Un año.

Un año ya ha pasado desde que me había unido a ese círculo de niños estúpidos llamados semidioses. Donde conocí no solo a Perseo sino que a su madre, Sally, y a los semidioses del campamento Mestizo como algunos dioses entre ellos mis dos hermanos mayores y mis sobrinas.

Vivir con ellos me resulta incómodo debido que por tanto años viviendo en la calle ya hizo que me gustase seguir viviendo en ese lugar.

Debido a esto tuve pesadillas por un mes donde yo y Percy combatiamos contra monstruos y Titanes, parecía que éramos los únicos sobrevivientes. Pero luego esa parte se escuchaba para dar espacio a un mar profundo y vacío dónde todo era oscuridad excepto para dos ojos enormes.

Siempre despertaba debido a que aquella criatura rugia como el despegar de un cohete o la explosión de ira de un combate al iniciar su batalla para luego tener que despertar y ver qué estaba en casa y eso no fue real para nada.

Y así fue pasando días tras días, dejándome algunas veces con un leve aturdimiento en la cabeza que luego se arregló.

Me encontraba acostado en el sofá del salón del departamento. Estiré mis brazos y bostece, mire el reloj y todavía era por la mañana. Salí hacia afuera y me repose en el barandal. Pocos autos pasaban por las calles y algunas personas más.

Percy había dejado oficialmente Yancy para irse a estudiar en otra escuela dónde podría irle bien al chico. Como su naturaleza lo sugiere sigue siendo un chico inquieto y revoltoso pero pudo hacer un amigo Tyson. Un chico demasiado alto pero no tanto como yo, diría que es uno con noventa.

Un chico demasiado raro pero buena gente.

Escuche la voz de Sally y gire mi cabeza para ver cómo Percy iba bajando y fueron ambos a la cocina. Hoy era el último día de escuela para el niño, sin embargo el no está muy contento que digamos, supongo que tuvo algún sueño otra vez.

Me acerque a él y le di una palmada en la espalda para posteriormente sentarme a su lado. Estaba, obviamente, desayunando la comida que su madre le había dado. Gofres azules. Cuando ví esto por primera vez al llegar a su hogar me impresione un poco por esto pero luego se convirtió en un hábito que veía todos los días en Percy comiéndo esto.

Supongo que será por ser hijo de Poseídon.

A pesar del gusto, Percy no comía con tanto placer el desayuno que su madre le preparo. Ella, quien llevaba la vestimenta de su trabajo junto a una falda, miro a su hijo y alzo una ceja hacia arriba.

- ¿Te encuentras bien, Percy?.

- Si ... Perfecto.

Mire al chico con seriedad y supongo que él se dió cuenta de mi mirada porque puso esa cara de dominado cada vez que yo llego a regañarle por sus tonterías.

- ¿Es el colegio o...?

- Creo que Grover está en peligro. -Percy entonces nos contó a ambos todo lo que él soño y vio.

Sally apretó los labios y yo no me preocupe por esto. Los sátiros son bastante escurridizos y molestos, ellos siempre logran escapar cuando la situación lo amerita.

Mire a Sally, ella no quería hablar del tema fuera de casa. Quería que su hijo pudiera vivir como un humano normal con ella y que socializará con otros humanos normales.

Y sin embargo ella sabía de la situación del sátiro.

- Yo no me preocuparia demasiado en eso cariño. -Sally dijo. Limpiándose las manos con una toalla debido que se encontraban mojadas por limpiar los platos.- Grover ya es un sátiro mayor. Y si hubiese algún problema, Quiron ya nos hubiera contactado desde el campamento. -decir eso hizo que la misma Sally hiciera una mueca.

- ¿Pasa algo?

- No. ¿Sabes que vamos hacer?. Esta tarde iremos a celebrar el fin de curso. Iremos los tres juntos con Tyson. Os llevaré a Rockefeller Center, a esa tienda de monopatines que a ustedes dos OS gusta tanto.

- Espera. -dijo Percy- Creí que esta tarde íbamos a preparar mis cosas para ir al campamento.

- Recibímos un mensaje. -dije.- Ayer. Quiron nos lo dió.

- ¿Que te dijo?

- Dijo que ir al campamento en estos instantes podría ser peligroso. -le dije- Sally y yo estuvimos hablándolo y decidimos que no puedes ir, que debemos aplazar la fecha hasta que todo esté seguro.

- ¿Aplazarlo?. ¿Cómo podría ser peligroso el campamento?. ¡Soy un Mestizo, y tu también lo eres! ¡El campamento es el lugar más seguro del mundo que existe!. ¡La profecia dicta que un hijo de los tres grandes salvará el mundo!

- ¡¡No!! -exclame, molesto azotando la mesa y levantandome asustando a Percy y Sally. - En está mesa, en esta casa no hablaremos de profecías alguna. Tú no eres ese niño de la profecía. Puede que sea otro. Y si esa profecía nos lleva a la guerra, haré lo imposible que no te metas en ella.

- También te conviene a ti. Eres hijo de una Titanide.

- Eso no importa. Perseo tu eres mi.... Eres Perseo Jackson. Hijo de una humana. Y tú niño, no irás a una guerra donde no estás listo.

- Es mi destino. Y si mi destino dicta que tengo que salvar el mundo entonces lo haré. -Percy se levantó de la mesa- Ya no tengo hambre.- Percy se fue directo hacia al salida.

- Niño, vuelve.

- No. Me lo dejaste bien claro. No soy tu hijo y mucho menos eres mi padre.

Al irse del departamento Percy azotó la puerta con fuerza y yo me quedé cansado y agobiado en la silla. Lleve mis dedos hacia mis sienes para calmarme aunque sea un poco.

Sentí que alguien apretaba mi mano con fuerza y fue Sally. Logre tranquilizarme un poco por ella.

- No debes enfurecerte por las cosas que dice Percy. -dijo.

- Lo se, Sally. -Tome su mano y acaricie sus dedos. - Es que me preocupa mucho que Percy quiera dejar que el destino decida su vida. No quiero que eso pase. Él... él tiene mucho por lo que vivir. Y además ... No quiero que muera por mi culpa.

- Tú no tienes la culpa de nada. Ricardo. -me dijo apretando mi mano con más fuerza. - Tú no elegiste nada de esto y sin embargo decidiste sobrellevar esa carga en tus hombros como nadie nunca lo ha hecho. Eres alguien muy fuerte y protector, Percy te ama y te admira.

- Ese niño me va a sacar canas en el pelo. -murmure y ella se rió ante esto.

- Así son los hijos. Cuando tengas los tuyos propios sabrás cómo es el labor de un padre y que los hijos son lo más grande del mundo. -miro hacia el frente y una lágrima cayó de su mejilla- No soy una diosa, ni soy una semidiosa ni una bruja ni nada. Sin embargo si tengo que proteger a mi hijo de cualquier amenaza entonces lo haré. Incluso si es de ti.

Sonreí ante esto y asentí.

No sé si algún día tendré hijos, y no sé si llegaré a ser un mejor padre que él mío. Eso no lo sé, solo se que no voy a meterme dentro de mi hijo para renacer y matar a todos y conquistar el mundo.

- Por cierto. -sali de mi mundo para escuchar lo que tenía que decir.- Pandora. Cuida bien de Ricardo y si intenta hacer alguna estupidez, frenalo.

- Si señora Jackson.

Pandora se materializó al lado de Sally y dijo eso para luego irse.

Cuando Sally y yo habíamos tomado confianza le había contado todo de mi. Mi origen, mis padres, dónde soy, todo lo que soy e incluso le conté sobre Pandora. Ella y Pandora, quien es básicamente mi hija, se hicieron amigas a partir de nada supongo que es porque ambas son mujeres.

Pandora es yo y yo soy ella por más raro que suene es así. Está enlazada a mi alma, pocas veces demostró ser capaz de controlar mi cuerpo a voluntad o cuando estoy dormido y sin embargo no lo hace salvó a la hora de comer.

Cómo espíritu carece de carne y huesos pero su forma astras lo compensa para poder materializar su cuerpo en los lugares donde yo esté.

Cuando intenté matar a Luke, pude encubrir mi cuerpo de llamas, no sabía bien su mi Pyrokinesis es debido a ser hijo de Satán o el trauma que genero mi cuerpo cuando me deboraban aquellos monstruos.

Hablando de monstruos. Se que Sally no quiere hablar acerca de la profecía ni desea nada de eso, y mucho menos yo, pero cada vez que era de madrugada siempre íbamos ambos a las afueras de la ciudad para entrenar y que maneje el uso de sus habilidades acuáticas.

Según me había explicado, actúa bajo presión, y accede a sus capacidades cuando está en un estado completa de ira o en shock.

El niño es fuerte pero ante un ejército de monstruos o de algún guerrero capacitado no puede ganar.

- Iré a ver como está Percy. -me levanté de la mesa pero Sally seguía sosteniendo mi mano. - ¿Sally?.

- Escúchame Ricardo. -ella se levanto y camino hacia a mi.- Se que no te conozco para nada, sin embargo se bien lo que sientes. No puedes vivir con ese dolor que tienes dentro tuyo. Si necesitas una mano, puedes contar conmigo.

- Sally. Ya soy un adulto.

- ¿Y que?. Puede que no sea tu madre pero puedo darte concejos como si fuera una. -me rendí ante ella. Tenía razón. - Llevas un trauma y el miedo de que si algo sale mal pienses que es por tu culpa cuando no es así. Protege a mi hijo, pero sobre todo protegete a ti mismo. Eres fuerte pero tras esos músculos está un niño que quiere ser amado. No siempre puedes solucionar las cosas tu solo, necesitas amigos, tú solo no eres suficiente.

A pesar de sus palabras. No entendí o no quise entender que quería decirme. Yo .... No necesito a ningún amigo ni un compañero. No después de ver como todos los que una vez quise murieron en aquella iglesia.

Fui al sofá y tome a Backbitter. Y la guarde en el estuche de una guitarra para que nadie pueda ver qué tengo una espada. A veces me preguntaba si Luke simplemente era estúpido al aliarse con Crono o si tenía razón sobre lo que decía.

Aun no me quito de la cabeza todo el que él me dijo.

Somos iguales.

Él no sabía nada de mi y yo no sabía nada de él. ¿Somos iguales?. Si, como no. Perdió una misión por intentar tomar las manzanas de las Hesperidas y Ladon le dejo una cicatriz en el ojo. Luego formó un berrinche.

Lo siento Luke no somos iguales para nada.

Por más bueno que yo sea con las personas; odio a los traidores, y si veo a Luke lo matare con su propia arma.

Me vesti con una camiseta de mangas, un abrigo de piel y unos pantalones militares largos de color negro gris. Lleve la funda de la guitarra con Backbitter en su interior y me largue del departamento bajando por las escaleras hasta llegar finalmente a las calles.

Cuando llegue espero que al menos Percy este más calmada que antes. Ese niño y yo tenemos que hablar de muchas pero muchas cosas.