Capítulo 2.

┏━━━━━ ☁🌙 Capítulo 2 🌙☁ ━━━━━┓

Tal vez también es complicado entender por qué los omega algunas veces se encariñan con rapidez, en especial cuando no estás acostumbrado al cariño, pero no es algo difícil de percibir.

┗━━━☁🌙Responsable de calmar🌙☁━━━┛

En un principio, a Isaac Lahey no le había afectado en lo más mínimo la existencia de Stiles Stilinski.

Su interacción fue de inexistente a nula durante un buen tiempo, y no había motivos por los que no debiera de suceder así. No había proyectos escolares, tenían pocas clases compartidas y un nulo interés mutuo. Fuera de que era el hijo del sheriff, que él siempre se metía en problemas extraños y el hecho de que era un gran nerd, no sabía nada más con respecto a su vida. Dentro de la información en su cerebro no había información adicional porque no era prioritario, eso significaba que lo que le pasase en su vida diaria le tenía sin cuidado, en especial si involucrarse con él le podría traer problemas.

En algún punto, que actualmente le parecía muy lejano al actual, se enteró de que, por unos momentos, se había convertido en alguien de mediana relevancia dentro de la escuela, al ser el mejor amigo del alfa y cocapitán del equipo de lacrosse, Scott McCall, e ir al baile de primavera con Lydia Martin, siendo quien debería haber estado con ella cuando tuvo que ser hospitalizada. El asunto con Lydia Martin fue todo un acontecimiento para la escuela y poco después se volvió de interés para algunos en el pueblo, había rumores por todos lados gracias a que Stiles era un omega y Lydia una alfa; había pasado mucho tiempo desde que se vio una pareja de mujer alfa y hombre omega, habían muy pocos hombres omega y pocas mujeres alfa en Beacon Hills, y dado que ambos géneros tenían bajas tasas de fertilidad solía decirse que aquellas parejas eran un mal presagio para todo aquello que rodeara a la pareja, y no ayudó mucho a la creencia popular el que esos dos terminaron envueltos en una hospitalización extraña. Cabe resaltar que es por esos rumores que se volvió consciente de su casta.

Tal vez le habría dado un poco de envidia en su tiempo -antes de que la reputación de Lydia se viera afectada por su aparición tan peculiar- el percibir como ese chico, un cero total a la izquierda, alguien que no resaltaba ni por ser de los únicos chicos en el pueblo pertenecientes a su casta, había recibido tanta atención y se había elevado tan rápido en la escala social, sin hacer nada para merecerlo, solo pegarse como un chicle a su mejor-único amigo quien, por golpe de suerte —que muchos sospecharon, gracias a los rumores que esparció Jackson Whittemore, fueron gracias a drogas—, se había convertido de la noche a la mañana en el nuevo y mejorado "gran alfa" McCall, pero en su momento tenía otros asuntos que tratar; todos tenían el nombre y apellido de su padre, y todos ellos mantenían el control de su vida.

No, Stiles no había significado nada para él. La cruda realidad es que estar por separado de la tropa catástrofe -compuesta por torpe-McCall y Rarinski- durante la escuela secundaria no había afectado su existencia en lo más mínimo. No hasta que apareció Derek Hale para darle la mordida.

Posterior a convertirse en un hombre lobo, todo su habitad natural dio un giro bestial -metafórica y literalmente-. Fue tan rápido y extravagante que apenas era capaz de creerlo. Fue así como al fin estuvo consiente de cosas en las que no había reparado antes y, antes de volverse loco, decidió enumerarlas en una lista:

Primero: Ahora tenía la capacidad de detectar el aroma de otros y podía reconocerles por su género gracias a ello, sin tener que escucharlo de nadie. Era capaz de detectarlos mejor de lo que haría un alfa promedio. También le era sencillo escuchar conversaciones al otro lado de la escuela -bueno, eso era mera exageración suya, pero seguramente McCall podría hacerlo al ser alfa antes de la mordida- y podía visualizar de mejor manera lo que pasaba a su alrededor para reaccionar a ello con velocidad, porque la velocidad de hombre lobo era grandiosa y comenzaba a sentirse a un paso de protagonizar una novela adolescente.

Algunas veces podrían ser habilidades muy molestas, pero también resultaban en algo entretenido y tenerlas le hacía sentir como un alfa, lo que, después de tanto tiempo sintiéndose como algo inferior a un ser humano, le parecía invaluable.

No quería ser cursi al respecto, pero, al inicio de su transformación y durante el transcurso del tiempo, sentía que la mordida había sido un gran regalo. Sí, había cedido una parte importante de su vida a cambio de todas esas oportunidades, pero no se arrepentía, las estaba disfrutando bastante y honestamente no se había sentido tan vivo en su vida. Todavía sentía que le faltaba algo para ser feliz, que había pedazos de él que no podría reparar o recuperar en mucho tiempo, pero se sentía vivo y no solo sobreviviendo, lo que era realmente grandioso.

Segundo: Cuando la manada Hale comenzó a tener gente suficiente para nombrarse como tal -contando con Boyd y Érica-, Isaac estaba seguro de que Derek tenía tanta idea como ellos acerca de cómo llevarla, y tenía esa fastidiosa voz de la razón repitiendo que no funcionarían como tal por más que unos cuantos meses.

Con suerte.

Nunca fue el chico más positivo del pueblo, y tampoco era el más crédulo -tal vez ese título le pertenecía a Scott McCall, quien parecía un cachorro lleno de amor y esperanzas en el mundo, cosa que esperaba no fuera contagiosa- como para pensar que podrían durar como los fieles betas de Derek por el resto de sus vidas. No era capaz de ver un mundo en el que permanecieran juntos por siempre siendo que su alfa pensaba más en sí mismo que en ellos cuando les transformó, o incluso cuando les entrenó, realmente no podría verlo cuando se enfocaba en los resultados de la convivencia que mantenían los cuatro.

Desde un comienzo, se había establecido su convivencia como una relación benéfica para todos los involucrados en la que todos obtenían lo que buscaban, pero solamente las cosas entre Érica y Boyd estaban formando una base afectiva -no estaba sugiriendo que comenzaran a volverse un grupo poliamoroso en el que todos mantuvieran una relación íntima basada en el respeto, la confianza y el amor al prójimo, pero estaría en realidad agradecido por alguna muestra afectiva amistosa o familiar, por favor-.

Boyd era callado e inexpresivo, pero también dejó en claro con el paso del tiempo que era un romántico tallado a base de novelas románticas, claramente seguiría a su pareja hasta el fin del mundo y nunca se tomaría un segundo para mirar atrás, era el tipo de persona que cedía en todo con la esperanza de obtener algo bueno. Érica seguía siendo una chica extraña debajo de esa nueva capa de fémale-fatale que buscaba tener, y también sabía que, a pesar de estar acostumbrada a vivir rodeada de lastima o a ser molestada por idiotas, no lo estaba a la vida ruda y limitada -o al menos no tanto como lo estaba él-, ella buscaría huir en cuanto se encuentre acorralada o asustada, parecía ser de esas chicas que huían antes de tener que ceder, y si podía llevarse a alguien con ella para acompañarle, lo haría. Derek, por otro lado, debajo de ese increíblemente demasiado amargo y poco expresivo ser con cejas pobladas tan obscuras como su dramático pasado, parecía ser un buen tipo, y aunque estaba siendo denso, imprudente, agresivo y poco comunicativo, seguía siendo un buen tipo. Tenía un poco de esperanza en que Derek aprendiera a lidiar con las cosas de una forma saludable para él o quienes le rodean, en verdad quería creer que Derek podría volverse alguien a quien seguir en un futuro, pero no creía que ese futuro estuviera lo suficiente cercano como para mantenerlos unidos, no tenía mucha esperanza en los otros dos, y tampoco en sí mismo.

Intentaba no ser un mal agradecido, porque estaba muy agradecido con Derek, pero no era tonto. No era alguien a quien calificarían de lumbreras, pero no se necesitaba conseguir un doctorado o graduarse de la MIT para darse cuenta de que McCall al menos contaba con un buen control de sí mismo, buena suerte y convicción para enfrentar las amenazas que se presentasen en su camino, mientras que Derek contaba con ser un alfa, unas cejas espesas e intimidantes y una cantidad escalofriante de utensilios de tortura que decía eran parte de su herencia familiar, lo que era como "hola, aterrador" y eso no cambiaría pronto.

Tercero: Ser beta de Derek le facilitó notar la forma extraña, silenciosa y depredadora en la que vigilaba a otros, tal vez podría justificarse por ser un lobo nacido, eso era lo que los lobos hacían, pero seguía siendo perturbador. Tomando la mano de su personalidad escalofriante del Alfa, se encontraba la ligera inclinación que tenía por las personas solitarias:

En la lista podría encontrarse él, quien estaba solo con sus problemas y su padre abusivo. Érica, que estaba sola con su enfermedad la mayor parte del tiempo, convulsionando en soledad o rodeada de idiotas a los que les divertía su situación. Boyd, quien estaba solo, todo el tiempo, un chico sin amigos que hablaba poco y se mostraba intimidante. Era espeluznante, pero gracias a ello consiguió entender que, si dicen que eres lo que comes, Derek definitivamente era lo que muerde.

¿Eso le reconfortaba?

No, ni un poco.

En un inicio creía que Derek tenía alguna clase de rencor-odio hacia Scott -por el que prefirió no indagar, pero sospechaba que era por el hecho de que Scott nunca estaba solo y, de alguna forma, encontraba una manera para rodearse de personas cercanas en vez de ahuyentarlas- y este había sido extendido a Stiles al ser su mejor amigo, todo gracias a la forma en que los vigilaba. Después comenzó todo eso del homicidio de su padre, ser encerrado en una celda, perder el control durante la luna llena y lanzarse sobre cualquier ser vivo con capacidad de movimiento, su idea sobre los motivos que incitaban a Derek para ser espeluznante cambió con el paso del tiempo, pero ahora ya no estaba tan definida.

Cuarto: Dios, su mente explotó ante una de las revelaciones más importantes que había tenido en los últimos años, se transformó en una lección de vida: Tener sentidos sensibles a los aromas no era tan bueno como el resto del mundo creía, mucho menos cuando había un omega en época de precalentamiento, se era un hombre lobo y había luna llena.

Saliendo de la celda, con el cerebro reducido a instintos primarios de ataque y supervivencia sin palabra alguna pasando por su mente, Stiles fue una de las primeras personas con las cuales hizo contacto visual -el otro sujeto ya no le parecía ni relevante, si acaso recordaba que se encontraba ahí-.

En aquel momento de aturdimiento, el aroma a ciruelas con alguna cosa floral que descubrió propio del chico le golpeó directo en la nariz, un toque apenas agrio de lo que más tarde supuso sería por medicamentos hacía compañía al más delicioso aroma que había sentido en toda su existencia. Stiles era un omega, el chico debería de estar a nada de entrar en celo debido a la luna llena y, hombre, ¿qué había pasado por su mente al andar hasta ahí? Su aroma estaba por todos lados. Había un jodido hombre lobo recién convertido en una habitación llena de su aroma con toques de hormonas impregnados en todas partes. Sabía, gracias a los rumores o lo poco que había mencionado Derek sobre Stiles, que el chico podía llegar a ser alguien tremendamente imprudente, pero ¿en serio? él había ido voluntariamente hasta ahí para lanzarse directo a la boca del lobo, el chico estaba literalmente partiendo a la boca del lobo.

Sucedió lo que tenía que suceder, lo había visto algunas veces en otros chicos cuando tenía diez o doce años, no creyó que pudiera sucederle hasta ese mismo día.

Es un beta, así que ­-obviamente- esa era la primera vez en que era capaz de sentir el aroma de un omega de esa manera, y el de Stiles en especial le era realmente atrayente; dulce, tranquilizante y refrescante, era un aroma peculiar que su instinto cualificaba como digno de un omega. Todo en él gritaba ¡hogareño! y ¡maternal! en todo su esplendor, lo que lavó por completo su cerebro de lobo con no más de dos neuronas amigas, todo para creer que Stiles era jodidamente caliente y una pareja totalmente elegible. Estaba realmente convencido de lanzarse sobre él como un depredador y devorar por completo hasta la última parte de él, pero fue entonces cuando Derek entró en cuadro, los miró y no tardó en darse cuenta de lo que estaba pasando por su mente, por lo que utilizó su posición como alfa para gruñir en alto a forma de amenaza y así defender a Stiles de su seguramente traumático destino.

"No." Fue el firme y duro mensaje que marcó el alfa, lo que le hizo retroceder y cubrirse de forma automática. Había sido una advertencia más que una amenaza, pero en ese momento le pareció que había otro tipo de reclamo oculto, uno que dejaba en claro una acción dominante. Y, demonios, su cerebro explotó con la información, aunque la olvidó hasta más tarde.

La forma tan segura en la que su lobo pensaba atacar le pareció un escenario extraordinariamente siniestro al recobrar la conciencia, más ahora que el tiempo había avanzado y se encontraban en una situación diferente. No es que Stiles fuese feo como para no considerarle como pareja -era un omega y ellos eran bastante codiciados como pareja, incluso entre los betas, después de todo-, pero no había más palabras para referirse a la situación. Se había tornado en un trago realmente amargo.

Resultó ser que Stiles, según lo que le contó Érica, tenía una alergia realmente fuerte a los supresores y no tenía buenas experiencias con ellos -no le sorprendía, no había variedad en el mercado y lo disponible no era la primera opción de nadie, hasta donde sabía, aunque Stiles se veía realmente horrorizado a la idea de usarlos como para ser algo influenciado por la idea popular, y no utilizaba ningún supresor a pesar de meterse en problemas por ello de vez en cuando-, lo que le hizo entender lo sobreprotectores que eran Scott y el Sheriff con él, pero no su razón para estar ahí a pesar del claro peligro, le comprendía aún menos cuando él no se apartó del camino aun viéndose rodeado de hombres lobo, sin retroceder un solo paso así fuera luna llena.

La experiencia había sido una mierda en todo sentido, pero también fue lo que comenzó a hacerle notar la quinta cosa que descubrió:

En un inicio, creyó que Derek lo había hecho por la salud mental de los tres, que solo era algo que sucedió y de lo que nunca iban a mencionar ni una sola palabra, pero lamentablemente siempre lo tendrían presente, así que se lo agradeció en silencio durante mucho tiempo. Tardó mucho en recuperar la confianza suficiente como para aproximarse a Stiles y realizar sus amenazas, pero conseguía acercarse lo suficiente. Se negaba a reconocer que seguía preocupado porque estuvo a un paso de lanzarse sobre él, o las ganas tan abrumadoras que sintió de morderlo o destrozarlo, tal vez morderlo hasta destrozarlo. Después del suceso Derek le había entrenado -a su extraño, riguroso y doloroso estilo- para controlar su reacción a los aromas, en especial los hormonados.

"Al final, Derek es un buen alfa, se preocupa por nosotros", se aventuró a pensar, aflojando un poco sus defensas afectivas para con Derek.

Después, escuchó por parte de Érica lo que pasó en la piscina y la forma en la que Stiles mantuvo a flote al hombre durante dos horas; es decir, dos largas y tortuosas horas de mantener a flote a Derek-jodidos-pesados-músculos-con-cejas Hale, con un monstruo no catalogado asechando y teniendo que escuchar sus poco constantes -pero siempre amargas- palabras de sujeto perturbado con pasado obscuro que se niega a superarlo o a hablar de ello.

El chico se ganó su reconocimiento, respeto y apoyo solamente de pensarlo. Recordaba tener que realizar ese tipo de actividades como beta, sin la adición del peso extra, pero con la sensación de ser asechado gracias a su padre. No creía que la castra afectara la fuerza de una persona, pero nunca creyó posible que un chico tan flacucho consiguiera un logro como aquel, siendo que terminaba hecho un desastre en cada entrenamiento de lacrosse.

Creyó que el humano había cedido más de lo que algún día podría recibir por parte del alfa, aunque Stiles le debiera un favor después de lo que sucedió en la comisaria, así que intentó retribuirlo y comenzó a escucharlos, a confiar un poco en ambos -Scott terminó agradándole un poco, después de todo- y, aunque seguía negándose a verse vulnerable al cederles su completa confianza, había algo que le decía acerca de todas las cosas que podría aprender por parte de ambos chicos.

Realmente no fue tan mala idea, alivió el dolor de un perrito. También obtuvo su segunda pista a la quinta cosa.

Parecía que la vida pronto podría volverse normal después de derrotar al sociópata y anciano abuelo de Allison, gracias a un plan de Scott, quien de milagro había demostrado por unos momentos que sus neuronas seguían sido amigas y podría trazar un plan que no resultara en la destrucción de todo el pueblo -habría estado genial si lo informara a los demás, pero no podrían exigir tanto por parte de Scott-. Todo fue envuelto con un brillante listón rosado, gracias a Lydia, liberando al idiota de Jackson de la maldición del kanima en un giro dramático y romántico digno de ser final de Disney, calzando con el aspecto de realeza que daba Lydia, pero no mucho con la personalidad de mierda que tenía Jackson. Parecía no haber cambiado en nada a pesar de haber muerto y resucitado, así que Stiles le prestó sus llaves a Lydia para que pudiera llevar al reptiliano hasta su casa y le lanzó una chaqueta en la cara a Jackson para que dejaran de incomodar con su desnudez y sus cursilerías del amor verdadero frente a los pobres.

Al fin, la amenaza a sus vidas estaba resuelta y podrían enfocarse en su vida como adolescentes. Los astros se estaban alineando para darles un descanso en el que no tendrían que preocuparse por algo con ganas de matarlos, podría volver en paz con Peter hasta la estación, ignorando a Derek y Stiles discutiendo con Scott y los Argent asintiendo, negando o anexando cosas en el fondo. Pero, como su vida nunca había sido tranquila, al llegar a la estación de tren se encontraron con Boyd y Érica, ambos con una expresión que claramente advertía de algo nuevo.

Ni siquiera le sorprendió el darse cuenta de que no tendría tiempo para analizar esa quinta cosa que aún no definía, pero sabía que estaba justo ahí.

Quedaban al menos dos meses para terminar con la escuela y Derek era silencioso pero complicado, habían recibido alguna clase de mensaje lobuno secreto en la puerta de la mansión Hale, así que estaba muy ocupado investigando y remodelando su cueva del dolor y la soledad como para llevarle a la escuela todos los días. Stiles le ofreció traslado pasada una semana de verle llegando a pie, junto a Boyd y Érica, aunque los tres eran hombres lobo y no les resultaba un problema. Una semana después de recogerlo en la estación de tren o lo que quedaba de la mansión Hale todos los días de escuela, el chico le pidió esperar en el Jeep por un momento -recordaba que era un lunes, gracias a que no estaba especialmente despierto esa mañana-, bajó del auto, caminó tranquilamente hasta encontrarse frente a frente con el alfa de la manada, cruzó los brazos mientras balanceaba el peso de su cuerpo de una pierna a la otra, aguantando la mirada fija del otro e intentó hablar civilizadamente con Derek; su misión parecía ser convencerlo de conseguir un lugar citable en documentos oficiales del gobierno, con una discusión digna de ellos:

- Stiles.

Derek comenzó la discusión gruñendo el nombre de su compañero con fastidio, el omega ni siquiera se inmutaba con el gruñido o la mirada fija de Derek, a pesar de que estaba seguro estaría examinándole el rostro: Stiles continuaba con los rastros de la tortura que recibió por parte de Gerald por todas partes, aunque en muy pocas ocasiones se notaban, pero las marcas que servían de recordatorio se encontraban especialmente en la cara, a una escala mucho menor. Cada vez que Scott o Derek le miraban solían reaccionar a ello, como si les impactara de una forma personal; McCall comenzaba a dar los ojos de perrito más tristes que había visto hacer a alguien, a la vez que se acercaba a él con la cabeza baja, el moreno recibía palmaditas en la cabeza por parte de Stiles cuando eso sucedía; Derek, por otro lado, se tensaba en una posición defensiva, no era extraño verle con los brazos cruzados y en ceño fruncido al ver a Stiles -aunque él fruncía el ceño casi por cualquier cosa-, siempre mirándole fijamente cuando estaban en un mismo espacio.

Esa fue la tercera pista de que esos dos mantenían una relación extravagante no definida, sería cuestión de tiempo descubrirlo.

- Derek, necesitas conseguir un lugar en el cual quedarte, uno que Isaac pueda citar en un documento gubernamental y no parezca elegido para grabar una película de Darío Argento -obtuvo un gruñido corto como respuesta y consiguió que Derek juntara más las cejas en un gesto molesto, no muy molesto, pero un poco más molesto a su usual cara de "Stiles me está hablando" que era la misma de "Scott me está hablando", porque también solía mirar a Stiles de esa forma cuando en realidad estaba hablando Scott-. Ya sabes, ese director de películas de terror, seguramente sabes de que estoy hablando, es decir, gracias a ese hombre existe la rama de cine de los zombis, y a todos nos encantan los zombis, no creo que... -un gruñido más, Derek frunciendo el ceño apenas un poco menos de lo que lo hacía antes, una mirada distinta pero misma expresión-. Inferno, Derek, el amanecer de los muertos... -en esa ocasión, no recibió gruñidos, solo un silencio prolongado y un ceño fruncido un poco más relajado, pero acompañado de una ceja apenas arqueada que se podría interpretar como duda-. Entonces una de Alfred Hitchcock, no puedes no saber sobre Alfred Hitchcock, es decir, es un el director de un clásico.

- Stiles-finalmente, recibió la pronunciación de su nombre con un tono fastidiado como respuesta, una petición de silencio que le pedía ir al punto y dejarlo de esa forma.

- Es el director de Psicosis -mencionó, como si de verdad le fuera inaceptable tener que dar la información, arrastrando las palabras de forma ahogada- ¡Cielos, Derek, consigue una casa y un DVD! -le respondió Stiles, hastiado por el bajo conocimiento en películas que tenía el alfa y dando por terminada la conversación casi unilateral que estaban llevando.

El chico se dio la vuelta, probablemente seguro de que Derek no le respondería a eso con nada más que el gruñido alto que le brindó. Ya en el auto, en camino a buscar a Érica y Boyd, él simplemente actuó como si no hubiera pasado nada y él no fuese un hombre lobo capaz de escuchar su conversación.

Dejando pasar una semana una vez más en el que se daban miradas intensas, durante un jueves, deteniéndose en uno de los altos del camino, simplemente se estiró y le invitó a quedarse en su casa por esa noche, como si no fuera nada del otro mundo, en un tono tranquilo y confiado, como si fuese algo que hacían todos los días. Accedió de inmediato, porque no pensaba rechazar dormir en una superficie cómoda, que fuese lo que fuese sería mejor que dormir en un suelo frío y metálico o uno cocinado al carbón en el que probablemente habían muerto varias personas, no estaba seguro y no pensaba preguntar.

Esa noche descubrió una sexta cosa en la que no había reparado antes; todo el poder y el control que venía de Scott McCall llegaba de Stiles Stilinski.

Al chico de la mandíbula torcida no pareció molestarle la idea de que ellos fueran a compartir habitación, en realidad, no tardó en ofrecerle quedarse en su casa de forma más prolongada y a Allison le emocionó la idea de compartir casa con amigos, así que le hizo una oferta también. Lydia le recomendó quedarse con Scott ya que él tenía más probabilidades de que su madre aceptara y era un hombre lobo, así que podría ayudarle más que quedarse con un cazador, a lo que Jackson no tardó en responder con un comentario despectivo interrumpido a medio camino por Érica, quien no tardó en quejarse y reclamar una estadía en la casa de Stiles, sentándose con ellos junto a Boyd.

Ninguno sabía realmente como es que terminaban sentados en un mismo lugar siendo que la mayor parte del tiempo querían lanzarse unos sobre los otros para pelear hasta la muerte. Había pasado casi un mes de lo ocurrido con el kanima y se habían encontrado cientos de veces, suponían que terminaron cediendo por la fuerza de la costumbre, a pesar de pelear durante cada oportunidad que se presentaba. Ese día no fue distinto al resto, pero en aquella ocasión acompañó a Stiles después de dejar a Boyd y Érica para hacer las compras de lo que cenarían esa noche y solo regresó con Derek para buscar algo de ropa que usar al día siguiente o para dormir, intentando ignorar la batalla de miradas entre alfa y omega que sucedía cerca del coche -similar a la que ocurrió la semana pasada-, por su deseo de dormir en una superficie destinada a ello.

- Stiles --fue una advertencia clara que el omega ignoró con una sonrisa.

- Consigue-una-casa, Derek -respondió de forma juguetona, demostrando un reto para el alfa, con las manos puestas en el volante, listo para llevarle por una hamburguesa antes de ir a la casa Stilinski.

El sheriff siempre fue un hombre muy amable, por lo que no le sorprendió su hospitalidad cuando al llegar a su casa no tardó en encontrarse con un adolescente recientemente arrestado haciendo sus tareas con la ayuda de su hijo en el comedor de su casa, esperando ansiosamente por lo que estaba preparando para la cena. Parecía poco sorprendido y nada molesto, aunque el omega le avisó poco después de su llegada sobre su estadía temporal en su casa. Stiles terminó de preparar la cena después de asegurarse de que no hubiera problemas, escuchando a su padre superar el tema y hablar sobre lo pesado que había sido su día en la comisaria por los casos de personas perdidas en medio del bosque.

Estaba divirtiéndose por la manera en la que ambos interactuaban para intentar ganar información y evitar que el otro obtenga demasiada sobre los acontecimientos extraños que estaban ocurriendo, claramente conscientes de que el otro estaba investigando el tema. No tardó mucho en darse cuenta de que eran tal para cual.

El sheriff siempre buscaba una manera de incluirle en la conversación al hacerle preguntas o pidiendo su opinión, y era agradable. No comentó mucho sobre su relación con Derek para evitar problemas y el hombre -aunque parecía preocupado- no indagó de más en el tema de su vivienda, bastó con que Stiles le sirviese la comida para romper con la tensión que se había formado y que la conversación se convirtiera en un debate sobre carne; "que tan saludable era consumirla", con el sheriff defendiendo a la carne en una dieta saludable y con Stiles negando todo lo que le mandaba. No tardó en ponerse del lado del sheriff, porque la carne era magnífica y desde que se había vuelto un lobo comenzó a saberle a gloria.

- Agradezco la visita, chico, hace tiempo que no comía algo con carne que me recordara a mi esposa -el hombre le dio un tono alegre que sonó honesto, señalando con una sonrisa el platillo de cerdo relleno de ciruelas. Stiles parecía sorprendido, como si no recordase en qué momento lo había preparado. Se recuperó tan pronto como se había aturdido y volvió a su humor usual señalando a su padre con un tenedor, juguetón.

- Si queda algo para mañana, te dejaré llevarlo, pero después de esto solo vendrán sopas, así que mejor disfrútalo -canturreó sirviéndole un poco más frente a la mirada atenta de su padre y dándole al sheriff una de esas sonrisas que anunciaban un reto.

La cena se convirtió en alguna clase de pelea de comida -realmente fue por comida, una batalla por ver quien comía más en la que se vio envuelto al poco de comenzar-. Todo en el ambiente indicaba que era un hogar, y no estaba seguro de cómo funcionaba; ¿quién era el que estaba cediendo y por qué lo hacía? Comenzaba a confundirle, acostumbrado a la relación que llevaba con su padre y solo a esa. Ellos parecían solo consentir y otorgar partes de sí mismos al otro sin esperar nada a cambio, solo lo hacían por gusto y de alguna forma funcionaba, no había luchas por poder o represiones, simplemente permitían que el otro tomara lo que quisiera, ellos ofrecían al otro todo lo que quisiera. Estaba confundido, pero a medida que pasaba el tiempo se sentía cada vez más cómodo y no podía evitar ceder, permitir que pequeñas partes de él fueran tomadas cuando sonreía o hacía bromas.

Fue así como avanzó la noche. Se prepararon todos para ir a la cama, Stiles le acomodó mantas y sabanas en un colchón inflable que en su momento le pareció la gloria.

Stiles no era capaz de dormir, según había notado -podía escuchar sus latidos, siempre más acelerados de lo usual pero a un ritmo que podía reconocer como normal en Stiles-, pero él podía mantenerse quieto y en silencio durante la noche en cuanto apagaban las luces y lo hacía sin problemas, como si estuviese aprovechando ese momento para reflexionar acerca de su vida, apenas tarareando una canción de tonada tranquila que no reconocía pero era acompañada de ese aroma suave que aullaba seguridad. Resultó ser que el omega era un compañero de cuarto increíble, con su corazón siguiendo un ritmo constante, su ritmo de respiración tranquila haciendo juego a la tonada que canturreaba y el aroma hogareño impregnado en toda la habitación dándole la paz suficiente para dormitar.

Despertó unas horas más tarde después de una pesadilla, sudando, llorando y nervioso.

Sus garras estaban fuera, buscando desesperadamente los bordes del congelador para poder arañarlos, con las suplicas por libertad atorándose en su garganta y siendo remplazadas por un aullido bajo. Tardó un tiempo en darse cuenta de que no estaba encerrado.

Inhaló profundo, con la intención de encerrar a su lobo antes de hacer alguna locura, buscando relajarse gracias al aroma, pero el aroma que reconocía se sentía ligeramente quemado, eso solo confundió más sus sentidos y le hizo soltar un sollozo lastimero. Como siempre, no sabía qué hacer, todo parecía estar obscuro y comenzaba a sentirse atrapado una vez más. Se estaba asfixiando y no entendía por qué. Su pesadilla se había ido, el villano en esos sueños hace tiempo que había muerto, pero él se seguía ahogando durante las noches.

El chico de los lunares debió de escuchar el ruido, pues se levantó de la cama con cuidado de no pisarle, se estiró hasta su escritorio para encender una luz de noche y esta comenzó a brillar de forma bastante tenue. De alguna manera esa pequeña cantidad de luz de se sentía suficiente. El aroma hogareño del chico comenzó a sentirse más enérgico después de que volvió a sentarse, suponía que estaba mirándole y eso debería intimidarle lo suficiente como para silenciarle, pero no se sentía de la misma manera en la que lo hacía Derek o de la misma manera en la que lo hacía su padre, en realidad, no parecía querer acallarle en lo absoluto y eso solo causaba que se ahogara más profundo.

Entretanto, el chico acercaba sus menudas manos de forma cautelosa hasta su rostro, tanteando que tan seguro era acercarse y buscando calmarle con el aroma despedido de sus muñecas. La luz de la lampara parecía reflejarse en sus ojos, porque se les notaban tenues brillos de tono dorado.

- Aquí, Isaac, tranquilo, cuenta mis dedos - susurró en un tono maternal que no recordaba haber escuchado antes en su vida, era un sonido agudo similar a un aullido, siendo acompañado por aquel aroma floral tan relajante que estaba volviéndose más intenso, en vez de su distintivo aroma a ciruelas. Así que lo hizo, confió ciegamente en él y contó sus dedos. A medida que eso sucedía se iba acercando más a la fragancia natural del omega, hasta que pudo sentir el tacto fresco de sus dedos recorriendo su rostro y rozando el borde de su cabello, su aroma floral impregnándose entre las hebras cuando el omega deslizaba sus manos y secaba sus lágrimas de forma cariñosa. El tarareo con aquel tono agudo la misma canción de antes le arrulló, reaccionó a ello buscando un poco más de contacto, solo buscando un poco más de seguridad-. Ven, está bien, todo está bien -accedió a lo que dijo el omega y poco a poco comenzó a subir a la cama junto a él, se recostaron y no pudo refrenar su instinto cuando buscó resguardo entre su pecho, recibiendo un abrazo y leves caricias entre los rulos que se formaban en su cabello.

Aspiró profundo. Contuvo el aire en sus pulmones por un tiempo, memorizando ese aroma y esa sensación para calmar a su lobo, y cuando lo dejó salir cesó aquella sensación asfixiante, acallando las suplicas de libertad que no habían logrado salir, apenas exteriorizando un aullido herido. Después de un tiempo, consiguió dejar de llorar. Un poco de calma más tarde, consiguió quedarse dormido, encontrando en alguna parte del aroma el poder suficiente como para controlarse a sí mismo, aun cuando todo parecía estar mal, presionando las paredes en su contra.

Despertó por la mañana, con los brazos de Stiles rodeado sus hombros en un aire protector, el muchacho continuaba dormido y le había dejado descansar en su pecho toda la noche a pesar de lo pesado o molesto que debería de ser, en especial para el omega. Su cerebro se apagó.

No lo entendía, en verdad que no lo hacía.

Ninguno de los dos mencionó nada al respecto, simplemente siguieron comportándose como siempre. Tomó una ducha después de que le ofreciera la toalla limpia que habían comprado entre las provisiones del día anterior, Stiles preparó el desayuno y comieron junto a su padre, quien estaba algo menos conversador de lo que estaba por la noche hasta que Stiles le sirvió un café, después de eso la charla se volvió amena nuevamente y el hombre les despidió después de que Stiles le asegurara tres veces a su padre que lo que le dejó empaquetado para el almuerzo era una parte de la cena anterior y no alguna cosa vegetariana. Encendió el auto y antes de salir a la calle se estuchó una queja en alto por parte del sheriff acompañado de una risilla divertida del chico. Condujeron para pasar por Érica y Boyd antes de ir a la escuela, Érica no dejo de mirarle fijamente durante todo el trayecto, recriminarle el sentarse en el asiento delantero o de quejarse de que Stiles no le permitía besuquearse con Boyd en el carro, aunque claramente solo era una broma por la que incluso Boyd terminó sonriendo.

Ese día McCall parecía un cachorro especialmente animado y sonriente durante el almuerzo, después de decirle que su madre le permitiría quedarse en su casa. Jackson hizo algún comentario referente a su ascendencia mexicana que Lydia consiguió transformar en un cumplido después de que Allison le diese un codazo a Jackson. Regresaron junto a Scott hasta donde estaba Derek y fue Scott quien le expresó al alfa lo gustoso que estaría en permitirle una estadía en la casa McCall, Derek gruñó y reclamó algo -"Grr, grr, mi beta, grr, grr"-, pero Scott apenas y se inmutó, demasiado emocionado para darse cuenta de la amenaza, antes de que Stiles interviniese en la discusión y Peter realizara su aparición gracias a su sexto sentido para molestar a Derek.

La casa de los McCall tenía una forma diferente y en ella había colores distintos -la mayoría de ellos eran bastante cálidos- y no parecía encontrarse lejos del aura familiar que tenía la residencia de los Stilinski, simplemente se notaba la presencia de una mujer en casa con los adornos dispersos por el área. Melissa era una mujer encantadora, parecía ser una madre firme y ciertamente se podía notar su parentesco con Scott gracias a su carácter confiado y sensible, aunque tenía rasgos de inteligencia y perspicacia que le recordaban más a Stiles que al alfa McCall. Ella no se quedó por mucho tiempo en casa después de la comida -en la cual, no paró de hacer preguntas sobre todo tema del que se le podría ocurrir, y que terminó respondiendo un poco mareado-, pero dejó preparado cuanto pudo en casa para que no mueran de hambre mientras no estaba. Cuando finalmente ella se retiró al trabajo -no sin antes recitar para ellos una lista de cosas que no podían hacer en su ausencia, una muy larga lista que contenía ideas que probablemente sí pensaría y las que no ahora las consideraría-, Scott le invitó a jugar videojuegos para pasar el rato.

Una vez con el mando entre sus manos, mirando fijamente a un punto indefinido de la pantalla y esperando a que lo que sea que hayan puesto cargue, él finalmente se encontró con el tiempo para encender su cerebro y razonar todo lo que había sucedido en su vida hasta ese momento, de entender cómo es que terminó jugando videojuegos con Scott McCall y formando alguna clase de amistad con él y Stiles Stilinski, lo que le convertía en un nuevo miembro de la tropa catástrofe. Fue cuando decidió enumerarlo todo en una lista, contando con los dedos de su mano tal cual lo había hecho con Stiles para volver a la realidad una vez no había cosas que agregar, todo para realizar las preguntas que no dejaban de rondar en su cabeza y descubrir una séptima, la que cambiaba por completo la perspectiva que tenía en el punto de inicio a la que tenía ahora.

- ¿Por qué Stiles es amable conmigo si yo nunca lo había sido con él? -fue directo a la pregunta importante, confundido.

Seguía buscando razones, algún momento dentro de la historia de su vida como la sombra controlada por su padre, palabras que resultasen en una demostración de valor para otros, una ocasión en la que cediera al menos un poco de sí mismo y demostrara tener algo, lo que fuera que pareciese suficiente como para hacerle creer a Stiles que podría simplemente contar con que sería un buen amigo a futuro o que al menos fuera una buena persona. Aunque fuera, buscaba algo que pudiese mostrar que se encontraba vivo.

Pero no había nada, sin palabras, sin acciones, sin señales, ni un rastro de vida. Había sido un salto de fe hacia un vaso vacío.

Nada más que una risa sin vergüenza alguna por parte de Scott McCall, aquella en la que sus ojos parecían estar por cerrarse de lo mucho que se estaba divirtiendo por la situación. Sin dudarlo, golpeó al alfa con el mando que tenía en la mano. En el hombro, porque tampoco quería dejarlo más tarado, su madre había sido muy amable para darle ese martirio.

- ¡Lo-lo siento! Es solo que... No puedo creer que... Es que es tan claro, no puedo creer que no lo sepas, Isaac. -Scott recibió una mirada fastidiada de su parte, cosa que solo le hizo sonreír más-. Eso es porque es un omega -Scott intentó tomar aire y serenarse ante su clara mirada de confusión, pero nuevamente le ganó la risa y terminó por recibir otro golpe de su parte antes de que consiguiera dirigirle una mirada directa sin perder el aire y decir, con un tono serio que parecía anunciar alguna enfermedad mortal a un paciente: - Isaac, tú hueles a cachorro.

Hubo un silencio muy largo, ambos mirándose el uno sin apartar la mirada.

La canción de inicio del videojuego sonando de fondo.

Los engranajes de su cerebro funcionando de forma tortuosa.

- Vete a la mierda, McCall -pronunció, fuerte y claro. Scott no pudo aguantar más y pronto volvía a estallar en risas, recibiendo el golpe de una almohada directamente en la cara mientras iniciaban una partida. Decidió no contarle sobre lo que había sucedido la otra noche, Sí había actuado de esa manera solo por una pregunta no iba a dejar que se burlara de sus debilidades.

Scott terminó el resto del fin de semana intentando explicarle porqué Stiles podía producir tanta paz con su presencia y por qué no se mostraba indiferente con él en un intento por calmar su molestia, pero no parecía encontrar las palabras correctas y solo lograba confundirle o haciéndole enojar cada vez que le llamaba cachorro. De entre los pocos datos que podía sacar de esas conversaciones eran los que proporcionaba Melissa al captar fragmentos de su conversación durante la comida:

- Bueno, los estudios de Stiles dicen que su aroma es de ciruelas y flor de malva, así que no es de extrañar que se volviera el mejor amigo de Scott -resaltaba la mujer en vos alta, intentando ayudar a orientar sus ideas-, la flor de malva puede usarse para aliviar el asma, Stiles debió sentirse atraído a Scott por ser asmático, aunque lo primero que decidió hacer con él fue robar su caja de jugo, y Scott quedó flechado de inmediato por él desde que se conocieron cuando eran pequeños. Te sorprendería lo instintivos que pueden ser los alfas y omegas, detalles como esos pueden definir sus relaciones al instante, aunque es ese entonces no pensamos que fueran parte de ese grupo de saberlo Claudia y yo nos habríamos preocupado por lo cercanos que se volvieron.

Scott no paraba de intentar interrumpir a su madre repitiendo: "¡Por favor, mamá, eso fue hace mucho!" con el rostro rojo e intentos de tapar su boca con las manos en lo que se había convertido un jugueteo, haciéndole sonreír ante el descubrimiento del infantil flechazo que había tenido con su mejor amigo como parte de sus datos para avergonzar a McCall, algo confundido sobre la relación de la relación que mantenían los precursores de la tropa catástrofe, cosa que notó Melissa de inmediato.

- Ahora no viven un día lejos el uno del otro, pero debiste verlos cuando pequeños ¡Scott no podía dejar de hablar de él! Todos los días era escuchar cosas como: "Stiles dijo esto" o "Stiles y yo hicimos esto otro". Creí que se habría enamorado de alguien en la escuela, pero no tenía idea de qué clase de nombre es Stiles, pero ellos dos simplemente se hicieron mejores amigos a primera vista, lo supe el día en que los vi a ambos llenos de tierra y Scott corrió hasta mí diciendo: "¡Stiles y yo atrapamos un escarabajo enorme con una hoja y un vaso!, se lo regalamos a la maestra, pero creo que no le gustó" -Scott terminó riendo por eso, dando su pelea por terminada y regresando su atención a la comida-. Claudia y yo nos conocimos ese día y a partir de ahí teníamos que turnarnos para cuidar de que no se metieran en problemas todo el tiempo, no pasaban ni una sola noche lejos del otro y escapaban juntos cuando estaban castigados -Melissa lucía muy entusiasmada por los recuerdos, suspirando de forma melancólica al hablar sobre la niñez de ellos o sobre la madre de Stiles-. Las dos terminamos por volvernos muy buenas amigas, también, ya que estaban tan seguros de que serían amigos para siempre, decidimos intentarlo también. Supongo que las madres también somos un poco instintivas en ese aspecto.

Algo en el rostro melancólico de Melissa le hacía sentir extraño, le hacía sentir un vacío en el estómago. Quiso arreglarlo, el recibir información tan valiosa de su parte también le hacía sentirse en deuda, así que, recordando lo que le había dicho el Sheriff sobre lo que Stiles había preparado para la cena, terminó contándole acerca del cerdo relleno con ciruelas y preguntando si sabía cómo prepararlo. Aunque desconocía si fuera capaz de preparar algo como eso algún día, la sonrisa emocionada de la señora McCall hablando sobre comida le convencía de que quedarse a escuchar todo sobre platillos endémicos valía la pena.

Después del primer fin de semana con la familia del optimismo y las sonrisas de sol, finalmente pudo contarle todo a Érica, quien era la única de los que confiaba que se tomaba el tiempo para darle respuestas, ya que tanto Derek como Boyd eran de pocas palabras y en su mayoría parecían ser alérgicos a las emociones -Boyd en realidad era como un romántico de la época de sus abuelos, pero seguía siendo un hombre de pocas palabras-. Tanto la rubia como el bruno estaban juntos cuando decidió contarles en el jardín de la escuela, ambos fueron realmente pacientes y comían un almuerzo compartido con mucha tranquilidad, escuchando todo su listado desde el principio y sin hacer preguntas, mirándose el uno al otro como si estuvieran comentando su situación telepáticamente de vez en vez, pero sin comentar nada en voz alta para dejarle hablar. Apenas dio un poco de información sobre lo que había pasado el jueves y saltó completamente el hablar sobre el abrazo o su intento de mordedura del inicio, pero consiguió expresar la mayoría de sus ideas antes de finalmente hacer la misma pregunta que había hecho a McCall, exteriorizando sus inquietudes.

- Isaac, es un omega y tú hueles totalmente a cachorro -fue lo primero que dijo la rubia al respecto, totalmente convencida y con Boyd asintiendo a sus espaldas. Isaac se quedó congelado al escucharla, porque no le había mencionado la respuesta de McCall, pero había dicho exactamente lo mismo.

Érica no usaba ninguna clase de filtro al hablar desde que fue convertida, e incluso antes de serlo -de las realmente pocas veces en que habían convivido- ella no solía mentir, sabía que no perdería la oportunidad de molestarle, pero ella no estaba riendo al decirlo e incluso Boyd parecía seguro de que esa era la respuesta. Una vez se vio enfrentado de cara a la realidad representada por la blonda -con muchas ganas de enviarla a la mierda, también- se encontró incapaz de defenderse de manera lógica, por lo que se dedicó a negarlo entre gruñidos mientras comía su propio almuerzo y recibía una de esas sonrisas felinas de su compañera de manada, dándole pase a las burlas que la chica estaba guardando.

Concluyó que lo mejor sería ignorar toda esa información por el resto de su vida, como si esos eventos nunca hubiesen pasado. Estaba decidido, levantaría sus defensas nuevamente y recuperaría el control total de sus instintos primarios, porque no pensaba darle a nadie el poder suficiente como para llamarle cachorro, mucho menos a Stiles Stilinski. No estaba indefenso, no era débil y no pensaba ceder. Érica pareció entender la decisión que tomó, pues le dio un par de palmadas en el hombro antes de que continuaran con su almuerzo.

No funcionó en lo absoluto.

El resto de los chicos aparecieron poco después para sentarse con ellos y pasó el resto del mes sentándose al lado de Stiles durante cada receso. No habían pasado ni tres días de haber tomado su decisión y ya le dejaba darle palmaditas en el hombro, había comenzado a sentirse como un perro moviendo la cola cada vez que el chico de lunares le daba un cumplido los viernes por jugar bien en un partido -o por cualquier cosa que el chico daba a entender como un cumplido-. Cada vez que se sentía ansioso o emocionado por cualquier cosa comenzaba a buscar su aroma por todas partes y a revisar con la mirada cada habitación a la que entraba para mantenerse cerca.

No le gustaba, la última vez en la que esperaba ese cariño o atención por parte de alguien las cosas se habían vuelto una mierda, había sido débil, se había vuelto vulnerable e incluso con la mordida se vio a sí mismo retrocediendo, frágil. Se había convertido en una situación complicada, porque había aprendido que las relaciones personales se trataban de ceder y no solo sobre tomar algo del otro, el hecho de que su atención se fuera solo a una persona que podría no darle nada de lo que buscaba era un gran problema.

Había que ignorarlo, tendría que olvidarlo. Su plan era no tomar en cuenta al omega durante todo el verano para poder superar ese nuevo repertorio de dudas y emociones que le estaba causando, pero claro que eso fue antes de que Derek considerase que era un bien momento para volverse un hombre sociable y acceder a una reunión. Creyó que si no se sentaban juntos podría mantenerse al margen, y consideró bueno el estar repartidos alrededor de la sala del loft. Hasta que Stilinski se sentó en medio de Scott.

"Está bien, eso es lo que hacen los mejores amigos, supongo" se dijo cuando su lobo saltó de repente y gruñó dentro de él, calmándose lo suficiente con tener el aroma cerca.

A su lobo le gustó mucho menos ver a Allison recostada sobre el regazo del omega.

En cuanto ella recargó su cabeza en el hombro de Stiles y comenzó a despertarle, el pequeño disparo de alerta en el aroma que desprendieron todos le sobresaltó, pero en cuanto esa situación se transformó lentamente en ella siendo recostada sobre el regazo de Stiles, su pecho comenzó a oprimirse cada vez con mayor profundidad, se sentía tan extraño que no encontraba palabras. Su lobo se había inquietado tanto que, al regresar la vista a su trabajo, no podía entender ni una sola palabra de lo que estaba escrito, por lo que comenzó a contar sus dedos. Tuvo que repetir el proceso al menos tres veces antes de poder continuar su lectura, sin que se le gravase una sola palabra.

"No importa," Se dijo, "no es como si realmente fuera a suceder de nuevo, y tampoco es como para que esto me quite el sueño, es una tontería." Recapacitó mientras continuaba con su trabajo. Decidió dejarlo pasar y continuar con su día a día.

Pasó el resto del día pensando en ello, con una escena congelada siendo repetida una y otra vez. Despertó tan temprano que Melissa aún no había llegado de su turno nocturno, comió un plato de cereales de forma tan lenta que el cereal se volvió aguado a la mitad del plato. Mientras masticaba siguió pensando en ello para buscar motivos lógicos por los cuales podría sentirse molesto de ver a Allison conviviendo con Stiles, porque a él realmente le agradaba Allison, en verdad que le agradaba, así que no veía razones a esa repentina carga de molestia -además de la que sentía al ver a todos con los que convivía formando parejas o teniendo buenos lazos afectivos que estarían formando parejas, pero tal vez eso solo significaba que necesitaba una novia-. Intentó formar una lista, pero en su mente solo había una escena en repetición: Stiles acariciaba el cabello negro de la Argent mientras ella estaba recostada en su regazo.

Comenzaba a lanzar un par de gruñidos bajos, totalmente molestos, cuando finalmente apareció Melissa por la puerta, sonriendo para él cuando cruzaron miradas antes de que ella fuera directamente hasta su cuarto. Su humor se relajó un poco, lo suficiente como para mantenerle tranquilo el resto del día y permitirle realizar sus actividades habituales, que consistían en salir a correr con Derek y hacer algunos calentamientos, esperando a que llegaran Érica y Boyd para comenzar con su entrenamiento. No podría haber estado más equivocado. Conforme transcurría el día su lobo se ponía más insoportable y hacía cosas que no podía controlar; después del entrenamiento se molestaba por cualquier cosa y durante había peleado de más con Érica, había lanzado una mordida a Boyd cuando este le derribó, intentó buscar pelea con Peter cuando este finalmente hizo acto de presencia e incluso le gruñó a Derek cuando este le ordenó quedarse quieto -lo que Derek respondió con un gruñido más firme. Se quedó quieto, pero seguía gruñendo por lo bajo-.

- ¿Todo bien, chicos? -preguntó Stiles, entrando en cuadro de forma campante, cargando con un montón de papeles, fotografías, una caja de tachuelas y estambres de colores. Dereck, Érica, Boyd y él se desconcentraron durante su batalla de entrenamiento en la que serían todos contra Derek, el lobo alfa no tardó en gruñir para hacerles volver a lo que hacían. Excepto que él no quiso escuchar a Derek y continuó en su lugar, con las garras y colmillos fuera, pero sin intención de hacerle caso al alfa- Vuelve a tu entrenamiento, Isaac, o el lobo gruñón va a arrancarte la garganta, ¡con los dientes! -le dijo el chico, utilizando ese tono socarrón mientras se internaba en el loft junto a Peter. Obedeció, ocasionando un gruñido bastante molesto por parte de Derek, pero no le importó.

Ingresaron al loft cuando terminaron con su entrenamiento, logró retraer sus colmillos y garras, pero seguía sintiéndose de un humor extraño. Adentro ya se encontraba el resto de los chicos, Stiles estaba intentando acomodar todo lo que había traído en el pequeño espacio que podía cubrirse de la mesa que, con suerte, Peter había comprado. No pudo evitar acelerar su paso para llegar a su lado, le dio un saludo neutro y tomó el primer papel que vio para fingir curiosidad. Allison estaba del otro lado, colocando cinta adhesiva en vez de las chinchetas para no dañar la mesa. No tardaron en reunirse todos ahí, lo que comenzó a poner nervioso al humano y que le hizo reaccionar para ofrecerle su ayuda, al mismo tiempo que Allison y Scott. "¿Aquí era donde debía poner esto?" "¿Esto está bien así?" "No la encuentro" se encontró a sí mismo pidiendo ayuda o preguntando cosas que podría haber hecho sin problemas, pero no podía evitarlo, era como un impulso que le hacía llamar la atención.

No tardó en irritarse a sí mismo gracias a esa necesidad tan patética por llamar la atención de Stiles o interrumpir cuando estaba con Allison, quien se había sentado de nuevo en el sofá, cerca del tropa catástrofe. Una hora después, estaba tan harto, que terminó gruñéndole a Dereck cuando este le pidió que se callara por no poder controlar uno de sus comentarios fuera de lugar. Antes de que el alfa pudiera amenazarle o gruñirle de vuelta Stilinski bufó y levantó los brazos al aire de forma exasperada, llamando la atención de todos.

- Bien, se acabó. Isaac, ven aquí -exclamó, sorprendiéndole. Se levantó de su lugar y caminó hasta él con la cabeza gacha, sintiéndose realmente amonestado. Cuando llegó a un lado de Stiles esté subió su mano y el cerró los ojos mientras se encogía, esperando recibir un golpe.

Pero el golpe nunca llegó, simplemente sintió una mano sobre su cabeza provocando un choque suave, una palmadita en la cabeza, seguida de tres más. Abrió los ojos cuando la mano del chico se pasó a su mejilla y le acarició, de inmediato le obedeció cuando el chico tomó su mentón y le dejó apoyarse en su hombro, cerca de su cuello. Respiró profundo antes de que el chico diera un par de palmadas más y le dejara estirarse de nuevo.

- ¿Ya está mejor? -le preguntó. Asintió con entusiasmo antes de apoyar su propio mentón sobre la cabeza del chico y restregar un poco su aroma sobre él. Stiles no se quejó, solo siguió con lo suyo mientras su lobo aullaba de satisfacción, demasiado entusiasmado como para darse cuenta del gruñido bajo que recibió por parte de Scott.

En el siguiente entrenamiento, en el que Stiles se había sentado en el pasto mientras veía luchar al resto de ellos durante las prácticas, pudo echarse sin remordimiento alguno sobre su regazo a descansar una vez Derek les dejó libres. Reclamando lo que era suyo. Ni Scott o Allison se dejaron intimidar por ello, ya que el moreno se sentó a un lado de su mejor amigo y Allison se echó sobre el regazo de su novio.

Consiguió ceder lo suficiente como para compartir un poco de su lugar, tal vez también podría ceder a sentirse como un cachorro mientras Stiles siguiera acariciando su cabello y dándole palmaditas en la cabeza o cumplidos, nadie tenía por qué saberlo.

► ○ ¬ u ¬ ○ ◄

Aroma: El aroma de Stiles en este fanfic he decidido establecerlo como flor de malva y ciruela, ambas silvestres.

La flor de malva la he elegido principalmente por sus cualidades medicinales, ya que se puede emplear para aliviar muchas molestias causadas por el asma -entre otras enfermedades relacionadas con las vías respiratorias-. Me pareció apropiado tomando en cuenta que Stiles es el apoyo principal de Scott y quien le ayuda a aliviar los problemas que van surgiendo a lo largo de la serie. Encontré gracioso el hecho de que se use la expresión: "quedó como una malva" para alguien tranquilo o dócil, ya que eso es lo que suele buscarse en un omega ¡pero es totalmente contrario a Stiles! Dato curioso: la expresión "se quedó criando malvas" se utiliza cuando alguien quiere decir que una persona murió y ya ha sido enterrada.

Las ciruelas fueron una decisión más compleja, había bastantes frutos silvestres que podría elegir para representarle, pero quedó decidido dado que ellas son propias de California, tienen sabores agridulces, se les considera enérgicas -recomendadas para deportistas y estudiantes por ello-, refrescantes y estimulan el sistema nervioso, lo que claramente puede verse como la personalidad de Stiles. Mientras que el exterior puede ser agrio su interior es dulce, y consumirlas puede traerte grandes beneficios. Además, hay una variación de la ciruela llamada "Claudia", lo que fue el voto definitivo, me encanta que los aromas mantengan alguna relación a los padres.

♪ ♫ ♥ ♫ ♪

Se aceptan sugerencias para el aroma del resto de los miembros en la manada, en especial para los que son alfas.

Debo admitir que me inspiré en esa canción, por el vídeo que pondré a continuación.

¡No se olviden de votar o de añadir a sus listas! Sus votos ayudan a posicionar mejor la historia y permitir que otros puedan leerla.

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