Capitulo 15

Existe un viejo refrán, no soy mucho de esas cosas pero escuche por hay que lo dijo Howard Phillips Lovecraft, "mira el interior del abismo y el abismo te devolverá la mirada" como dije no me gustan para nada los refranes porque no lo entiendo y prefiero más las peleas que acertijos y esas cosas.

Pero ¿Que tiene que ver esto con lo que había sucedido?. Pues nada, solo ... quería decirlo.

Sonia había llegado, después quince largos años ella había regresado. En otras situaciones estaría feliz pero ella me atacó, me culpo de ser un asesino y me dijo hijo de Satanás. ¿Cómo fue que ella se dió cuenta de esto?.

Lo único que se me entra en la cabeza fue que Lucifer estubo con ella por todos estos años; y en un caso más hipotetico y menos lógico es que los angeles se la llevaron y la convirtieron en un soldado.

¿Porque Miguel le interesaría un humano?.

Claro. Soy el maldito anticristo. Y supuestamente voy a traer la destrucción al mundo dentro de dos años y ella lo sabe.

Tengo que hablar con mi tío y conseguir una forma de ir al Cielo para poder conversar con los angeles. Que tan difícil podría ser.

Por mi culpa, por culpa de quien fue una vez una amiga, Percy casi fue atacado. Él no está listo; no puede ir a la guerra contra la devastación.

Tengo ... tengo miedo que por mi culpa Percy pueda morir.

- ¿Dónde lo encontraste?. -escuche la voz de Annabeth.

Había olvidado que Sonia había incendiado prácticamente una parte de la escuela. Estábamos huyendo de la policía y posiblemente todo el departamento de policías del condado y tal vez del gobierno mismo.

Según para los humanos, no es normal que el fuego aparezca de la nada y que de pronto un tipo de casi dos metros con treinta destruya un muro para que alumnos fueran a escapar.

- Es Tyson. -recomponiendome, hablé, llamando la atención de Annabeth. - Es un amigo de Percy.

- ¿es un sin techo?.

- ¿Y eso que demonios tiene que ver?. Puede oírte ¿Sabes?. Podrías mostrar un poco más de respeto a Tyson y preguntarle.

- ¿Puede hablar?. -pregunto la hija de Atenea con un semblante sorprendido.

- Si. Puedo hablar. -exclamo Tyson. Me dió ligera gracia ver como un niño como él pero de casi llegando a mi altura se comportaba como un tonto enamorado frente a Annabeth. - Tú cabello es hermoso.

- ¡Puaj! ¡Asqueroso!- exclamó, con asco, apartándose de él.

Gruñi ante esto. Alertando a la hija de Annabeth quien capto mi mirada y desvío la suya.

Se perfectamente que Tyson tuvo una vida difícil viviendo en los callejones de la ciudad hasta que fue "rescatado" por Merriwether solamente por un acto de "buena fe" más bien siendo una excusa para mostrarles a todos que eran inclusivos o algo así.

Tyson no era el chico más agraciado ni mucho menos pero no es excusa para que le molesten por esas nimiedades ni mucho menos. Es como decir que te gusta burlarte de un paraplejico solo por haber nacido como ciego, sordo, mudo etc.

Escuche el sonido de las sirenas más cerca de lo normal. En mi caso no me afectaría para nada las balas de los policías pero Annabeth, Percy y Tyson no lo aguantarian para nada.

- Niña. -llame a Annabeth fijamente- Llévate a los chicos al campamento mestizo. Habla con Quiron sobre la situación.

- Espera, ¿Que estás tratando de decir?. -me pregunto Percy.

- Voy a distraerlos para que puedan ir al campamento. -dije mirando a Percy.

- Yo....no hagas nada malo, ¿Está bien?.

Sonreí de lado y le dije que si.

Saliendo del callejon fui directo hacia las calles de la ciudad. Levantando mis manos, me pare frente a frente a los oficiales de policía del lugar. Uno de ellos hablo por la radio de su pecho.

- Lo hemos encontrado. -exclamo aquel oficial.

Empezaron a apuntarme con sus armas fijamente mientras se acercaban a mi con esposas, mire fijamente a aquellos hombres que estaban impresionados por mi altura.

- Wow...-una mujer policía habló, acercandose a mi y estando nerviosa al haberse encontrado con mi mirada. - Las manos en la espalda. Tienes derecho a un abogado.

Me gire, puse las manos en la espalda como dijo ella y empezaron a ponerme las esposas sin embargo estás estaban bastante pequeñas que no me servían para nada. Pero cuando lograron ponerla por pura fuerza estás estaban a nada de romperse y con una ligera fuerza se destruyeron al instante.

- Dudo mucho que vuestras esposas me quepen. -dije con seriedad. Luego alce mi vista a los autos de policía que estaban lejos de mi. - Y también dudo que yo quepa en vuestros autos.

Mis oídos captaron los gritos de unas mujeres y por el rabillo del ojo ví un taxi que corrio a una velocidad monstruosa evadiendo todos los autos y a los mismos oficiales. Ahi estaban Tyson, Percy y Annabeth y delante del coche tres brujas que se peleaban por algo.

No habían pasado ni cinco minutos cuando lograron meterme en el auto de policía y llevarme directamente hasta comisaría, todos los oficiales, mujeres y hombres, me miraban impresionados por la altura. ¿Jamás habían visto alguien de mi tamaño?.

Fue lo que había pensado pero siendo sincero puede que no, al menos no uno que no este enfermo o con alguna discapacidad física.

- Muy bien chico. Hagamos esto fácil. -uno de los oficiales exclamó, sentado frente mío, mientras otro estaba apoyando en el cristal del otro lado. -Varios testigos afirman que has incendiado el terreno de juegos de la academia Merriwether. -dijo, abriendo las carpetas y mostrando varias fotos donde yo estaba, básicamente mostrando que yo era un bandalo. - También nos han informado que has secuestrado a tres niños de la academia. ¿La pregunta aquí, es porque lo has hecho o es que acaso había algún motivo?.

No dije nada. Simplemente me quedé mirándo a los ojos de manera fija al oficial y este se movió de un lado a otro, incómodo, por la intensidad de mi mirada.

Desvíe mi vista de él para mirar la vitrina. Era obviamente una insonora incapaz de escuchar lo que decía al otro lado y tampoco podía ver lo que pasaba de ese lado pero ellos podían verme y escucharme. Lastima que no soy humano.

- Rubia. Ojos azules. Madre de una niña. Actualmente en una relación disfuncional. -dije mirando fijamente al cristal. Precisamente a la mujer quien yo escribí.

- Que. -el oficial miro detrás Pero no había nadie o eso es lo que quería hacerme entender. - De que hablas. No hay nadie ahí.

- ¿Te llama Dan, no es así?. -dije preguntando. Él se puso nervioso y asintió lentamente. - ¿Cómo está tu hija Dan?.

- ¿Que quieres decir con eso?. -exclamo molesto levantándose y azotando la mesa. Yo simplemente sonreí ante esto.

- Dan. Calmate. -el otro oficial de policía le tomo del brazo y le susurro en el oído. - Solo está provocandote.

- Samuel Smith. Soltero. Crias actualmente a la hija de tu hermano ya fallecido. -mire al otro oficial quien me miro fijamente.

- Algo está mal. -hablo la mujer rubia. Chloe Decker, desde el otro lado de la vitrina a los demás compañeros suyos. Iba a ir hasta la puerta pero mi mirada cayó en ella y empezó a calentarse a muchos grados la manecilla. Por suerte ella no pudo tocar a tiempo aquella cosa para no quemarse. - ¡Que demonios!.

- No me gusta para nada que me hagan perder mi tiempo. Oficiales. -exclame. Levantandome y superando su altura con creces. Ellos alzaron la vista retrocediendo hacia atrás por miedo hacia a mi. - No molesten. Ustedes los humanos son muy aburridos.

- ¡Dan, sal de ahí!. -exclamo uno de los oficiales de policía al otro lado de la puerta.

Mire fijamente a las camaras de la habitación y estás se destruyeron por completo, más precisamente las luces empezaron a parpadear y a romperse una por una excepto una que estaba iluminando a los dos oficiales.

Dan empezó a golpear la puerta y empujarla. Yo por mientras dentro mío me estaba riendo y aguantandome la risa para no soltarla. Fui directo contra la ventana de la habitación y puse mi mano en ella, todos estaban viendo como yo estaba frente de ellos y empezaron a gritar cuando mi mano comenzó a expulsar fuego y explotar todo el lugar.

La comisaría se lleno de humo y vapor. Volviendome indetectable pero sin embargo antes de poder irme y cuando llegue ya afuera sentí que alguien me apuntaba la frente.

Era la inspectora Becker quien estaba apuntandome con su arma fijamente.

- Las manos detrás. Estás arrestado. -exclamo ella fijamente; pero sus manos estaban temblando.

Sonreí ante esto; levanté mi mano y agarre su pistola y mano, por consecuencia ella me disparó pero su arma no me ha afectado y lo único que consiguió fue que se destruyera completamente. Dio un grito ante esto, asustada retrocedió.

Me acerque a ella fijamente. Sin embargo sus ojos eran ... bastante llamativos ahora que la miraba fijamente.

- No quiero volver a veros, oficial. -dije. Ella empezó a respirar con fuerza y yo acerque mi mano a su uniforme, abriendo uno de sus bolsillos y dejando la bala destruida en ella. - Mi mundo no es apto para ustedes los humanos.

- Que ... Que demonios eres tu -

Cuando me di media vuelta le hice una seña de despedida, di un fuerte puñetazo al muro destruyendolo. Al salir de la comisaría fui directo hacia las calles y mirando arriba habían varios helicópteros afuera, suspiré resignado a esto y forme en mi mano un relámpago de fuego y lo lance a las hélices de la maquinaria escuchando los gritos de miedo de los humanos.

Di un salto bastante grande llegando a estar en la altura del helicóptero que se estaba desestabilizando y rompí las puertas agarrando a los pasajeros y los oficiales para posteriormente ir a lanzarme contra el edificio más cercano.

Estando en dicho edificio, estiré mi mano hacia el helicóptero que se detuvo en pleno vuelo y empezó a acercarse a mi. Las flamas que estaban destruyendo dicho helicóptero comenzaron a rodearlo hasta ir en linea recta hacia mi cuerpo fusionandose con mi ser.

Agarre el helicóptero por la parte de atrás y lo lleve al edificio. Dejando a los oficiales solos y pasmados por lo que había sucedido.

Comencé a correr a gran velocidad a la vez que saltaba, mi objetivo ahora mismo era ver a Percy y asegurarme de que este bien. Si algo le llegase a pasar dudo mucho que pueda perdonarme al respecto.

- Que onda sobrino. -di un salto esquivando las escaleras de incendio del edificio en que estaba para posteriormente aguantarme por un poster e impulsarme con más fuerza siendo prácticamente irme volando.

- Lucifer ahora no tengo tiempo para ti. -gruñi ante esto. Logre frenar mi vuelo y caer de pie frente de la calle, un carro me atropello pero no logro moverme sino más bien el auto se rompió el capo.

- Sabes algo. Envié a una sirvienta mia a mandarte saludos -cuando volví a emprender carrera escuché la voz de Lucifer. - Es una amiga tuya.

- Porque enviaste a Sonia hacia a mi. Que mierda le dijiste. -gruñi con rabia. Subí por las partes metálicas del puente. Mordí mi labio con fuerza y aumente mi velocidad aún más rápido llegando a salir del mismo puente y llegando hasta los bosques.

- Nada. Solamente que eres hijo de Saty, que eres mitad demonio y que por tu culpa fuiste tú, ella y vuestros amigos aquella iglesia satánica. -Lucifer apareció como un niño pequeño sentando en mi hombro mientras bebía un té, por su olor era caliente. - Por cierto, el campamento mestizo está siendo atacado y en menos de treinta segundos tus amigos van a llegar ahí.

- Luego tendremos esta conversación. -maldita sea. Mientras corría estiré mi mano hacia detrás mía sintiendo una enorme vibración en la palma de esta. El sonido del metal moviéndose resonó mis oídos hasta que de pronto sentí la espada de Luke en mi mano.

Maldita sea. Juro que cuando vea a Luke lo voy a matar. No me importa  si tengo que destruir el maldito olimpo entero. La seguridad de Percy .... De mi hijo está primero.

El aire a mi alrededor empezó a quebrarse como si fuera el vidrio rompiéndose cuando chocas contra el, como si una barrera se destruyera completamente. Mi cuerpo empezó a arder con mayor intensidad.

- ¡¡¡PROMETO QUE, -exclame con ira- POR EL RIO ESTIGIA, DARE MUERTE A LUKE CASTELLAN, NO IMPORTANDO EL COSTO DE MIS ACTOS!!!.

Un rayo resonó arriba de mi. Sabiendo perfectamente que mi promesa fue veredicto al río de Estigia.

Mire al frente mío. Me acercaba como si nada al campamento y las voces de mi cabeza me decían y me imploraban cosas <<destruye al hijo de Hermes, debora su sangre y consume su corazón>>.

No dejare que una profecía dicte el camino de Perseo, y tampoco dejaré que él valla a participar en una guerra.

Cómo mi cuerpo en llamas estaba, exploto cuál explosivo y de aquella explosión di un enorme salto mientras mis brazos se convertían en alas de fuego que comenzaba a sobrevolar por los alrededores.

Estaba arriba de lo árboles del campamento y con ello mi vista se encontraba molesta al ver como atacaban lo que fue mi hogar antaño. Y con un grito de bestia lo suficientemente fuerte comencé a caer en picada contra aquellos toros mecánicos.

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