5. Omega, No Te Preocupes Por Mí
- Qué? Ser tu amigo? Acaso es tu forma de pedirme que te preñe o qué?
Sanemi rió suavemente, ya sin estar molesto por la terca personalidad del Omega. No podía enojarse con la futura madre de sus cachorros por mucho tiempo.
Además estaba comiendo un Ohagi, lo que le hacía tener un muy buen ánimo.
- Por supuesto que no! Por qué no puedes respetarme aunque fuera por un rato? Solo quería llevarme bien contigo!
Giyuu se molestó un poco, pero permaneció sentado.
- Solo estoy bromeando, Omega! Pero tampoco aceptaré ser tu amigo.
- Eh? Por qué?
Giyuu se quedó confundido.
- Solo te aceptaré como el Omega que va a cargar a mis cachorros en su útero. Si eso no sucede pronto, esperaré. Pero te aseguro que sucederá en algún momento~
- Ugh! Púdrete!
Tomioka se levantó de la banca indignado para apartarse del Alfa. Sanemi también se puso de pie y lo siguió.
- Sigo bromeando, Omega! Por qué eres tan sensible? Cualquier Omega se sentiría muy feliz de ser tratado así por un Alfa tan bien dotado!
- Esos chistes son de muy mal gusto, Shinazugawa... Olvidalo, no voy a seguir los consejos de Kyojuro y no voy a intentar ser tu amigo.
Giyuu hizo una mueca de molestia y se cruzó de brazos.
- Eh? Omega... Consejos? En serio? Qué tiene que ver Rengoku con todo est- AH MIERDA!
Al estar siguiendo al Omega apresuradamente por el patio de la escuela, le llegó un pelotazo en el costado izquierdo de la cabeza. Él emitió un jadeo de molestia al recomponerse del golpe, mirando con irritación al grupo de Betas que estaban jugando a la pelota de forma riesgosa.
- Mierda! Esos niños!-
Las palabras de Sanemi fueron interrumpidas otra vez, al sentir las manos del Omega tocarle la cara de una forma un poco bruta pero preocupada.
- Shinazugawa! Estás bien!? Te duele!?
Él se veía algo asustado.
- Hey, Omega... Estoy bien. Esos niños tontos solo me dieron un pelotazo... Que irritación.
- P-pero no te sientes mareado ni nada? No sientes la cabeza rara? Respondeme Shinazugawa!
Él acarició el sector golpeado de la cabeza de Sanemi, y él no pudo evitar emitir un pequeño ronroneo de satisfacción. Ser acariciado por las manos del Omega más terco era un sentimiento bastante placentero, y más si le calmaba el dolor de un golpe.
- Me siento bien! En serio, Omega! Cálmate!
Giyuu suspiró nervioso y siguió tocando la cabeza de Sanemi en busca de alguna anomalía. Él después volteó a ver a los niños culpables del incidente, y el Omega emitió un gruñido de molestia.
Sanemi sabía que Giyuu estaba enojado, y eso le gustó mucho. Le encantaba, porque se había enojado por algo que le había sucedido al Alfa.
- Niños! Ustedes saben muy bien que no pueden tomar los balones sin mi permiso, ni mucho menos jugar en el patio central de la escuela! Está prohibido! En mi clase tendrán que dar 6 vueltas extra en la cancha!!!
Giyuu habló irritado, y los niños se fueron corriendo bastante espantados. Él suspiró nuevamente y después siguió revisando la cabeza de Sanemi.
Su Omega era muy fuerte... Era una maravilla ver a un Omega hablar de forma brusca y con poder.
- Shinazugawa, y si vamos a la enfermería? Para asegurarnos de que tu cabeza está bien y para que te pongan algo para evitar el dolor e inflamación...
- No es necesario, Omega. Ya está por acabar el tiempo libre y debo volver a hacer mis clases...
- No!
Giyuu elevó el tono de forma demandante.
- No sabes lo peligrosas que son las posibles lesiones en la cabeza!? Pueden causarte daños permanentes o la muerte si no se tratan a tiempo!
Sanemi sonrió un poco y se burló de la exageración de Giyuu por un simple pelotazo.
- Oh vamos, Giyuu... Estoy bien! No soy un blando niño! Además estás exagerando. No voy a morirme por culpa de un balón!
- P-pero Shinazugawa! Por favor! Hay... Uhm... Mucha gente que ha muerto por heridas graves en la cabeza... Me preocupa que te pase algo...
Giyuu apretó los labios angustiado, teniendo en su mente otra vez la imagen de Sabito. Bueno... El cuerpo de Sabito, el cual tuvo que reconocer para identificarlo como tal.
Solo pudo hacerlo por la ropa, ya que su cabeza había sido aplastada a causa del choque de autos que le arrebató la vida...
Le angustiaban mucho las lesiones en la cabeza a causa de eso. Él no quería perder a otro Alfa por lo mismo.
Sanemi pudo percibir por el aroma del Omega que este se encontraba realmente preocupado, y no tuvo más opción que obedecerle para dejarlo tranquilo. Bueno, agradecía la preocupación. Era poca y nula la masa de personas que se preocupaban por su bienestar.
- Bien! Iremos a la enfermería y me pondré un poco de hielo. Contento, Omega?
El Omega emitió un ronroneó y asintió más calmado. Agarró del hombro a Sanemi y caminaron por el pasillo principal hasta llegar a la enfermería.
- No es necesario que me lleves así, Omega... Es como si arrastraras a un niño.
- Quiero asegurarme de que realmente vayas a la enfermería y que no me tomes por tonto...
- Ha, que desconfiado.
Sanemi sonrió de forma burlesca, pero Giyuu le ignoró. Ambos hicieron su camino hasta la enfermería, donde el Omega explicó toda la situación mientras que Sanemi se sentaba en la camilla.
La enfermera revisó y palpó el cráneo de Sanemi, pero no encontró nada más que un poco de inflamación en el costado afectado por el golpe. Giyuu por fin pudo relajarse al ver a Sanemi con una bolsa de hielo en ese lado de su cabeza para calmar y disminuir la inflamación.
- Shinazugawa, te sientes mejor?
- Sí... Gracias.
Sanemi le sonrió levemente al Omega, y por primera vez, Giyuu le devolvió la sonrisa. Ambos se miraron a los ojos en silencio por varios segundos, los cuales se sintieron como una eternidad, mientras que sus sonrisas se enanchaban en sus rostros sin darse cuenta.
10 minutos más tarde salieron de la enfermería y caminaron juntos hacia la oficina de profesores para sacar sus pertenencias para la siguiente clase, a la cual iban atrasada a causa del golpe con el balón en la cabeza de Sanemi.
Cuando estaban por irse en distintas direcciones (Sanemi hacia los salones y Giyuu al gimnasio) Sanemi le sonrió de manera gentil otra vez.
- Sabes qué? Quizás pueda aceptar momentáneamente tu oferta de ser amigos. Pero te aseguro de que no me conformaré para siempre con eso... Entiendes? Me durará hasta que mi lado dulce se desintegre y lo reemplace mi lado hormonal.
Giyuu emitió una pequeña risa y asintió, sin sentirse incómodo esta vez por el chiste de Sanemi. Él sabía que el Alfa estaba siendo amistoso, como si ese pelotazo lo hubiera alterado. Obviamente no era así.
- Me parece bien, Shinazugawa...
Ambos se sonrieron otra vez y siguieron el camino a sus clases correspondientes con normalidad.
Sanemi no podría haber estado más agradecido en su vida de haber recibido un pelotazo en su cabeza. Fue como su boleto de suerte para volverse más cercano con su dulce y terco Omega.
Pronto... Presentía que pronto tendría a sus cachorros entre sus brazos...
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Nuevo capítulo yay!!
Qué les pareció? ^^
Espero que les haya gustado! Alguna idea para el próximo capítulo?
Muchas gracias por leer y apoyar mi historia! No olviden leer mis otros fics <3!
Cuidense mucho ❤️
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