Capitulo 5: Un viaje tranquilo en tren
El último mes de (T/N) con los Dursley no fue divertido. Es cierto que Dudley le tenía miedo y no se quedaba con el en la misma habitación, y que tia Petunia y tío Vernon no lo encerraban en la alacena ni lo obligaban a hacer nada ni le gritaban; en realidad, ni siquiera le dirigían la palabra. Mitad aterrorizados, mitad furiosos, se comportaban como si cualquier silla que (T/N) ocupara estuviera vacía. Aunque aquello significaba una mejora en muchos aspectos, después de un tiempo resultaba un poco deprimente.
Aunque en el caso de tía Petunia ese tipo de comportamiento solo era cuando estaba su hijo o su esposo, ya que luego de lo sucedido en aquel faro en medio del mar ambos tuvieron la oportunidad de estar a solas y llevarse mejor.
Finalmente Petunia había conseguido tener un verdadero cariño, aprecio y admiración hacia su sobrino. Después de todo, muchas cosas cambian cuando se observan desde otro punto de vista. Pero ese es otro tema.
Por otro lado, (T/N) se quedaba en su habitación, con su nueva lechuza negra, la cual le hacia compañía. Ya fuera que estuviera estudiando, entrenando o simplemente descansando.
Volviendo con la lechuza, (T/N) decidió llamarla Hedwig, un nombre que encontró en Historia de la magia. Los libros de la escuela eran muy interesantes. Por la noche leía en la cama hasta tarde, mientras Hedwig entraba y salia a su antojo por la ventana abierta. Era una suerte que tía Petunia ya no entrara a pasar la aspiradora, porque Hedwig iba trayendo ratones muertos.
Cada noche, antes de dormir, (T/N) marcaba otro día en la hoja de papel que tenía en la pared, haciendo la cuenta atrás hasta el 1 de septiembre.
El último día de agosto pensó que era mejor hablar con sus tíos sobre el desplazamiento a la estación de King's Cross al día siguiente. Así que bajó al salón, donde estaban viendo la televisión. Se aclaró la garganta para que supieran que estaba allí, y Dudley gritó y salió corriendo.
-Hum... ¿Tío Vernon? Necesito hablar con ustedes sobre algo.- dijo (T/N) con seriedad.
Tío Vernon gruñó para demostrar que lo escuchaba por lo que (T/N) se limitó a hablar respecto a lo que quería.
-Necesito estar mañana en King's Cross para ir a Hogwarts.- dijo (T/N) con relativa seguridad y calma.
Tío Vernon gruñó otra vez, sin duda el tema aún lo molestaba bastante pero por diversas situaciones no diría nada.
Por su parte, (T/N) al no recibir respuesta volvió a hablar y está vez tomo el atrevimiento de lanzar una pregunta hacia su tío, después de todo, esta vez estaba más que dispuesto a someterlo en caso de ser necesario
-¿Podrías llevarme hasta allí? Es importante que llegue a tiempo.- dijo (T/N) serio.
Otro gruñido de parte de Vernon. (T/N) interpretó que quería decir si.
-Gracias, y no te preocupes, no creo que te quite mucho tiempo.- dijo (T/N) un poco menos preocupado.
Con eso listo estaba a punto de volver a subir la escalera cuando tío Vernon finalmente habló.
-Qué forma tan curiosa de ir a una escuela de magos, en tren. ¿Las alfombras mágicas estarán todas rotas?.- dijo tío vernon con clara burla.
(T/N) no contestó, tenía que contenerse todo lo posible antes de que fuera inevitable que le acomodara una bala en el entrecejo en el peor de los casos.
-¿Y dónde queda esa escuela, de todos modos?.- pregunto el tío Vernon con desinterés.
-No lo sé. Quizá lo sabría si no me hubieran ocultado nada. Además no es como si pudieran dar la ubicación tan fácilmente a quien sea.-dijo (T/N) con molestia.
Dejando a un lado la incompetencia de Vernon aún lado. Por primera vez en mucho tiempo... Vernon tenía razón. Era cierto, a hora que pensaba más en ello por primera vez. Sacó del bolsillo el billete que Hagrid le habia dado y tras leerlo procedió a leer en voz alta lo que decía.
-Tengo que tomar el tren que sale del andén nueve y tres cuartos, a las once de la mañana.- leyó (T/N) con algo de nervios.
Sus tíos lo miraron durante unos segundos antes de mirarse entre ellos para después confirmar lo dicho por (T/N).
-¿Andén qué?.- pregunto Vernon confuso.
-Nueve y tres cuartos.- repitió (T/N) molesto.
-No digas estupideces. No hay ningún andén nueve y tres cuartos.-dijo tío Vernon enojado.
-Eso dice mi billete, además tú qué sabes viejo gordo.- dijo (T/N) igual de enojado.
-Equivocados. Totalmente locos, todos ellos. Ya lo verás. Tú espera. Muy bien, te llevaremos a King's Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, no me molestaría. -dijo tío Vernon con desinterés y molestia.
-¿Por qué van a Londres? -preguntó (T/N) tratando de mantener el tono amistoso para reducir la tensión en el ambiente.
Este último gesto lo hacía más que nada como favor hacia su tía por el reciente cambio de actitud que tenía ella hacia el.
-Llevamos a Dudley al hospital-gruñó tío Vernon-. Para que le quiten esa maldita cola antes de que vaya a Smeltings.- dijo tío vernon más enojado que antes.
Ante ese comentario por parte de su tío (T/N) dejo escapar una ligera carcajada acompañada por una sonrisa.
Al día siguiente
A la mañana siguiente, (T/N) se despertó a las cinco de la mañana, tan emocionado e ilusionado que no pudo volver a dormir.
Se levantó y se puso unos pantalones de mezclilla, no quería andar por la estación con su túnica de mago, ya se cambiaría en el tren.
Comprobó otra vez su lista de Hogwarts para estar seguro de que tenía todo lo necesario, se ocupó de meter a Hedwig en su jaula y luego se paseó por la habitación, esperando que los Dursley se levantaran.
Dos horas más tarde, el pesado baúl de (T/N) estaba cargado en el coche de los Dursley, tia Petunia había hecho que Dudley se sentara con (T/N) y cuando estuvieron listos abandonaron la casa.
Tiempo después
Finalmente Llegaron a King's Cross a las diez y media. Tío Vernon cargó el baúl de (T/N) en un carrito y lo llevó por la estación.
(T/N) pensó que era una rara amabilidad, hasta que tío Vernon se detuvo en seco, mirando los andenes con una sonrisa perversa.
-Bueno, aqui estás, muchacho. Andén nueve, andén diez... Tu andén debería estar entre ellos, pero parece que aún no lo han construido, ¿no?.- dijo el tío Vernon con burla.
Tenía razón, por supuesto. Habia un gran número nueve, de plástico, sobre un andén, un número diez sobre el otro y, en el medio, nada.
-Si es una escuela de magia, yo dudo mucho que tenga una entrada visible con un gran cartel, pero bueno. Viejo idiota.- pensó (T/N) con molestia y ligera desesperación por la actitud de su tío.
-Que tengas un buen ciclo escolar.-dijo tío Vernon con una sonrisa aún más molesta y luego se marchó sin decir una palabra más.
(T/N) se dió la vuelta y vio que los Dursley se alejaban. Los tres se veían aparentemente felices.
(T/N) sintió la boca seca. ¿Qué haría? Estaba llamando la atención, a causa de Hedwig. Tendría que preguntarle a alguien.
Detuvo a un guarda que pasaba, pero no se atrevió a mencionar el andén nueve y tres cuartos. El guarda nunca habia oido hablar de Hogwarts, y cuando (T/N) no supo decirle en qué parte del país quedaba, comenzó a molestarse, como si pensara que (T/N) se hacia el tonto a propósito. Sin saber qué hacer, (T/N) le preguntó por el tren que salía a las once, pero el guarda le dijo que no había ninguno. Al final, el hombre se alejó, murmurando algo sobre la gente que hacía perder el tiempo. Según el gran reloj que había sobre la tabla de llegadas, tenía diez minutos para tomar el tren a Hogwarts, y no tenía idea de qué podría hacer. Estaba en medio de la estación con un baúl que casi no podía transportar, un bolsillo lleno de monedas de mago y una jaula con una gran lechuza
Hagrid debió de olvidar decirle algo que había que hacer, como dar un golpe al tercer ladrillo de la izquierda para entrar en el callejón Diagon. Se preguntó si debería sacar su varita y comenzar a golpear la taquilla, entre los andenes nueve y diez. En aquel momento, un grupo de gente pasó por su lado, y captó unas pocas palabras.
"-...lleno de muggles, por supuesto..."
(T/N) se giró para verlos. La que hablaba era una mujer regordeta que se dirigía a cuatro muchachos, todos con pelo de un llameante color rojo. Cada uno empujaba un baúl, como (T/N)... y llevaba un búho.
-Valla, si que tengo suerte el día de hoy.- pensó (T/N) con felicidad.
Con el corazón palpitante, (T/N) empujó el carrito detrás de ellos. Se detuvieron y los imitó, parándose lo bastante cerca para escuchar lo que decían.
-Y ahora, ¿cuál es el número del andén? -dijo la madre con tranquilidad.
-¡Nueve y tres cuartos! -dijo la voz aguda de una niña, también pelirroja, que iba de la mano de la mujer-.
-Mamá, ¿no puedo ir...?.- dijo la niña a modo de súplica.
-No tienes edad suficiente, Ginny. Ahora estate quieta. Muy bien, Percy, tú primero.- dijo la mujer aún con bastante calma.
El que parecía el mayor de los chicos se dirigió hacia los andenes nueve y diez. (T/N) observaba, procurando no parpadear para no perderse nada.
Pero justo cuando el muchacho llegó a la división de los dos andenes, una larga caravana de turistas paso frente a él y, cuando se alejaron, el muchacho había desaparecido.
-Fred, eres el siguiente -dijo la mujer regordeta con una leve sonrisa.
-No soy Fred, soy George -dijo el muchacho ¿De veras, mujer, puedes llamarte nuestra madre? ¿No te das cuenta de que yo soy George?.- dijo el joven fingiendo tristeza y dolor.
-Lo siento, George, cariño.- dijo la mujer algo apenada.
-Estaba bromeando, soy Fred -dijo el muchacho con un mejor humor.
Y tras esas últimas palabras se alejó.
Debió pasar, porque un segundo más tarde ya no estaba. Pero ¿cómo lo había hecho? Su hermano gemelo fue tras él: el tercer hermano iba rápidamente hacia la taquilla (estaba casi allí) y luego, súbitamente, no estaba en ninguna parte.
No había nadie más.
-Discúlpeme -dijo (T/N) de forma amable a la mujer regordeta.
-Hola, querido. Primer año en Hogwarts, ¿no? Ron también es nuevo.- dijo la mujer con un tono amable y una leve sonrisa mientras señalaba al último y menor de sus hijos varones.
Ron es alto, flacucho y pecoso, con manos y pies grandes y una larga nariz.
-Si. Lo que pasa es que... es que no sé cómo..-dijo (T/N) un poco apenado.
-¿Como entrar en el andén? -preguntó bondadosamente la mujer
(T/N) asintió positivamente a las palabras de la mujer.
-No te preocupes. Lo único que tienes que hacer es andar recto hacia la barrera que está entre los dos andenes. No te detengas y no tengas miedo de chocar, eso es muy importante. Lo mejor es ir deprisa si estás nervioso. Ve ahora, ve antes que Ron.-dijo la mujer con una sonrisa y con amabilidad.
-Hum... De acuerdo. Voy a hacerlo.- dijo (T/N) con seguridad.
Confiando en las palabras de la mujer empujó su carrito y se dirigió hacia la barrera que a simple vista parecía ser muy sólida.
Comenzó a andar. La gente que andaba a su alrededor iba al andén nueve o al diez. Fue más rápido. Iba a chocar contra el muro y tendría problemas. Se inclinó sobre el carrito y comenzó a correr la barrera se acercaba cada vez más. Ya no podía detenerse el carrito estaba fuera de control, ya estaba allí... Cerró los ojos, preparado para el choque... Pero no llegó. Siguió rodando y tras sentir no sentir el impacto abrió los ojos rápidamente.
Al abrir los ojos se encontraba en otro andén, mismo que también estaba bastante lleno de gente maga y desde luego lo que más llamaba la atención era la locomotora de vapor de color escarlata que esperaba junto a un andén lleno de gente. Un rótulo decía: «Expreso de Hogwarts, 11 h.»
(T/N) miró hacia atrás y vio un arco de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras «Andén Nueve y Tres Cuartos».
Lo había logrado.
El humo de la locomotora se elevaba sobre las cabezas de la ruidosa multitud, mientras que varios gatos de todos los colores iban y venían entre las piernas de la gente. Los búhos se llamaban unos a otros, con un malhumorado ulular, por encima del ruido de las charlas y el movimiento de los pesados baules.
-Esto se va a poner interesante. Espero me paguen bien por esto.- pensó (T/N) algo animado y ligeramente emocionado
Los primeros vagones ya estaban repletos de estudiantes, algunos asomados por las ventanillas para hablar con sus familiares, otros discutiendo sobre los asientos que iban a ocupar. (T/N) empujó su carrito por el andén, buscando un asiento vacío.
Pasó al lado de un chico de cara redonda que decía:
-Abuelita, he vuelto a perder mi sapo.- dijo el chico preocupado.
-Oh, Neville-oyó suspirar a la anciana.
Un muchacho con rastas estaba rodeado por un grupo.
-Déjanos mirar, Lee, vamos.
El muchacho levantó la tapa de la caja que llevaba en los brazos, y los que lo rodeaban gritaron cuando del interior salió una larga cola peluda.
-Todavia no llego a la escuela y ya he visto cosas raras. Esto va ser divertido si no muero rostizado o algo así.-penso (T/N) algo emocionado por el desafío que se abría ante el.
(T/N) se abrió paso hasta que encontró un compartimento vacío, cerca del final del tren. Primero metió a Hedwig y luego comenzó a empujar y levantar el baúl hacia la puerta del vagón. Trató de subirlo por los escalones, pero sólo pudo levantarlo un poco antes de que se cayera golpeándole un pie.
-¡Maldita sea! ¡Eso me dolió bastante!.- pensó (T/N) enojado Aguantandose las ganas de gritar y maldecir a medio mundo.
Sin embargo, su breve momento con el dolor del pie se vio interrumpido por el repentino sonido de una voz desconocida.
-¿Quieres que te eche una mano?.- pregunto un joven amablemente.
Al verlo bien noto que se trataba de uno de los gemelos pelirrojos a los que había seguido a través de la taquilla.
-Sí, por favor.- pidió (T/N) amablemente.
-¡Eh, Fred! ¡Ven a ayudar!.- dijo el chico en voz alta
Con la ayuda de los gemelos, el baúl de (T/N) finalmente quedó en un rincón del compartimento.
-Gracias -dijo (T/N), apartándose de los ojos el pelo húmedo.
-¿Qué es eso? -dijo de pronto uno de los gemelos, señalando la brillante cicatriz de (T/N)
-Vaya. Tú eres...? -dijo el otro gemelo
-Es él -dijo el primero-.
-Eres tú, ¿no?.- dijo un poco inseguro dirigiéndose a (T/N).
-¿Quién? -preguntó (T/N) con leve curiosidad.
-(T/N) Potter-respondieron a coro.
-Oh, él. Quiero decir, si, soy yo.-dijo (T/N) tranquilamente.
Los dos muchachos lo miraron boquiabiertos y (T/N) sintió que se ruborizaba. Entonces, para su alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta del compartimento.
-¿Fred? ¿George? ¿Están ahí?.- pregunto la voz de una mujer con curiosidad.
-Ya vamos, mamá dijeron ambos hermanos a coro.
Con una última mirada a (T/N), los gemelos saltaron del vagón.
(T/N) se sentó al lado de la ventanilla. Desde allí, medio oculto, podía observar a la familia de pelirrojos en el andén y oír lo que decían. La madre acababa de sacar un pañuelo.
-Ron, tienes algo en la nariz.- dijo la mujer con leve seriedad mientras trataba de limpiarlo.
El menor de los varones trató de esquivarla, pero la madre lo sujetó y comenzó a frotarle la punta de la nariz.
-¡Mamá, déjame! -exclamó algo avergonzado mientras se apartaba.
-¿Ah, el pequeñito Ronnie tiene algo en su naricita?-dijo uno de los gemelos con burla.
-Cállate.-dijo Ron molesto.
-¿Dónde está Percy? -preguntó la madre algo confundida al no ver a su otro hijo.
-Ahí viene.- dijo uno de los gemelos mientras apuntaba hacia su hermano.
El mayor de los muchachos se acercaba a ellos. Ya se había puesto la ondulante túnica negra de Hogwarts, y (T/N) vio que en el pecho tenía una insignia dorada y roja con la letra P.
-No puedo quedarme mucho, mamá. Estoy delante, los prefectos tenemos dos compartimentos.- dijo con calma
-Oh, ¿eres prefecto, Percy? -dijo uno de los gemelos, con aire de gran sorpresa.
Deberías habernoslo dicho, no teníamos ni idea. -Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo.- intervino el otro gemelo-.
Una vez...
-O dos... -Un minuto...
-Todo el verano...
-Oh, cállense los 2.- dijo Percy, el prefecto.
-Y, de todos modos, ¿por qué Percy tiene túnica nueva? -dijo uno de los gemelos con curiosidad.
-Porque él es prefecto. Muy bien, cariño, que tengas un buen año. Envíame una lechuza cuando llegues.-dijo afectuosamente la madre.
Besó a Percy en la mejilla y el muchacho se fue. Luego, se volvió hacia los gemelos.
-Ahora, ustedes dos... Este año tienen que portarse bien. Si recibo una lechuza más diciéndome que han hecho... estallar un inodoro o cualquier otra cosa habrán grandes consecuencias.- dijo la mujer con seriedad.
-¿Hacer estallar un inodoro? Nosotros nunca hemos hecho nada de eso.- dijo uno de los gemelos fingiendo estar ofendido.
-Pero es una gran idea, mamá. Te lo agradezco.- dijo el otro con emoción.
-No tiene gracia. Y cuiden de Ron.- dijo la mujer manteniendo su seriedad.
-No te preocupes, el pequeño Ronnie estará seguro con nosotros.- dijo uno de ellos con leve burla.
-Cállate -dijo otra vez Ron.
Era casi tan alto como los gemelos y su nariz todavía estaba rosada donde su madre la había frotado.
-Eh, mamá, ¿a que no adivinas a quien acabamos de ver en el tren?- dijo uno de ellos con tono de ligera emoción y juguetón.
(T/N) se agachó rápidamente para que no lo descubrieran.
-Esto va a terminar o muy bien, o muy mal.- pensó (T/N) algo inseguro.
-¿Sabes quién es aquel muchacho de pelo (c/p) que estaba cerca de nosotros en la estación? ¿Sabes quién es?.- dijo el otro fingiendo curiosidad.
-¿Quién?.- pregunto la mujer con bastante curiosidad.
-¡(T/N) Potter!.- dijo la niña con emoción.
(T/N) oyó la voz de la niña, cosa que llamo su atención por lo que se dispuso a poner más atención a la plática de la familia de pelirrojos.
-Mamá, ¿puedo subir al tren para verlo? ¡Oh, mamá, por favor...!.- suplico Ginny con suma emoción.
-Ya lo has visto, Ginny, y, además, el pobre chico no es algo para que lo mires como en el zoológico.- dijo la mujer con un tono de voz tranquilo para calmar las ansias de su hija.
¿Es el de verdad, Fred? ¿Cómo lo sabes?.- pregunto la mujer con curiosidad.
-Se lo he preguntado. He visto su cicatriz. Está realmente allí- contesto uno de los gemelos con simpleza
-¿Es como un rayo?.- pregunto la niña con emoción.
-Pobrecillo... No es raro que esté solo. Fue tan amable cuando me preguntó cómo llegar al andén.- dijo la mujer sintiendo algo de pena por el.
-Eso no importa. ¿Crees que él recuerda cómo era Quien-tu-sabes?.- dijo uno de los gemelos con curiosidad.
La madre, súbitamente, se puso muy seria.
-Te prohibo que le preguntes, Fred. No, no te atrevas. Como si necesitara que le recuerden algo así en su primer día de escuela.- dijo la mujer con gran seriedad.
-Está bien, quédate tranquila.- dijo Fred despreocupadamente.
Se oyó un silbido.
-Dense prisa -dijo la madre, y los tres chicos subieron al tren.
Se asomaron por la ventanilla para que los besara y su hermanita comenzó a llorar.
-No llores, Ginny, vamos a enviarte muchos búhos.- dijo uno de los hermanos con emoción
-Y un inodoro de Hogwarts.- dijo el otro en tono bromista.
-¡George!.- grito la mamá bastante molesta
-Era una broma, mamá.- dijo uno de los gemelos en un tono bastante juguetón mientras reía.
Finalmente y después de que todas las despedidas concluyeron....
El tren comenzó a moverse. (T/N) vio a la madre de los muchachos agitando una mano y a la hermanita, mitad llorando, mitad riendo y corriendo para seguir al tren hasta que éste comenzó a acelerar, entonces se quedó saludando.
(T/N) observó a la madre y la hija hasta que desaparecieron, cuando el tren giró. Las casas pasaban a toda velocidad por la ventanilla. (T/N) sintió una ola de excitación. No sabía lo que iba a ocurrir... pero sería mejor que lo que dejaba atrás.
-Bien, se supone que a partir de este punto puedo dejar de contenerme. Esto será realmente interesante.- pensó (T/N) con emoción.
Sin dudarlo mucho (T/N) hizo aparecer una arma magnum en su mano derecha mientras que en la izquierda creo un cargador lleno.
Con toda la tranquilidad del mundo cargo el arma para después ponerle el seguro, con eso hecho, guardo el arma en el bolsillo de su pantalón para después mirar por la ventana.
-He venido a matar a alguien y lo voy a lograr. No fallare está misión.-pensó (T/N) ahora con algo de seriedad.
Mientras miraba por la ventana sintió un ardor recorrer toda su espalda pero de momento prefirió no darle tanta importancia, ya más tarde tendría tiempo de relajarse y ver de que se trataba. Aunque seguramente sería algún regalo de la muerte o su imaginación.
Mientras pensaba, la puerta del compartimento se abrió y entró en el lugar el menor de los pelirrojos.
-¿Hay alguien sentado ahí? -preguntó levemente nervioso, señalando el asiento opuesto a (T/N).
(T/N) solo lo miro durante unos segundos tratando de analizarlo lo más que podía.
-Todos los demás vagones están llenos.- explicó el chico con el mismo tono.
(T/N) negó con la cabeza y el muchacho se sentó. Lanzó una mirada a (T/N) y luego desvió la vista rápidamente hacia la ventanilla, como si no hubiera estado observándolo. No paso mucho tiempo para que (T/N) notara que todavía tenía una mancha negra en la nariz.
-Eh, Ron....
Los gemelos habían vuelto.
-Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren... Lee Jordan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.- dijo uno de los gemelos con cierta emoción.
-De acuerdo -murmuró Ron.
-(T/N) -dijo el otro gemelo-, ¿te hemos dicho quiénes somos? Fred y George Weasley. Y él es Ron, nuestro hermano. Nos veremos después, entonces.
-Hasta luego -dijeron (TN) y Ron.
Los gemelos salieron y cerraron la puerta.
-¿Eres realmente (T/N) Potter?.-dejó escapar Ron con gran curiosidad y sopesa.
(T/N) asintió con normalidad.
-El mismo que viste y calza. No hay nadie más como yo en el mundo.- dijo (T/N) alegremente.
-Oh... bien, he pensado que podía ser una de las bromas de Fred y George. ¿Y realmente te hiciste eso... ya sabes...? -dijo Ron con curiosidad mientras señalaba la frente de (T/N).
(T/N) se levantó el flequillo para enseñarle la luminosa cicatriz a lo que Ron la miró con atención.
-¿Así que eso es lo que Quien-tu-sabes... Te hizo?.- dijo Ron sorprendido y en voz baja.
-Si. pero no puedo recordarlo.dijo (T/N) algo frustrado por eso.
-¿Nada?-dijo Ron en tono anhelante.
-Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.- dijo (T/N) un poco serio
-Vaya, eso es sorprendente.-dijo Ron.
Contempló a (T/N) durante unos instantes y luego, como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, con rapidez volvió a mirar por la ventanilla.
-¿Son una familia de magos?.- pregunto (T/N) con curiosidad.
(T/N) lanzó aquella pregunta ya que encontraba a Ron tan interesante como Ron a él.
Además de que la información que (T/N) tenía sobre su nuevo mundo era limitada y si quería cumplir su misión requería de más datos.
-Oh, si, eso creo. Me parece que mama tiene un primo segundo que es contable, pero nunca hablamos de él.- respondió Ron tranquilamente.
-Entonces ya debes de saber mucho sobre magia.- dijo (T/N) con curiosidad.
Era evidente que los Weasley eran una de esas antiguas familias de magos de las que había hablado el pálido muchacho del callejón Diagon.
-Oí que te habías ido a vivir con muggles ¿Cómo son?-dijo Ron con bastante curiosidad.
-Horribles... Bueno, no todos ellos. Mi tío y mi primo si lo son. Me hubiera gustado tener tres hermanos magos. En general existe gente increíble y personas a las que te gustaría golpear hasta el cansancio. Aún así, los muggles tienen cosas bastante interesantes.- respondió (T/N) ligeramente molesto mientras varios recuerdos llegaban a su mente.
-Cinco-corrigió Ron. Por alguna razón parecia triste-, Soy el sexto en nuestra familia que va a asistir a Hogwarts. Podría decirse que tengo el listón muy alto. Bill y Charlie ya han terminado. Bill era delegado de clase y Charlie era capitán de quidditch. Ahora Percy es prefecto. Fred y George son muy revoltosos, pero a pesar de eso sacan muy buenas notas y todos los consideran muy divertidos. Todos esperan que me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa, porque ellos ya lo hicieron primero. Además, con cinco hermanos, nunca tienes nada nuevo. Me dieron la túnica vieja de Bill, la varita vieja de Charlie y la vieja rata de Percy.- dijo Ron con diferentes emociones.
Ron buscó en su chaqueta y sacó una gorda rata gris, que estaba dormida.
-Se llama Scabbers y no sirve para nada, casi nunca se despierta. A Percy, papá le regaló un búho porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp... Quiero decir, yo, en cambio, recibí a Scabbers.- dijo Ron en forma de explicación para (T/N).
Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado, por lo que otra vez miró por la ventanilla.
(T/N) no creía que hubiera nada malo en no poder comprar un búho. Después de todo, él nunca había tenido dinero en toda su vida, hasta un mes atrás, así que le contó a Ron que había tenido que llevar la ropa vieja de Dudley y que nunca le hacían regalos de cumpleaños. Eso pareció animar a Ron. ... y hasta que Hagrid me lo contó, yo no tenia ni idea de que era mago, ni sabía nada de mis padres o Voldemort..... Ron bufó.
-¿Qué? -dijo (T/N) confundido por esa última acción de parte de Ron.
-Has pronunciado el nombre de Quien-tu-sabes -dijo Ron, tan conmocionado como impresionado -
-Yo creía que tú, entre todas las personas...
Ron no pudo terminar de hablar ya que fue detenido por (T/N).
-No estoy tratando de hacerme el valiente, ni nada por el estilo, al decir el nombre. Es que no sabía que no debía decirlo. ¿Ves lo que te decía? Tengo muchísimas cosas que aprender. Aunque tampoco creo que sea la gran cosa decir su nombre.-dijo (T/N) levemente tranquilo.
-Por muy poderoso que sea dudo mucho que resista una bala clavada en el entrecejo o en el pecho. Y ni hablar de una espada de energia en el abdomen.- pensó (T/N) con seguridad.
Seguro -añadió, diciendo por primera vez en voz alta algo que últimamente lo preocupaba mucho
-seguro que seré el peor de la clase.- dijo (T/N) ligeramente desanimado.
-No será así. Hay mucha gente que viene de familias muggles y aprende muy deprisa.- dijo Ron para calmar a (T/N)
Mientras conversaban, el tren había salido de Londres. Ahora circulaban veloces por campos llenos de vacas y ovejas. Se quedaron un rato en silencio, viendo campos y caminos pasar fugazmente.
A eso de las doce y media se produjo un traqueteo en el pasillo, y una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:
-¿Queréis algo del carrito, guapos?
(T/N) que no había desayunado, se levantó de un salto, pero las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos. (T/N) salió al pasillo.
Cuando vivía con los Dursley nunca había tenido dinero para comprarse golosinas y, puesto que tenía los bolsillos repletos de monedas de oro, plata y bronce, estaba listo para comprarse todas las barras de chocolate que pudiera llevar. Pero la mujer no tenía mas. En cambio, tenía Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, chicles, ranas de chocolate, empanada de calabaza, pasteles en forma de caldero, varitas de regaliz y otra cantidad de cosas extrañas que (T/N) no había visto en su vida. Como no deseaba perderse nada, compró un poco de todo y pagó a la mujer once sickles de plata y siete knuts de bronce. Ron miraba asombrado mientras (T/N) depositaba sus compras sobre un asiento vacío.
-Tenias hambre, ¿verdad?.- dijo Ron.
-Muchísima -dijo (T/N) dando un mordisco a una empanada de calabaza.
Ron había sacado un arrugado paquete y lo desenvolvió. Contenía cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:
-Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.- dijo Ron levemente asqueado al ver la comida.
-Te la cambio por uno de éstos -dijo (T/N) alcanzándole un pastel-.
Sirvete...
-No te va a gustar, está seca -dijo Ron-. No tiene mucho tiempo... -añadió rápidamente. Ya sabes, con nosotros cinco.
-Vamos, sírvete un pastel -dijo (T/N) con ligera alegría
Esto principalmente por qué desde que renació en ese mundo nunca habia tenido nada que compartir o, en realidad, nadie con quien compartir nada. Era una agradable sensación estar sentado allí con Ron, comiendo pasteles y dulces (los bocadillos habían quedado olvidados).
-¿Qué son éstos? -preguntó (T/N) bastante curioso a Ron mientras tomaba un envase de ranas de chocolate
-No son ranas de verdad, ¿no?.- dijo (T/N) con algo de desconfianza.
Realmente (T/N) Comenzaba a sentir que nada podía sorprenderlo.
-No -dijo Ron- Pero mira qué cromo tiene. A mi me falta Agripa.- dijo Ron con un leve grado de emoción.
-¿Qué?.- dijo ___ confundido.
-Oh, por supuesto, no debes de saber... Las ranas de chocolate llevan cromos, ya sabes, para coleccionar, de brujas y magos famosos. Yo tengo como quinientos, pero no consigo ni a Agripa ni a Ptolomeo.- dijo Ron tranquilamente a modo de explicación.
(T/N) desenvolvió su rana de chocolate y sacó el cromo. En él estaba impreso el rostro de un hombre. Llevaba gafas de media luna, tenía la nariz larga y encorvada, cabello plateado suelto, barba y bigote, Debajo de la foto estaba el nombre: Albus Dumbledore.
-¡Así que éste es Dumbledore! -exclamó (T/N) algo sorprendido.
-¡No me digas que nunca has oido hablar de Dumbledore! -dijo Ron- ¿Puedo servirme una rana? Tal vez encuentre a Agripa... Gracias.. (T/N) dio la vuelta a la tarjeta y leyó:
Albus Dumbledore, actualmente director de Hogwarts. Considerado por casi todo el mundo como el más grande mago del tiempo presente, Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón, y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel. El profesor Dumbledore es aficionado a la música de cámara y a los bolos.
(T/N) dio la vuelta otra vez al cromo y vio, para su asombro, que el rostro de Dumbledore habia desaparecido.
-¡Ya no está!.- dijo (T/N) sorprendido.
-Bueno, no iba a estar ahí todo el día -dijo Ron - Ya volverá. Vaya, me ha salido otra vez Morgana y ya la tengo repetida seis veces... ¿No la quieres? Puedes empezar a coleccionarlos.- dijo Ron ligeramente decepcionado.
Los ojos de Ron se perdieron en las ranas de chocolate, que esperaban ser desenvueltas.
-Sírvete-dijo (T/N) algo divertido con la forma en la que Ron veía a las ranas de chocolate.
-Pero, oye, en el mundo de los muggles la gente se queda en las fotos.- dijo (T/N) algo extrañado por el hecho de que la gente en las fotos se moviera.
-¿Eso hacen? Cómo, ¿no se mueven? -Ron estaba atónito-. ¡Qué raro!.- dijo Ron con la misma sensación que (T/N).
-No se, yo creo que lo raro es que se muevan, pero no se. Quizá depende del punto de vista desde donde lo veas.- dijo (T/N) algo pensativo al respecto.
Pasando a otro tema, (T/N) miró asombrado, mientras Dumbledore regresaba al cromo y le dedicaba una sonrisita. Ron estaba más interesado en comer las ranas de chocolate que en buscar magos y brujas famosas, pero (T/N) no podía apartar la vista de ellos. Muy pronto tuvo no sólo a Dumbledore y Morgana, sino también a Hengist of Woodcroft, a Alberic Grunnion, Circe, Paracelso y Merlin. Hasta que finalmente apartó la vista de la druida Cliodna, que se rascaba la nariz, para abrir una bolsa de grageas de todos los sabores.
-Debes tener cuidado con esas-lo previno Ron- Cuando dice «todos los sabores», es exactamente eso lo que quiere decir. Ya sabes, tienes todos los comunes, como chocolate, menta y naranja, pero también puedes encontrar espinacas, hígado y callos. George dice que una vez encontró una con sabor a duende.- dijo Ron con cierto desagrado al final.
Ron eligió una verde, la observó con cuidado y mordió un pedacito.
-Puaj... ¿Ves? Coles.,- dijo Ron con bastante asco mientras escupía el pedazo
Pasaron un buen rato comiendo las grageas de todos los sabores. (T/N) encontró tostadas, coco, judías cocidas, fresa, curry, hierbas, café y sardinas, y fue lo bastante valiente para morder la punta de una gris, que Ron no quiso tocar y resultó ser pimienta.
En aquel momento, el paisaje que se veía por la ventanilla se hacía más agreste. Habían desaparecido los campos cultivados y aparecían bosques, ríos serpenteantes y colinas de color verde oscuro.
Se oyó un golpe en la puerta del compartimento y entró el muchacho de cara redonda que (T/N) habia visto al pasar por el andén nueve y tres cuartos. Parecía muy afligido..
-Perdón ¿por casualidad no habréis visto un sapo?.- dijo el chico preocupado.
Cuando los dos negaron con la cabeza, y en respuesta el chico gimió de la angustia.
-¡Lo he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!.- dijo el chico algo triste.
-Tranquilo, ya aparecerá -dijo (T/N) con calma.
-Si. Bueno, si lo ven...-dijo el muchacho apesadumbrado y luego se fue.
-No sé por qué está tan triste. Si yo hubiera traído un sapo, lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.- dijo Ron un poco molesto por ese hecho.
La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.
-Podría estar muerta y no notarías la diferencia. Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Voy a enseñártelo, mira.... -dijo Ron con disgusto a la vez que se preparaba para lanzar el hechizo.
Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco.
-Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos...
Acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero acompañado de una niña. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.
¿Alguien ha visto un sapo? Neville ha perdido uno-dijo la chica la cual tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.
-Ya le hemos dicho que no -dijo Ron ya algo cansado del tema pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano.
-Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.- dijo la niña con interés y luego se sentó
Ron pareció desconcertado ante la acción de la niña mientras que a (T/N) le llamo la atención.
-Eh... de acuerdo. -Se aclaró la garganta «Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.
Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers permaneció gris y profundamente dormida.
-¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado?.- pregunto la chica con algo de intriga.
-Algo en ella me recuerda a Verónica, mi líder de escuadrón después de Buck.- pensó (T/N) con algo se seriedad mientras observaba a la chica.
-Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Por cierto, soy Hermione Granger. ¿Y ustedes quiénes son?.- dijo la niña con orgullo y curiosidad la última parte además de decir todo aquello muy rápidamente.
T/N) miro a la chica y luego sonrió, al parecer no era el único que estudió bastante antes de llegar a la estación y luego volteo a ver a Ron y le sorprendió un poco ver en su rostro aturdido que él no se había aprendido todos los libros de memoria.
-Definitivamente me recuerda a Verónica.- pensó (T/N) con cierta nostalgia y bastante seguro acerca de su pensamiento.
-Yo soy Ron Weasley - murmuró Ron.
-Un gusto Hermione, mi nombre (T/N), (T/N) Potter -dijo (T/N) amablemente y con una leve sonrisa.
-¿Eres tú realmente? Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme mejor y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.-dijo Hermione sorprendida.
-¿De verdad? Valla, si que estoy en varios lados.-dijo (T/N) sintiéndose mareado y bastante sorprendido.
-Como odio que se salten información cuando se supone que me van a informar sobre mi trabajo.- pensó (T/N) enojado.
-Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera. ¿Saben a qué casa van a ir? He estado preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. He oído que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y ustedes dos deberían cambiarse ya, vamos a llegar pronto.- dijo la chica de manera mandona.
Y se marchó, llevándose al chico sin sapo.
-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que no esté ella -dijo Ron algo molesto a la vez que arrojaba su varita al baúl.
-Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso.- dijo Ron bastante molesto.
-¿En qué casa están tus hermanos?.- pregunto (T/N) con curiosidad.
-Gryffindor. Mamá y papá también estuvieron allí. No sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.- dijo Ron nervioso.
-¿Esa es la casa en la que Vol... quiero decir Quien-tu-sabes... estaba?.- pregunto (T/N) con aparente calma.
Ajá -dijo Ron mientas se echó hacia atrás en el asiento, con aspecto abrumado.
-¿Sabes? Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras.-dijo ____ tratando de apartar la mente de Ron del tema de las casas.
-Y, a propósito, ¿qué hacen ahora tus hermanos mayores?- pregunto (T/N? manteniendo la neutralidad en su voz.
(T/N) se preguntaba qué hacía un mago una vez que terminaba el colegio.
-Charlie está en Rumanía, estudiando dragones, y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts ¿Te enteraste de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban. Lo que pasó es que trataron de robar en una cámara de alta seguridad.- dijo Ron bastante sorprendido al respecto de la noticia.
(T/N) también se sorprendió ante aquella revelación.
-¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?.- pregunto (T/N) con cierto interés en la historia.
-Nada, por eso son noticias tan importantes. No los han atrapado. Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien-tu-sabes esté detrás de ello.- dijo Ron con algo de seriedad.
(T/N) repasó mentalmente las noticias. Había comenzado a sentir una punzada de miedo cada vez que mencionaban a Quien-tu-sabes pero no iba a dejar que eso lo afectara, después de todo el había Sido traído de otro mundo para eliminarlo y aunque se suponía que aquello formaba parte de entrar en el mundo mágico, pero era mucho más agradable poder decir «Voldemort» sin preocuparse.
-¿Cuál es tu equipo de quidditch -preguntó Ron con interés.
-Eh... no conozco ninguno -confesó (T/N) un poco decepcionado por eso.
-¿Cómo? Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo... -
Y a partir de ese momento Ron se dedicó a explicarle todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera dinero. Estaba explicándole los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger.
Entraron tres muchachos, y (T/N) reconoció de inmediato al del medio: era el chico pálido de la tienda de túnicas de Madame Malkin, el cual también miraba a (T/N) con mucho más interés que el que había mostrado en el callejón Diagon.
-¿Es verdad? Por todo el tren están diciendo que (T/N) Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?.- dijo el chico con seriedad.
-Si, soy yo ¿Por qué?.- respondió (T/N) con el mismo tono mientras se levantaba lentamente de su asiento.
(T/N) observó a los otros muchachos. Ambos eran corpulentos y parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecian guardaespaldas.
-Aunque imponen por lo corpulentos que son, estoy seguro de que no son oponentes dificiles. He derribado cosas más grandes que ellos.- pensó (T/N) con seriedad.
-Oh, éste es Crabbe y éste Goyle.-dijo el muchacho pálido con despreocupación, al darse cuenta de que (T/N) los miraba. Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy.- dijo Draco educadamente.
Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco (dragón) Malfoy lo miró.
-Te parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y más hijos de los que pueden mantener.- dijo Draco con desagrado y casi odio.
Dicho eso, volvió la vista hacia (T/N)
-Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Yo puedo ayudarte en eso.- dijo Draco aún con bastante arrogancia y superioridad.
Dicho eso, Draco extendió una mano para estrechar la de (T/N) y este la acepto.
-Solo ten en cuenta una cosa Malfoy, yo no me guío por lo poderosa que sea una familia de magos, si no por el valor de cada individuo y esa actitud tuya honestamente me molesta pero no importa. No serías el primero que elimino gracias a ese tipo de actitud. Es más, te voy a dar un sabio consejo. Jamás subestimes a alguien por su apariencia.- dijo (T/N) con seriedad y molestia.
Antes de soltarle la mano a Draco (T/N) aplicó un poco de presión haciendo que este soltará un quejido de dolor al mismo tiempo que ponía una cara de desagrado.
-Ademas, creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias -dijo (T/N) con frialdad.
Draco Malfoy no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas mejillas. No sabía exactamente por qué pero desde ese momento supo que no sería sencillo ir en su contra.
-Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminarás como ellos.- dijo Draco aún sin bajarse de su orgullo y arrogancia.
Ron se levanto de asiento para después ponerse junto a (T/N). El rostro de Ron estaba tan rojo como su pelo.
-Repite eso.-dijo Ron bastante enojado.
-Oh, van a pelear con nosotros, ¿eh?-se burló Draco con una risa arrogante.
.
-Draco, piénsalo bien. Si no se van ahora mismo. No me voy a contener. -dijo (T/N) bastante serio.
A pesar de que Crabbe y Goyle parecían mucho más fuertes que él y Ron, lo cierto es que (T/N) había derribado en el pasado cosas más grandes en poco tiempo por lo que realmente no se sentía amenazado.
-Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y parece que ustedes todavía tienen algo.- dijo Malfoy con aparente calma.
Goyle se inclinó para tomar una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero, antes de que pudiera tocar a Goyle (T/N) le ganó para después jalarlo hacia el y tocar varios puntos de presión haciendo que Goyle cayera al suelo inmóvil.
Goyle estaba asustado y confundido, mientras que Draco y el otro retrocedieron mientras Goyle hacia todo lo posible para tratar de ponerse de pie mientras gritaba de dolor, hasta que, finalmente Draco lo levanto, mientras tanto el otro trato de golpear a (T/N) pero este lo tomo del brazo y lo estrelló contra la ventanilla, tras recuperar del golpe el chico regreso junto a Draco para posteriormente salir los 3 rápidamente de ahí.
Tal vez pensaron que (T/N) podía llegar a hacerle algo más, o quizá oyeron los pasos porque, un segundo más tarde, Hermione Granger volvió a entrar.
-¿Qué ha pasado?.-preguntó, mirando las golosinas tiradas por el suelo y a Ron, que cogía a Scabbers por la cola, la cual ya ha vuelto a dormirse.
-Creo que se ha desmayado -dijo Ron a (T/N) Miró más de cerca a la rata-. No, no puedo creerlo, Y era asi.
-¿Conocías ya a Malfoy?.- pregunto Ron curioso.
(T/N) le explicó el encuentro en el callejón Diagon.
-He oído hablar sobre su familia. Son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien-tu sabes desapareciera. Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro-dijo Ron en tono lúgubre y luego se giró hacia Hermione.
-¿Podemos ayudarte en algo?.- pregunto (T/N) amablemente.
-Sera mejor que se apuren y se cambien de ropa. Acabo de ir a la locomotora, le he preguntado al conductor y me ha dicho que ya casi estamos llegando. No sé estaban peleando, ¿verdad? ¡Van a meterse en problemas antes de que lleguemos!.- dijo Hermione con tono de regaño.
-En mi defensa solo diré que ellos empezaron. Relájate Hermione este lugar se acaba de poner interesante- dijo (T/N) tranquilamente.
-Bueno ¿Te importaría salir para que nos cambiemos?.- dijo Ron tratando de sonar amable.
-Muy bien... He venido porque afuera están haciendo cosas infantiles y corriendo por los pasillos - dijo Hermione en tono despectivo
Antes de que alguno pudiera mencionar algo más, Hermione volvió a hablar.
-A propósito, ¿te has dado cuenta de que tienes sucia la nariz?.- dijo Hermione algo curiosa mientras señalaba a Ron.
Ron le lanzó una mirada de furia mientras ella salia. (T/N) miró por la ventanilla. Estaba oscureciendo. Podía ver montañas y bosques, bajo un cielo de un profundo color púrpura. El tren parecía aminorar la marcha.
Él y Ron se quitaron las camisas y se pusieron las largas túnicas negras. La de Ron era un poco corta para él, y se le podían ver los pantalones de gimnasia.
Una voz retumbó en el tren.
"Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán aparte a la escuela."
El estómago de (T/N) se retorcia de nervios y Ron, podía verlo, estaba pálido debajo de sus pecas. Se llenaron los bolsillos con lo que quedaba de las golosinas y se reunieron con el resto del grupo que llenaba los pasillos.
El tren aminoró la marcha hasta que finalmente se detuvo. Todos se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. (T/N) se estremeció bajo el frío aire de la noche. Entonces apareció una lámpara moviéndose sobre las cabezas de los alumnos, y (T/N) oyó una voz conocida.
-¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien por ahí, (T/N)?.- dijo un hombre bastante alto felizmente.
La gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegria sobre el mar de cabezas.
-Vengan por aquí, siguanme... ¿Hay más de primer año?.- pregunto Hagrid serio.
Miren bien dónde pisan. ¡Los de primer año, Siguanme!.- ordenó Hagrid.
Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un empinado y estrecho sendero. Estaba tan oscuro que (T/N) pensó que debía de haber árboles muy tupidos a ambos lados. Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando.
-Si esto sigue así de oscuro utilizaré el traje para ver mejor.- pensó (T/N) serio.
-En un segundo tendrán la primera visión de Hogwarts.-anunció Hagrid por encima del hombro-justo al doblar esta curva.
Se oyó un fuerte jooooooh!
El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. Encaramado en la cima de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torreones.
-¡No más de cuatro por bote!-gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla.
(T/N) y Ron subieron a uno, seguidos por Neville y Hermione.
-¿Han subido todos? -continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo- ¡Venga! ¡ADELANTE!
Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco donde se erigía.
-¡Bajen las cabezas! -exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, donde treparon entre las rocas y los guijarros.
-¡Oye tu, el de allí! ¿Es éste tu sapo? -dijo Hagrid, que miraba en los botes a medida que la gente bajaba de ellos.
-¡Trevor! -gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos.
Luego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.
Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.
-¿Están todos aqui? Tú, ¿todavía tienes tu sapo? Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.
-Muy bien, pateemos la puerta.-penso (T/N) bastante determiando.
Fin del capítulo 5
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top