1. El Profesor Omega
La noticia de un Omega ejerciendo como profesor en la Academia Kimetsu le llamó la atención.
No era común que una especie tan débil tuviera un rol importante en la sociedad, mucho menos en las mismas condiciones que un Alfa.
Profesor de deportes... Tomioka Giyuu.
Sanemi saboreó el nombre entre sus labios durante unos segundos, con un pequeño cosquilleo en el pecho que le hacía sentir curiosidad. Él sonrió con deseo.
- Estás entusiasmado con la llegada de un Omega, Sanemi? Me llama la atención! Nunca te había visto interesado en un Omega!
Su compañero de trabajo Kyojuro Rengoku rió suavemente y le dio un codazo alentador a su compañero en forma de burla.
- Sabes bien que yo no tengo cachorros... Y algún día se me va a pasar la edad para tenerlos! Además, nunca había encontrado a algún Omega que realmente fuera capaz de hacer algo por su cuenta! Siento que todos son tan inútiles y sumisos... No quiero cachorros con esas características.
Sanemi suspiró y se inclinó en su silla de trabajo, aun algo pensativo. Él estaba deseoso de conocer al Omega y convencerlo de llenarlo con sus cachorros... Sonaba demasiado tentador y sencillo, a lo que Sanemi se mordisqueó el labio inferior con antelación.
Kyojuro alzó una ceja y suspiró de la misma manera, dejando en su escritorio una pila de trabajo pendiente para poder acercarse a hablar con su compañero.
- Entiendo que quieras tener hijos fuertes e inteligentes y cualquier otra cosa, pero tampoco puedes ser tan exigente! Esa es la naturaleza de los Omegas! Por lo menos yo me encuentro satisfecho con eso!
Kyojuro sonrió para si mismo y apoyó las palmas de sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones negros. Su espalda se inclinó hacia adelante para enfocar toda su atención en Sanemi y dirigirle la palabra otra vez.
- Es por eso que mi Omega está esperando a nuestro tercer cachorro, y tú nisiquiera tienes un hijo, mucho menos un Omega. Deberías bajar las espectativas y conformarte con lo que hay disponible! Como el buen Alfa que eres, hay cientos de Omegas que quieren a tus hijos!
Sanemi gruñó con molestia y su rostro se arrugó, mirando con irritación a su compañero de trabajo.
- Debo ser exigente si quiero buenos cachorros! No es mi problema que tú te hayas apareado con el primer Omega que viste y te conformes con algo mediocre!
La sonrisa de Kyojuro se apagó y él emitió un pequeño gruñido amenazante, alzando su presencia de Alfa. Sanemi no se inmutó, ya que su presencia como Alfa era mayor y más fuerte que la de Kyojuro, y realmente no tenía interés en pelear sobre un tema tan insignificante.
- Oye... Somos amigos y todo, pero por favor no insultes a mi Omega. Te recuerdo que voy a tener a mi tercer cachorro.
- Vale! Cálmate, hombre. No lo decía enserio.
Sanemi hizo una mueca.
- Volviendo al tema anterior, espero que te resulte eso con nuestro nuevo compañero de trabajo, pero por favor no dejes que tus instintos necesitados de reproducción te hagan pasarte de la raya con él. Te recuerdo que la Academia Kimetsu es reconocida por ser la única academia que tiene tanto estudiantes Alfas, Betas y Omegas sin inconvenientes... Si cometes un error, podríamos tener problemas nosotros tanto como la institución.
- Lo entiendo... No soy un Alfa estúpido. De todas formas estoy seguro de que para la próxima semana habrán nuevas noticias, y te diré que puse a uno de mis cachorros en su vientre. Ningún Omega se resistiría a mí! Soy el Alfa más fuerte y mejor dotado en este territorio... Cualquier Omega se arrastraría a mis pies.
Sanemi sonrió de manera presumida y burlesca, mientras que sus colmillos se asomaban levemente de su boca. Jugueteó con la corbata ajustada de su cuello y se balanceó en su silla bastante aburrido.
No lo quería admitir, pero el Alfa estaba nervioso.
Cuando se supone que iba a llegar el Omega? Faltaban solo diez minutos para que comenzara la jornada estudiantil!
9 minutos.
8 minutos.
7 minutos.
El Alfa gruñó con molestia y se mordisqueó el labio. Kyojuro le miró de reojo y suspiró agotado, ignorando su frustración y concentrándose en corregir los exámenes de sus estudiantes.
Ese Omega debería llegar a la sala de profesores! Dónde está? Acaso no vino? No! Sanemi no podría aguantar eso! Él estaba desesperado en conocerlo y tener cachorros tan pronto como fuera posible!
A los 5 minutos previos al toque del timbre de la escuela, la puerta azul de la sala de profesores se abrió. Tomioka Giyuu entró al salón con la mirada baja y una expresión serena, mientras llevaba sobre el hombro un bolso deportivo lleno de ropa.
- Buenos días...
El Omega habló suavemente, casi en un suspiro. Sanemi emitió un leve e imperceptible ronroneo al verlo llegar, ya que cumplía y sobrepasaba las expectativas que él tenía. Era un Omega bonito. No olía a Alfa ni estaba marcado... Kyojuro rió al notar esto, y se levantó de su asiento para saludar respetuosamente al Omega.
- Hola buenos días! Giyuu, cierto? Un gusto conocerte, soy Kyojuro Rengoku! Siéntete bienvenido y toma el asiento desocupado que quieras! No hay tantos profesores, así que elige donde te sientas más cómodo!
Él extendió su mano amistosamente, y Giyuu pasó de largo. Tomó el asiento más apartado de los Alfas y empezó a ordenar sus pertenencias sobre su espacio sobre la mesa.
Sanemi le miró cautelosamente, examinando todos los finos movimientos de su apetitoso cuerpo de Omega. Era muy perfecto. Esa pequeña cintura, y caderas jugosamente más anchas para dar a luz... Ese tono de piel vainilla embriagante que se veía muy dulce para mordisquear... Su cabello negro desordenado, y su bello rostro terso le hicieron estremecerse. El Alfa quería hablarle de inmediato, pero Kyojuro le detuvo con un gesto negativo de cabeza, y él se resignó.
- No debes espantarlo... Apenas acaba de llegar.
Kyojuro le susurró en el oído a Sanemi, y este asintió comprensivo. El otro Alfa tenía razón.
El Omega evidentemente se espantaría si de forma repentina se le acercaba un Alfa y le decía que lo quería preñar. A nadie le parecería correcto ese actuar por parte de su compañero de trabajo!
Se debía resignar y aguantarse las ganas de marcarlo, por lo que le hablaría más tarde en el gimnasio para hacerlo todo más... Privado.
Decidió quedarse callado, mirando como Giyuu sacaba de su bolso un par de zapatillas blancas y un buzo deportivo color marino junto a un pequeño silbato negro.
- Por qué me miras?
La voz severa del Omega lo sacó de golpe de sus pensamientos, haciendo que se enfocara en sus ojos hermosamente azules. El Omega le miraba con un poco de molestia... De seguro el Omega quería que le diera toda su atención.
- Ah, lo siento. Estaba perdido en mis pensamientos...
El Alfa le sonrió a Giyuu de una forma sugestivamente coqueta, pero el Omega le ignoró y se fue de la sala de profesores al mismo paso calmado con el que había entrado anteriormente.
- Que Omega más raro...
Kyojuro habló, suspirando.
- De seguro huyó porque estaba sorprendido del increíble Alfa que le estaba hablando...
Sanemi masculló entre dientes para sí mismo. El Alfa creía imposible que Giyuu le hubiera ignorado a propósito... De seguro el dulce Omega se había puesto tímido.
Sonó la campana de la escuela un par de veces. Sanemi abrió los ojos algo más calmado y empezó a guardar sus carpetas, cuadernos y apuntes en su pequeño bolso para ir a hacer una clase en el segundo piso de la Academia.
- Ah! Escuchaste eso, Kyojuro? De seguro el Omega se marchó apresurado porque no quería llegar tarde a su primera clase! Vaya... Por un momento me había preocupado!
- Si, si... Seguro es eso. Yo ya debo irme! Voy a hacer una clase muy divertida hoy para los niños pequeños!
Kyojuro subió sobre su hombro una bolsa negra grande.
- No me digas que otra vez vas a disfrazarte de alguna estupidez para hacer tus clases... Ese método es muy infantil y anticuado!
El Alfa rió al escuchar el comentario de Sanemi, y le miró burlonamente.
- Al menos mis estudiantes si tienen buenas calificaciones!
- Eh!?
Kyojuro se marchó antes que Sanemi pudiera discutir con él. El Alfa se rascó la nuca con irritación y se dirigió al salón al que le correspondía hacer clases de matemáticas a esa hora.
Él gruñó con molestia caminando por el pasillo, espantando a los estudiantes Alfas, Betas y Omegas por igual.
Quien se creía ese!? Sus estudiantes tenían malas calificaciones porque eran irresponsables! Un disfraz no haría la diferencia!
Tras una hora y media de clases y ponerles malas calificaciones a todo el salón, salió del aula camino al gimnasio. Quería saber la primera impresión de los estudiantes al tener un profesor de deportes Omega, y además conversar en privado su plan de tener cachorros para finales de ese año.
Bueno... No se le podían llamar planes. Iban a ser hechos.
Cuando llegó a la puerta del gimnasio, los estudiantes ya se habían ido a asear en los camerinos, por lo que les preguntaría su opinión más tarde. Ahora iría a lo que realmente le convocaba...
- Omega! Estás aquí todavía? Soy tu compañero de trabajo!
Sanemi entró en el silencioso gimnasio, hasta que encontró al Omega guardando los balones de fútbol en una pequeña habitación del recinto.
- Así que aquí estabas, Omega... Que silencioso lugar. Qué tal las clases?
Iba a empezar con una charla casual para que el Omega no se pusiera tímido. Pensó que le estaba funcionando, hasta que el Omega volteó y le miró con una ira infernal.
- Me llamo Giyuu... Refierete a mí por mi nombre.
- Si si como digas, Omega. Quiero hablar algo serio contigo ahora...
Sanemi se acercó con una sonrisa coqueta, expulsando sus feromonas Alfa para calentar al Omega. No vio una reacción en su cara ni en su cuerpo, lo cual le preocupó un poco pero siguió actuando con normalidad.
- Veo que no hueles a Alfa ni que tienes una marca... Mucho menos que estés encinta. Te he visto y yo...
Sanemi agarró del mentón al Omega y este se quedó un poco shockeado. No se veía cómodo para nada.
- Quiero que seas mi Omega. De seguro nadie te ha querido por actuar más como Alfa qué como Omega... Pero yo quiero hijos como tú... Quiero aparearme contigo y quiero preñarte...
Él sonrió orgulloso, esperando que el Omega cayera a sus pies... Pero este le empujó bruzcamente y le miró con molestia. Su dulce olor a moras se agrió.
- Estás loco!? Apártate de mí!
- Qué? Oye, Omega... Qué estás hablando? No quieres tener cachorros con un Alfa como yo? Soy el mejor y-
Su preocupación se alzó en su voz cuando el Omega le dio una patada en la pantorrilla y se alejó para seguir con su trabajo.
- E-espera, Omega! Por qué? No quieres tener al mejor Alfa!?
- No quiero tener cachorros ni aparearme con un Alfa!
- Qué?
Qué Omega en su sano juicio no quiere tener cachorros? Por qué perdía la oportunidad de ser preñado por el mejor Alfa!?
--------------------------------------------------—-----------
Hola a todos! Espero que les haya gustado el primer capítulo de esta historia! Para los que son nuevos, vayan a leer mis otros fics <3
Muchas gracias por haber leído, y sin nada más que decir, cuídense mucho! Los quiero!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top