10

Un pequeño omega de ojos de gatito buscaba fervientemente su preciado álbum dentro de su caja especial. Estaba demasiado ansioso, esperando encontrarlo para enseñarselo a su nuevo amigo, y que este le diera su opinión.

Jimin estaba sentado sobre la amplia cama. Miraba al chico mientras sonreía y sentía como su pecho se llenaba de ternura.

El pequeño hermano de Yoongi era muy dulce y lindo.

—¡Demonios! —bufó el omega, deteniendo su búsqueda en su caja, para luego dirigirse a su gran armario negro.

El peli-negro rió divertido desde donde se encontraba. El chico realmente parecía ansioso por encontrar algo, lo que hizo que Jimin se pusiera ansioso también por saber lo que le quería enseñar.

Woozi continuó revolviendo toda su ropa, aventándola a su paso sobre el piso. Sonrió y dio un pequeño grito de victoria cuando encontró el objeto cuadrado que tanto buscaba.

—Mira Jiminnie, aquí está —corrió a sentarse junto al omega.

—¿Qué es eso, Woo? —preguntó curioso, llamándolo por el diminutivo que el chico le dio.

—Este bebé, es mi más preciado tesoro —suspiró lleno de melancolía, poniendo el objeto sobre las piernas de Jimin.

—¿Entonces por qué lo quieres compartir conmigo? —cuestionó sorprendido—. Apenas me conoces.

El otro sonrió avergonzado. Sus mejillas se tornaron carmesí, apretando sus labios.

—Porque eres mi primer amigo —respondió quedito—. Lo eres, ¿cierto? —de un momento a otro lo miro ilusionado, pero también había algo de miedo y preocupación en sus ojos.

El peli-negro por otro lado, sentía su pecho inundado de una dulzura extrema. No podía creer cómo alguien tan tierno como ese chico no había tenido ningún amigo antes.

Al parecer las personas preferían convivir con hipócritas disfrazados de personas.

—¡Por supuesto que lo soy! —Exclamó, abrazando al chico—. Te voy a presentar a TaeTae, y juntos vamos a hacer muchas cosas —Woozi le sonrió abiertamente y con sus ojos cristalinos—. Podríamos hacer una pijamada, para poder conocernos mejor, ¿te parece?

Woozi asintió furiosamente, dejándose llevar por la calidez que el chico le brindaba. Muchas emociones comenzaron a aglomerarse en su triste corazón, llenándolo de felicidad y nervios. Jamás había vivido algo así antes. La única vez que recordaba que alguien lo había tratado con tanta paciencia era su madre, unos años antes de morir.

Sus compañeros de colegio a menudo le decían que era alguien muy raro, y que su personalidad no era la de alguien normal, solo por el hecho de comportarse como un crió según los demás.

—¿Tú amigo no se molestara? —preguntó dudoso. No creía que nadie aparte de Jimin, lo llegara a soportar.

—TaeTae te amará —dijo con una seguridad que hizo reír al pequeño.

—Estoy ansioso.

Jimin se separó de los del omega, para luego posar su vista de nuevo en el álbum que descansaba en sus piernas.

—¿Tiene fotografías adentro?

—Sí, quiero que las veas —aplaudió alegre con sus manos—. Hay muchas fotos vergonzosas de Yoongi.

Eso fue lo único que Jimin necesito para abrir rápidamente el álbum. Tenía mucha curiosidad por saber cómo era el omega de pequeño.

Una carcajada estridente salió de la boca de Jimin. La primera fotografía era de un niño de ojos gatunos y serio. El pequeño estaba abrazando un peluche de gato mientras su cara denotaba aburrimiento y parecía estar gruñendo a alguien.

—Esa fue para su cumpleaños número ocho —habló Woozi—. Hoseok unos momento antes se había comido su porción de pastel, por eso tiene esa cara.

Siguieron viendo muchas fotos por un rato más. Riendo y bromeando siempre que encontraban fotos graciosas, y muchas de ellas siempre se trataban de Yoongi gruñendo, Yoongi llorando, Yoongi serio, Yoongi aburrido, Yoongi queriéndole pegar a Hoseok. Incluso conoció a la madre de los hermanos Min. Era muy hermosa al igual que sus hijos, con esos característicos ojos de gatito.

Pero de algo no se dieron cuenta al estar demasiado sumidos en su pequeño espacio.

Yoongi estuvo en todo momento viéndolos con una sonrisa en su rostro, a través de la endidura de la puerta, desde el momento en el que Jimin incluyó en su vida a su pequeño hermano.

Por un momento, el alfa quiso llorar ante la personalidad que su hermano estaba teniendo frente a Jimin, puesto que jamás había conocido esa faceta. Se sentía el peor ser del mundo al darse cuenta que jamás intentó acercarse al chico, a preguntarle cómo estuvo su día o si se encontraba bien. Pero se juró a sí mismo que las cosas iban a cambiar, porque a pesar de todo, él amaba a su hermano.

Yoongi ese día se dio cuenta de algo: Jimin era demasiado para este mundo. Se sentía alegre de conocer a un chico tan humilde y lleno de bondad en su corazón. Algo que le dio ánimos para intentar acercarse más al chico, y no en plan de amigos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top