Capítulo Ocho

Audrey:  

—Eso fue..—Apenas hablo exhausta sobre la cama.—Eso fue increíble.

Jude respira agitado y veo como se marcan sus hoyuelos tras la sonrisa que está apunto de hacer.

—Fue maravilloso.

El cuerpo de Jude está lleno de sudor y despues del increible que resultó el sexo de reconciliación, yo estoy igual,tengo el corazón saltando sin parar  y los pulmones cansados de respirar, no creí que eso fuera posible.

—Aunque por momentos  sentí que estabas vengandote.—Confieso.

Jude hace una mueca.

Golpeo su hombro aguantando una risotada.—¡Jude!

—Tenía que hacerlo de una manera.— Se gira hacia mí y me mira directamente a los ojos.—Pusiste en duda lo que siento por ti.

Mi corazón se aprieta.

—¿Y qué sientes por mi?

— De todo. 

Palabras, Jude, palabras.

Alarga su mano hasta acariciar mi mejilla, me coloca el pulgar entre mis dos labios y me acaricia el inferior.

—No quiere decir que no las sienta, pero..

—Es muy pronto.—Completo por el.

El me da una cálida sonrisa.

Después de lo de Katherine, para Jude entregar su corazón debe ser muy difícil , es especial si tenia una perra como ex novia.

—Debería dormir, mañana tengo que ir temprano a la oficina .— Me avisa.

Presiono mi boca sobre la suya una última vez esta noche.—Buenas noches.

Me sonríe y luego de darme una última mirada deja que sus ojos se cierren, Jude se gira cambiando de postura y dándome la espalda, dejándome la vista completa de las alas que tiene por tatuajes en toda su espalda.

Sin darme cuenta mis dedos viajan solos y a pesar de darme cuenta de lo que voy a hacer, no me detengo, solo espero que Jude no lo tomé mal porque cada vez que lo toco ahi,es como si sintiera el dolor volver, como si me tuviera miedo y no quiero eso.

Mis dedos se presionan en su espalda, justo en una de las plumas de las alas pintadas en su piel, La espalda de Jude se tensa, Jude se tensa, todo el se tensa y se que he interrumpido su sueño, pero por más que mis dedos se mantengan sobre la piel con dudas, el no me aparta y decido iniciar mi recorrido lento con el fin de no torturarlo.

Un escalofríos me recorre cuando mis dedos llegan a palpar las primeras marcas de las cientas de cicatrices que tiene en la espalda y escondidas por debajo de la tinta, siento un nudo en la garganta mientras continúo mi viaje, mis dedos arrugan la piel y las cicatrices se hacen más notorias a través de la tinta negra.

Cuando llego al medio siento los pelos de mi cuerpo erizarse, es donde Jude tensa más y casi nunca logro tocar, donde me impide seguir los gestos de su rostro cada vez que estamos juntos.

Dios mio.

¿Con qué?

¿Con que ha sido capaz de golpearlo?

Como si leyera mi pensamiento , responde.—Fierro.

Alzo la mirada y él se mantiene quieto.

—Me golpeaba con fierro.

Me trago el nudo en la garganta y sigo tocando con suavidad. 

—¿Aún duelen?.—me atrevo a preguntar.

Elcuerpo de Jude se endereza,retiro un poco los dedos y lo escucho.

—No.—Pronuncia y me atrevo a poner mis dedos otra vez. —No cuando las tocas tú.

Dejo ir su espalda y él se gira hacia mí de nuevo, su rostro queda cerca al mio, lleva su mano a la mía y la toma.

—¿Sabes?  Cada tatuaje lo elegí por gustarme la primera vez que los vi , pero las alas tienen  un significado.

Él aprieta mi mano y la lleva a sus labios.

—Protección.

—Jude..

—Sentí que de esa forma me protegía, quería ocultarlas y no mirarlas en el espejo todo el tiempo, pero darle ese significado, realmente me ayudo mucho.

—Son hermosas.

Sus ojos me observan.

Sonrio.—Las alas, son muy hermosas y también significan perfección.

El me da una leve sonrisa.

—Lo que él hizo no es tu culpa y no creo que hubiera un motivo suficiente como para castigarte de esa forma. Eras solo un niño y eras perfecto tal cual.. 

Me da otro beso en la mano,acercandola a sus labios.

—Aunque ahora no las necesito porque te tengo a ti.—Se inclina hacia atrás y me suelta, enseguida se coloca sobre mi.—Tu eres perfecta.

Me sonrojo.

—En todos los sentidos.

Le rodeo el cuello con los brazos y nos besamos, me rio cuando tengo sus labios mordisqueando mi labio inferior.

—¿No ibas a dormir?

—Ya no. 

Me da un beso corto y se retira para mirarme, sus ojos quedan fijos en los mios.

—Tocame.

Alzo las cejas.

—Las cicatrices.—Responde, su mirada es seria y me siento tan feliz que comparta esto conmigo.—Tócame en todas partes, Audrey.   













(*)











Al llegar al trabajo de Jude, me hacen esperarlo en su sala de espera del piso en el que se encuentra, es algo aburrido y no hago más que mirar mi teléfono cada dos segundos.

—¡Señorita Webber!

Alzo la cabeza al escuchar la voz, el padre de Jude esta parado frente a mi , acompañado de los que deben ser sus socios, tengo los ojos de todos ellos sobre mí.

Por compromiso me acerco a saludarlo, aunque aun sigue en mi cabeza el enfado sobre nuestra última conversación.

—Estás esperando a Jude, debo suponer.

¿Por qué más estaría aquí?

El me pide un minuto y se acerca a decirle algo a sus socios, enseguida se marchan y nos quedamos los dos.

—Por favor, sígueme.

¿Ah?

—Espera Jude en su oficina, no aquí.

El se abre paso por los pasillo y lo sigo a pasos cortos, miro su espalda recta y el recuerdo de las cicatrices de Jude me atormentan la cabeza.

Me hace entrar en su oficina y seguido el ingresa para luego cerrar la puerta detrás suyo.

—Toma asiento, Audrey.

—Así estoy bien, Señor Harding.

—Por favor, llámame Leonardo.

—No tenemos la suficiente confianza para hacer eso.

El me da una sonrisa y comienza a servirse un vaso de vino, también me sirve uno a mi sin preguntarme, se acerca a entregármelo y manteniendo mis modales lo acepto.

—Gracias.

Por compromiso solo bebo un poco y lo dejo sobre su escritorio, a diferencia de él, que se lo bebé todo de un sorbo.

—¿Cómo va el proceso de la adopción?

¿En serio le interesa?

—Va muy bien, Jude corresponde a los requisitos que buscamos para nuestros niños.

Leonardo Harding no se esperaba esa respuesta, sus ojos me lo muestran.

—Y justamente ahora íbamos a ver a la madre.

Él se ríe.

—¿En serio cree que Jude pueda ser el padre de un niño?

—Muchos hombres que merecen ser padres no tienen esa suerte. —Comento. —Y los que si la tienen , no saben aprovecharlo.

Sus ojos me miran con enojo, más directa no he podido ser, ha sido un golpe de frente y dentro del cuadrilátero para Leonardo Harding.

—Entiendo que Jude te hablo de su niñez.

—No hizo falta, Señor Harding.

Solo tuve que sentirlo y mirar.

—Lo que hice... lo convirtió en el hombre que es ahora. —Me señala orgulloso.¿Cómo puede sentir orgullo de todo el dolor que le causó? —No me atreva a juzgarme, Señorita Webber.

—¿Y qué clase de hombre? ¿Uno que le teme?. —Hablo firme. —Si quería ganarse el miedo y odio de su propio hijo , déjeme decirle que salió triunfante.

Leonardo Harding aprieta la mandíbula, entonces otra mueca aparece en su cara y me da una sonrisa luego de mirarme de pies a cabeza.

—¿Qué puede entender usted si ni siquiera tiene padres propios?

Mi boca se abre.

—Investigo muy bien a las personas que rodean a Jude, no debería extrañarle luego de haberme acusado por como trato a mi hijo.

Mis manos se forman puños.

—Es cierto, no conozco a mis padres y gracias a ello encontré a las personas más maravillosas con las que pude haberme topado.

Mi respuesta no le gusta nada.

—Y no hace más que darme la razón en mi teoría.

Frunce el ceño.

—Algunos padres si merecen serlo y otros no saben aprovecharlo.

Me alza la voz.—Señorita Webber..

—Nada justifica las cicatrices que Jude tiene en la espalda y se educa con palabras, Señor Harding, no con golpes.

Sus ojos destellan furia.

—Espero no molestarlo, pero prefiero seguir esperando fuera.

Me abro paso para marcharme, pero enseguida siento un tirón, el brazo de Leonardo Harding envuelve mi cintura y me trae hacia él hasta chocar nuestros cuerpos.

El olor a vino  inunda mis fosas nasales.—Eres muy guapa.

Mi cuerpo se tensa, se retira un poco para mirarme a los ojos.

—Y muy mayor para mi hijo.

Mis cejas se juntan y no me intimido ante él.

—Supongo que a Jude le gustan las mujeres de boca suelta.

—¡Señor Harding!. —Intento soltarme sin mirarlo.

—¿No crees que deberías salir con hombres... —Se encoje de hombros y sus dedos se clavan en mi cintura causándome ligero dolor. —Más maduros?

—Jude es muy maduro para su edad, Señor Harding. —Me atrevo a subir la mirada a sus ojos de nuevo. —Tal vez si se diera el tiempo de comportarse como un padre real podría conocer a su hijo.

—O podríamos conocernos tú y yo.

Entro en pánico con sus palabras.

Me quedo viendo sus ojos con sorpresa y el aprovecha mi desconcierto para tomarme con violencia y empujarme contra el escritorio, todo pasa demasiado rápido, mi cartera cae al suelo , mis piernas golpean la madera causándome dolor y comienza mi tortura.

Sus manos las tengo en todas partes mientras intento luchar desesperadamente para que me suelte, tira de mi cabello y de mi blusa intentando ver lo que escondo debajo y entonces, con el miedo y el dolor , levanto la rodilla y golpeo su entrepierna logrando liberarme.

—¡Mierda!

Aprovechando el dolor que se extiende por su cara, recojo mi cartera del suelo y salgo de ahí.

—¡Maldita Perra!

Choco con alguien al dar solo un par de pasos más fuera de la oficina, Jude me observa preocupado y me toma de los hombros.

—¿Qué pasó?.... —Me toma el rostro y comienza a revisarme. —¿Qué sucedió, Audrey?

—Jude. —Mi voz temblorosa lo hace tensarse.

Esto me ha afectado más de lo que creía y apenas siento las lagrimas deslizándose por mis mejillas, mi voz lo hace reaccionar con furia y subir la mirada despacio hasta ubicarla en la puerta.

Niego despacio.

—Jude,no..

Y lo hace, ingresa por la puerta y todo se vuelve un caos.

Mi cerebro registra cada una de las escenas, desde Jude maldiciendo a su padre, tomando fuerza y para mi sorpresa, no intimidándose frente a el como la vez pasada.

—Solo quería saber la clase de perra que le atrae a mi hijo ¿Puedes culparme por eso?

Sus ojos me miran al decirlo y es la última gota que necesita el vaso de paciencia de Jude, él se arroja sobre él y literalmente todo se llena de sangre, me sorprende un poco que Loenardo Harding no busque defenderse, pero es Jude quien me preocupa, enseguida entiendo que esto no solo lo hace por mí, quizás los primeros golpes lo fueron, sus insultos y todo lo que le dirigía , pero después..

Jude solo está vengándose.

Esta vengándose por todo el dolor que Leonardo Harding le causó en su niñez.

—¡Jude!

Siento el nudo en mi garganta, escucho a la señorita de recepción llamando a seguridad y tengo miedo,tengo miedo que le hagan daño.

—¡Jude, por favor, para, para!. —Grito hasta dañarme las cuerdas vocales. —¡Por favor, no vale la pena!

Los golpes siguen manchando sus puños de la sangre de su padre, rompo a llorar y no encuentro forma de pararlo.

Entonces las palabras solo brotan de mis labios.

—¡Por Oliver!

Y se detiene, su puño queda en el aire al segundo en el que me oye, mientras Leonardo Harding yace casi inconsciente sobre el suelo de su oficina.

—Hazlo por Oliver.—Pronuncio otra vez y me atrevo a acercarme, le tomo del puño y lo obligo a mirarme. —Por favor, amor, hazlo por Oliver.

Rompo a llorar y parece recobrar la razón, Jude me toma del rostro y se levanta para luego rodearme con los brazos, sollozo sobre su pecho y seguridad llega, nos hacemos a un lado y los impido llevárselo mientras ayudan a Leonardo Harding.

El sigue consciente, aunque aquí se responde mi mayor duda de todas.

—Olvídate de la adopción.

El cuerpo de Jude se tensa.

—¡Olvídate de mí ayuda, Jude!. —Le grita y pone los ojos en mi tensándose. —Y estas despedido.







Hola..

Nuevo capítulo.

Diganme que les pareció.

Por otro lado,sigo prestandome máquinas para actualizar AJJAJAJAJAJ

Y sigo sin internet.

Nos leemos.

>> Yiemir.

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