Unico

Ryoken se había preguntado muchas veces algo.

¿De dónde Yusaku había sacado todas aquellas actitudes?

Conocía al chico demasiado bien como saber cada una de las caras que solía mostrarle a las personas como le mostraba solo a él. Era un buen observador así que era fácil poder saber cuándo se notaba tranquilo y despreocupado. Pero también sabia, cuando de un momento a otro, cambiaba a un ser diferente, frío y calculador. Podía ser indiferente en algunos temas que no llamaban su atención, era silencioso y muy atento a lo que le rodeaba. Aunque no lo dijera pero se podía notar el nerviosismo y la timidez cuando tomaba su mano o le daba un pequeño beso en las mejillas, frente o labios y de cierta manera, se le hacía algo lindo pero nunca se atrevería a decirlo de frente o no sabía qué podría suceder. Comía en silencio y rapidez, daba grandes bocados y como todo niño pequeño, solía hacer a un lado del plato, aquello que no le gustaba como las pequeñas rabietas de ser obligado a que comiera todas sus verduras. Incluso conocía igual de plantas que Spectre, algo que no creía hasta después que lo escucho hablar sobre algunas plantas que se encontraban en el invernadero que su mejor amigo conservaba. Le contaba sobre los efectos de una y solían discutir como niños pequeños sobre lo que era verdadero y falso hasta que se les ocurría buscar en la red.

Llegados a este punto, solía preguntarse de quien había heredado ese color de ojos esmeralda como los colores extraños de su cabello. Así como de quien había sacado las habilidades de estar frente una computadora y empezar a investigar cómo sacar códigos de ahí con bastante astucia y salir de un lugar sin que alguien sintiera su presencia. Incluso, algunas veces, llegaba a darle un gran susto cuando el llegaba a su lado sin hacer ruido alguno. Le recordaba al caminar silencioso de los gatos, cuando menos se lo esperaba, ya estaba a su lado en busca de mimos y caricias que con gusto, siempre se los otorgaba. Pensó que tal vez se debía gracias a su apellido venenoso y a la hermosura de la planta que representa a la misma. Que Yusaku era realmente atractivo como para ojos femeninos y merculinos. Podía llamar la atención de cualquiera, fue por eso que llamo su atención aún cuando eran unos niños y ahora que eran jóvenes y decidieron darse una oportunidad de salir como pareja, algo que creía, no iba a funcionar pero era una verdadera fortuna que ambos pudieran soportarse después de algunas peleas y volver a reconciliarse como disfrutar de los duelos. Algo raro pero que realmente funcionaba para ambos.

Pensó que la familia de Playmaker, no estaban relacionados entre sí. Nunca quiso preguntarle al mismo que había pasado con sus padres cuando sucedió el caso Lost, no quiso presionarlo a que dijera que sus padres tal vez lo abandonaron. Algo que realmente se le hacia un poco triste al recordar que su padre se mantuvo a su lado a pesar del virus en su cabeza. Saber que el chico estuvo solo todo ese tiempo, a veces lo hacía sentir tan culpable que no había noche en la que él se quedaba a dormir a su lado, se disculpara una y otra vez por lo sucedido. Y aunque a Yusaku no le importara, siempre se dejaba dormir en su pecho, en busca de aquel cálido contacto y suave palpitar. Así que esperaba pacientemente que un día, su querido novio de ojos esmeraldas, le dijera un poco más sobre él.

Sin duda, todo era un misterio.

--Mis padres quieren verme --Comentó Yusaku sin interés alguno.-- Este fin de semana

Pero nunca imagino que los conocería más temprano de lo que creía. Casi escupió el café pero por mantener la imagen de chico tranquilo, tuvo que disimular una pequeña tos, inmediatamente limpio su boca con la servilleta de su perrito caliente. Miro frente a él, Yusaku tenía un disco de duelos aún más viejo que el que él tenía, un aparato bastante desactualizado pero al parecer, muy bien conservado por el chico. Eran aquellos discos de duelo que parecían tabiques y que podían recibir mensajes como llamadas. Aquellos que sólo, algunos duelistas veteranos se enorgullecían por lo bien cuidados que estos estaban. ¿De dónde lo había sacado y como es que hasta a penas se dio cuenta que estaba ahí? Tal vez sus padres se lo habían dado para tal vez, estar comunicados de esa manera con él. Tal vez eran duelistas excelentes y era por eso mismo que Yusaku ya era bueno en el juego de cartas. Al parecer, aún había muchas cosas que no podía comprender.

--¿Y no piensas ir? –Preguntó un poco curioso.

--No lo sé --Suspiró.-- De vez en cuando recibe mensajes de ellos pero normalmente nunca los contesto, cuando me fui de casa para llegar aquí a Den City a investigar sobre mi pasado, ellos me apoyaron, esperarían el momento que yo regresaría a casa --Miro a Ryoken con una pequeña mueca.-- Estuvieron pendientes de mi en el caso Lost pero tampoco saben cómo acercarse a mí, ninguno sabe cómo empezar y hasta este momento, nunca he vuelto a casa, no sé qué hacer o como hablar con ellos --Soltó un pequeño suspiro.-- Siendo sincero, no sé qué hacer y tengo un poco de miedo

--¿Y tú quieres ir?

--Me gustaría pero --Dejó aquel disco antiguo.-- Ellos saben que soy Playmaker, incluso sé que si voy, me van a regañar por todo lo que hice o no sé que vaya a suceder en el momento que tomemos ese tema --Tomó su vaso de refresco.-- Ellos son duelistas veteranos y sé lo que pasó con ellos para poder ser felices, ellos siempre supieron que hacer conmigo cuando sufría mis ataques de pánico --Miro a Ryoken.-- Extraño a mis padres pero, solo no lo se

Vio como Yusaku hacia una pequeña mueca de tristeza antes de suspirar y levantarse de su asiento. Ryoken sin dudar, se levanto al mismo tiempo y tomo su mano para evitar que se alejara más de lo que sus pensamientos, probablemente, ya habían provocado. Sonreía con tranquilidad y cariño para otorgarle aquel confort y seguridad que en estos momentos Playmaker necesitaba. Lo acerco así y lo abrazo con cuidado mientras pasaba su mano por sus cabellos. Pudo sentir como soltaba un suspiro más y se acomodaba en su pecho.

--Si los extrañas, entonces no dudes en visitarlos, son tus padres al final en cuenta, son las personas que te apoyaron a pesar de que no sabían cómo --Murmuro.-- Ellos realmente estarán felices de que su hijo regrese a casa para visitarlos, visítalos ahora que aún tienes oportunidad para verlos y abrazarlos

--Ryoken

--Estoy bien, solo disfruta que aún tienes a tus padres a tú lado --Lo separo un poco de sí para verlo. Aquellos esmeraldas que le miraban con atención, no pudo evitar besar su frente.

--Si voy ¿Me acompañarías?

--¿Eh?

--Solo digo --Alzo los hombros despreocupado, ignorando aquel sonrojo en el rostro del mayor.-- Me voy a sentir más seguro si alguien me acompaña, eres mi novio y me gustaría que fueras conmigo a donde viven mis padres, los conocerías y te presentaría como tal

--¿No les importa si en lugar de esperar a una chica, voy yo?

--Son mis padres y me aceptan como soy --Eso ultimo pareciera que se lo trataba de decir para convencerse.-- Me aceptan aún después de todo lo que pase, por favor

Ryoken vio aquellos ojos de suplica. Era la primera vez que Yusaku le pedía algo así, era la primera vez que se notaba que realmente quería algo. Aunque este nunca lo iba admitir pero realmente quería volver a ver a sus padres, tanto tiempo alejados, siempre se iba a necesitar regresar a su hogar. Revolver sonrió mientras asentía. Sin saber de dónde Yusaku saco aquella felicidad, solo vio como el usuario de Playmaker sonrió, aquella gran y hermosa sonrisa que lo dejo embobado y no se entero del momento en que tomo su rostro y le planto un beso en los labios, beso que correspondió. Sintió a Yusaku separarse de él, soltar una pequeña risita y correr a la mesa donde había dejado aquel disco de duelos antiguo. Ryoken no pudo evitar sonreír, se le veía bastante feliz que probablemente, estuviera escribiendo por primera vez, un mensaje a ellos y correspondiendo a esa invitación a su casa. Solo negó divertido, lo que hacía por verlo sonreír.

Tal pareciera que el verdadero reto era el que se enfrentaría a ese día. Conocer a sus queridos suegros.

.o.

El viaje en automóvil fue bastante cómodo. Incluso para Ryoken que era el que conducía con suave y relajante música y Yusaku sentado como copiloto que observaba a su alrededor mientras no paraba de jugar con sus dedos. Ryoken lo miraba de reojo, era de esas primeras veces que veía a Yusaku vestir ropa de civil y no su uniforme como se había acostumbrado a verlo. En la parte de atrás, cargaban consigo, pequeñas maletas como algunos aperitivos, no era correcto el llegar a casa de sus suegros sin nada en las manos. Les había contado a sus hermanos sobre sus planes ese fin de semana y lo apoyaron. Habían propuesto acompañarlos pero Ryoken no quiso, no sabía cómo eran los padres del menor y prefería que solo fueran ellos dos.

Revolver no dudo en posar su mano en la rodilla de Playmaker, era para darle un poquito más de seguridad que el mismo agradeció en el momento que tomo su mano y le sonrió. No fue tan largo el conducir a su casa, incluso recordó algunas calles de cuando se topo con Yusaku cuando eran niños y de ahí se lo llevo sin volver a ver a sus padres hasta meses después. Se sintió un poco mal al volver a pensar en eso que prefirió quitar aquellos pensamientos y seguir las indicaciones de Playmaker para llegar a su casa. Llegaron a una casita tranquila con una pequeña tienda de pasteles a un lado y con bastantes flores que rodeaban a la misma. Ryoken bajo impresionado del auto al momento de ver lo lindo y fresco que se encontraba ese lugar.

Los grandes árboles de Wisteria que adornaban la entrada. El pasto muy bien cortado como pequeñas flores que otorgaban color al jardín. Yusaku nervioso, tomo la mano de Ryoken quien solo la apretó y así empezaban a caminar a donde los padres del mismo le esperaban. Una pequeña mesita afuera en el jardín con un pequeño techo sobre de él para taparlos del sol. Fue ahí cuando encontraron a dos adultos que se levantaron de sus asientos para recibir a su hijo. Sin poder evitarlo, en el momento que Yusaku vio a sus padres, olvido todo tipo de temor, olvido todo nerviosismo y así soltando la mano de Ryoken, fue que se acerco para abrazar a su madre, quien rápidamente lo envolvió en sus brazos mientras soltaba algunas pequeñas lagrimas y le otorgaba besos en. Su padre, se quedaba a su lado, con una sonrisa tranquila en su rostro y posando con cuidado su mano en el hombro de su hijo. Por algún motivo, Revolver sentía que los conocía de algún lado, los había visto en algún lado. Aquellos ojos esmeraldas de Yusaku, eran herencia de los ojos de su madre, casi como el color de sus cabellos, excepto por los mechones rosados, eran de su padre. Al ver el jardín, comprendió el porqué siempre discutía con Spectre. En ese momento, comprendió muchas cosas que siempre dejaban un cabo suelto que por primera vez, se sintió un poco apartado de todo.

Solo se quedo en silencio, observando que así hubiera sido la felicidad de Yusaku si no lo hubiera involucrado. Algo que le quito. Por primera vez, se sintió inseguro. Él no tenía que estar ahí, lo sabía y estuvo tentado a irse en el momento que aquellos ojos morados de su padre lo observaron con atención.

--¿Quién es él? --Pregunto el padre. Yusaku se separo de los brazos de su madre. Sonrió y se acerco al lado de Ryoken para tomarlo del brazo.

--El es Kogami Ryoken, mi novio

--Creo que no era necesario que me presentaras de esa manera --Se quejo un poco avergonzado Ryoken.

--Te dije que lo iba hacer

Un pequeño silencio se formo. Ambos padres abrieron los ojos sorprendidos y después solo se miraron. Volvieron a mirar a su hijo que sonreía, soltaba pequeñas risitas y se quejaba como un pequeño niño. Aquel brillo de sus ojos, como la forma en que tomaba su mano sin temor, sin miedo. Fue suficiente para que ellos sonrieran y llamaran la atención de los jóvenes que estaban discutiendo.

--Mucho gusto Kogami-san, mi nombre es Serena, Serena Fujiki --La madre de Yusaku hizo una pequeña reverencia al mismo momento que sonreía.-- Gracias por cuidar a nuestro hijo

--Fujiki Yuri --El padre solo hizo un movimiento de cabeza, sonrió.-- No tienes porque avergonzarte, si nuestro hijo te ama y eres el motivo por el cual, tenga esa sonrisa en su rostro, realmente te debemos mucho por devolvernos a nuestro niño

¿Yuri? ¿Serena? ¿Dónde había escuchado esos nombres Ryoken? Pronto, sus ojos se abrieron con asombro al recordar al fin donde los había visto. Un libro de historia, de ahí era donde los había visto. La historia de duelistas que se enfrentaban a otros para proteger el mundo. Soldados que convertían a gente en carta, aunque este último no lo creía, como de un demonio que había sido dividido en cuatro partes y que creó una gran destrucción por volver a unirse, para volver a ser uno. Los cuatro jóvenes, de ese momento, se parecían demasiado al igual que las chicas. Eso había sido ya hace bastante tiempo y justamente que ahora, frente a él, dos de ellos se presenten como los padres de Yusaku, era algo muy impresionante. Creía, al fin podía comprender el porqué el joven Playmaker era así.

--Mucho gusto --Hablo Ryoken después de un rato de procesar todo. Hizo una pequeña reverencia y sonrió con amabilidad.-- Yusaku no dejaba de estar nervioso en todo el camino pero que es sin duda, está contento de volver a verlos

Escucho una pequeña queja de Yusaku acerca de que exageraba mientras Ryoken solo le decía que era un mentiroso. Serena y Yuri observaron a su niño, era bastante feliz con ese joven de atractiva mirada y bastante caballeroso. Como lo habían dicho desde un principio, siempre apoyarían a su hijo, aún en las buenas o malas o incluso, su orientación sexual. Amarían a su hijo tal y como es. Estarían orgullosos como siempre lo estuvieron. Fue suficiente calmar a ambos jóvenes e invitarlos a comer un poco. Había muchas cosas por las cuales hablar.

.o.

--Por cierto Yusaku --Hablo Serena después de tomar su taza de té.-- ¿Te has sentido bien? ¿No has sentido algo extraño? --Noto el rostro extraño de su hijo. Miro por un momento a Ryoken y después suspiro.-- Sabemos que utilizas cada una de las invocaciones creadas, solo queremos saber si no ha pasado algo más

--¿Estas enfermo Yusaku? --Pregunto Ryoken un poco asustado.

--No, tranquilo --Poso su mano con la de Ryoken, soltó un pequeño suspiro y lo miro.-- Supongo, conoces la historia de mis padres como veteranos de duelos y sobre Zarc, el monstruo que se creó a partir de las voces de las cartas --Ryoken asintió.-- Mis padres al ser ¿Copias? No queremos que eso pase, ni con mis primos, ni conmigo que soy un descendiente de él, tenemos nuestro cuidado al momento de aprender las demás invocaciones --Miro a sus padres.-- No queremos que se vuelva a repetir, estoy bien mamá, nada de eso ha pasado

--Me alegro Playmaker --Soltó una risita Serena.-- Hemos seguido todos tus duelos, realmente has mejorado y se nota que vuelves a divertirse con ellos, supongo que también es gracias a Revolver, quien te ayudo a seguir con tu camino --Ryoken salto un poco en su lugar al momento de sentir la mirada de Serena sobre él.-- Sabemos quién eres Kogami Ryoken, Revolver, tranquilo, solo queremos hablar, no estamos interrogando o nada por el estilo

--Supongo que ya no pueden ocultar más las identidades --Una vocecilla escucharon. Yusaku y Ryoken se miraron, la conocerían en cualquier lugar. El disco de duelos, perteneciente a Yusaku, apareció volando y un pequeño ser morado aparecía.-- ¡Realmente son bastante astutos papá y mamá! --Yuri y Serena miraron con extrañeza aquel objeto volador no identificado. Miraron como su hijo empezaba a discutir y con una pequeña nube, aquel disco de duelos cayó al piso para mostrar a un joven parecido a su hijo que hacia una reverencia.-- Déjenme presentarme, mi nombre es Ai, unidad Ign006 atributo oscuridad, es un gusto conocerlos, mamá y papá

--Ai es un Ignis creado a partir de los datos de Yusaku cuando estuvo en el caso Lost --Explico Ryoken.-- Se podría decir que es como si tuvieran dos hijos, solo que Ai, nació a partir de él como de las emociones perdidas y Yusaku es Ai como Ai es Yusaku

--Ellos no son tus padres --Se quejo Yusaku.

--Pero son tus padres --Comento Ai con una pequeña sonrisa.-- Y regresando a las palabras de Revolver, yo soy tú y viceversa, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío

-¡Oh! --Exclamo Yuri.-- Me gusta tu vestimenta, me hace recordar cuando yo vestía de esa manera cuando tenía la misma edad de Yusaku --Sonrió un poco.-- Al menos me alegra que uno de mis hijos, se vista de esa manera, te queda muy bien Ai

Serena soltaba una risita al momento de ver como Yusaku se quejaba con su padre como con Ai. Hace tanto tiempo que no había soltado risita alguna. Hace tiempo que había extrañado que su casa se volviera tan animada como cuando su niño era travieso o le gustaba jugar. Se sintió relajada, sus hombros se relajaron al momento de quitar el peso que tanto tiempo había cargado. Sonrió más en el momento que Yuri y Yusaku se desafiaron a un duelo, tal vez para recordar viejos momentos, tal vez para retarse. Ellos dos siempre tenían el mismo mal carácter y cuando querían sacar algún sentimiento atorado, los duelos siempre eran la solución. Ver como aquel joven Kogami sonreía mientras los veía discutir, Serena sonrió, tomo la mano del novio de su hijo e hizo una pequeña reverencia.

--Se que no ha de ser fácil el cuidar a mi hijo --Hablo Serena.-- Y me alegro que tú seas su novio, no me importa que seas un hombre pero puedo ver en sus ojos, lo feliz que es él a tu lado, sin importar el daño que le causaste, sin importar su pasado, ahora son felices, mi hijo merece lo mejor y tu lo eres, gracias por estar al lado de mi hijo aun cuando sus estúpidos padres no pudieron estar a su lado

--Yusaku es orgulloso --Miraron al momento que el duelo empezó.-- Es terco y suele meterse en problemas pero --Sonrió.-- Es un gran joven que sabe cómo ganar, frio y calculador pero alguien que ahora disfruta de la vida e incluso, que disfruta de volver a estar con ustedes, yo perdí a mi padre, se que Yusaku volvería a la oscuridad si algo les pasara --Miro a Yusaku.-- Fue mi idea que viniera a verlos, sabía que los extrañaba, quería que volviera a verlos, que sintiera que podía confiar en sus padres

--Realmente amas a mi hijo Kogami-san --Soltó una risita Serena.-- Gracias por devolvernos a nuestro niño, por favor, sigue cuidándolo sigue procurando que esa hermosa sonrisa adorne su rostro --Soltó un pequeño suspiro.-- Aunque no tengas a tu padre, ahora sabes que también nos tienes a nosotros, nunca podremos ser como tus padres pero al menos, queremos que confíes en nosotros como los tuyos así como nosotros, siempre te veremos cómo nuestro hijo

--Gracias Fujiki-san

Voltearon a su lado al momento de escuchar ese ataque. Padre e hijo se miraban con intensidad, con una sonrisa en su rostro mientras se levantaban. Aquella diversión volvía a sus pechos. Aquella tranquilidad, volvía a ser partícipe entre ellos. Serena estaba tranquila, en apoyar aquella idea de su niño al salir de casa y buscar su camino. Realmente lo había encontrado y al mismo tiempo, había encontrado algo más. Miro a Kogami Ryoken a su lado, la manera en que sonreía y le gritaba algunas palabras de apoyo. Realmente fue lo correcto y por la mirada de Yuri, sabía que pensaban de la misma manera. Aceptar sin importar, las decisiones de su pequeño niño, había provocado que una vez que su corazón se encontrara tranquilo, al fin pudiera regresar a sus brazos. Eso era lo que más importaba para ambos padres. La felicidad de su niño por la buena toma de decisiones.

Seguir apoyando y verlo crecer, ahora sería su misión. Qué más daba seguir esperando, ahora lo podían hacer con toda certeza al saber que se encontraba tranquilo. Que su camino seguiría el camino correcto a pesar de las dificultades que se pueden llegar a encontrar en el futuro. Volverían a estar a su lado, nunca más se apartarían de su lado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top