez Jude se mueve inquieto, sus caderas reaccionan tensándose y se mueve en busca de que yo vaya más profundo, voy hasta donde puedo y me siento increíble con lo que estoy logrando en él.

Cada maldición, cada gruñido y cada sexy gemido, me calienta de muchas formas, siento la necesidad de juntar mis piernas mojadas , pero antes de poder dar ese paso que estoy dispuesta a probar.

Antes de lograr que Jude se corra en mi boca, me toma de la cintura y me aprisiona debajo de el, tengo su mirada impregnada de deseo sobre la mía.

—Quiero correrme dentro.

—No hubiera habido diferencia.

Jude rompe a reír y me besa en los labios por un segundo, los retira y comienzan sus besos en mi clavícula, hasta ir bajando y desabrochando los botones de mi pijama, mis pechos salen ante su vista y lleva uno a su boca, chupando y dándome el placer que yo misma le daba hace un par de segundos, Jude lleva su otra grande y áspera mano a mi pezón y comienza a tirar de él.

Esta vengándose y yo tengo la culpa, aunque tampoco quiero que vaya rápido, solo espero que Oliver no despierte ahora.

Mis labios se separan y gimo cuando sus labios mordisquean mi duro pezón, tira de ellos y comienza a lamer por los costado.

—Jude..

—Siempre saben tan rico, Audrey.

Y me entrego.

Me pierdo en la sensación mordiendo mis labios y con los ojos cerrados, entonces las palabras solo brotan de mi boca.

Te quiero.

Jude se detiene.

Deja de probar de mis pechos y su mano deja de pellizcarme , para mirarme con los ojos llenos de sorpresa.

Si, Jude, lo he dicho.

He tardado y no quiero justificarme diciendo que no he tenido tiempo de decirlo, pero ya está hecho, lo he dicho porque es lo que siento ahora mismo.

Es lo que siento por ti, Jude Harding.

El sigue sin salir del shock.

—También te quiero, Jude.

Sus labios entreabiertos se cierran poco a poco y sus ojos vuelven a su estado normal.

—Si te tardaste en decirlo.

Alargo mi sonrisa.—Pero ya lo sabes.

El luce complacido y también me sonríe.—Si, ahora lo sé.

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