capítulo 09

El castaño se giró en su cama por décima vez consecutiva. Hace unos minutos que se había acostado para poder tomar su tan preciada siesta, pero la imagen de Jimin y Hoseok solos y en una habitación, hacía que se le revolviera el estómago de una manera indescriptible.

Sabía de antemano que Hoseok haría de todo por molestarlo, porque sabía que Jungkook jamás le había llamado tanto la atención alguien solo de vista. Y es que... El omega era todo un adonis, desde los pies hasta el último cabello de su bonita cabeza. Jungkook no sabía si solo era algún tipo de obsesión por el aspecto de Jimin, o eran los ojos de este lo que lo llamaban a querer conocer todo del chico, aunque su sonrisa era lo que más le encantaba.

—Creo que el amor a primera vista si existe —susurró cansado. Puso su mano sobre su frente y bufó molesto, para luego levantarse—. ¡Al diablo con la siesta! —se encaminó hacia la salida de la habitación.

Omega, mío. Quiero omega.

Su lobo estaba más eufórico que nunca.

No es nuestro omega.

Pronto lo será. Quiero cachorros. Ahora.

No, no, nada de cachorros. Al menos no todavía.

Que quiero cachorros, dije.

—Y yo te dije que todavía no.

Haré que su celo se adelante.

Jungkook bufó para su lobo. Habían ocasiones en las que deseaba ser un simple beta, ya que era algo tedioso escuchar como tu lobo hacia berrinches.

Su lobo siguió emocionado en su interior, balbuceando y diciendo como soltaría feromonas para su omega. El castaño lo ignoró en todo el camino que tuvo que recorrer para llegar a la habitación de Hoseok. Según el mensaje lleno de burlas que su hermano le envió, estaban en la habitación 96.

A paso rápido y con un lobo emocionado en su interior, llegó luego de un minuto.

El alfa comenzó a dudar al acercarse más a la puerta, pero su interior ardía por comprobar que su hermano no le estuviese haciendo nada al pequeño omega. Así que con sus manos sudando a causa del nerviosismo se acercó lentamente a la puerta, en la cual se encontraba grabado el gran número 96 dorado. Cuando estuvo a punto de tocar con su nudillo, escuchó un gran alboroto provenir del interior.

—¡Más, más, más! —se escucharon jadeos de una dulce y sexy voz. Jungkook supo al instante que se trataba del omega—. ¡Di-Dije que más rápido, h-hyung!

Jungkook abrió los ojos completamente, sus mejillas se colorearon de un rojo intenso cuando escuchó la voz jadeante del chico. Con más curiosidad se acercó, recostó las manos en la puerta y pegó su oreja a la puerta.

—No t-tengo mucha resistencia, Jiminie —oyó la reconocible voz de su hermano.

La mente del alfa comenzó a maquinar diferentes situaciones en las que ambos chicos podrían usar ese tipo de palabras, pero ninguna de las que se imaginó le gustó.

Jungkook, tu apestoso hermano le está haciendo cachorros a nuestro omega, has algo. Lloriqueó lleno de pánico su lobo.

—No l-le está ha-haciendo nada —tragó saliva el alfa.

Abrió más sus ojos ante el ruido intenso que se escuchaba y paró más su oreja para poder escuchar mejor.

¿No sonaba como a aplausos cuando se hacía eso?

Jungkook estaba confuso, se escuchaba como si estuvieran pegando contra el suelo, y el sabía que ese no era el sonido que se escuchaba cuando alguien...

Lo va a matar, Jungkook. Escucha todo ese ruido allá adentro. De seguro hasta arruinaron la camita.

Su lobo comenzó a aullar triste, llorando porque le habían robado a su omega.

El alfa comenzó a sentirse decaído de un momento a otro. La situación era muy confusa, pero gracias a su lobo, no podía pensar con claridad. No se detuvo a pensar en lo que le había dicho Jimin hacia unos treinta minutos.

—¿Qué estás haciendo allí? —escuchó qué alguien decía a sus espaldas.

Se apartó de la puerta rápidamente como si esta lo hubiese aventado, se giró hacia la derecha, y se encontró con un castaño con su ceja alzada y con sus brazos cruzados.

—¿No dirás nada? —preguntó de nuevo ante el silencio del más alto.

—Yo... venía a ver a Hoseok —mintió, soltando una risa nerviosa, no mirando a Taehyung a los ojos.

—¿Y por qué no tocas en lugar de estar pegado como garrapata a la puerta? —cuestionó—. Podría hasta asegurar que tus orejas han crecido —se burló.

Taehyung había llegado unos momento antes, decidido a visitar a su mejor amigo, pero vaya sorpresa cuando se encontró con un castaño con su oreja pegada en la puerta.

—Solo quería verificar que no estuvieran ocupados.

—Entonces toca.

Por un momento, Jungkook se sintió intimidado por la mirada de Taehyung, pero al ser un alfa, se recompuso rápidamente. Con todo su orgullo desbordando, se acercó de nuevo a la puerta y tocó tres veces ante la atenta mirada del castaño. No pasó ni un minuto cuando un sudoroso omega abrió la puerta.

Jimin abrió sus ojos con sorpresa al encontrarse con la figura de Jungkook. Dios, estaba hecho todo un desastre.

—Hola, Jiminie —habló Taehyung, apartando de un empujón a Jungkook y adentrándose en la habitación.

—Hola —Jimin vio como su amigo ni siquiera le daba un abrazo y se iba rápidamente hacia el interior.

—Hola, Jiminie —le sonrió hermosamente el alfa.

—Hola, hyung —sonrió de la misma manera el chico—. Pase —le invitó, moviéndose un poco para dejar pasar al castaño—. Lo siento por recibirlo con estas fachas, pero Hoseok hyung y yo estábamos creando una coreografía.

Jungkook se sintió como todo un estúpido. Claro, debía de haber recordado que ambos chicos eran bailarines, y también debió haber deducido que los golpes en el suelo se debía a eso.

Su lobo dejó de estar triste, para comenzar a aullar contento de nuevo, con la misma emoción de siempre.

—Sí, Hoseok me avisó y por ello vine a verlos —se excusó, adentrándose en la habitación.

—¡Jimin! ¡Tu amigo me quiere violar! —chilló desesperado Taehyung desde la cama de este.

Las habitaciones allí no eran para nada grandes, como esas que sacaban en las películas americanas. Todo lo contrario a lo que los demás creían, las habitaciones del lugar sólo tenían dos camas, suficiente espacio para algunos muebles, y un baño al fondo.

—¡Solo quiero ser tu amigo! —gritó Hoseok, acurrucándose más sobre el pecho del castaño.

—Iugh, estás sudando mucho —se quejó, intentando apartar al "omega".

Jimin cerró la puerta, y comenzó a reír ante la escena que su mejor amigo y su compañero de cuarto estaban montando.

Taehyung se había acostado sobre la cama en forma de estrella, calmándose al instante, pero de un momento a otro había sentido un peso encima de él, para cuando se dio cuenta, el alfa de cabello rosado lo estaba abrazando como a un oso de felpa.

—Hoseok, déjalo en paz —lo regañó Jungkook, gruñendo al pensar en la vergüenza por la que estaba pasando gracias a su hermano.

—Jimin, por favor, haz que mi hermano cierre la boca —gruñó el pelirosa, pasando una pierna sobre Taehyung.

—Sí, capitán —sonrió maliciosamente.

Jungkook lo volteó a ver confundido, e iba a preguntarle el por qué estaba de acuerdo con su tonto hermano, pero un pequeño cuerpo se abalanzó contra él, haciendo que cayeran sin piedad en la otra cama.

Jimin puso su cabeza sobre el pecho del más alto y pasó una de sus piernas sobre la cintura del mayor.

—¿Lo estoy haciendo bien, Hobi hyung? —preguntó riéndose.

Hoseok alzó un poco su cabeza soltando una carcajada—. Lo estás haciendo perfecto.

Jungkook sentía que iba a morir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top