Narra Gulf:

Que Lhong no se llame Lhong ya es demasiada información; pero que a eso se le agrega que no es un omega, me dejó sin palabras. Mew no parece de los chicos que mienten para sacar beneficios sobre algo, así que creo que por primera vez en 10 años me toca desconfiar de mi mejor amigo.

- ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?

- ¿De qué me serviría mentirte Gulf? ¡Te digo que es un alfa!

- ¿Ah sí? ¿Y cómo se llama?

- ¡Pregúntaselo tú mismo! ¡Así como fue suficientemente hombre para mentirte, espero que también lo sea para decirte la verdad!

Mew no parecía molesto, más bien indignado, es increíble que el otro alfa infiltrado sea mi mejor amigo. Lhong no creció conmigo, sus padres y los míos fundaron este pueblo, pero solo conocí a su hermana desde la infancia, cuando me convertí en adolescente antes de mi primer celo, llegó él.

Ahora que lo pienso, hay muchas cosas que empiezan a encajar, empezando por los supresores que Lhong acostumbra a tener, pero que jamás toma. Además, hace dos años lo descubrí metiéndose algo en la nariz, aún recuerdo ese día como si hubiese sido ayer.

*Hace dos años en el baño*

- ¿Te estás drogando Lhong? - Bromeé con lo que vi.

- Sabes que no... Tengo problemas para respirar y esto me ayuda.

- Tú estás ocultándome algo, ¿qué es eso? - Lo vi sospechoso y se puso nervioso. - ¡Ya cálmate! Sabes que solo bromeo.

- No me asustes de esa forma, casi me sacas el corazón.

- Ten cuidado con lo que te metes en la nariz, puede afectar tu olfato y después no sentirás el olor de tu alfa.

- Claro mi alfa... - Dijo algo decepcionado pero no le di importancia.

Salimos del centro comercial donde estábamos haciendo unas comprar para prepararnos por el siguiente semestre. Lhong siempre está pegado a mí y a mis padres parece que les encanta mi amistad con él; pero hasta ahora pienso que, es el único amigo que han aprobado.

*En el presente*

- Oye, ¿en qué piensas? ¡Te dolerá la cabeza! - Dice después de chasquear sus dedos frente a mis ojos.

- Estaba pensando en algo que me dijeron, puede ser mentira o que alguien más me ha mentido.

- ¿Y de qué se trata ese asunto? ¡Si puedo saberlo!

Por más que quiso convencerme para que le dijera que sospecho que él es un alfa, mantuve mi boca cerrada como una tumba. Si lo que me dijo Mew es verdad, no puedo poner en alerta Lhong sobre esto, prefiero descubrir lo que en realidad está ocurriendo antes de cualquier desgracia.

Fuimos a la clase de la tarde como de costumbre y traté de actuar normal, no quiero que nadie sienta que estoy sospechando. Al salir, Lhong, o cómo sea que se llame, se ofreció para llevarme a casa, pero lo rechacé; aunque en ese instante no era porque sospecho de él, sino por querer regresar corriendo a mi refugio y besar a Mew de nuevo.

- ¡Me esperaste! - Me alegré tanto cuando lo vi, que lo abracé de inmediato.

- Deseaba que volvieras, pero sabes que es peligroso reunirnos así, podrían descubrirnos.

- No me importa, espero que así te acepten. - Le arranqué la mascarilla.

- ¡Tomaste tus supresores! Me alegra mucho.

- Sí, pero quiero un premio, tienes que besarme.

- ¿Y cómo quiere su premio este niño bien portado? - Finge hablar con un niño.

- No debiste preguntar eso...

Me acuesto sobre los almohadones y bajo su mirada sorprendida abro mis piernas; después lo llamo con mi dedo, mordiendo mi labio. Mew está atento ante aquella escena que no puede controlar y al ver mi dedo, lo vi tragar en seco antes de empezar a gatear hacia mí.

Esto es un asombroso sueño, Mew es un alfa fuerte, sexy y tan malditamente atractivo; pero hace todo lo que yo pida. Se acerca a mis labios, yo instintivamente cierro mis ojos y me entrego al placer que sus besos me producen, llenando mi cuerpo con chispas de lujuria.

Narra Mew:

Un alfa cerca de mi omega, no lo permitiré, no pasará de nuevo, nadie podrá quitarme a Gulf para eso tendrían que asesinarme. NuNew no era mi omega destinado, pero Gulf sí lo es y haré lo que sea necesario para que no nos separen, incluso si debo morderlo.

Jamás había hecho esto por nadie, sin embargo a él, sería capaz de dejarlo embarazado para asegurar que será solo mío. Con todos estos pensamientos invadiendo mi mente, me inclino para besarlo, pero tengo miedo de no poder detenerme.

- Mew... Bésame...

- Esto podría salir mal, porque no sabes todos los pensamientos que tengo sobre ti desde que nos conocimos.

- Dímelos después de comerte mi boca.

Hasta ahí llegó mi resistencia, Gulf es demasiado seductor para mí, esta vez sí lo besé y sin una gota de piedad para sus dulces labios. Abre su boca tratando de buscar un poco de aire para sus pulmones, pero yo lo tomé como una invitación para mi lengua y la metí toda.

- Hummmmm...

Un gemido escapó de lo más profundo de su garganta para decirme que lo estaba dejando sin aire, pero que le encantaba. Continué besándolo mientras tocaba partes de su cuerpo, hasta que me alejé cuando sentí el olor de su celo y creí que había pasado el efecto de sus supresores.

- ¡¿Mew?! - Se sorprendió cuando cubrí mi nariz, porque honestamente aún quiero conocerlo más.

- El efecto de tus supresores se ha quitado. - Dije con la voz entrecortada.

- ¿De qué hablas? ¡Me los tomé hace menos de una hora!

Entonces comprendí que como estamos destinados, eso hace que su celo aumente, provocando que los supresores no funcionen. Se disculpa conmigo, creyendo que no tomó la cantidad correcta y eso me hace empujarlo de nuevo sobre los almohadones para volver a besarlo.

- ¡Mew! ¡Hazme tuyo! - Suplica en un jadeo.

La situación en ese lugar cada vez se ponía más caliente, al punto de hacerme arder el cuerpo mientras él seguía suplicando por ser mío. Le quité su camisa, con sus ojos lujuriosos mirándome, probé sus pezones y me esforcé por abrir sus pantalones, pero de pronto hubo una llamada para mí.

- Es mi madre... - Me sentí feliz al ver su nombre porque ella me envió a los brazos de Gulf y me puse mi mascarilla para contestar.

- Hola Mew, ¿cómo estás hijo? - Gulf se arrodilla detrás de mí y empieza a besar mi oreja izquierda.

- Mamá, qué gusto escuchar tu voz, estoy bien.

Trataba de contestarle a mi madre y al mismo tiempo que mi mente ignorara lo que Gulf estaba hahaciendo con mi oreja. De repente, sus manos se deslizaron por mis brazos y entonces sí me costó mucho trabajo concentrarme en la conversación con mi mamá.

- Me alegra muchísimo que estés bien, tu tío me llamó y está feliz de que estés ahí para ayudarle.

- También él me ayuda a mí mamá.

Gulf estaba tan inquieto en ese momento, mordía mi labio inferior, mi mejilla, mi cuello y casi gimo cuando sentí su mano entrando en mis pantalones. Al principio agarré su mano esforzándome por detenerlo, pero como siempre, terminé cediendo y metí mi mano junto la suya para guiarla.

- Aahhh Gulf... - Liberé mi gemido cuando apagué el micrófono.

Sin embargo, vuelvo a callarme al instante en que él agarró mi celular, activó el micrófono y no bastándole, también el altavoz. Tenía tantas ganas de gritar que estaba gozando de su mano llevando el ritmo de la mía, pero no quería que mi mamá lo supiera.

- Hijo, ¿y ya conociste a un omega? ¡Espero que pronto vuelvas casado! - Gulf le contesta:

- Suegra, es un gusto conocerla, prometo que Mew y yo llegaremos a visitarla muy pronto; pero ahora, estamos un poco ocupados, si nos disculpa...

- Claro hijo, perdón por interrumpir.

Finalmente mi mamá corta la llamada, no puedo creer que hasta mi madre se rinda así de fácil ante un chico con manos tan suaves. Se subió a horcajadas en mí, sacó mi miembro durísimo y continuó mimándolo, así que hice lo mismo por él, hasta que nuestro orgasmo nos dejó rendidos.

Caí acostado sobre los almohadones, no podía ni moverme con tremenda descarga de placer que Gulf me hizo tener. Él se acuesta sobre mi pecho, depositando un beso ahí, repitiendo que le gusta mi aroma; luego lo vi ponerse su camisa y antes de irse me dijo al oído:

- Eres mío Mew Suppasit, tienes que morderme pronto; porque antes de que muerdas a otro, soy capaz de arrancarte los dientes, ¿te queda claro? ¡Me perteneces! - Antes de que saliera le contesté:

- Un día de estos Gulf Kanawut, nadie podrá salvarte de mis dientes, ni mi autocontrol, ni tu amigo alfa, ni siquiera una llamada en mi celular y entonces sabrás lo que se siente ser mío...