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Sam tenía la idea de que quizá no existía una vida de ensueño, pero si estás con las personas que amas podría parecer algo muy similar, no como un sueño sino la realidad.
- ¡Hijos ya está listo el desayuno!-
Hoy era un día como cualquier otro el papá Sam, de nombre Cris, despertaba desde muy temprano a sus hijos para ir a la escuela, los hermanos a esa hora de la mañana se peleaban o en todo caso su papá Cris lo hacía con ellos por su tardanza. Sam es el mayor entre los hermanos y aunque era adoptado su familia siempre lo había recibido con un inmenso amor y cariño y este era recíproco, ya que Sam amaba profundamente a su familia.
-Vamos Bobby, levántate-
Sam desde una edad temprana era el "encargado no oficial" para levantar a sus irresponsables hermanos, aunque la pereza siempre fue un obstaculo en sus mañanas, nunca incumplia su deber de despertarlos. Sam lanzó una almohada hacia su hermano, el chico dormía en la cama de a lado por lo que no le era muy difícil a Sam despertarlo de esa manera.
-Tu igual Gerardo despierta-
Un golpe se escucho desde arriba de la litera, el chico de arriba bajó la cabeza dejando ver solo su cabello y ojos, su interesante y chistoso cabello revoloteaba a su gusto sin alertar en lo más mínimo a su dueño que aún entrecerraba los ojos a causa de la somnolencia.
-... Cállate-
Sentenció el joven para después volver a escuchar el típico sonido de sábanas deslizándose, un suspiró se escuchó desde abajo, Sam se levantó de su cama sin mayor demora, mientras que pensaba que así eran todos los sus días, este se estiró un poco, bostezo y tomo sus cosas para ir al baño no sin antes colocar el despertador para que sonara exactamente en 10 minutos.
Sam se ducho rápidamente y se cambió de ropa dispuesto a ir a la universidad, cuando salió vio a sus hermanos ya levantados mirándolo con reproche. Sam sonrió con suficiencia y salió de la habitación a paso rápido.
La casa era cálida y muy acogedora, no era muy grande pero era lo suficientemente amplia para albergar a esta numerosa familia de lobos, lamentablemente esta familia sufrió un contratiempo repentino.
Hacía algunas semanas uno de los hijos menores de esta familia de nombre Gerardo había "jugado" un poco en su habitación lo cual desencadenó a un desastre que involucra el agua, a causa de esto su habitación quedó inundada, y no conforme con ello esta se filo inevitablemente por la habitación consiguiente a la suya, la cual era de uno de sus hermanos mayores de nombre Bobby. Para solución de la problemática Sam tuvo que ceder su habitación para que sus hermanos descansaran mientras que arreglaban la habitación de ambos.
-Oh padre ¿sabes dónde está papá Cris?
Los padres de Sam eran ambos hombres, Ethan era un orgulloso y distinguido líder de los lobos de la manada de fuego, un alfa bastante apacible y amable, algo raro entre su categoría, pero que amaba profundamente a su familia y pareja; por otro lado, su esposo Christian era alguien bastante inteligente y cariñoso algo perfecto para ser la respetada luna de su manada, esparciendo su positividad en cada momento y encontrando soluciones a los problemas que se presentaran en su manada.
-Debe de estar abajo terminando de preparar el desayuno, así que ve a comer, yo despertaré a tu hermana Nidia-
-De acuerdo padre.
Sam bajó las escaleras en las que después de un instante pudo apreciar a su propio papá, el hombre parecía un hombre delgado pero esbelto y elegante; entre sus manos descansaban dos platillos con deliciosos desayunos balanceados, en ellos se podía apreciar el amor y dedicación del hombre sobre la alimentación de sus hijos. El hombre de cabellera roja levantó la mirada al escuchar los pasos, su sonrisa se ensanchó gratamente al ver a su primer hijo bajar por las escaleras.
-Buenos días, ven cariño ya está listo el desayuno-
-Buenos días papá, ¿cómo amaneciste?-
Sam dio un paso adelante hacia el hombre para depositar un beso rápido en su mejilla, la comida emitia una fragancia deliciosa que parecía volverse irresistible para el moreno, el cual tomó asiento con rapidez mientras deslizaba un plato frente a él.
-Muy bien hijo, aunque estoy pensando seriamente si bajar a chanclasos a tus hermanos-
El papa de Sam era bastante amigable y juguetón, Sam podía recordar vagamente como su padre Ethan contaba sobre su vida de jóvenes y como este par se había conocido, explicando en innumerables ocasiones que antes su amante era bastante tímido y antisocial; pero en la actualidad no se podía ver aquella personalidad tímida y nerviosa de la que tanto hablaba Ethan.
-Buenos días papá.
Bobby era el más alto de la familia aun desarrollándose con el pasar del tiempo, el chico prefería la tranquilidad, algo que de alguna forma contrastaba muy bien con su apariencia, tomando el rol de mediador entre las peleas de sus hermanos, y en muchas ocasiones un rol autoritario cuando sus padres no estaban. Como tal Bobby entregó un cariñoso abrazo a su papá Cris y una dulce sonrisa a su hermano mayor.
-¿Y Gerardo?-Pregunto con curiosidad Sam-
-Estaba en el baño cuando yo salí, supongo que ya debe de estar viniendo-Murmuró con una ligera sonrisa aquel pelirrojo-
-Hey! Ya llegamos, buenos días familia, ¿ah?, ¿Dónde está mi dolor de cabeza andante?-
Por las escaleras iba bajando el otro padre de aquella familia mientras que éste sostenía a una dulce y pequeña niña de nombre Nidia. La menor de la familia era mimada por todos, era la princesa de la casa y como tal siempre era la mejor cuando recibía regalos, como tal su personalidad inocente pero decidida era algo que provocaba la ternura de todos en la manada.
-Buenos días hermano mayor-dijo aquella pequeña niña-
-Buenos días hermanita, ve y saluda a tu papi, anda-
Sam como el resto no se resguardo sus dulces palabras hacia la niña y le dio un beso en la mejilla. Nidia no dudo en correr hacia su padre y desearle los buenos días, repitiendo el mismo proceso con su otro hermano, el cual al final la levantó para ayudarla a sentarse en su silla.
- ¡Ya llegue!-
Grito con pereza el adolescente, cuando llegó al final de las escaleras el padre Ethan tomó a Gerardo de los hombros y lo condujo hacia la mesa con una sonrisa, el era su dolor de cabeza...
-Vamos chicos hoy hay escuela y tenemos la fiesta de Amely-
-¿Amely?-
- ¡Si, si! La hermana de Teo, ¡Hay que ir!-
-Tranquila hermanita te vas a atragantar si sigues gritando-le dijo Gerardo a la pequeña-
La niña se tapó la boca rápidamente y siguió comiendo con una sonrisa, la familia empezó a desayunar tranquilamente dando algunos avisos de la manada, algunos lo ignoraban o simplemente no le prestaban tanta atención a su padre quien era el que daba tales avisos.
-Bien chicos faltan 20 minutos para la escuela tomen sus cosas hoy los llevará su padre y Sam-
-¡Pido ir con nuestro padre Ethan!
Contestó rápidamente el chico de cabellos oscuros mientras levantaba la mano, Sam a su lado rodó los ojos mientras tomaba sus cosas y las llaves del auto.
-Bien me llevaré a Gerardo y Nidia tu puedes llevarte a Bobby de todas formas sus escuelas son muy cerca una de la otra-
- Okey padre- contestó el moreno de mala gana-
-Esperen antes vengan aquí-Anunció el padre Cris con una sonrisa-
Todos sonrieron mientras se acercaban al papá de cabellos rojizos, uno a uno se comenzaron a abrazar con cariño siendo este último su otro padre, Christian no se contuvo en darle un enorme beso en la mejilla antes de que cada uno de fuera, disfrutando de la agradable sensación cálida que surgía desde su corazón.
Cuánto amo a mi familia... Pensó Sam en una sonrisa.
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