Capitulo 6: el sombrero seleccionador
El sombrero seleccionador
Nadia sabía que iba a pasar, la emoción era bastante excitante para la gran mayoría de los jóvenes de primer año, quienes estaba expectantes de quién abriría la puerta y desde luego a la espera de ver cómo sería por dentro. Aquellos segundos parecían eternos.
Finalmente, la puerta se abrió casi de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba alli. Tenía un rostro muy severo.
El primer pensamiento de (T/N) fue que se trataba de alguien a quien era mejor no contrariar, o al menos no hasta más tarde una vez que pasará la ceremonia de bienvenida y todo lo demás.
-Los de primer año, profesora McGonagall.-dijo Hagrid con respeto y algo de seriedad.
-Muchas gracias, Hagrid. Yo me ocupo de ellos.- dijo la profesora McGonagall con seriedad.
La profesora McGonagall Abrió la puerta completamente y desde luego la vista no defraudó a nadie, ni siquiera a (T/N).
El vestibulo de entrada era tan grande que hubieran podido meter toda la casa de los Dursley en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que apenas se percibía y una magnífica escalera de mármol frente a ellos, conducía a los pisos superiores.
Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. (T/N) podía oír el ruido de cientos de voces que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar alli), pero la profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacia, fuera del vestibulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
-Bienvenidos a Hogwarts. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán ser seleccionados para sus casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras esten aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormirán en el dormitorio de su casa y pasaran el tiempo libre en la sala común de la casa que les toque ¿Alguna duda hasta aquí?.-dijo la profesora McGonagall en un tono relajado pero algo hogareño que relajo un poco a los chicos.
Luego de esa introducción, McGonagall miro con atención a todos los niños que habían en la sala, y al ver qué todos le prestaban atención y que, aparentemente no había duda alguna acerca de lo que acababa de mencionar, entonces procedió a continuar con su explicación inicial.
-Las cuatro casas se llaman: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estén en Hogwarts, todos sus triunfos conseguirán que su casa gane puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas harán que los pierdan inmediatamente. Al finalizar el año, la casa que haya obtenido más puntos será premiada con la Copa de las Casas, un gran honor. Espero que todos ustedes sean un orgullo para la casa que les toque. La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Les sugiero que, mientras esperan se arreglen lo mejor posible.- dijo McGonagall con algo de emoción durante la explicación.
Los ojos de la profesora se detuvieron un momento en la capa de Neville, que estaba atada bajo su oreja izquierda. y en la nariz manchada de Ron. Con nerviosismo, (T/N( trató de aplastarse el cabello y arreglarse un poco mejor toda su vestimenta.
-Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia. Por favor, esperen aquí en silencio y no hagan nada tonto.-dijo la profesora McGonagall con un tono calmado para después salir de la habitación.
(T/N) tragó con dificultad a la vez que varios pensamientos comenzaban a recorrer su mente, la mayoría eran bastantes gratos y nostálgicos. Pero, para su desgracia tendrá que dejar todo eso a un lado para poder centrarse en lo que está por suceder.
-¿Cómo funciona exactamente la selección? -preguntó (T/N) bastante curioso y algo nervioso.
-Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.- dijo Ron algo inseguro y nervioso.
El corazón de (T/N) dio un terrible salto. ¿Una prueba? ¿Delante de todo el colegio? Pero él no sabía nada de magia todavía... ¿Qué haria? No podía simplemente sacar su arma y dispararle algo como si no pasará nada. Es más que evidente que no esperaba algo asi justo en el momento en que acababan de llegar. Mirò temblando a su alrededor y vio que los demás también parecían aterrorizados.
Nadie hablaba mucho, salvo Hermione Granger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaria. (T/N) intentó no escucharla. Nunca había estado tan nervioso, nunca, ni siquiera cuando tuvo que llevar a los Dursley un informe del colegio que decía que él, de alguna manera, había vuelto azul la peluca de su maestro. Mantuvo los ojos fijos en la puerta. En cualquier momento, la profesora McGonagall regresaría y lo llevaría a su juicio final.
-Creo que a pesar de todo lo que he vivido como soldado, esto es jodidamente estresante. No le temo a la muerte pero quedar en ridículo delante de todos es muy mala idea si es que en algún futuro necesito aliados.-penso (T/N) algo nervioso.
Entonces sucedió algo que le provocó un susto de muerte... Y es que muchos de los que estaban atrás gritaron.
-¿Qué es...?.- pensó (T/N) algo intrigado a la vez que Resopló.
Lo mismo hicieron los que estaban alrededor, ¿El motivo? Bueno, el motivo esa algo bastante peculiar y es que.....
Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes. se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño decía:
"Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad..."
"Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe y ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?"
Un fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta pronto de la presencia de los de primer año. Nadie respondió.
¡Alumnos nuevos! dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos.
-Estan esperando la selección, ¿no?.- dijo el fraile con algo de emoción.
Algunos asintieron.
-¡Espero veros en Hufflepuff. Mi antigua casa, ya saben.
-En marcha. La Ceremonia de Selección va a comenzar.- dijo la profesora McGonagall con seriedad.
La profesora McGonagall habia vuelto. Uno a uno, los fantasmas se marcharon flotando a través de la pared opuesta.
-Ahora pónganse en fila y siganme, en silencio.- dijo la profesora McGonagall aún con seriedad.
Con la extraña sensación de que sus piernas se habían vuelto de plomo. (T/N) se puso detrás de un chico rubio, con Ron detras él. Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestibulo, pasaron por una puerta doble y entraron en el Gran Comedor.
(T/N) nunca habria imaginado un lugar tan extraño y espléndido. Estaba iluminado por miles y miles de velas que flotaban en el aire por encima de cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En las mesas habia brillantes platos y copas de oro. Al fondo del comedor había otra gran mesa, ante la que se sentaban los profesores. La profesora McGonagall condujo hasta allí a los alumnos de primer año y los hizo formar una fila delante del resto de los estudiantes, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado.
Para evitar todas las miradas, (T/N) levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas, mientras veía el techo pudo escuchar a Hermione susurrar: «Es un hechizo para que parezca el cielo, lo lei en Historia de Hogwarts.
Era dificil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos pero llegados hasta este punto (T/N) comenzaba a pensar que todo era posible.
(T/N) bajó la vista rápidamente mientras, en silencio, la profesora McGonagall ponía un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete colocó un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio. Tia Petunia no lo habría admitido en su casa.
Tal vez tenían que intentar sacar un conejo del sombrero, pensó (T/N) irreflexivamente, eso era lo típico de... Al darse cuenta de que todos los del comedor contemplaban el sombrero, (T/N) también lo hizo. Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar:
"Oh, podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves. Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros, sombreros de copa altos y elegantes.Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor, donde habitan los valientes.
Su osadia, templey caballerosidad
distinguen a los de Gryffindor. Puedes pertenecer a Hufflepuff. donde son justos y leales. Esos perseverantes Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw, si tienes una mente dispuesta, porque los inteligentes y
eruditos
siempre encontrarán allí a sus
semejantes.
O tal vez en Slytherin
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
harás tus verdaderos amigos. para lograr sus fines.
¡Así que pruebame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante."
Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.
-¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! Voy a matar a Fred: no paraba de hablar de una lucha contra un troll.- susurró Ron a (T/N).
(T/N) sonrió débilmente. Si, definitivamente el sombrero era mucho mejor que tener que hacer un encantamiento, pero habría deseado no tener que hacerlo en presencia de todos. El sombrero parecía exigir mucho, y (T/N) no se sentía de humor para tener una muy larga conversación acerca de todo lo que hay en su mente, al menos no por el momento. Si el sombrero hubiera mencionado una casa para la gente que se sentía un poco indispuesta, ésa habría sido la suya.
La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino.
-Cuando yo los llame, deberán pasar, ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccionen.-dijo la profesora McGonagall con seriedad.
Y así comenzo.....
McGonagall comenzó a leer la lista.....
¡Abbott, Hannah! Una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa...
-HUFFLEPUFF!-gritó el sombrero. La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff.
(T/N) vio al fantasma del Fraile Gordo saludando con alegria a la niña.
¡Bones, Susan!
¡HUFFLEPUFF! gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al lado de Iannah.
-¡Boot, Terry!
-¡RAVENCLAW!
Esta vez aplaudió la segunda mesa a la izquierda. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry cuando se reunió con ellos.
Brocklehurst, Mandy, también fue a Ravenclaw, pero Brown Lavender, resultó la primera nueva Gryffindor, y la mesa más alejada de la izquierda estalló en vivas. (T/N) pudo ver a los hermanos gemelos de Ron silbando.
Bulstrode Millicent, fue a Slytherin. Tal vez era la imaginación de (T/N), pero, después de todo lo que había oido sobre Slytherin le pareció que era un grupo desagradable.
Comenzaba a sentirse decididamente mal. Recordó lo que pasaba en las clases de gimnasia de su antiguo colegio, cuando se escogía a los jugadores para los equipos. Siempre había sido el último en ser elegido, no porque fuera malo, sino porque nadie deseaba que Dudley pensara que lo querían.
-Finch-Fletchley, justin! ¡HUFFLEPUFF!
(T/N) notó que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa de inmediato, pero otras tardaba un poco en decidirse. Finnigan Seamus, el muchacho rubio que estaba al lado de (T/N) en la fila, estuvo sentado un minuto entero antes de que el sombrero lo declarara un Gryffindor.
Granger, Hermione. Hermione casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, muy nerviosa...
-GRYFFINDOR!-gritó el sombrero.
Ron gruñó.
Un horrible pensamiento atacó a (T/N), uno de aquellos horribles pensamientos que aparecen cuando uno está muy intranquilo. ¿Y si a él no lo elegian para ninguna casa? ¿Y si se quedaba sentado con el sombrero sobre los ojos, durante horas, hasta que la profesora McGonagall se lo quitara de la cabeza para decirle que era evidente que se habian equivocado y que era mejor que volviera en el tren?
Cuando Neville Longbottom, el chico que perdía su sapo, fue llamado, se tropezó con el taburete. El sombrero tardó un largo rato en decidirse. Cuando finalmente gritó: GRYFFIN- DOR!. Neville salió corriendo, todavía con el sombrero puesto, y tuvo que devolverlo, entre las risas de todos. a MacDougal, Morag Malfoy se adelantó al oir su nombre y de inmediato obtuvo su deseo: el sombrero apenas tocó su cabeza y gritó: ¡SLYTHERIN!
Malfoy fue a reunirse con sus amigos Crabbe y Goyle, con aire de satisfacción.
Ya no quedaba mucha gente.
Moon... Nott... Parkinson... Después unas gemelas, Patil y Patil... Más tarde Perks, Sally- Anne... y. finalmente:
-¡Potter, (T/N)!
Mientras (T/N) se adelantaba, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.
-Ha dicho Potter?
-¿Ese (T/N) Potter?
Lo último que (T/N) vio, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero. Esperó.
-Hum-dijo una vocecita en su oreja- Dificil. Muy dificil. Lleno de valor, lo veo. Tampoco la mente es mala. Hay talento, oh. vaya, sí. y una buena disposición para probarse a si mismo, esto es muy interesante... Entonces, ¿dónde te pondré?
-¿Que pasa? No era excelente para este tipo de cosas? Dime sombrero tanta duda te causo? Entonces te sugiero que no escarbes más profundo.- dijo (T/N) mentalmente con algo de burla hacia el sombrero.
-¿Te atreves a desafiarme (T/N) Potter? Sabes, dices algo bastante interesante.... Veamos que esconde tu mente entonces.- dijo el sombrero con un tono retador hacia (T/N).
Al oír esa respuesta de parte del sombrero (T/N) se aferró a los bordes del taburete y pensó:
-No se que sería peor, que el sombrero me mande a Slytherin o que pueda ver mi pasado como ODST.- pensó (T/N) seriamente.
-En Slytherin no, ¿eh? dijo la vocecita. ¿Estás seguro? Podrias ser muy grande, ¿sabes?, lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino hacia la grandeza. No hay duda, ¿verdad? Bueno, si estás seguro, mejor que seas ¡GRYFFINDOR!
(T/N) oyó al sombrero gritar la última palabra en todo el comedor. Sin embargo, cuando (T/N) se disponía a quitarse el sombrero este grito una vez más ordenandole a (T/N) detenerse.
-¿Que pasa sombrerito? No estás seguro de tu decisión?.- pregunto (T/N) mentalmente con burla.
Esta demás decir que todos en el gran comedor quedaron atónitos ante esa acción de parte del sombrero, pues nunca antes había pasado y eso solamente aumento aún más la expectativa sobre lo que estaba pasando en ese momento con (T/N) y el sombrero.
-Veo que compartes afinidades de varias casas. Tienes la valentía de Gryffindor, el talento de Slytherin, tienes un gran respeto y necesidad de tener toda la información que puedas antes de actuar y desde luego no temes al trabajo duro.- dijo la vocecita del sombrero con impresión.
-¿Que esperabas? Yo siempre he hecho el trabajo que la gente normal no puede sombrerito, soy.... Soy.... ¡SOY EL PRIMERO QUE PONE UN PIE EN EL INFIERNO!.- dijo (T/N) mentalmente con bastante orgullo y seguridad.
Mientras la sala seguía expectante a lo que estaba ocurriendo, la profesora Mcgonagall trataba de escuchar la conversación que se llevaba a cabo entre el sombrero y (T/N), la cual parecía ser mental de parte de (T/N)
-Esto es interesante.... Me llama mucho la atención esto que comentas jovencito Potter.... Muy bien, veamos que guardas entonces...- dijo el sombrero bastante emocionado.
(T/N) suspiró profundamente antes de finalmente promocionar sus primeras palabras desde que se puso el sombrero.
-Adelante, date el gusto pero no te garantizo que te valla a gustar lo que verás. Es demasiado par tí.- dijo (T/N) en voz alta en un tono neutro y de advertencia.
Y entonces el sombrero se concentro bastante y comenzo a escarbar en la mente de (T/N) y lo que encontró.......
Lo dejo sumamente shockeado y perplejo. Jamás en la vida había visto algo así y posiblemente jamás lo vería de nuevo pero es que aquella búsqueda le había mostrado algo increíble, una vida antes de otra. Un mundo que no conoce pero que es increíble y sumamente peligroso por igual....
-Asi que no eres de aquí...., He? Joven ODST.- dijo la vocecita del sombrero impresionado.
-Que puedo decir. Soy único en mi clase, ya sabes por qué estoy aquí y quién soy en realidad. Dime sombrerito ¿A dónde me enviaras?.- dijo (T/N) con orgullo y curiosidad.
Luego de un silencio sepulcral de parte del sombrero, este se paró para dar su veredicto. Primero grito con emoción ¡HUFFLEPUFF! Y la mesa de aquella casa estalló en gritos de alegría y emoción. Sin embargo, el sombrero rectifico y posteriormente grito ¡RAVENCLAW! Pero antes de que pudieran comenzar a festejar, el sombrero rectifico otra vez..... ¡Slytherin! Y una vez más.... El sombrero rectifico.
-Si la siguiente que digas no es la definitiva, te colgaré afuera del castillo para que las aves te destrozen y te utilicen para construir su nido.- dijo Mcgonagall algo molesta.
-¿No es tan facil sabes? Si vieras la mente de este chico entenderías mi problema y mi indecisión.- dijo el sombrero molesto.
Finalmente... El sombrero tomo bastante aire antes de gritar a los 4 vientos con toda su fuerza......
¡GRYFFINDOR!
La mesa de Gryffindor estalló en emoción y aplausos, con la decisión ya tomada (T/N) se levanto del asiento y anduvo, algo mareado, hacia la mesa de Gryffindor.
Antes de poder llegar a ella el sombrero le hablo a (T/N) por lo que esté se dió la vuelta para poder verlo.
-Espero que disfrutes tu estancia en Hogwarts Helljumper.- dijo el sombrero con cierto tono de respeto.
(T/N) solo asintió con la cabeza antes de continuar con su camino.
Estaba tan aliviado de que lo hubiera elegido y no lo hubiera puesto en Slytherin, que casi no se dio cuenta de que recibia la aclamación más sonora hasta el momento. Percy el prefecto se puso de pie y le estrechó la mano vigorosamente, mientras los gemelos Weasley gritaban: «Tenemos a Potter! ¡Tenemos a Potter!» (T/N) se sentó enfrente del fantasma con gorguera que había visto antes. Este le propinó a (T/N) una palmada en el brazo, dándole la horrible sensación de haberlo metido en un cubo de agua helada. Podía ver bien la mesa de los profesores. En el extremo más cercano estaba Hagrid, que lo miró y levantó los pulgares. (T/N) le sonrió. Y alli, en el centro de la mesa, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. (T/N) lo reconoció de inmediato, por el cromo de las ranas de chocolate. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas. (T/N) también vio al profesor Quirrell, el nervioso joven del Caldero Chorreante. Estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura.
Ya quedaban solamente tres alumnos para seleccionar. A Turpin Lisa, le tocó Ravenclaw, y después le llegó el turno a Ron. Tenia una palidez verdosa y (T/N) cruzó los dedos debajo de la mesa. Un segundo más tarde, el sombrero gritó: GRYFFINDOR!
(T/N) aplaudió con fuerza, junto con los demás, mientras Ron se desplomaba en la silla más próxima.
-Bien hecho, Ron, excelente.-dijo pomposamente Percy Weasley. por encima de (T/N), mientras Zabini, Blaise era seleccionado para Slytherin.
La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador.
(T/N) miró su plato de oro vacío. Acababa de darse cuenta de lo hambriento que estaba. Parecía que habían pasado siglos desde las empanadas de calabaza. Albus Dumbledore se había puesto de pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí.
¡Bienvenidos! Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están. ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!.- dijo Dumbledore emocionado.
Volvió a sentarse. Todos aplaudieron y vitorearon. (T/N) no sabia si reir o no. Está... un poquito loco, no?-preguntó con aire inseguro a Percy.
-¿Loco? ¡Es un genio! ¡El mejor mago del mundo! Pero está un poco loco, sí. ¿Patatas, (T/N)?.-dijo Percy con displicencia-
-Con mucho gusto te las acepto.- dijo (T/N) felizmente.
(T/N) se quedó boquiabierto. Los platos que había frente a él de pronto estuvieron llenos de comida. Nunca había visto tantas cosas que le gustara comer sobre una mesa: carne asada, pollo asado, chuletas de cerdo y de cordero, salchichas, beicon y filetes, patatas cocidas, asadas y fritas, pudin de Yorkshire, guisantes, zanahorias, salsa de carne, ketchup y, por alguna extraña razón, caramelos de menta.
Los Dursley nunca habían matado de hambre a (T/N), pero tampoco le habían permitido comer todo lo que quería. Dudley siempre se servía aquello que (T/N) más deseaba, aunque no le gustara. (T/N) llenó su plato con un poco de todo, salvo los caramelos de menta, y empezó a comer. Todo estaba delicioso.
-Eso tiene muy buen aspecto.-dijo con tristeza el fantasma de la gorguera, observando a (T/N) mientras éste cortaba su filete.
-¿No puede...?.- pregunto (T/N) con curiosidad.
-No he comido desde hace unos cuatrocientos años. No lo necesito, por supuesto, pero uno lo echa de menos. Creo que no me he presentado, ¿verdad? Sir Nicholas de Mimsy-Porpingt. para servirte. Fantasma Residente de la Torre de Gryffindor.-dijo el fantasma.
-¡Yo sé quién es usted! Mi hermano me lo contó. ¡Usted es Nick Casi Decapitado!.-dijo súbitamente Ron con algo de emoción.
-Yo preferiría que me llamaran Sir Nicholas de Mimsy...comenzó a decir el fantasma con severidad, pero lo interrumpió Seamus Finnigan, el del pelo rubio.
-¿Casi Decapitado? ¿Cómo se puede estarcasi decapitado?.- dijo Seamus incrédulo.
Sir Nicholas pareció muy molesto, como si su conversación no resultara como la habia planeado.
Asi dijo enfadado. Se agarró la oreja izquierda y tiró. Toda la cabeza se separó del cuello y le cayó sobre el hombro, como si tuviera una bisagra. Era evidente que alguien había tratado de decapitarlo, pero que no lo había hecho bien. Pareció complacido ante las caras de asombro y volvió a ponerse la cabeza en su sitio, tosió y dijo: ¡Así que nuevos Gryffindors! Espero que este año nos ayuden a ganar el campeonato para la casa. Gryffindor nunca ha estado tanto tiempo sin ganar. ¡Slytherin ha ganado la copa seis veces seguidas! El Barón Sanguinario se ha vuelto insoportable... El es el fantasma de Slytherin.
(T/N) miró hacia la mesa de Slytherin y vio un fantasma horrible sentado alli, con ojos fijos y sin expresión, un rostro demacrado y las ropas manchadas de sangre plateada. Estaba justo al lado de Malfoy, que, como (T/N) vio con mucho gusto, no parecía muy contento con su presencia.
-¿Cómo es que está todo lleno de sangre? - preguntó Seamus con gran interès.
-Nunca se lo he preguntado.-dijo con delicadeza Nick Casi Decapitado.
Cuando hubieron comido todo lo que quisieron, los restos de comida desaparecieron de los platos, dejándolos tan limpios como antes. Un momento más tarde aparecieron los postres. Bloques de helado de todos los sabores que uno se pudiera imaginar, pasteles de manzana, tartas de melaza, pastelitos de chocolate, rosquillas de mermelada, bizcochos borrachos, fresas, jalea, arroz con leche...
Mientras (T/N) se servía una tarta de melaza, la conversación se centró en las familias.
-Yo soy mitad y mitad. Mi padre es muggle. Mamá no le dijo que era una bruja hasta que se casaron. Fue una sorpresa algo desagradable para él.-dijo Seamus despreocupadamente.
Los demás rieron.
-¿Y tú, Neville?-dijo Ron con algo de interés.
-Bueno, mi abuela me crió y ella es bruja. pero la familia creyó que yo era todo un muggle, durante años. Mi tio abuelo Algie trataba de pillarme desprevenido y forzarme a que saliera algo de magia de mí. Una vez casi me ahoga, cuando me tiró al agua en el puerto de Blackpool, pero no pasó nada hasta que cumplí ocho años. El tio abuelo Algie había venido a tomar el té y me tenia cogido de los tobillos y colgando de una ventana del piso de arriba, cuando mi tía abuela Enid le ofreció un merengue y él, accidentalmente, me soltó. Pero yo reboté por el jardín hasta llegar a la calle. Todos se pusieron muy contentos. Mi abuela estaba tan feliz que lloraba. Y tendríais que haber visto sus caras cuando vine aquí. Creían que no sería tan mágico como para venir. El tío abuelo Algie estaba tan contento que me compró el sapo.- dijo Neville.
Al otro lado de (T/N), Percy, Weasley y Hermione estaban hablando de las clases. («Espero que comiencen enseguida, hay mucho que aprender, yo estoy particularmente interesada en Transformaciones, ya sabes, convertir algo en otra cosa; por supuesto, parece ser que es muy dificil. Hay que empezar con cosas pequeñas, como cerillas en agujas y todo eso...")
(T/N), que comenzaba a sentirse reconfortado y soñoliento, miró otra vez hacia la mesa de los profesores. Hagrid bebia copiosamente de su copa. McGonagall hablaba con el profesor Dumbledore. El profesor Quirrell, con su absurdo turbante, conversaba con un profesor de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina.
Todo sucedió muy rápidamente. El profesor de nariz ganchuda miró por encima del turbante de Quirrell, directamente a los ojos de (T/N)... y un dolor agudo golpeó al niño en la cicatriz de la frente. ¡Ay! (T/N) se llevó una mano a la cabeza para tratar de calmar tan intenso dolor.
-¿Que mierda es esto? Quema como el infierno, quema menos que los disparos de plasma pero aún así duele bastante.- pensó (T/N) sorprendido y molesto mientras trataba de no ceder ante el dolor.
Aún sufriendo algo de dolor (T/N) volvió su atención hacía la mesa de profesores, más específicamente al profesor de pelo negro y piel centrina.
-¿Es lo que estoy buscando? No... Sería muy sencillo.- pensó (T/N) con bastante seriedad mientras lo veía fijamente.
-¿Qué ha pasado?.-preguntó Percy algo preocupado.
-N... nada. Estoy bien, solo que me mareé un poco por comer tanto. No te preocupes.- dijo (T/N) aparentando que nada grave pasaba.
El dolor desapareció tan súbitamente como había aparecido. Era difícil para (T/N) olvidar la sensación que tuvo cuando el profesor lo miró, una sensación que no le gustó en absoluto.
-¿Quién es el que está hablando con el profesor Quirrell?.- pregunto (T/N) con curiosidad a Percy.
-Oh, ya conocías a Quirrell, entonces? No es raro que parezca tan nervioso, ése es el profesor Snape. Su materia es Pociones, pero no le gusta... Todo el mundo sabe que quiere el puesto de Quirrell. Snape sabe muchisimo sobre las Artes Oscuras.- dijo Percy despreocupadamente.
(T/N) vigíló a Snape durante un rato, pero el profesor no volvió a mirarlo. Por último, también desaparecieron los postres, y el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.
--Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo algunos anuncios que darles para el comienzo del año.
>Los de primer año deben tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y determinados alumnos veteranos también deberán recordarlo. Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley.
-El señor Filch, el celador, me ha pedido que les recuerde que no deben hacer magia en los recreos ni en los pasillos. Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch.
Y por último, quiero decirles que este año el pasillo del lado derecho del tercer piso está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa. (T/N) rió, pero fue uno de los pocos que lo hizo.
-¿Lo decía en serio?.-murmuró (T/N) algo preocupado a Percy.
-Eso creo. Es raro, porque habitualmente nos dice el motivo por el que no podemos ir a algún lugar. Por ejemplo, el bosque está lleno de animales peligrosos, todos lo saben. Creo que, al menos, debió avisarnos a nosotros, los prefectos.-dijo Percy, mirando ceñudo a Dumbledore.
-¡Y ahora, antes de ir a acostarnos, cantemos la canción del colegio! exclamó Dumbledore.
(T/N) notó que las sonrisas de los otros profesores se habían vuelto algo forzadas. Dumbledore agitó su varita, como si tratara de atrapar una mosca. y una larga tira dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y se transformó en palabras.
¡Que cada uno elija su melodía favorita! - dijo Dumbledore. ¡Y allá vamos! Y todo el colegio vocifero:
Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enséñanos algo. por favor. Bien seamos viejos y calvos o jóvenes con rodillas sucias, nuestras mentes pueden ser
llenadas con algunas materias
interesantes.
Porque ahora están vacías y
llenas de aire, pulgas muertas y un poco de
pelusa. Así que enseñanos cosas que
valga la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
hazlo lo mejor que puedas. nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman
Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelos Weasley seguían cantando, con la melodia de una lenta marcha fúnebre. Dumbledore los dirigió hasta las últimas palabras con su varita y, cuando acabaron, fue uno de los que aplaudieron con más entusiasmo.
-¡Ah, la música! ¡Una magia más allá de todo lo que hacemos aquí! Y ahora, es hora de ir a la cama. ¡Salgan con cuidado.-dijo, enjugandose los ojos.
Los de primer año de Gryffindor siguieron a Percy a través de grupos bulliciosos, salieron del Gran Comedor y subieron por la escalera de mármol. Las piernas de (T/N) otra vez parecían de plomo, pero sólo por el exceso de cansancio y comida. Estaba tan dormido que ni se sorprendió al ver que la gente de los retratos, a lo largo de los pasillos, susurraba y los señalaba al pasar, o cuando Percy, en dos oportunidades, los hizo pasar por puertas ocultas detrás de paneles corredizos y tapices que colgaban de las paredes. Subieron más escaleras, bostezando y arrastrando los pies y, cuando (T/N) comenzaba a preguntarse hasta dónde deberían andar, se detuvieron súbitamente.
Unos bastones flotaban en el aire, por encima de ellos, y cuando Percy se aproximó comenzaron a arrojarse contra él.
-Peeves susurró, Percy a los de primer año Es un poltergeist. -Levantó la voz-: Peeves, aparece.
La respuesta fue un ruido fuerte y grosero, como si se desinflara un globo.
-¿Quieres que vaya a buscar al Barón Sanguinario?.- dijo Percy algo molesto
Se produjo un chasquido y un hombrecito de ojos oscuros y perversos y boca ancha apareció flotando en el aire, con las piernas cruzadas y empuñando los bastones.
Oooooh!-dijo, con un maligno cacareo- ¡Los horribles novatos! ¡Qué divertido!
De pronto se abalanzó sobre ellos. Todos se agacharon. Vete. Peeves, o el Barón se enterară de esto.
¡Lo digo en serio!-gritó enfadado Percy.
Peeves le sacó la lengua y desapareció, dejando caer los bastones sobre la cabeza de Neville. Lo oyeron alejarse, haciendo resonar las armaduras al pasar.
-Debéis tener cuidado con Peeves-dijo Percy mientras seguían avanzando-. El Barón Sanguinario es el único que puede controlarlo, ni siquiera nos escucha a los prefectos. Ya llegamos.
Al final del pasillo colgaba un retrato de una mujer muy gorda, con un vestido de seda rosa.
¿Santo y seña?-preguntó. Caput draconis-dijo Percy, y el retrato se balanceó hacia delante y dejó ver un agujero redondo en la pared.
Todos se amontonaron para pasar (Neville necesitó ayuda) y se encontraron en la sala común de Gryffindor, una habitación redonda y acogedora, llena de cómodos sillones.
Percy condujo a las niñas a través de una puerta, hacia sus dormitorios, y a los niños por otra puerta. Al final de una escalera de caracol (era evidente que estaban en una de las torres) encontraron, por fin, sus camas, cinco camas con baldaquín y cortinas de terciopelo rojo oscuro. Sus baúles ya estaban allí. Demasiado cansados para conversar, se pusieron los pijamas y se metieron en la cama.
-Una comida increible, ¿no?-murmuró Ron a (T/N), a través de las cortinas-. ¡Fuera, Scabbers! Te estás comiendo mis sábanas.
Harry estaba a punto de preguntar a Ron si le quedaba alguna tarta de melaza, pero se quedó dormido de inmediato.
Tal vez (T/N) había comido demasiado, porque tuvo un sueño muy extraño. Tenía puesto el turbante del profesor Quirrell, que le hablaba y le decía que debía pasarse a Slytherin de inmediato, porque ése era su destino. Harry contestó al turbante que no quería estar en Slytherin y el turbante se volvió cada vez más pesado. Harry intentó quitárselo, pero le apretaba dolorosamente, y entonces apareció Malfoy, que se burló de Harry mientras éste luchaba para quitarse el turbante. Luego Malfoy se convirtió en el profesor de nariz ganchuda, Snape, cuya risa se volvía cada vez más fuerte y fría... Se produjo un estallido de luz verde y (T/N) se despertó, temblando y empapado en sudor.
Se dio la vuelta y volvió a dormirse.
Al día siguiente
Cuando la hora de levantarse llegó, (T/N) se levantó normal sin recordar aquel peculiar sueño que había tenido hace unos momentos. Y ya que estaba despierto se apresuro a cambiarse y vestirse para poder iniciar su jornada escolar.
Fin del capitulo 6
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