" Has sido seleccionado.

Hemos visto tus capacidades como delantero. Isagi Yoichi queda cordialmente invitado a visitar nuestras instalaciones"

Es de mañana cuando Isagi recibe una misteriosa carta y procede a abrirla en frente de sus distraídos padres. 

- Ésto...

Aún no lo puede creer, apenas hace algunas semanas terminó perdiendo junto a su equipo quedando fuera de la nacional en la primera ronda. En ese entonces había declinado su oportunidad de anotar un gol debido a sus pensamientos mediocres de camaradería, exacto, en vez de anotar un gol el mismo ilusamente pensó en las palabras de su entrenador y todo ese parloterío de que en el futbol eran once y no sé que otras sandeces, como resultado terminó entregando un pase que fue desaprovechado y por supuesto al final terminaron perdiendo.

Isagi aún recuerda la sensación de no haber dado todo lo que tenía en la cancha, en ese entonces cuando vió al delantero del equipo rival ser entrevistado, el simplemente pensó y siguió reprochandose a si mismo " Si en ese momento solo hubiera decidido tirar yo"

Él entrenador dió un sermón conmovedor a los perdedores, sermón el cual Isagi perdió puesto que terminó disociandose de la realidad. Es un Omega mediocre con un entrenador mediocre, compañeros mediocres, en un país mediocre. Desde un principio le fue negado la oportunidad de jugar fútbol por pertenecer al género Omega, sin embargo Isagi siempre se mostró perseverante a ello y gracias a su persistencia logró llegar a presentarse al menos en una cancha. Cuando todos se mostraron renuentes a aceptar un Omega, el decidió extirpar sus glándulas que lo hacian oler como uno para así evitar confundir a sus compañeros Alfas, decidió utilizar inhibidores potentes y parches de olor. El dejó  a un lado su propio yo para nunca jamás rendirse con sus sueños

Siempre ha querido ser el mejor delantero del mundo, no quiere que algo tan banal como su segundo género sea un posible impedimento.

Pero entonces un día...

- ¿ Yoichi Isagi? Bienvenido seas a nuestras instalaciones, Blue Lock está felíz de recibirte.

Jimpachi Ego es un hombre excéntrico, su expresión desinteresada y mirada analítica incomodan a Isagi, aunque aún así no se deja amedrentar. El ha venido aquí por respuestas y este hombre mencionó en su misteriosa carta que todo ésto era solo fútbol. Isagi quiere escucharlo.

Isagi permanece de pie junto a cinco jugadores a su lado, todos ellos sin entender porque razón fueron seleccionados. Algunos rostros son reconocidos, al parecer todos son delanteros. Frente a ellos Jimpachi Ego permanece sentado sobre un sillón de cuero, con sus dedos unidos frente a sus ojos, él parece analizarlos.

- Se preguntarán la razón por la que están aquí, la respuesta es muy simple. Todos ustedes son Omegas y su única alternativa para sobresalir es Blue Lock.

¿ Qué?

Isagi es tomado por sorpresa, la voz monótona de Ego se reproduce una y otra vez en su mente, lo mira con los ojos abiertos de par en par y posteriormente dirige su atención a los demás jugadores a su lado. Él escuchó bien, en el interior de ésta oficina, esos cuatro restantes delanteros, todos ellos también son Omegas.

- Es bien sabido que como Omegas nunca han sido tomados en cuenta en cuanto a fútbol hablamos - Ego empieza con su discurso - es un tanto injusto sabiendo que cuando hablamos de habilidades ustedes no están muy lejos de sus pares los Alfas. Cuando hablamos de técnicas ustedes no poseen nada que envidiarles a éstos, sin embargo.- Los lentes de Ego brillan y ocultan su siniestra mirada- El futbol nacional los ha vuelto un cero al lado de éstos, en el futbol y ante el mundo los Omegas siempre han sido un cero en ésta sociedad. Futbol, medicina, maestría, directiva, o lo que sea, los Omegas fueron desplazados al final de todas éstas áreas, opacados, sometidos, incluso cuando lograron triunfar sus logros fueron otorgados a sus actuales parejas así como también a sus padres, nunca a nombre de un Omega. Ahora omitamos lo demás, estamos aquí por el futbol. De todo el fútbol nacional ustedes son los únicos delanteros Omegas que han ganado mi interés, ésto es fantástico, mis pequeños diamantes en bruto es bueno que hasta este momento no se hayan rendido, yo, Jimpachi Ego les prometo que todo ésto es una estupenda oportunidad para ustedes.

El discurso de Ego finaliza con sus vacíos ojos puestos sobre Isagi, quién traga saliva con fuerza. Él siente que lo que sea que este hombre tenga en mente será lo que el en su corazón desea.

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