Capítulo Dieciocho
Jude:
—¿Por qué sigues viniendo?.—Le pregunto a Katherine, ahora mismo se encuentra sentada a mi lado en el mueble.
—¿Acaso no es obvio?
—Es tarde, Katherine.—Pronuncio observando el reloj.—Deberías ir a casa y no seguir viniendo.
Mi respuesta no le ha agradado, pero necesito mi espacio, necesito estar solo y no puedo estarlo si ella insiste en venir a verme desde que por alguna razón a mi padre se le ablando el corazón y le hablo sobre mi rompimiento con Audrey y la perdida de Oliver en mi vida para que de alguna forma Katherine logre sanarme.
Y no he sabido nada de ambos y está matándome.
¿Quién lo decidió así?
No puedo verla.
Y no porque quiera, no quiero verla porque me muerdo de miedo, miedo de verla y recordarme que no siento ya nada.
Que Audrey para mí ya no es nada.
Sí, soy justamente eso, un puto cobarde porque lo que mi corazón tiene ahora aún no se ha olvidado.
El dolor de perder a Oliver todavía está impregnado en mí.
—Ya ha pasado cerca de dos meses... ¿Hasta cuándo?
—Nunca.
—Jude.
—Solo lo entenderías si tuvieras un hijo y ya que sabes que odias a los niños, es imposible que sepas como me siento.
El dolor marca sus ojos.
—Lo siento, no quise..
—¿Tampoco vas a personarme a mí?
—Ya lo hice, fue tu decisión y creo que la que no se perdona es otra.
Mantengo la mirada en el techo y mi cabeza recostada en el almohadón del mueble, cierro los ojos buscando paz y ella no tarda en hablar otra vez.
—Tienes razón, no me perdono.
Niego.—Katherine..
Siento su peso encima de mí, mis ojos se abren con rapidez y inclino la cabeza para mirarla, esta vez tiene los brazos alrededor de mi cuello.
—Pero quiero intentarlo.
—¿Qué?
—Tengamos un hijo, Jude.
Me quedo pasmado por un instante y quiero reír, pero luego veo la seriedad en su mirada.
—Se te olvida que yo..
—No hablaba de eso.—Me interrumpe enseguida.
Frunzo el ceño, no quiero que se juegue con algo así.—¿Entonces qué?
—Hagámoslo, esta vez adoptemos un niño juntos.
Las palabras no brotan de mis labios.
Katherine sonríe y presiona sus labios sobre mi mejilla, su peso me presiona y retira su peso de mis piernas sin decir nada, coge su cartera y a mitad del camino se gira hacia mí.
—Piensa en mi propuesta, Jude.
(*)
—¿Realmente eres tú, Jude?
—Sí, soy yo, tu hermano menor.—Hablo con sarcasmo mientras veo a mi hermana llegar hasta mi mientras tira de su equipaje.
Sonríe ante mi comentario y se acerca a abrazarme.
Jazmín Harding.
Mi hermana mayor, un insoportable dolor de cabeza.
Escuchamos un carraspeo y ambos nos giramos, esperaba no encontrármelo aquí, pero no solo a mí me sorprende que el este aquí, jazmín esta igual.
Jazmín se esforzó en conseguir su título, adelanto cursos y todo, con el fin de irse a trabajar al extranjero, aunque supongo que ella se marchó porque ya no soportaba a nuestro padre.
—Padre..
—Jazmín.
La observo tragar.—No esperaba verte aquí.
—¿No creíste que iba a recibirte?
—Esperaba que no.
Luce enfadado y no tarda en poner los ojos en mí, lo que antes provocaba el con una sola mirada, no lo hace ya ,no desde que tuvimos ese altercado fuerte en su oficina, prácticamente desde que Audrey formó parte de mi vida.
El tono de llamada de su teléfono que proviene del bolsillo de su saco termina con la tensión acumulada entre los tres, Leonardo Harding atiende la llamada mientras Jazmín trata de disimular que él se encuentra aquí.
—Tengo que irme.—Avisa luego de cortar la llamada.
Jazmín asiente.—No sería algo nuevo.
Nuestro padre se tensa y sin decir ni una sola palabra más, abandona el aeropuerto, jazmín se siente aliviada de que se marchara.
En nuestra niñez, yo era quien recibía los golpes y ella los gritos, pero cuando se atrevió a tocarla, digamos que empecé a recibir los golpes que debían ser para ella y ahora que tengo su rostro aquí, que la tengo a ella aquí conmigo, estoy seguro que volvería a recibir todos esos golpes por mi hermana.
—¿Cómo estuvo el viaje?
Jazmín se cuelga de mi brazo y sonríe olvidándose que él estuvo aquí.—¿Por dónde empiezo?
(*)
—Ya he hablado mucho de mí, Jude.—Me dice jazmín.—¿Qué hay de ti? Y no me digas que no tienes nada que decir porque .—Señala mi plato.—No has probado nada.
—No me gusta la comida de este restaurante.
—Tengo entendido que es nuevo o eso dice el letrero de afuera, estamos en su inauguración.
Sonrio.
—¿Y bien, Jude?
Trago saliva.—Aquí no.
La sonrisa de Jazmín se cae, me da un mueca suave .—Entonces pidamos la cuenta y vámonos.
Le traen la cuenta a Jazmín y la espero afuera mientras ella tarda lo de siempre en los servicios, mis pensamientos están perdidos y de alguna forma mi dolor de cabeza me ha ayudado a que este día no sea igual de doloroso y repetitivo que lo anteriores.
Ha logrado que no piense en ella.
Al menos hasta ahora y hasta que la veo.
Su silueta bajando de un coche, su hermoso rostro y de igual manera, su cuerpo.
Entonces mi mayor miedo se hace realidad, pero lo entiendo, entiendo que mi cobardía no ha servido de nada porque el solo mirarla ha removido en mi sentimientos.
Y la he extrañado.
Pero también..
A pesar de todo.
Sigo enamorado de ella.
Audrey Webber no tarda en notar mi presencia y llega hasta mí mientras yo solo tengo ojos para ella.
—Jude..
No me atrevo a decir nada.
—¿Qué..?— Su voz tímida la delata, está igual de sorprendida que yo y es normal, hace casi dos que no nos vemos.— ¿Qué estás haciendo aquí?
—Podría preguntar lo mismo.
No he querido sonar brusco, pero dado su expresión, lo he hecho.
—Yo vine por..
Y creí que no iba a sentir otro dolor tan fuerte como el ver como se llevaban a Oliver de mi lado, pero lo hago.
Lo siento cuando sigo todo en cámara lenta, como ese tipo envuelve la mano alrededor de su cintura y la atrae contra él.
—Jefferson.— Audrey se queja.
Y mis ojos buscan respuestas en ella, las palabras solo brotan.
— ¿Jefferson Crafft?
Es lo poco que es del tipo que la engaño, a quien podría agradecer porque puso a Audrey en mi camino de cierta forma, pero que en este momento quiero estrellar mi puño en su rostro por las "Molestias" que se toma con ella.
—Ese mismo y por la cara de Audrey, tú debes ser Jude.
¿Le ha hablado a su ex de mí?
¿Y por qué viene a cenar con su ex?
¿Por qué esta aquí con él?
— ¿Ya le contaste, amor?
¿Amor?
Ella intenta soltarse de él y es el quien lo hace a tiempo porque estaba a punto de exigirle que lo haga, pero algo más llama mi atención.
—¿De qué está hablando, Audrey?
Ella pone los ojos en Jefferson y niega, el alza las cejas insistiendo.
—Jeff..
—¿Debo decírselo yo? No tengo ningún problema..
—¿Qué sucede, Audrey?.—Intento buscar respuestas en su rostro.
Mis ojos siguen la mano de Jefferson Crafft, quien entrelaza los dedos con Audrey, ya me queda claro que están juntos, aunque ella luzca algo incomoda, pero..
Cuando creí que no podría dolerme algo más esta noche, ella..
—Estoy embarazada, Jude.
Ella de alguna forma vuelve a clavarme otro puñal.
—Yo y Jefferson vamos a tener un bebé.
Hola...
Audrey está embarazada.
Sí, es verdad.
Por favor no me odien por esto.
- Se va y se esconde debajo de una roca-
Nos leemos.
>> Yiemir.
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