Capítulo 1.

┏━━━━━ ☁🌙 Capítulo 1 🌙☁ ━━━━━┓

Tal vez es algo complicado entender a los omegas y como se relacionan con su familia, en especial cuando nunca hubo uno de ellos en la tuya. Pero no es difícil de inferir.

┗━━━☁🌙Derechos al dormir🌙☁━━━┛

   En un inicio, a Allison Argent no le había molestado en lo absoluto que Stiles Stilinski, el mejor amigo de su pareja, fuera un chico omega.

   No era una de esas betas sexistas o clasistas, no lo iba a discriminar por su género y eso era algo que tenía muy claro. Es decir, podría ser que en ocasiones le costase pensar fuera de la caja, pero ¡ella no era esa clase de persona! Muchas chicas que había conocido habían deseado ser omegas o alfas para tener mayores oportunidades, pero sabía que, aunque las chicas envidiarían su casta y algunas pasaran más tiempo a su alrededor, los chicos nunca pedían serlo, porque la casta hacía que la mayoría de los chicos dejaran de ser vistos como tal. En vez de ser parte de aquel grupo en el que le tendrían envidia por ello, decidió ser de ese grupo que sentía empatía por él.

   El verdadero asunto, el que tal vez podría molestarle, era que Scott, su novio, era un chico alfa —y también un hombre lobo—. Fue por ello por lo que ambos chicos se habían visto en la necesidad moral de informar su situación y preguntarle si tendría algún problema con que fueran amigos. Consecuentemente, después de un incómodo momento de silencio en el que procesó la información, les dijo que no. No tenía problemas con que fueran amigos. Ellos creían que tenía el derecho a dudar de la naturaleza su relación al saber que Scott era un alfa y Stiles un omega, ver a ambos siendo muy atentos y sin molestarse por las preguntas recurrentes que hacía le dio mucha confianza y desde el comienzo se sintieron libres de hablar, para evitar que tuvieran confusiones o conflictos a futuro —Scott decía que Stiles probablemente no podría defenderse de ella si algún día peleasen, ella recordaba que ese mismo chico no había dudado en amenazarle cuando se convirtió en cazadora, poco después de enterarse que existían los hombres lobo y que, de hecho, su novio era uno, así que ya no estaba tan segura de a quien protegía su acuerdo—. El detalle se agradecía mucho.

   Actualmente sabía que, además de ser un alfa, Scott McCall también era un hombre lobo y, si antes era impulsivo, ahora podría llegar a ser un completo idiota teniendo sus instintos a flor de piel. Y bueno, seguía agradeciendo la información y permanecía del lado de Stiles, pero ya no estaba muy segura de que pensar al respecto o si tenía las mismas ideas en mente.

   No, no era que estuviese paranoica imaginando cosas; Scott había afirmado muchas veces que nunca había pasado nada fuera de lo normal y fraternalmente aceptable entre ambos, ni lo pasaría alguna vez, y él mentía bastante mal, así que sabía que no eran patrañas, se habría dado cuenta si lo fueran. Estaba enamorada y tal vez fue algo manipulada en el pasado, pero no era estúpida, se habría dado cuenta.

   Él le aseguró al menos tres veces que, a pesar de ser un alfa y un omega, no tenían ese tipo de relación ni pensaban tenerla, porque ambos lo sentirían como estar realizando incesto, y para sus padres también lo sería; inclusive una vez le preguntaron al sheriff Stilinski y a Melissa McCall acerca de lo que pensaban al respecto, y ninguno de los dos tardó en negar con la cabeza con bastante fuerza, uno con una mueca de rechazo total y otra con una leve risa divertida llena de confusión, como si ninguno pudiera o quisiera ver esa idea.

   Así que les creyó todo ese discurso acerca de ser criados juntos como hermanos y esas cosas de haber superado cada celo sin problemas. Ahora que era consiente del mundo sobrenatural, al igual que ellos, ya había escuchado sobre las veces en las que, después de que Scott recibió la mordida, el moreno había pasado por sus primeras transformaciones y estaba lejos de encontrarse bajo control durante la luna llena. Sabía que, más que en reproducción, Scott estaba pensando en aniquilación, y Stiles solo estaba aterrado o buscando una solución. Era otro punto a favor.

   Ahora, el chico de lunares nunca dudó en sonreír para ella cuando la notaba contrariada y comenzar a soltar comentarios sarcásticos sobre los genes de Scott y como podrían hacer que sus cachorros fueran asimétricos, densos o asmáticos, tal vez las tres cosas a la vez, y debía admitir que aún le hacían gracia, más con esa expresión tan exagerada de asco que hacía el chico al mencionarse como pareja ficticia de Scott, solo antes de fingir estar vendiendo a su mejor amigo hablando de lo bien que le harían los genes de Melissa o las cualidades de perro que tenía Scott, incluyendo su mirada de cachorro y sus distintas facetas. El lobo se había quejado un par de veces —con su mirada de cachorro mojado— sobre no ser tan mal partido, y el chico sarcasmos-a-la-orden terminó por agregar, a modo de broma, que primero tendría una relación con Jackson Whittemore a tener una con su mejor amigo, y ya que Allison estaba de acuerdo en que Jackson era demasiado idiota como para tener una relación humana aceptable, le quedó claro como el agua que Stiles Stilinski y Scott McCall no tenían ningún futuro de pareja en esta vida, es decir ¡ni a Stiles ni a ella les gustó en absoluto como trató Whittemore a su amiga pelirroja durante el tiempo que llevan de verles juntos! Y, por muy adorable que fuese la escena de Lydia y el amor verdadero, Jackson fue un completo imbécil, y no pensaban perdonar eso fácilmente.

   Bueno, regresando al tema principal; teniendo claro que el chico le agrada bastante, que no tiene problemas con su casta y que no había mentira en las palabras de Scott, ya es hora de dar la cara a la escena que desató la "recopilación de razones por las que no debería estar celosa de Stiles Stilinski y su bromantica relación con Scott McCall":

— Scott, despiértalo—fue la voz de Derek, dando una orden de forma tosca y con altos grados de molestia, lo que al fin le trajo de vuelta al mundo real desde su monólogo interno.

   Escuchar al alfa Hale le produjo un gesto de molestia, y también consiguió tensarle; se sentó derecha en el sofá antes de inclinarse un poco al frente, en una pose defensiva. Apenas se encontró capaz de retener su lengua para evitar lanzar un comentario despectivo, a pesar de que Stiles se encontraba muy dormido como para ser capaz de regañarle, y pensó en poder soltar por lo menos un "Cierra la boca, Hale". De haber sido un lobo —cómo su novio y la lista de cachorros de Derek— seguro que al menos le habría gruñido.

   La manada Hale y ellos —que deberían nombrarse manada McCall, solo porque era el único lobo con el que contaban, pero ese no era el punto— estaban en el loft del alfa porque, cuando el asunto del Kanima estaba en su apogeo y Erica y Boyd dieron aviso de sus planes por salir huyendo del pueblo y un poco después de que ambos fueron capturados —junto a Stiles— por Gerard Argent —quien era su abuelo, lamentablemente—, había hecho aparición el nuevo bicho de la semana. Apenas fueron puestos en libertad, Erica y Boyd se vieron atacados por lo que habían descrito como un ente grisáceo —al que se negaron a definir como un fantasma—, y este les atraía y repelía dentro de un perímetro reducido, sin darles oportunidad para salir de Beacon Hills. Siguieron intentándolo, hasta que al fin desistieron de escapar y regresaron al lado de su manada, sin encontrar a Derek o a Isaac dentro de la estación de tren abandonada, ya que ambos se habían presentado a la batalla final contra el Kanima y solo al final de la noche habían vuelto, junto a Peter, a la estación de tren.

   La nueva criatura no les dejó tomar un descanso lo suficientemente grande como para separarse como el grupo de adolescentes orgullosos que eran y sanar sus heridas sentimentales en soledad. Fue pesado, complicado y frustrante de manejar durante las siguientes semanas, ya que les había estado molestando a todos, sin excepciones.

   Según la información que obtuvo Stiles, por parte de los reportes de la comisaria —a los que había logrado ponerles la mano encima después de mucha persuasión, planeación y convivencia con su padre—, esa cosa apareció poco antes de que los asuntos del Kamina fueran resueltos, ya que había reportes de autos presentando fallas repentinas al borde de la ciudad o personas desviándose del camino principal hacia el interior del bosque, las investigaciones a los automóviles decían que todos ellos habían sido saboteados aunque no habían rastros de huellas, mientras que las personas que llegaban al hospital cuando salían heridas no recordaban por qué estaban tomando desviaciones. Ese mismo "algo" impidió que el lobo caprichoso Jackson no-pertenezco-a-tu-manada Whittemore —y sus agradables padres— salieran de Beacon Hills cuando estaban por irse a Londres, les había retrasado tanto que una semana atrás había terminado el ciclo escolar.

   Todos, después de dos meses de gruñidos, peleas y fastidiosos encuentros provocados por la nueva criatura sobrenatural que quería fastidiarlos hasta el cansancio, cedieron a reunirse y comparar notas —es decir, dejar a Peter y a Stiles comparar notas, bajo la vigilancia de Scott y Derek como supervisión "adulta"—. Fue un proceso largo en el que Stiles, al hartarse de estar siempre en medio de sus 'melodramas dramáticos adolescentes', terminó por reprenderlos a todos y cada uno de ellos por separado o en grupos, obligando a hablar a los que no querían matarse o manteniendo a los demás a niveles soportables de irritabilidad. El resultado de ello era que ahora mismo se encontraban reunidos alrededor y en el sofá al que Hale se atrevía a llamar sala, para investigar juntos.

   Parecía ser que Derek apenas se había dignado a conseguir un lugar decente y citable dentro de un formulario del seguro o el gobierno en donde alojarse, pero, además del sofá, solo tenían un par de mantas y almohadas esparcidas estratégicamente en el suelo; que eran las que el omega del grupo había llevado para los que no alcanzaran a sentarse —uno de ellos, y claramente el más cómodo, especialmente para Lydia Martin—, previendo de forma bastante asertiva que el Alfa apenas y tendría muebles.

— McCall, va a provocar una inundación si dejas que siga babeando sobre todos nosotros—no tardó en hablar Whittemore, quien nunca desaprovechaba una oportunidad para molestar a alguno de ellos, sin darse cuenta de que con eso había apoyado a Derek.

   El hombre lobo arqueó una de sus cejas-oruga en su dirección, como si estuviera realizando alguna clase de pregunta silenciosa —aunque claramente se estaba burlando de él—, mientras que Jackson se hizo el desentendido después de que sus miradas coincidieron y se dio cuenta de lo que había hecho. El ex-Kanima decidió relegarlo y mirar a otro lado, con su mirada de aparente desinterés fija en la no-decoración del loft.

— Se ven tan cómodos que no creo que quieran moverse, aunque yo podría ayudarles con eso—dijo Erica, con aquél fingido tono apático pero coqueto. La rubia no tardó en mostrar sus garras apenas terminar la oración, en un intento de asustar a Scott.

   Tampoco había desaprovechado la oportunidad de molestarles y dar una de aquellas sonrisas suyas; descarada y divertida. Su novio le respondió con un gruñido silencioso en el que había mostrado los colmillos, pero quedó lejos de asustar a la loba, quien se burló de él dando un intento de maullido y arañando al aire en el proceso.

   Llevaban poco más de dos horas reunidos, en un silencio tenso que apenas y fue cortado por los comentarios fuera de lugar de Isaac o Peter —quien había desaparecido apenas se mencionó la convivencia forzosa e investigación exhaustiva—. Solo dos horas de investigación y Stiles se encontraba durmiendo sobre Scott, o más bien; entre Scott.

   En algún punto de la reunión, entre complementar su información con Peter y repartirlos en el espacio disponible para intentar tenerlos cómodos a todos, el chico había caído totalmente rendido.

   Hace poco más de una hora le podía escuchar discutiendo con Derek —que era más un monologo con gruñidos y comentarios cortos interrumpiendo para desechar ideas— sobre cómo deberían de manejar el asunto y como deberían de dividirse para encontrar información útil en la menor cantidad de tiempo posible, también había pasado un buen tiempo desde que ella casi se lanzó sobre Derek para intentar matarse el uno al otro, en cuanto se encontraron dentro del campo de visión ajeno —el omega fue quien los despegó, bastante molesto, y los mandó a sentarse a extremos opuestos del sofá, con Scott en medio, para que ni siquiera se vieran—.

   Stiles se había esforzado, armado con tanta paciencia como le era posible, en explicarle con dibujos, pizarras, y tablas la situación en la que se encontraron cuando el alfa mordió a su madre y, después de una explicación extra ofrecida por su padre sobre cómo funciona el código de cazadores y como estaba manejando su madre la situación, fue cuando al fin comenzó a relajarse un poco. Finalmente, con mucho trabajo e insistencia, había comprendido que no podía simplemente etiquetar culpables cuando la situación no era algo en blanco y negro, el mundo sobrenatural estaba compuesto por zonas grises, pero aún no era suficiente. Su tristeza se mantenía fresca y no podía evitar dejarla salir en forma de ira cuando pensaba en Gerard, veía a Peter o a Derek.

   Lunares Stilinski no solo les había separado a ellos, también había hecho ocupar el resto de los lugares de forma estratégica, para que no se estuvieran molestando los unos a los otros, y al final de su tarea se sentó sobre su autoproclamado hermano, en cuanto este le extendió los brazos con la mirada de cachorro que solo Isaac y él podían hacer funcionar para conseguir lo que quieran del único omega. Así que el sarcasmo con patas terminó recargado en el pecho de su chico, sentado algo más al frente en el sofá, pero aún entre sus piernas y totalmente envuelto entre sus brazos.

   Lo hicieron de una forma tan natural y con una expresión tan tranquila que durante un momento creyó haber visto mal, pero la ceja arqueada de Jackson y la expresión apenas confundida de Boyd le dijeron que no, no vio mal; esos dos acaban de sentarse juntos, como si fueran una pareja de viejos amantes e hicieran eso todo el tiempo. Dios, que incluso vio como McCall le envolvió entre sus brazos de una forma tan cariñosa que una pequeña espina de envidia se le clavó en el pecho. Le vio pasar, con mucho cuidado, su barbilla torcida sobre la cabeza de Stilinski, y ambos comenzaron con su parte de la investigación de inmediato —Stiles tenía un libro tan grueso, pesado y denso como nunca creyó que sería posible ver un libro, mientras que Scott tenía una página de internet con muchas imágenes a su disposición—, hasta que, eventualmente, terminaron en la situación en la que se encontraban ahora mismo; con Stiles babeando sobre el pecho de Scott, ligeramente girado hacia el lado en que estaba sentada y completamente envuelto entre los brazos del alfa, con el moreno estático, sin intensiones aparentes por despertarlo y salvar a su ropa de ser babeada.

— No puedo hacer eso, lo siento—respondió con un tono firme que solo duró cuatro palabras, antes de que Scott se dejase derrotar por las intimidantes cejas de Hale—. Siempre ha dormido poco por su TDHA, pero en los últimos meses ni siquiera duerme cuatro horas seguidas—la voz de Scott tembló al sentirse amenazado por la mirada de no-me-importa-no-me-cuentes-tu-vida, patentada por Derek Hale. Fuera de ello, el tono del chico era completa preocupación—. Mamá y el Sheriff ya lo han amenazado con darle un sedante o somníferos, pero el realmente odia esas cosas. Así que es mi responsabilidad, si puedo, voy a salvarlo de eso.

   Se permitió dejar salir el aire de sus pulmones con alivio, al darse cuenta de que no había motivos ocultos por los que preocuparse, aunque siguiese siendo una situación alarmante. Ni siquiera Derek Hale, compuesto por más gruñidos que frases coherentes, parecía ser capaz de argumentar en contra de ello.

   Siendo honestos el chico se veía cansado desde que entró a la habitación, de hecho, estaba hecho un desastre desde hace meses, y ahora que podía regresar a pensar con normalidad recordó que Lydia le había contado de las veces en que, durante los últimos meses, encontraba a ambos en la misma posición o una similar durante los recesos en la escuela, poco antes de preguntar sobre cómo iban las cosas con Scott o arrastrarle a hacer compras en un intento por ayudarle a sentirse mejor, al parecer. No se había detenido mucho a pensarlo, porque entonces tendría que darse otro monólogo largo sobre la buena amistad, no homo, pero altamente bromantica que mantenían ambos, y su lista de razones por las cuales no debería de estar celosa de lo mucho que estaban acostumbrados a estar pegados el uno del otro. Era consciente de que acababa de volver con algo-torpe-en-la-vida McCall y bien podría haber sido reemplazada dentro del horario habitual de Scott, durante los últimos meses separados, por Lunares Stilinski, pero no dudaba de que la situación fuera al revés y el chico solo había recuperado lo que tenía en un inicio; eso no significaba que también fuese desplazada de forma romántica, pero aquella parte irracional y celosa que se esforzaba por mantener en línea intentaba hacerle creer lo contrario, aunque las pruebas estaban ante sus ojos.

— Por supuesto que no puede dormir, Scott, son esas cosas de omega—habló Lydia, la voz de la razón.

Todos dirigieron su visita a ella en una pregunta silenciosa, y la pelirroja solo suspiró como lo hacía al darse cuenta de que ninguno entendía en lo más mínimo de que hablaba —que era algo frecuente entre ellos—, enfocó su visita solo en ella y Scott, como si estuviera decepcionada de ver que ambos eran quienes estaban más confundidos al respecto.

— Lo que pasó el día del juego no fue hace mucho y, para los omega, ser atacado es un tema serio, lo toman como algo realmente personal, aunque no tengan cachorros. Estar en un lugar que consideraba seguro antes de ser capturado y separado de su manada, para ser torturado poco después, debió ser un golpe bastante preciso en contra de su psicología. El juego debió dejar salir sus instintos al máximo con la euforia de haber ganado, su omega todavía debe estar aterrado por la idea de descuidarse de nuevo o estar solo, así que es claro que no puede dormir—una vez terminó de hablar, retomó su trabajo y dejó de observarles.

   Oh, no había pensado en eso. Estaba tan distraída, esforzándose por no juzgar en silencio a su pareja y su respectivo mejor amigo o llenarse de ideas erróneas, que pasó por alto analizar la situación desde afuera y caer en cuenta de que solo ellos tres —Jackson, Boyd y ella— se habían extrañado por la situación o reaccionado a ella. El resto de los presentes lo tomaron como si fuese algo natural, y tal vez por eso debió suponer que era alguna clase de reacción con carácter instintivo, o que pasase de forma frecuente.

   Algunas veces olvidaba lo instintivos que podrían llegar a ser los alfa y los omega. Aunque tenía presentes las extrañas actitudes de Scott —que seguía sin entender por completo, pero no pensaba preguntar por ellas—, lo imponente que podía llegar a ser Lydia cuando se proponía algo y lo sensibles que eran ambos a los aromas fuertes que no les gustaban, también le era fácil recordar lo receloso que podía llegar a ser Stiles con todo tipo de personas —desconocidas o conocidas— y que tan arisco se volvía cuando algún rasgo no le daba confianza, como había demostrado con Jackson o en la forma en la que había reaccionado apenas conocer a Matt.

   Hablando honestamente, debería admitir que Stiles era el primer omega con el que interactuaba, no sabía mucho de ellos, por no decir que no tenía la menor idea de cómo funcionaban los de su casta. Los hombres omegas eran bastante escasos y parecían ser especialmente difíciles de encontrar estando en Beacon Hills, o lo eran más que los hombres lobo, al parecer. Así que, cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, la idea de que su abuelo fuera el causante de un daño psicológico grave en Stiles le golpeó muy fuerte, la sensación de ardor causada por celos retenidos fue rápidamente remplazada por un nudo en la garganta y un cosquilleo frío, nervioso. Terminó por mirar al suelo, en dónde se encontró a medio camino con las miradas, tristes e igualmente culpables, de Erica y Boyd, quienes habían estado presentes durante el altercado.

   Aunque los tres sabían que no tenían culpa, porque Stiles les había repetido eso mismo por lo menos un millón de veces durante los últimos dos meses, la culpabilidad de tener al menos un poco que ver en ello o de encontrarse tan cerca como para intentar hacer algo todavía les estaba quemando por adentro —aunque en su caso, ella no se enteró hasta después de pelear con Erica por ello y la nombrada, junto a su novio, se encontraban tan atados como aterrorizados cuando pasó—.

— Tu alfa debe de estar volviéndose loco por mantenerlo a salvo después de perderlo, de dejar que le capturasen de esa forma. Puede que se sienta dolido por no haber protegido a su familia y ahora lo esté compensando sin que te des cuenta —continuó Lyds, al notar que Scott también ponía cara de perrito culpable—. Su instinto le hace buscar seguridad, debe de sentirse a salvo porque tu aroma le indica familia y accede fácilmente a dormir contigo. Tal vez le vendría bien quedarse por las noches en la habitación del Sheriff cuando él no está o quedarse contigo y tu madre, con todos los casos por esta cosa atacando, todo el trabajo que tiene que hacer para que no se lancen unos sobre otros y el TDHA no le deja oportunidad de estar con ninguno y de esa forma no podrá dormir nunca.

   La expresión de Lydia trataba de ser indiferente, tenía la vista enfocada en la laptop con la que trabajaba transcribiendo los archivos del bestiario a un lenguaje más entendible para el resto de ellos, ya que le parecía aburrido realizar su búsqueda como los demás y tenía esperanza de encontrar lo que era. Igual a ella estaba Jackson, quien fingía no poner atención, pero los escuchaba desde que Derek mencionó despertar a Stiles; llevaba viendo la misma parte de la página que el omega le pidió revisar y se suponía se había negado a leer —aunque realmente la había abierto apenas notó que no le ponía mucha atención por vigilar que Derek y ella no comiencen a pelear—.

— Gracias, Lyds —respondió Scott con una sonrisa tan sincera y aliviada que le cegó por un momento. Lydia asintió, como si eso no fuera nada, pero enterró la cara en su investigación. El resto de los chicos no tardaron en seguir su ejemplo e intentar disimular, todo por pretender que no les parecía importante el asunto y seguían sin tolerarse los unos a los otros, aunque estuvieran confinados en un loft amplio y prefiriesen mantenerse juntos, carca del sofá. Excepto por Erica, que no tardó buscar su teléfono celular para tomar una fotografía de los chicos antes de seguir con lo suyo.

   Ella sonrió como un reflejo a la sonrisa de Scott, el nudo de su garganta pareció aflojarse un poco y esa sensación suave de alivio se sintió mutua cuando sus miradas coincidieron. Los sentimientos cálidos que se transmitían a través de sus ojos de cachorro se exteriorizaron para ella y fueron acompañados por esa sonrisa tranquila y positivista, hasta que consiguieron mezclarse con los suyos y lograron calmarles un poco más. La sensación tranquilizadora le atrajo tanto que ella no dudó en acercarse a ambos y recargar la cabeza sobre su hombro, tenía la necesidad de expresar lo encantada que estaba de Scott, de sus expresiones sinceras llenas de alegría y, ahora que ambos buscaban algo de armonía, podrían disfrutar la sensación de permanecer más juntos que antes, de una forma diferente de la que comenzaron.

   Al igual que en cada uno de sus momentos con Scott, deseó que la pequeña burbuja de paz en la que se encerraron durase para siempre y les mantuviese lejos de los seres sobrenaturales, un legado de cazadores o apartados de sus problemas adolescentes, solo eran ellos, estaban seguros y podían ser felices. Y, contradictorio a su deseo, en cuanto completó su movimiento la burbuja completa se reventó, y todo a su alrededor quedó congelado.

   Stiles se removió con clara incomodidad entre los brazos de McCall y solo con ese movimiento bastó para que todos en la habitación se quedaran reteniendo la respiración.

   Sarcasman comenzó a esforzarse por parpadear y mirar a los lados, aturdido.

Ella retuvo un chillido asustado en su garganta.

   No quería ver a nadie por miedo a encontrar en sus expresiones algún nivel bajo o grande de deseo homicida, así que su mirada quedó enfocada en el apenas despierto Stilinski, al igual la de todos los demás. En secreto podría ser que estaban rezando —al igual que ella— porque no se despierte por completo o para que vuelva a dormirse, por alguna razón que ninguno tenía tiempo para entender ni realizar un análisis.

   A pesar de toda la tensión que se estaba acumulando en el aire, Stiles permaneció ajeno a todo y solamente volteó para mirarla, aún medio dormido. Le pareció que el chico no estaba consciente de lo que pasaba, pero no por ello se sintió menos preocupada.

   En un movimiento suave y lento el omega estiró su brazo por debajo de los de Scott. Su corazón se aceleró más de lo asustada que estaba al creer que había hecho alguna cosa mal y estaba por recibir alguna reprimenda, cerró los ojos esperando a recibir por lo menos un jalón de cabello o un coscorrón, que ya había visto antes al mismo joven dándole a Jackson con un periódico en la nariz y ya esperaba verse como la siguiente. Pero los segundos se fueron rápido y lo único que sintió fue el aterrizar ligero de su mano en su rostro, para sentir como proseguía a moverla de forma suave.

   No había sido brusco en lo absoluto; le removió la mejilla del hombro de Scott con mucho cuidado y al caer en cuenta de lo que intentaba abrió los ojos para comenzar a enderezarse e intentar volver a su lugar inicial. El chico frunció el ceño ahora con los ojos más cerrados que antes, pareció notar que se aportaría de ellos y en consecuencia hubo un pequeño puchero que se juró no olvidar nunca en su vida, porque Stiles Stilinski podría llegar a hacer muecas extrañas o expresiones exageradas, pero nunca en la vida hacía pucheros.

   Lunares afirmó un poco el agarré a su rostro para comenzar a acercarla, en vez de buscar alejarla, y continuó guiándola de forma perezosa, su corazón comenzó a descender el ritmo y su mente se nubló de confusión hasta que su cabeza quedó sobre algo cómodo y la mitad superior de su cuerpo quedó acostado. Su cerebro, en cambio, quedó reiniciando el sistema.

¡No podía ser verdad!

   ¡Stiles de verdad le había recostado sobre su pierna y la de Scott!

   Se quedó sin palabras y su mirada sorprendida coincidió con la de Scott cuando abrió ambos ojos. La calidez del hombre lobo estaba en su cuerpo entero, se pasaba a ella como un calmante, pero después le miraba cada vez menos sorprendido. El rostro del chico estaba cada vez más sonriente, hasta el punto en el que creyó ya no distinguir sus ojos. ¡Dios!, ahora mismo parecía que él emanaba luz propia de lo feliz que se encontraba, la sonrisa de su cara era tan grande que podría hacerse pasar por una ráfaga solar directamente a los ojos.

   Se giró de su posición intentando no ser demasiado brusca, para observar a los demás con la intención de guardar sus reacciones para el resto de su vida como parte de su colección de momentos épicos agradables. Captó la sonrisa sincera y llena de ternura de Lydia, el puchero indignado claramente envidioso de Erica y los ojos de cachorro de Isaac sin interpretación fija.

   Antes de que volviera a recordar lo que le hacía sentirse culpable hace unos momentos, sintió a Stiles acariciar su cabello de forma torpe debido al sueño, volvió a cerrar los ojos y con ello la calma se instaló en su cuerpo una vez más al concentrarse solo en sus movimientos. Recordarse que era un omega solo causó que finalmente pudiese notar que el aroma suave en su nariz y las caricias lentas eran tal y como lo haría una madre con uno de sus cachorros.

   Escuchó a Stiles bostezar y lo sintió acomodarse, los tres se quedaron quietos cuando no hubo otro más y su respiración comenzó a ser lenta. Al fin volvió a dormir.

— Creo que eso significa que estás perdonada y ya puedes dormir en tu novio, para que no estés tan celosa de nuevo—dijo Lydia a forma de burla, pero ella solo sonrió.

   Había una sensación cálida recorriendo su pecho y le parecía algo familiar, al encontrarse recostada ahí nuevamente estaba en una burbuja de felicidad, pero ésta era diferente al ser la primera vez en que estaban los tres en ella, no había solo Allison y Scott o Scott y Stiles, y eso le pareció perfecto. El aroma del chico se sintió notorio para ella por primera vez, era tan suave que apenas podía distinguirlo, pero le pareció reconfortante descubrir que ese aroma en particular, esa mezcla de él y su pareja haciendo juego con las caricias apenas perceptibles o la mano de Scotty en su hombro, le recordaba a su hogar.

   Disfrutó de la cercanía mientras tomaba de vuelta su parte del libro de los Argent y continuaba con la investigación junto a los demás.

   Le recordaba a mamá, y por primera vez, eso no le hizo sentir triste, ni le molestó. Solo lo disfrutó.


¬ × ¬

Si quieres apoyar esta historia, no olvides dejar tu voto, comentarios entre la lectura planteando tus impresiones o agregando a la obra a tus listas de lectura. Por favor, no se limiten a dejar mensajes frívolos exigiendo una pronta actualización y animen al autor con comentarios respecto a la obra.

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top