Capitulo 1

Si tuvieras que elegir entre vivir en una casa acomodada y con una buena familia que te amén y te adoren o vivir en plena soledad por casi 20 años sobreviviendo en las calles como un perro de mierda ¿Que elegirias?.


Eso y ser semidios.

No respondas. Se la respuesta.

Por muchos años me he estado preguntando porque tengo tanta mala suerte, porque soy pésimo en todo, porque siento que todos me odian.

Bueno, vivir en un convento de monjas no ayuda debido a mis orígenes para nada buenos.

Escribo esto solamente porque Artemisa me dijo que sería una buena idea para desahogarme. Espero que tenga razón.

Volviendo al tema, si, 20 años o menos viviendo solo. Y también, los cinco peores años de mi vida la pasé en un convento de monjas dónde si bien no recibía golpes si recibía insultos de cualquier tipo.

-demonio, hijo del mal, diablo, anticristo, hereje-

Entre otras cosas más. Pero eso son suaves.

Después de irme del convento, me fui a vivir en las calles, lamentablemente no puedo pedir mucho en mi país natal de nacimiento (Cuba), de todos los países ¿Porque mamá me dió a luz en uno donde todo se va a la mierda?.

Debido a esto, forje un carácter agresivo contra todos los que me llegó a enfrentar o a tener un conflicto por menor que fuese e incluso gracias a los genes de papá quien me provoca ira extrema como si lo único que mi cuerpo entendiese fuese la sangre y la pelea.

Tuve varios empleos y sin embargo ninguno fue realmente bueno (la economía del país se estaba yendo a la mierda debido a Fidel), jamás fui a la escuela o tuve estudios algunos por lo cual si, soy analfabeto.

Por decirle esto a Atenea casi le da un paro.

Y te preguntarás ¿Cómo si eres latino llegaste a Estados Unidos?.

De la forma más simple pero efectible de todos. Me robe una lancha.

No podré volver a mi país pero es un riesgo que estoy dispuesto a pasar.

Cuando llegue tuve un plus de dolor de cabeza, debido a que no entendía para nada el idioma inglés del país y mucho menos entenderlo bien debido a mi dislexia, y sin embargo como si Dios me amase de repente empecé a entender el idioma como si fuera el español.

Curioso.

Dejando de lado todo esto. Mi nombre es Ricardo Alejandro. Un semidios, y por ende un imán de problemas.

¿Ustedes vieron aquella vez que se destruyó el monumento más importante para Atenea en Boston?, mis disculpas que fui yo, me atacó un monstruo.

Dato curioso de aquellos cabrones, al ser un semidios proveniente de una mujer como lo es mi madre (Titanide) mi olor es jodidamente inmenso, tanto así que tuve que pasar por casi medio año para sobrevivir en Estados Unidos. Viva américa, cojones.

Soy alguien problematico si, pero que eso no quite que tengo cierto encanto sobre todo para llevarme a los problemas. Y mis puños con la fuerza de Hulk son la prueba de eso.

- Voy a morir un día de estos.

Me dije a mí mismo mientras estaba recostado en una banca, fumando, hace apenas dos horas atrás un bicho humano gigante de un solo ojo vino directo hacia a mi, ignoraba el hecho de que nadie veía lo mismo que yo y luche contra él, ganando varios huesos rotos en mi cuerpo y un ojo inflamado pero aquella cosa fue directo hacia el infierno.

Mire arriba mío y le saque el dedo del medio a Dios, para que viera que exactamente me importa un rábano todo lo que me tenga preparado.

El peor error que cometí fue preguntarle hace una semana a un hombre en sillas de ruedas si había visto a un perro de casi tres metros que se había escapado del mismo infierno, el cabrón solamente puso una cara sombría y se fue dejándome solo como si fuera yo un demente.

Tirando las cenizas del cigarro y el cigarro mismo al suelo procedí a pisarlo y levantarme de la banca, solté un quejido del dolor debido a que mis huesos se estaban acomodando. Mis heridas, por suerte, ya habían sanado por lo que no podría preocuparme más.

Lejos del parque, cerca de unos 20 o 40 minutos de caminata se hayaba un circo que pasaba por Boston casi tres meses. Nunca fui a uno de niño, tal vez sea productivo.

- Bueno -tiraba del cuello de mi abrigo debido al calor que sentía- Solo espero que no haya nada malo hoy. -me dije a mí mismo, pero como si fuera un detonador si paso algo malo.

Verás, no fui a un circo de niño, lo más cercano que estuve de uno fue cuando un león más grande que yo se me acercó pero el cabrón en vez de comerme simplemente ronroneo y comenzó a lamer mi cuerpo como si fuera su cría e incluso sentí que me hablaba.

Todo loco pero el pobre fue bombardeado por dardos tranquilizantes y se lo llevaron. Fue ... Una experiencia por cuánto curiosa.

Cuando llegue al circo, entre sin pagar por la cantidad de multitud que se hayaba. Mire a todos lados y era un lugar bastante enorme. Algo llamo mi atención, suspiré y tome mis lentes que se habían empañados y los limpie.

Odio usar estos, si no me los pongo directamente no puedo ver nada que no esté un metro de mi lo cual me perjudica a la hora de defenderme contra algún imbécil.

Todo era ... No sé que opinar acerca del circo, solo que es bastante aburrido de estar.

Fui directo a las jaulas de los leones, tigres, chitas, guepardos, jaguares. Toda clase de felino que se encontraba aquí al verme reaccionaban como si fueran unos perros que deseaban jugar, lo cual me dió cierta ternura y gracia al ver como dichos animales salvajes se comportaban.

Estiré mi mano y acaricie el mentón de una leona quien cerró sus ojos y ronroneaba como una gatita pequeña.

<<Ten cuidado mi señor>>

Una voz femenina retumbó mi cabeza, la leona me estaba mirando hasta que caí en cuenta que miraba detrás de mi. Gire mi cabeza pero no había nadie que llamase la atención.

Eso me hubiera gustado pensar.

En la multitud había un hombre grande y robusto, era aquel mismo desgraciado que había peleado HACE UNAS HORAS ATRAS, ¿Cómo mierda sigue vivo si le rompí la mandíbula?.

Sin pensarlo dos veces, en un simple parpadeo aquella cosa había aparecido frente mío. Todo andaba a camara lenta, jadeo ante la impresión de ver aquella cosa mejor que antes y ver su único ojo. Tire la jaula de los leones hacia bastante detrás mío y alce mis brazos para protegerme del golpe.

El sonido de las rocas destruirse llamo la atención de todos, y yo estaba casi enterrado de piernas hacia abajo mientras mi boca sangraba. Escupí un poco de sangre y rápidamente le di un puñetazo en el pecho al monstruo mandándole a volar estrellándose con la carpa de los payasos.

Aquellas personas gritaron del miedo al ver como ese hombre de más de 3 metros se hayaba frente suyo, ¿No lo habían visto antes?.

Quitando aquellos pensamientos de mi cabeza, quite mi abrigo y lo amarre en mi cintura dejando mi pecho cubierto por una camiseta sin mangas. Fui contra aquel bastardo y antes de que reaccionara lo tome de la pierna comenzando a girarlo y lanzarlo bastante lejos contra los postes de electricidad.

A este punto ya era todo un caos, las personas se iban y gritaban del miedo y terror que sentían al ver semejante actuación que estábamos teniendo. La bestia bramo y exclamó algo que no era español ni inglés pero sin embargo logré entender un poco.

Se levantó y agarro su arma para posteriormente empezar a azotar el suelo repetidas veces generando un leve sismo levantando la tierra comenzando a romper todo a los alrededores, tuve que forzar a mis piernas en la tierra para no caerme por culpa de este tipo.

Fui contra él y él contra mi.

Fue en ese momento que algo se activo en mi mente y fue algo que me ayudó a sobrevivir por todos estos 15 años que estuve en calle. Un sexto sentido precognitivo que me ayudaba a pelear, como si fuera el sentido arácnido de spider-man.

Caí al suelo deslizandome, puse mi mano en la tierra girando contigo el monstruo y de un salto acabe en su espalda. Me agarre de su armadura de cuero y el comenzó a sacudírse intentando siquiera de obligarme a caer. Comencé a golpear su espalda con tanta fuerza que su sangre empezó a impregnarse en mis nudillos, con cada puñetazo y con cada golpe su carne se sentía como carne molida y para posteriormente alce mis dos manos golpeando con una fuerza enorme su cabeza explotandola y generando una explosión expansiva de humo dorado que me mando directo a volar.

Me estrelle en algo, y ese algo era bastante duro que me sacudió el cráneo. Sentí como mi cerebro choco contra las paredes de mi cráneo lo que provoco que me cayera al suelo perdido en la insconciencia.

- Ah ghgj -intente hablar pero no podía e incluso el mover de mis brazos se volvía un trabajo tedioso que ni funcionaba del todo. Mi cuerpo cayó hacia a un lado mientras sentia las patas de los tigres acariciar mi cuerpo y su voz en mi cabeza pidiendo que resista.

Cerré mis ojos, era la primera vez que este tipo de cosas me pasaba y si no fuera por mi alta regeneración sin dudas ya habría muerto hace mucho años atrás.

Mi cuerpo tiene la particularidad de que es resistente a todo tipo de ataque, cuchillas, golpes, ataques con armas pesadas etc. Pero para poner un ejemplo mi cuerpo es recibido de lleno por una explosión de una enorme magnitud mi piel se verá intacta pero las consecuencias se lo lleva el interior de mi cuerpo.

Mi cuerpo es de acero pero sin embargo esto es tan pobre que mis órganos son los afectados de los conflictos, miles de veces de veces he estado en el borde de la muerte y he sobrevivido como si nada.

No sé si Dios me ama o me odia, puede que un poco de ambas.

Abri mis ojos y vi mis dedos, intenté moverlos pero nada y el intento de levantar mi cuerpo era igual como si un fantasma intentase moverme. Sintiendo una sensación de vacío en mi cuerpo, obligue a levantarme poco a poco.

<<<No me importa que mi cuerpo se quede parapléjico>>> me dije a mí mismo cayendo otra vez como si fuera papel maché <<<es mi puto cuerpo y yo digo cuando se queda destruido>>>

Hice uso de todas mis fuerzas y milagrosamente logré levantarme como si nada sosteniéndome de los barrotes de la jaula de los tigres. Sacudi la cabeza intentando un poco recuperar mi conciencia al completo.

- Que carajos era eso- me puse otra vez el abrigo y saque el encendedor <<<que por suerte no se había roto>>> y un cigarro, después de encenderlo me dispuse a fumar y soltar el humo hacia el aire. -Porque esa cosa me perseguio-

Mire detrás mío a los felinos, estos estaban con una mirada bastante preocupada al verme como si supieran que me pasaría algo malo por pelearme con esa cosa.

Después de unos instantes, comencé a abrir sus jaulas uno por uno para que salgan y puedan ser libres, no tengo un motivo exacto del porque hice esto pero no importaba mucho.

-No hagan daño a nadie- les ordené y estos asintieron agachando la cabeza y después se fueron.

Escuche los gritos de la gente al fondo. Espero que no se encuentren a la policía y los maten.

Mire a mi alrededor, todo era un caos y el como esa cosa se había ido por una explosión de humo dorado. No era la primera vez que pasaba esto, fue la segunda con él y la primera vez que me pasó esto fue con ese perro del infierno.

Exhale un poco el cigarro y expire soltando el humo por la nariz. Creo que me estoy metiendo en cosas que no debería.

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