25



—¿Ustedes son pareja?

El beta detrás de la caja alzó una ceja, curioso ante la respuesta que el par de chicos le daría.

—Eh... —Jimin dudó unos segundos. Yoongi lo estaba cortejando, pero no tenía claro de si podría decir que son una pareja oficial a las demás personas.

—Sí, lo somos —contestó Yoongi, pasando un brazo sobre los hombros del omega, haciendo que éste se sonrojara y sonriera al instante.

El beta asintió y miró la tecleando algo en ella.

—Tenemos un combo especial deluxe para parejas, el cual cuenta con dos hamburguesas con queso derretido, doble porción de papas fritas con tres tipos de salsa, y dos vasos de gaseosa extra grande —dijo, hablando rápidamente y mirándolos directamente.

Jimin y Yoongi se miraron sin entender por completo lo que el beta les dijo.

El alfa pálido había tenido la brillante idea de ir a almorzar hamburguesas, ya que estaba consciente de que era la comida chatarra favorita del omega. Y Jimin creía que Taehyung tenía algo que ver con que el alfa lo supiera.

—¿Y el combo especial para parejas casadas? —Preguntó repentinamente Yoongi.

El omega sintió su cara arder, abriendo extremadamente sus ojos y su boca, mirando con sorpresa al alfa a su costado. ¿Qué es lo que pretendía Yoongi?

—¿Están casados? —El beta alzó una ceja, viendo sin pena alguna las manos de ambos chicos— ¿Y sus anillos?

Yoongi carraspeó, sintiendo escalofríos correr por su cuerpo ante la mirada del beta.

—No nos gusta usar nuestros anillos, ya sabe, somos una pareja muy joven, por lo que la sociedad no lo toma muy bien y mi esposo es muy sensible ante las miradas escudriñadoras de los demás —habló de manera fluida, intentando no mostrar signos de mentira—. Sobre todo porque estar en cinta es muy difícil —terminó de decir, posándose detrás del omega, descansando su quijada en su hombro y poniendo sus manos en su vientre, por encima del suéter color blanco.

El hombre de cabello negro asintió repetidamente, abriendo su boca en una perfecta "O". Las palabras del alfa pálido sonaban muy elocuentes.

—Creo que hay un combo exclusivo para parejas casadas —musitó, volviendo a teclear en la computadora.

Las mejillas de Jimin se encendieron de un tono de rojo más fuerte que el anterior, frunció su ceño y abultó sus labios, tratando de entender por qué el alfa estaba creando esa sarta de mentiras.

Esperaba una muy buena y convincente explicación.

—¡Aquí está! —exclamó—. ¿Pagará en efectivo o con tarjeta? —cuestionó.

—Con tarjeta —contestó, sacando el objeto de su billetera, entregándoselo al trabajador.

—Muy bien, le repetiré su orden —carraspeó—. Un combo exclusivo para parejas casadas; dos hamburguesas de pan grande con queso derretido, dos big vasos de gaseosa, tres mini bolsas de papas fritas y tres tipos de salsa; como extra, un recibo con descuento del 25 % en sus próximas tres visitas.

Yoongi asintió velozmente con orgullo en sus ojos. Sabía que pequeña mentira iba a funcionar, por lo que feliz por su cometido, dejó un beso en la mejilla del omega, quien aún estaba en una disyuntiva sobre cómo tomar esas acciones. Pero queriendo soltar una risa por lo descarado que era el pálido.

—Pueden sentarse, en unos momentos su orden será llevada a su mesa —sonrió abiertamente, devolviéndole la tarjeta al alfa y dándole dos recibos; uno de descuento y el otro de compra—. Muchas gracias por confiar en nosotros, esperamos que tengan un buen provecho.

Yoongi dio las gracias y guio al peli-negro hasta la mesa más alejada y privada del no tan extenso lugar.

En ningún momento quiso quitar su mano de la cintura del chico, algo que hizo que el lobo de Jimin aullara contento.

—¿Qué fue eso? —Jimin no reprimió más sus ganas de reír.

—¿El qué? —Se hizo el desentendido, con falsa inocencia.

Ambos chicos se sentaron frente a frente. Jimin suspiró, sintiéndose un poco cohibido de manera repentina al estar finalmente a solas con el alfa, recordando que era una cita... su primera cita.

—Eso de que somos una pareja joven de casados con temor a que dirá la sociedad —rió divertido.

—Oh, eso... pues con Hobi siempre lo hacemos —confesó, alzándose de hombros.

—¿Con Hobi hyung?

—Sí, siempre que queríamos obtener beneficios especiales en la pizzería, decíamos que éramos pareja.

El omega le miró asombrado, prestando mucha más atención.

—Pe-pero... ¿cómo? —cuestionó sin salir de su sorpresa—. ¿Les creían? Ustedes son alfas...

—Exacto —le guiñó un ojo, recostándose sus brazos sobre la mesa y dedicándole una sonrisa ladeada—. Decíamos que éramos una pareja de alfas escondiendo su relación de las críticas de los demás.

—¿Y también decía que él estaba embarazado? —arrugó sus cejas, reprimiendo una carcajada.

—No, es que él no se vería bonito embarazado, en cambio tú... —soltó sin ningún tipo de vergüenza, intentando avergonzar al menor, y vaya que lo logró.

—¡No diga ese tipo de cosas así como así! —chilló, apartando su mirada.

Yoongi carcajeó, pero no insistió... por ahora.

—Muchas veces lo pensamos, pero es muy raro el que un alfa quede en cinta, por lo que sería poco creíble —dijo, respondiendo a la pregunta sarcástica anteriormente hecha por el peli-negro.

—Wow~ Ahora sé cómo es que entró a la academia sin ser descubierto —dijo con tono suave—. Es muy bueno mintiendo... ¿debería de preocuparme?

La sonrisa de Yoongi desapareció al instante.

—No, no, por supuesto que no —tragó saliva—. No pondría en riesgo nuestro futuro, Jimin. Quiero hacer bien las cosas contigo, porque realmente me gustas mucho —puso sus manos sobre las del omega.

—Eso espero, hyung —murmuró decaído—. Creo que debemos de trabajar con su lado obsesionado con las mentiras —rió suavemente—. Usted es muy tierno y atento, hyung. Y no me quiero ilusionar en vano.

Yoongi se reprendió a sí mismo al ver al omega cabizbajo. Su aroma se volvió un poco agrio, mostrando tristeza.

—Sé que parezco un idiota de primera, Jiminnie. Pero te soy sincero cuando te digo que realmente estoy comprometido con esto —musitó, levantándose de su asiento, para ir a sentarse a la par del omega—. Si algún día hago algo mal, o piensas que te estoy lastimando, entonces dímelo y te prometo que yo mismo me pego con un bate de baseball en la cabeza. Aunque espero que eso no suceda, porque entonces te quedarías viudo —quiso aligerar el ambiente, lográndolo después de que Jimin riera divertido.

—¿Por qué siempre que pienso que está diciendo algo serio, viene y dice algo que me hace reír? —interrogó, jugando con sus dedos cuando Yoongi se acercó más a él y lo abrazo por los hombros.

—Porque me encanta escuchar tu melodiosa risa —le susurró en el oído.

—¡Hyung! No sea tan meloso. Es molesto.

—Tus mejillas me dicen lo contrario —se mofó.

—Me agradaba más cuando era omega.

Yoongi dejó salir una carcajada gutural, echando su cabeza hacia atrás. Realmente le encantaba poner nervioso a Jimin, ver sus mejillas sonrojadas y su sonrisa apenada, era de las cosas más hermosas que sus ojos podían apreciar.

—Alfa tonto y cursi —se quejó, quedándose embobado al ver la gummy smile del pálido.

«Jamás debe de enterarse que hice un nido por culpa de él», se dijo a sí mismo, sonrojándose también.

—No es mi culpa de que seas tan bonito —dijo, antes de arremeter contra sus gruesos labios.

Ambos jadearon gustosos ante el rítmico choque de labios, dejando toda la tímidez y nerviosismo de lado, para así sólo concentrarse en las tan singulares emociones que cada uno sentía. Los chasquidos y suspiros no tardaron en aparecer, pero a ninguno de los dos les importó, de igual forma, no habían muchas personas alrededor.

Yoongi se aventuró un poco más, lamiendo lentamente el labio inferior del omega y dando pequeñas mordidas también, haciendo que el chico casi se derritiera ahí mismo.

Y por la madre luna que Yoongi no se arrepentía de haber pensado en meterse a una academia solamente para omegas, no podía, no cuando tenía al chico más hermoso justo a la par de él, dejándose besar y cortejar.

—Ejem.

Un carraspeó incómodo se escuchó a la par de ello, interrumpiendo su beso.

—Oh, gracias —murmuró el alfa, viendo como la chica vestida con el uniforme que todo trabajador le la hamburguesería llevaba, dejaba dos bandejas con su pedido.

—Espero que lo disfruten —dijo incómoda, creando una reverencia para luego salir huyendo de ahí.

El alfa sin tomarle mucha importancia a la chica y a la comida, se volvió a girar para continuar en lo que estaba.

—Hyung, hay que comer —susurró con las mejillas rojas.

—Cinco minutos más —dijo, queriendo unir sus labios de nuevo, mas no lográndolo cuando Jimin echó su cabeza hacia atrás—. La comida no se va a ir a ningún lado, Jiminnie.

—Mis labios tampoco.

Yoongi alzó una ceja. —Sólo uno más, ¿sí?

—Hyung...

—Por favor —creo un adorable puchero, el cual fue suficiente para hacer que Jimin chillara por lo tierno que se vio, siendo esta vez el omega el que uniera sus labios nuevamente.

Jimin no lo iba a negar, él también deseaba seguir pegado a los dulces belfos del alfa, pero estaban en un lugar público con comida que pronto se enfriaría.

—¿Te quedarás a dormir esta noche conmigo en mi casa? —preguntó ilusionado.

La noche pasada, Yoongi había dormido tan bien como nunca antes lo había hecho. Jimin era tan calentito y abrazable, que ahora no deseaba despegarse de él ni por un segundo.

Jimin le miró por unos segundos, pensando cuidadosamente su respuesta, pues no quería incomodar al mayor y a su familia.

Mas el recuerdo de su padre con Taehyuna vino a su mente, recordándole que de no aceptar la propuesta del alfa, tendría que volver a su casa, en la cual dormiría solo y sin sentir los brazos de su hyung.

—Está bien.

Ante la respuesta afirmativa, Yoongi casi grita y baila de la emoción. Podía pasar mucho más tiempo con su omega. Y, sabía que estaba jodido hasta el límite, pues el chico ni siquiera había aceptado ser su omega oficialmente, y él ya estaba hasta pensando en los nombres de sus futuros cachorros.

Después de trece largos minutos en los que sus labios se volvieron a reencontrar, terminando rojos e hinchados, se decidieron por comer las hamburguesas, quejándose por lo frías que estaban, mas las bromas tontas de Yoongi aligeraron el ambiente, sacándole carcajadas naturales al peli-negro.

En esa tarde, Yoongi se enteró de algunos gustos y disgustos del omega, llamándole la atención datos como el que al chico le gustaban las cosas saladas y ácidas; que su color favorito era el amarillo y el morado; que le encantaba correr y hacer cualquier actividad que no requiera estar inactivo. Pero también algunas cosas que no le gustaba, como el mango y las mariposas.

Lo último le llamó mucho la atención a Yoongi, pues nunca había conocido a alguien que le tuviera miedo a ese insecto.

Por otro lado, el omega también se enteró de muchas cosas interesantes del alfa. Le asombraba mucho el hecho de que Yoongi amara a los animales, los días con un clima neutro y que le gustara rapear. Algo que le hizo pensar mucho, puesto que el mayor se veía demasiado tierno como para poder mirarlo como un raperos.

Yoongi le dio de comer en la boca a un avergonzado y quijista omega, diciéndole cosas bonitas y cursis que hacían que el corazón del chico palpitara frenéticamente.

Ambos compartieron un momento íntimo e importante, deseando que el tiempo no avanzara tan rápido y los dejara disfrutar más. 

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