Capítulo 6



Narra Gulf:

Sentí tan mío a Mew en ese momento y todo mi cuerpo gritaba que quería ser suyo, pero al parecer debo esperar un poco más. El único problema que veo, es que mi cuerpo se siente rechazado por Mew y de alguna manera, me hace sentir débil, como si me estuviera enfermando.

- ¡Gulf! - Si Lhong no tuviera buenos reflejos, habría caído al piso.

- Me siento débil. - Logré decirle.

- Te sacaré de la universidad, nadie debe verte así.

Me sentía tan mareado, mi cabeza daba mil vueltas por segundo, no sabía dónde estaba, pero no era en mi casa. Parecía el hotel del pueblo, el único lugar donde él y yo hemos estado solos, ya que Mew es el primero que entró en mi refugio, y solo él puede estar ahí.

Me quedé dormido, es todo lo que recuerdo, y tuve un sueño muy extraño, en el que mis padres me obligan a casarme. Sé que estaba siendo forzado porque no era Mew el que me esparaba, y mi corazón se destrozaba a cada paso más cerca de ese alfa.

- ¡NO! - Desperté gritando.

- ¡Gulf! Está bien, estamos en el hotel.

- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?

- Casi seis horas... ¿Por qué estás tan débil? ¿Es por el alfa que está en el pueblo?

- ... - No dije nada, porque sí es por Mew.

- Dime la verdad, ¿te ha rechazado? ¿Por él estás así?

- Ya que hablamos de decir la verdad, porqué no empezamos con tu verdadera identidad.

- ¿Y ahora de qué hablas?

- Ya deja de fingir Lhong, si es que te llamas así... Ya sé que eres un alfa, así que puedes decirlo...

Todo su rostro reflejaba preocupación, se puso hasta blanco por la sorpresa, le hablé tan golpeado por mi enojo. Incluso mi mirada fija en sus ojos le exigían la verdad, pronto lo veo respirar profundo y sé que está listo para explicarme sus mentiras.

- Estoy haciendo esto por protegerte Gulf.

- ¿A mí? ¿Ahora quieres echarme la culpa de tus mentiras?

- No te estoy echando la culpa de nada, solamente digo la verdad.

- Si eso es cierto, ¿cómo te llamas?

- Mi verdadero nombre es Ja...

En ese instante parecía un juguete al que le habían dado cuerda para hablar y empieza a contarme una historia digna de telenovela. Por unos minutos no podía creerle, pero después me contó otra cosa que confirmaba lo que me había dicho, así que tuve que confiar en él, por ahora.

Llegamos a casa muy entrada la noche, por lo qué mis padres ya habían hecho un gran espectáculo, llamando incluso a la policía. Ja les explicó que no me sentía bien y que me llevó a un lugar donde pude descansar, literalmente, me salvó de la ira de mis padres.

- Nuevamente me disculpo por no llamarles.

- No te preocupes hijo, muchas gracias por cuidar de Gulf.

- Oye, descansa; aún tenemos cosas de que hablar.

- Gracias Lhong. - Tuve que disimular, ya que según me explicó Ja, mis padres aún no lo saben.

Fui a la cocina para comer algo, me sentía cansado, hambriento, pero sobre todo, sorprendido por tanta información para procesar. Recibí un mensaje de Ja, diciéndome que me agradece por no decir nada; aunque para mis padres, parece que nunca se les acaba el drama.

- Se puede saber, ¿cómo se te ocurre preocuparnos así? - Me reclamó mi mamá.

- Mamá hoy no por favor, me duele la cabeza y tengo mucho sueño.

- Eso te pasa por no tomar tus supresores.

- ¿Qué quieres mamá? ¡En verdad me siento mal!

- Últimamente no sé nada de ti... Y te advierto, que el día que pierdas tu virginidad con un alfa que yo no haya escogido, ese día dejarás de ser mi hijo.

- Bien, si eso es todo, ya me voy a dormir... ¡Contigo hasta el hambre se me quita!

Iba tan furioso para mi habitación, es increíble lo que me dijo, se supone que yo pasaré el resto de mi vida con ese alfa. No es justo que ella deba escogerlo y por mucho que ame a mis padres, ellos no controlan a mi corazón y este ya escogió con quien quiere vivir para siempre.

Narra Ja:

Hay tantos secretos en este pueblo, parece que aparte de estar oculto, también oculta muchas cosas que los jóvenes no podemos decir. En fin, mi nombre es Ja y soy un alfa, se lo he ocultado al mundo entero, incluidos mis padres, el único que lo sabía, es mi mejor amigo, Mew.

Tuve que ocultarlo, porque cuando era un niño, escuché los planes que tenían para mí en caso de que yo fuera un alfa. Entonces descubrí que Gulf y yo habíamos quedado en medio de una tormenta la cual no podríamos controlar y mucho menos lograríamos escapar.

*Hace 10 años*

- ¿Por qué tienes que irte Ja? ¡Ya no tendré con quien jugar! - Se quejó Mew.

- Daría todo por quedarme y lo sabes, pero mis padres ni nadie más, pueden enterarse de que soy un alfa.

- ¿Por qué? ¿A quién proteges tanto?

No pude contestar esa pregunta, la verdad es que decir que soy un omega, hizo que mis padres se enojaran mucho. Simplemente, sus planes se fueron al caño, y aunque se supone que vine al pueblo de los Omegas para "estar a salvo", yo sé que me trajeron porque dudan de mi palabra.

*En el presente*

- ¡TIERRA LLAMANDO A LHONG! - Grita Gulf en mi oído.

- ¡GULF! ¡¿Acaso quieres dejarme sordo?!

- Oye, llegué hace como cinco minutos y no me hiciste caso Ja.

- Define que nombre usarás, me confundes.

- Ya sé que te llamas Ja, pero estamos en una cafetería y todos aquí te conocen como Lhong.

Sí, definitivamente eso era correcto, de cierta forma, me alegra que al fin alguien conozca mi verdadera identidad. Desde que llegué a este tétrico pueblo, solamente Gulf me ofreció su amistad y me sentí como en casa, aunque la personalidad de él y la de Mew son muy distintas.

- Te ves pálido... ¿Aún te sientes mal?

- No lo he visto desde ayer, creo que por eso es que me siento mal.

- Deberías de ir a buscarlo, yo te cubriré.

Más tardé en proponérselo, que en que quisiera salir corriendo de ahí, sin embargo, se detuvo porque se desmayó. Corrí hasta él y cargándolo, lo llevé hasta su refugio, era la primera vez que entraba ahí, ¡vaya que es un lugar bastante hermoso y hogareño!

Habían unos almohadones donde lo recosté, después salí de ahí en busca de su alfa, porque es el único que podrá ayudarlo. Me refiero a que el cuerpo de Gulf se siente débil por la necesidad de aparearse ahora que encontró a su destinado, por eso solo él puede curarlo.

La mordida de un alfa crea un vínculo especial con el omega, pero también ayuda a calmar el celo, al menos hasta que quedé embarazado. Necesita que su alfa venga a reclamar su cuerpo, es lo que quitará todos sus malestares, el problema es que no sabía dónde buscarlo.

En ese momento, un recuerdo invade mi mente, es de la primera vez que sentí al otro alfa en el pueblo, y fue en la despedida de soltero de Earth. Conduje de prisa hasta llegar a la bodega y muy cerca de esta, veo a un hombre grande y fuerte, supuse que era el alfa de Gulf, así que lo secuestré.

- ¡Suéltame idiota! ¿Qué rayos te pasa?... - Me grita en mi auto y quedo impactado al ver su rostro.

- ¿Mew?...

- ¡¿Ja?!

- ¡Espera! ¿Eres el alfa de Gulf?... ¡Este mundo es tan pequeño!

- ¿Y tú eres quien me lo quiere robar?

- Al contrario, trató de salvarlo... - Le expuse sin alterarme.

- ¿Salvarlo de qué?

Entonces le explico a Mew todo lo que ha sucedido desde ayer, él parece comprender mi mensaje pero se niega a reclamarlo en esta posición. Entiendo como se siente, aún así lo llevé hasta el refugio, Mew vuelve a decirme que no, sin embargo, lo hice entrar en razón.

- Nos descubrirán... - Dice preocupado.

Yo le quité ese miedo, porque se me ocurrió una idea perfecta para cubrirlos, al menos por esta tarde y la noche. Cuando lo vi entrar en el refugio, inmediatamente llamé a la mamá de Gulf para inventarle una buena mentira, pero estoy seguro de que no los descubrirán.

- Hola Lhong, qué gusto que llames.

- Hola señora Kanawut, quería pedirle permiso, porque necesitamos unos materiales para una clase, y no los encontramos en el pueblo, así que queríamos ir a la ciudad; y no se preocupe que yo cuidaré muy bien a Gulf, se lo prometo.

- Está bien hijo, cuídense y si les hace falta dinero, llámenme, les haré un depósito.

- Si no regresamos antes del anochecer, pagaré un hotel, usted sabe que no es seguro conducir de noche.

Al final, la madre de Gulf confió en mí, aunque igual me fui a la ciudad para que nadie dudara de esto. Me quité mis protectores nasales porque ya no estaba en el pueblo y cuando iba pasando por un callejón, lo sentí, era mi omega que sería tomado por otro alfa, así que intervine.

- Este es mi omega, ¿te queda claro? ¡No puedes tomar lo que no es tuyo!

Después de darle un fuerte puñetazo, agarré la mano de mi omega quien estaba en celo y entramos en el hotel...

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