27
—Pidan lo que quiera, Yoongi pagará la cuenta.
El mencionado entrecerró los ojos, amenazando con su mirada a Hoseok.
—¿Por qué todos sólo buscan mi dinero? —gruñó, sentándose a la par de Jimin y pasando su brazo por los hombros de éste.
—¿Lo escuchaste, Jiminnie? Yoongi piensa que sólo lo quieres por su dinero imaginario —comentó Woozi, sentándose al rincón de la mesa para seis personas en la que estaban, quedando frente a Jimin—. En tu lugar, ya habría cortado con él.
—Lo que me preocupa es el hecho de que tendré que comenzar a hacer ejercicio —suspiró el peli-negro.
—¿Por qué? —Yoongi le miró con los ojos entrecerrados—. Tu cuerpo está en excelente estado.
Hoseok había tenido la brillante idea de hacer una cita doble en una pizzería, para celebrar con sus parejas. Al parecer, el peli-rosa estaba más feliz de lo habitual, y Jimin creía que la noche anterior tuvo algo que ver.
Por otro lado, estaba Woozi, él sólo se había prendido a ellos como una pequeña garrapata, tratando de obtener un poco del delicioso alimento.
—Porque estás haciendo que coma mucha comida chatarra —respondió, recordando el que ahora tampoco podría volver a bailar como antes, ya que se saldría de la academia.
—Yo creo que quiere que tu trasero se mantenga llenito —se entrometió Woozi—. Aunque pienso que tienes buen trasero gracias al baile... tal vez me anime a hacer zumba un día de estos.
Las mejillas de Jimin se tiñeron de rosa. Miró a su alfa en busca de ayuda, pues no quería comenzar una conversación sobre su trasero con su cuñado.
—Cállate, pequeño demonio —advirtió el pálido, mirando a su hermano—, o no te compraré la cajita feliz que me pediste de McDonald's, cuando regresemos a casa.
Ahora fue el turno del omega menor sonrojarse, al tener la mirada fija de los dos omegas restantes.
—Woozi es un bebé —agudizó la voz el peli-rosa, mirando con burla al pequeño.
—Tú cállate, Hoseok, o le contaré a papá que tuviste sexo con tu novio mientras yo estaba en casa —amenazó el menor al escuchar la risa del peli-rosa.
Hoseok se puso serio al instante y ahora el avergonzado era Taehyung.
—Aún tenemos una plática pendiente con respecto a eso —Yoongi miró fijamente al alfa.
Jimin, quien se había mantenido callado durante varios segundos, aclaró su garganta, llamando rápidamente la atención del pálido. Estaban en un lugar de comida rápida para comer, no para hablar de la intimidad de su mejor amigo, aunque él también estuviese mordiendo la lengua por querer preguntarle si no pensaba que estaba yendo demasiado rápido con su futuro cuñado.
—Tengo hambre, Yoongi hyung.
Una gran sonrisa se instaló en el rostro del alfa, ansioso por complacer a su omega.
—Entonces vamos a pedir nosotros dos, vi en el rótulo que había una pequeña promoción para parejas —alzó las cejas sugestivo.
Por un momento, Jimin iba aceptar la locura del alfa, rememorando el día anterior, pues todo había sido muy gracioso y el hacer algo como eso con su alfa le llenaba de orgullo, pero una loca idea vino a su mente al ver a Hoseok queriendo abrazar a Taehyung mientras éste le pegaba en el hombro y tenía las mejillas ruborizadas.
—No, puedes ir con Hobi hyung, Yoongi —se burló.
Todos en la mesa se quedaron callados, viéndose unos a otros para terminar con la mirada puesta en el omega de cabello negro.
—¿Hiciste lo de las parejas con Jiminnie? —Hoseok se llevó una mano a su pecho—. Pensé que teníamos algo especial, Yoonnie.
—¿De qué están hablando? —preguntó un confundido Taehyung, abriendo su boca para que Hoseok metiera el dulce que le ofrecía.
—Yoongi y Hoseok siempre que vienen a un restaurante de comida rápida, se hacen pasar por una pareja de alfas víctimas de la monstruosa sociedad —contestó Woozi—. Dejaron de hacerlo cuando papá los descubrió y los amenazó con dejar de darles dinero por todo un mes.
Taehyung y Jimin carcajearon a la misma vez, viendo los rostros abochornados de su respectiva pareja.
—¿En serio hacen eso? —preguntó el castaño.
—Los combos lo valen —bufó Hoseok.
—Nos hemos ahorrado mucho dinero —continuó Yoongi.
Los hermanos se cruzaron de brazos.
—Queremos verlos —pronunció con una sonrisa Jimin.
—No es justo, ahora te tengo a ti para hacerlo. Mi omega eres tú, Jiminnie —puchereó Yoongi tratando de besarlo, mas Jimin fue más rápido, alejándose a tiempo.
—Aquí no, Yoongi hyung —rascó su nuca.
El mencionado rodó los ojos y se volvió a alejar, cruzando nuevamente sus brazos. No le gustaba para nada salir a comer en familia si con ello significaba no poder besar al hermoso omega que estaba cortejando.
—Ustedes lo que quieren es burlarse de nosotros —chasqueó la lengua, parando su mirada unos momentos en su hermano menor, quien parecía estar viendo algo en su teléfono. Yoongi sonrió abiertamente al momento en el que una brillante idea vino a su mente—. Estoy dispuesto a hacerlo, pero quiero que me des algo a cambio —dijo, mirando a Jimin.
—¿Qué? —abrió sus ojos con sorpresa— ¿Qué podría darte?
—Quiero que te quedes a dormir conmigo durante una semana completa —sonrió ladino.
Jimin negó rápidamente. —No puedo, mi padre...
—Recuerda lo que dijo Boyoung noona, Jiminnie. Lo mejor es que no interrumpas en la habitación de tu padre hasta que esté totalmente fuera de peligro —regañó—. Ahora está con su alfa, y aunque seas su hijo, ella te puede tomar como una amenaza si entras al lugar en el que se encuentra su omega apenas recuperándose.
El omega suspiro rendido, haciendo un puchero. —Está bien.
Hoseok rió al ver la escena. —¿Y tú? ¿Qué me darás a mí? —Cuestionó, viendo a Taehyung.
El omega menor frunció el entrecejo, mirándolo amenazante y con la comisura de los labios alzada. Eso fue suficiente para que Hoseok dejara de reír y tragara saliva. Se levantó velozmente y tomó a Yoongi de la mano para ir hacia donde se hallaba la señorita que recibía las órdenes.
—Yo seré el activo —avisó Hoseok.
—Ni lo pienses. Tengo un omega al que sorprender —gruñó.
—Yo también.
—Con la diferencia de que yo lo estoy cortejando —dijo, llegando a la fila para ordenar, en la que solamente había dos personas—. ¿Ya le pediste cortejo? ¿Es tu novio?
—No... —tragó grueso.
—Estás haciendo las cosas mal, Hobi —dijo, ahora preocupado por su hermano—. ¿Sabes que puedes herir a su lobo, cierto? Recuerda que la etapa de cortejo es muy importante para que un omega se sienta importante para su alfa, ya que significa que lo quieres tanto que te tomaste el tiempo para enamorarlo y hacerlo pasar por momentos únicos e increíbles —suspiró, oliendo el aroma lleno de preocupación del menor—. Sí ya te acostaste con él y no le pediste ser su novio, su lobo pensará que sólo estás jugando, ¡por el amor a todos los lobito grises, Hoseok! Ni siquiera lo marcaste.
Hoseok respiró pesadamente, sintiéndose el peor alfa del mundo. No podía creer que alguien como Yoongi le estuviese diciendo todas esas palabras, haciendo que su mente se aclarara y se enterara del grave error que cometió al ir demasiado rápido con Taehyung, sin pensar en las consecuencias.
—No planeaba acostarme con él, no aún... pero no sé qué pasó. De repente ya estábamos acostados, yo encima de él y...
—Buenas tardes, bienvenidos a Pizza lobitos, ¿qué desea ordenar?
La sonriente mujer les miró desde detrás del mostrador, esperando a que ambos chicos dijeran su orden.
Yoongi volteó a ver hacia la mesa en la que se encontraban tres omegas siendo espectadores de sus acciones, Jimin le miraba con una sonrisa bobalicona, algo a lo que el pálido no pudo resistirse a devolver, sonriéndole de la misma forma.
—Queremos el combo para parejas —habló Hoseok, con el ánimo por los suelos.
La mujer alzó una ceja, mirándolos burlesca y con una sonrisa. —¿Ustedes la pareja?
El alfa asintió. —Por supuesto. Él es el pasivo de la relación —señaló a Yoongi.
—Quiero ver que se den un beso para verificar la veracidad de sus palabras.
Hoseok miró horrorizado a la mujer, negando repetidamente mientras hacía muecas de asco.
—Esta mañana no me cepillé los dientes, por lo que no quiero hacer sentir incómodo a mi pareja —infló el pecho con orgullo.
—No les estoy pidiendo un beso de lengua.
—¿Sabe qué? Sólo deme un combo que sea suficiente para cinco personas ambrientas —dijo.
En otra ocasión, Hoseok hubiese reído e ingeniado las palabras perfectas para engañar a la mujer y así obtener lo que quería, pero las palabras de Yoongi estaban incrustadas en su revuelta cabeza.
—Les hubiera creído, de no ser por el hecho de que tu pareja está viendo embobado al hermoso chico de mejillas regordetas.
El alfa miró confundido a su hermano, ahora entendiendo el porqué Yoongi no había abierto la boca para ayudarlo. El muy tonto estaba sonriendo como estúpido, dejando que sus ojos se cerraran y que sus rosadas encías se vieran. Hoseo bufó, pegándole un codazo que hizo que el mayor se doblara en su lugar, haciendo una mueca de dolor mientras se agarraba su estómago.
—¿Qué te pasa? —cuestionó molesto.
—La señorita aquí presente —señaló a la trabajadora, quien rió negando—, quiere que me des un beso, Yoonnie —agudizó la voz, viéndole con malicia.
—Iugh, ni en tus mejores sueños te besaría —arrugó la nariz, posando su vista en la trabajadora—. Sólo queremos un combo para cinco personas, ya sabe, de esa pizza mixta —No iba a intoxicar su boca con la saliva de su hermano.
La mujer carcajeó sin poder evitarlo, divertida por la situación que estaba viviendo con esos raros, pero graciosos alfas.
—¿La pizza cuatro estaciones? —Yoongi asintió—. Muy bien, ¿qué sabores de gaseosa quieren?
—Cola cola.
—¡Sprite!
—Ponga cuatro vasos con Coca Cola y uno de Sprite.
—Ah, no, no, no. Ni siquiera lo pienses —negó Hoseok—. Mi omega consume lo mismo que yo. Ponga tres con Coca Cola y dos con Sprite —ordenó, extendiendo su tarjeta para pagar, sin recordar que Yoongi iba a poner el dinero.
—¿Desea como adicional pan con ajo?
Ambos chicos se miraron durante unos segundos. Los dos sabían que si comían pan con ajo, cabía la posibilidad de que sus omegas no quisiesen besarlos, por lo que negaron al mismo tiempo.
—No, sólo eso.
—Está bien, en unos momentos se les llevará la orden a su respectiva mesa, que tengan buen provecho —les sonrió genuina, entregándoles el ticket de la compra.
Yoongi se dio la vuelta dispuesto a correr hacia su omega para llenarle la cara de besos. No estaba muy seguro del porqué le atraían tanto las regordetas mejillas del peli-negro, pero no por eso desaprovecharía la oportunidad de poderlas tocar.
—Yoongi —Hoseok habló nervioso, tomándolo del brazo.
—¿Ahora qué pasa, Hobi?
—Sé que habíamos planeado ir al cine después de comer aquí, pero ahora tengo otros planes, los cuales involucran a Taehyung —se rascó la nuca, pensando en que debía de hablar seriamente con él castaño y pedirle disculpas por ser un alfa tonto.
—Está bien... sólo no hagan nada en casa. No con Woozi ahí —advirtió, pegándole una palmada en la espalda.
—Desde ahora, prometo hacer las cosas bien.
Yoongi asintió orgulloso de su hermano, para después ignorarlo completamente e ir hacia su omega, cumpliendo sus ganas de darle besos en la mejilla al sonrojado chico, pues las miradas sobre la dulce pareja no faltaron.
El resto de la tarde fue llenada con risas y bromas por parte de los hermanos Min, quienes se ponían en vergüenza entre ellos mismo, intentando quedar bien con sus parejas, mientras que Woozi aprovechaba cada oportunidad para sacarles dinero.
Jimin y Taehyung se sentían tan felices rodeados del calor familiar que el trío de hermanos les regalaban. Siempre habían sido ellos dos y sus familias, algo que no era mucho a decir verdad, ya que la mayoría del tiempo pasaban trabajando.
Como había dicho, Hoseok se llevó de la mano a un sonrojado, pero curioso Taehyung, ante la mirada divertida de los restantes. Jimin había reído como nunca, y por primera vez, le ganó en una discusión a su mejor amigo, gracias a la ayuda del tierno alfa que lo estaba cortejando.
Con las panzas llenas y sus corazones contentos, el alfa y el omega habían emprendido hacia el parque, intentando que la llenura de sus estómagos se disipara a cada paso que daban, siendo seguidos por un pequeño omega en busca de la billetera de su hermano.
Cada vez que pasaban en un puesto de comida o una heladería, Yoongi como buen y atento alfa, le ofrecía comprarle algo a Jimin, pero éste se terminaba negando, ya que si seguía comiendo era muy probable el que terminara rodando por el suelo. Y, claro que Woozi se había aprovechado de eso, haciendo que Yoongi le comprara cada alimento que Jimin rechazara. Hasta que hubo un momento en el que el alfa tuvo que besar apasionadamente al omega, para que así el menor se fuera, algo que funcionó.
No sabía en qué momento se le pasó por la cabeza la imagen de él dentro de unos diez años junto al pálido. Se preguntó a sí mismo si así como consentía a su hermano, también lo haría con sus propios cachorros, algo que sonrojo a Jimin. Y es que la propia imagen de él con unos cinco cachorros revoltosos jugando en el césped, mientras Yoongi y el los vigilaban desde debajo de un árbol, no era algo que se tomara a la ligera.
Jimin esperaba que el cuento de hadas en el que se sentía cuando estaba junto al pálido, jamás terminara. Porque no se creía capaz estar lejos de ese alfa que a cada minuto le repetía cuán hermoso era.
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