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Cuando estos se aburrieron se despidieron de él con burlas, Sam como pudo intento levantarse ignorando completamente el olor de su mate muy cerca del lugar, intento levantarse y cuando por fin lo logro con ayuda de la pared, un vampiro lo veía con sus fríos ojos azules, lo sintió a varios kilómetros lejos como es que había llegado tan rápido?, Dejo eso de lado, ya que ni siquiera podía pensar bien en su situación, la cabeza le daba vueltas y su cuerpo le dolía.
Y sin decirse palabra alguna este cargo a su amigo inconsiente en su hombro, Sam lo miró sorprendido pero relajo su mirada y sonrió al piso tratando de ocultar su sonrisa.
Ambos se dirigieron al auto del moreno, el vampiro recostó en los asientos de atrás al humano y ayudo a su mate a subir al auto ya que este con trabajo se mantenía de pie. Una vez todos dentro de dirigieron a la casa del vampiro ya que Sam ni siquiera podía pensar con claridad lo que había pasado.
Cuando estos llegaron una simpática señora los recibió y si su memoria no le fallaba era la reina vampiro Sofía, madre de Blake, está apenas vio al lobo frunció el entrecejo y ayudo rápidamente al chico, el lobo se tocaba constantemente su estómago el cual fue el que recibió la mayoría de los impactos, en su frente caía una línea roja, y su mejilla morada además de las hematomas en sus brazos y piernas alertaban de sobre manera a esa simpática mujer.
Sam: l-lamento l-llegar así reina...
Sofía: no cariño, que bueno que llegaste, aquí te curaremos tu solo recuesta te.
Sam agradeció con una pequeña sonrisa y con mucho trabajo pudo recostarse en aquella cama, justo alado suyo estaba su amigo y apesar de verlo desmayado y con las mismas heridas que el no pudo evitar pensar la cantidad de veces en las que tuvo que pasar por esto, una fina y pequeña lágrima cayo de su ojo, siendo notado al instante por su mate aunque no dijo nada, solo apretó los puños en silencio.
La mujer se quedó a cuidar de ambos hasta que llegó el brujo, pero Blake no había regresado desde aquello, y a decir verdad deseaba verlo, no sabía si para agradecerle o simplemente anelaban el verlo.
Había llamado a su padre Ethan y le comento que se quedaría a dormir en casa de un amigo, este acepto y también le comento que Teo estaría con él para que no se preocupara, al terminar la llamaba no pudo evitar gemir del dolor, era realmente doloroso el que cada vez que se sentaba sus costillas le dolían, creo que se les habian roto algunas. Giro un poco su rostro y pudo ver a su aún inconsiente amigo, negó mientras se tomaba el cabello, el era hijo de los alfas en su manada, y apesar de ello no podía defenderse ni defender a sus seres queridos, se sentía tan impotente que quería largarse a llorar y aventar todo, como si no le importaría nada, pero de qué serviria?, Sus acciones eran inútiles como su existencia misma, o por lo menos eso es lo que pensaba.
Claramente escuchó la puerta abrirse pero estaba tan metido en sus pensamientos mientras lloraba que solo se dió cuenta cuando hizo ruido el que había ingresado a la habitación no era Sofía si no Blake.
Sam rápidamente se limpio las lágrimas y evitó su mirada en todo momento, quería agradecerle, agradecer que si no fuera por el, no sabría que hubiera hecho en ese momento. El vampiro lo miraba atentamente analizando lo mientras apretaba sus puños y su quijada se apretaba.
Sam: yo... Gracias por ayudarme, no eres un mal chico...
Blake: no deberías de agradecer, cualquiera hubiera hecho lo mismo.
Sam: no cualquiera lleva a un desconocido a su casa y lo cura, y sobre todo a dos.
Blake: no eres un desconocido.
El chico lo había susurrado pero fue claramente escuchado por la gran audición de Sam, pero pareciera que el chico hizo ese comentario a propósito. Sam volvió a tomar sus costillas con aferró tratando de aliviar el dolor, aunque claramente esto no era eficaz.
Blake: ten bebe esto.
El tatuado había mordido su dedo índice haciéndolo sangrar poco a poco, solo eran pequeñas gotas pero Sam no tenía muchas ganas de hacerlo.
Blake: vamos solo hazlo, confía en mí, o sera que tienes miedo lobito?
Ante aquella burlesca pregunta Sam lo miró enojado y sin más colocó sus suaves y carnosos labios en el dedo del chico, succionando aquel líquido espeso que salía de el. Solo había tomado un poco pero cada vez que lo hacia el sabor se volvía más delicioso y se empezaba a sentir bien, como si todas las heridas se estuvieran curando, y justo cuando le empezaba a gustar sintió como este se le era arrebatado.
El chico sin decir una palabra salió de la habitación dejando a un extrañado y molesto moreno en la habitación, pero lo que no sabía Sam es que Blake había salido rápidamente ya que al ver tal escena no pudo pensar en otras cosas indebidas con aquel tierno chico.
Esto es peligroso... Pensó con un ligero sonrojo y fruncía el entrecejo el tatuado.
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