7. Una Alfa Acosando A Mi Omega
Sanemi estaba masticando un duro trozo del pan de su almuerzo cuando Giyuu se sentó delante de él en la silla paralela contra la mesa.
- Buenas tardes, Shinazugawa.
El Omega había traído un bento de procedencia externa a la comida de la escuela, al igual que todos los días. Estaba envuelto en una tela fina y ajustada para preservar el calor del clásico Daikon con salmón, el platillo favorito del Omega.
- Hey, Giyuu, no te cansas de siempre comer lo mismo, uh?
Él negó con la cabeza y separó sus palillos para empezar a comer de forma gentil los granos de arroz, mirando hacia la mesa.
Sanemi no iba a negar que le gustaba almorzar con Giyuu, pero era un poco aburrido. El Omega era muy poco hablador y lo único que hacía era comer para recuperar energías para su siguiente clase en el gimnasio.
Él quería saber más del Omega, pero cada vez que le preguntaba de su vida este negaba con la cabeza y seguía masticando su salmón. Muy aburrido.
- Omega, si tuvieras un cachorro, te gustaría que fuera una niña o un niño?
Sanemi elevó la cabeza al hacer la pregunta y sonrió en un gesto de burla, a lo que Giyuu no respondió.
- No quiero cachorros.
- Pero... Es una situación hipotética! Si tuvieras que elegir, cual sería? Niño o niña?
Giyuu suspiró y tragó un trozo de salmón, para después elevar la mirada para ver a Sanemi.
- Eso no me importaría. Siento que es malo desear un género en especifico, porque si nace lo que uno no quiere, el padre o madre se podrían decepcionar... No crees que sería triste nacer siendo no deseado por tus progenitores?
- Oh.
Sanemi dejó de comer y se quedó pensativo. El Omega tenía razón, pero eso le hacía sentirse más culpable...
Culpable, porque él deseaba engendrar un cachorro masculino que fuera Alfa para poder seguir la línea de Alfas fuertes de la familia Shinazugawa. Ahora esa idea le era cuestionable, y quizás sus palabras serían castigadas en el futuro engendrando un Omega como cachorro.
- Tienes un punto, Giyuu. Lo siento por preguntar algo como eso... Tienes razón, Omega.
Sanemi le sonrió, y Giyuu le sonrió de vuelta sutilmente. Concordar con la opinión del Omega había ayudado a hacer que el ambiente estuviera menos tenso.
- Y... Bueno, Omega... A qué hora sales de trabajar hoy?
Él hizo el gesto de levantar una ceja (las cuales no tenía) y esperó a la respuesta de Giyuu.
- Por qué? Necesitas ayuda con algo?
- Te tengo una propuesta, Giyuu.
Él le miró con una sonrisa más amable, y Giyuu se sintió algo curioso.
- No vas a pedirme cachorros otra vez, cierto?
- No! Por ahora no! Hahaha. Te tengo una idea más interesante. Si no estás ocupado, claro.
Tomioka jugueteó con los palillos y fideos por unos segundos y después sonrió.
- Estaré libre a partir de las 6:30 de la tarde. A esa hora termino de ordenar y cerrar el gimnasio de la escuela...
- Es bastante tarde, Omega. Bueno, entonces es perfecto.
Sanemi se inclinó levemente hacia adelante para acercarse al rostro de Giyuu, y este no retrocedió. Él sonrió divertido.
- Quieres cenar conmigo, Giyuu? Te llevaré al restaurante más maravilloso de la ciudad... Qué te parece?
- Uh?
Giyuu se sorprendió un poco por la propuesta, pero después soltó los palillos y se sentó correctamente en la silla.
- Entonces nos vamos juntos hoy después de clases.
Giyuu se puso de pie y se llevó su caja de bento ahora vacía, dejando desconcertado a Sanemi. Bueno, al menos había aceptado!
Sanemi se puso de pie radiando una emoción inimaginable. Él no se creía capaz de sentir cosquilleos en el estómago como adolescente enamorado a su edad adulta, pero al parecer el Omega era especial para su corazón.
El Alfa no tenía por costumbre estar sonriendo a cada rato, es más, era conocido por estar rabiando todo el rato, pero ahora con la presencia del Omega no podía parar de sonreír.
Aunque estar con Giyuu no era tan divertido porque no podía tocarlo, su aroma le relajaba bastante y solo le daban ganas de atraparlo en un abrazo y no dejarlo ir.
Era raro. Pero le gustaba mucho sentirse de esa manera con Giyuu... Sería tan lindo verlo con un bebé entre sus brazos... Por qué no quería tener hijos? Esa pregunta rondaba por su cabeza todos los días, pero nunca obtenía una respuesta concreta.
Todos los argumentos que le había dado Giyuu le sonaban completamente falsos, como el no querer ser tocado por un Alfa y esas tonterías.
Bueno, él se lo perdía.
Sanemi se levantó de su asiento y devolvió la bandeja que había usado para comer, con el propósito de regresar a la oficina de profesores y buscar en el computador alguna reserva en un buen restaurant para las 8 de la noche.
Caminó por el pasillo viendo correr a los niños pequeños a su alrededor, cuando su vista reconoció el buzo azul de Giyuu. El Omega estaba sentado en una banca del pasillo, mientras que frente a él había... Otro Alfa!? Y una Alfa hembra!?
La estudiante de secundaria Shinobu Kocho estaba hablando con su Omega!
- Nee Nee, Tomioka San! Me puedes ayudar a practicar mis saques en el vóleibol? Es que no quiero tener malas calificaciones en su asignatura!
Ella sonrió de forma dulce y se inclinó hacia adelante, casi acorralando a Giyuu en la banca. Él se veía algo incómodo al no ser llamado sensei, pero su cara sin expresión ayudaba a mantener compostura.
- Tomioka San~! Vamos~! No podrías ayudarme? Es solo una clase privada para mí! No te cuesta nada~ te recompensaré muy bien~!
Shinobu solo quería llevar a Giyuu al gimnasio y morderle para poner su marca en el cuello ajeno. Ella había escuchado la invitación de Sanemi a Giyuu para ir a un restaurante, y lo quería evitar a toda costa.
- Lo siento mucho, señorita Kocho... Pero debo organizar el gimnasio más temprano porque tengo algo importante que hacer después de las clases... Pero te puedo ayudar mañana, no hay problema.
- Ayy~! Pero Tomioka San, puedo ayudarte a ordenar?
- Señorita Kocho, me gusta mantener mi propio orden y no me parece correcto que-
Shinobu puso su dedo sobre los labios de Giyuu para callarlo.
- Tomioka San, no sea así conmigo...
Ella se acercó más, invadiendo el espacio personal de Tomioka.
- No eres consciente, Tomioka San, de que yo soy superior a tí?
Giyuu emitió un jadeo de sorpresa y se sintió asqueado. Incluso una alumna era capaz de tratarle así solo por ser un Omega? Eso era muy repugnante y ridículo.
- Soy tu superior, señorita Kocho. Que yo sea Omega no me quita el título de profesor, así que por favor retírate y así no habrán problemas...
- Pero Tomioka San~!
Ella iba a tocar a Tomioka, pero Sanemi agarró la muñeca de Shinobu y la apartó bruzcamente. Él se veía completamente molesto por el actuar sin respeto de la estudiante.
Sanemi era partidario de la idea de que los Alfas eran superiores a los Omegas, pero también en la idea de que a los profesores se les debía tener respeto en la escuela.
- Señorita Kocho, la voy a reportar al director por su atrevimiento! No es digno de una alumna!
Sanemi habló irritado y se acercó al Omega, confirmando que su cuello se encontraba completamente intacto. No había marca, por suerte.
Giyuu se aferró al brazo de Sanemi al sentirse incómodo, y el Alfa rodeó sus brazos sobre los hombros de Tomioka para tenerlo lejos del alcance de Shinobu.
Eso se sintió cálido... Giyuu se sintió seguro.
- No es lo que parece, Shinazugawa Sensei. Solo quería ayudar a Tomioka Sensei con el orden del gimnasio. Por favor no me malinterprete.
Sanemi le dio una mirada aterradora y Shinobu se sintió intimidada, indignandose y retirándose a paso apresurado con una rabia marcada en la cara.
- Giyuu, estás bien?
- S-si... Gracias... Jamás me había pasado algo así, y me sentí muy mal...
- Tranquilo... No es tu culpa. No aceptaré que nadie más que yo te falte el respeto.
Él acarició el pelo de Giyuu, shockeado de poder tocar por fin al Omega, aunque fuera solo por buenas intenciones.
- Sanemi...
Giyuu emitió un ronroneo por instinto a causa de las caricias en su cabeza.
- Si, Giyuu? Necesitas algo?
- Más te vale llevarme a un buen lugar para cenar...
Sanemi rió un poco al comentario aleatorio de Giyuu para escapar de la incomodidad, y le acarició otra vez la cabeza.
- Por supuesto! Te trataré como un rey. Por favor confía y dejalo todo en mis manos...
- Gracias, Sanemi...
Y finalmente él apoyó la cabeza en el pecho de Sanemi emitiendo un suspiro. Giyuu se encontraba agobiado, y los latidos del corazón del Alfa junto a su aroma embriagante le daban relajación.
- No hay de qué, Omega...
Sanemi le dio un beso en la frente y lo envolvió en ese tan deseado abrazo, para darle paz a su dulce Omega...
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Hola hola que tal???
Qué les pareció este nuevo capítulo? Espero que haya sido de su agrado!
Muchas gracias por leer hasta aquí <3
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Bye byeeeeeeeeeee
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