Capítulo Doce

Audrey:

Tengo la mano de Jude temblando sobre la mía mientras esperamos fuera, en la sala de espera, Carly Singer lleva detrás de esas puertas hace más de una hora y después de los innumerables y constantes gritos que salían de su garganta por el dolor, la trasladaron al quirófano por la cesaría.

Desde entonces Jude esta intranquilo.

Aprieto su mano y sus ojos me observan.

—Estoy aquí.

—Lo sé.

Al minuto vuelve a ponerse nervioso, así que decido terminar con eso.

—Mi respuesta es sí.

Sus ojos se abren y me observa confundido.

—Si quiero vivir contigo, Jude.

Sus ojos brillan y yo hago crecer mi sonrisa.

—Audrey..

—Quiero que seamos una familia para Oliver, tú y yo.

—¿De verdad?

—De verdad. —Le confirmo.

Y tengo sus labios sobre los míos enseguida.











(*)










Tomo la mano de Jude otra vez, a decir verdad, no lo he soltado mucho durante todo este día, está más que nervioso que mientras esperábamos que Carly saliera del quirófano y más que cuando estábamos con ella esperando que nos den el permiso de conocer a Oliver.

Ahora estamos aquí, donde solo las cortinas que cubren el vidrio nos impide conocerlo, a través de ellas veo las sombras de las dos enfermeras preparando todo, moviendo la incubadora de todas las que hay para ponerlas justo delante de nosotros.

Entrelazo mis dedos con los de Jude y nos miramos una vez más antes de que esas cortinas se levanten.

Lo hacen y la imagen de un bello bebé inquieto aparece en mi campo, el pequeño Oliver tiene los ojos cerrados, pero los abre como sintiera la presencia de ambos.

De mí.

De Jude.

De su papá..

Tiene los ojos grandes y de color oscuro, sus manitos las mueven por necesidad y no tiene casi nada de cabello, pero es hermoso.

Estoy segura de compartir la misma opinión con Jude.

Me giro a ver a jude y lo veo observar a Oliver maravillado, no deja de sonreír y se acerca más al vidrio para observarlo con más claridad.

—¿Es hermoso , no lo crees?

—De cierto modo se parece a ti.

Él me sonríe.

—Felicidades, Jude.. —Mis ojos se llenan de lágrimas. —Ya eres papá.

Aprieta nuestras manos y mi corazón se hunde cuando veo las lágrimas en sus ojos, no , más cuando una se desliza por su mejillas.

—Ya lo somos.

Sonrio entre lágrimas y me las limpio, Jude me atrae hacia el para rodearme con los brazos.

—Lo somos. —Murmuro sobre su pecho.

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