Chapter 10: Sharingan - Parte 2
Hola! Bueno como dije que me tomaría a lo mejor unos días puede que sea cierto o puede que no... eso ya depende cuando pueda subir esto. Al menos estaré con mi conciencia más tranquila al saber que si tengo el capítulo y solo hacía falta publicar. Bien, debo de parar con esto de dar rodeos. Pero, que se le puede hacer me sale solo. Ahora sí, sin más relleno.
¡Empecemos!
Capítulo 10 - Sharingan - Parte 2
Ubicación desconocida
Se puede apreciar una habitación un poco oscura, más que nada era una oficina. Si eso se podía llamar así, tenía un escrito unos cuantos estantes y solo una silla. La que estaba frente a ese escrito, y en esa silla estaba se podía ver la figura de un hombre.
Desafortunadamente no se podía ver su cara, si bien la habitación estaba un poco oscura no quería decir que este falto de iluminación. De algún modo estaba todo colocado en forma de que no notarán quién era el que estaba sentado.
—¿Porque se demoran tanto en dar noticias de un trabajo tan sencillo como el que mande hacer?— dijo la silueta con una clara molestia en su voz. Si alguien estuviera junto a él en esa habitación podría notar que su voz fácilmente podría cambiar de molestia a enojo en unos simples minutos.
—¡Era algo sumamente fácil para que pueda empezar todo! ¿¡Porque no me llegan noticias de la misión!?— Gritó dando un sonoro golpe al escritorio frente a él dejando ver que ese golpe había dejado con facilidad grietas. Esos gritos no estaban dirigidos a nadie en específico. Se podría decir que estaba haciendo un tipo de reflexión consigo mismo, pero parece que carecía de lo que se llamaba paciencia en ese momento.
Al parecer sus "súplicas" habían logrado que alguien se acerque de forma inmediata a su puerta. La silueta dejó entrar a la persona, estaba usando un casco que solo tapaba los contornos de la cabeza y el cuello, dejando expuesto los ojos y la boca. Llevaba una armadura de cuerpo completo con cierta zonas del cuerpo con ciertas placas de algún tipo de material resistente, se podría decir que tenía una armadura simple, pero cumplía con su propósito.
—¡Kokabiel-Sama!— Gritó la persona entrando de la forma más rápida posible intentando no se irrespetuoso con la persona frente a él.
—¿Qué ocurre? ¿¡No ves que estoy ocupado con otra cosa!?— Dijo el ahora identificado como Kokabiel.
—Lo lamento señor, pero tengo noticias sobre la misión que mandó...— el emisario no pudo terminar ya que Kokabiel lo había interrumpido.
—¿A qué esperas? Dilo de una vez—. Parece ser que la tranquilidad estaba con él en ese momento.
—Lamento informarle que el soldado enviado no ha regresado y parece que los objetivos siguen con vida—.
—¿Qué?— preguntó con claro enojo.
—Lo que acabo de dec...— volvió a ser interrumpido por segunda vez.
—ya lo escuché... así que sal ahora. A no ser que quieras morir ahora mismo...— Dijo con voz que helaría a cualquiera. El emisario salió lo más rápido posible de ahí, si bien servía a la persona frente a él. No quería morir, no sin por lo menos hacer lo que siempre había deseado hacer. Cuando la presencia de la persona frente a Kokabiel había desaparecido por completo en unos segundos más tarde no pudo evitar romper todo lo que estaba frente a él. Si hubiera visto que el tipo se hubiera quedado unos segundos más, no le importaría para nada matarlo en ese mismo instante para que la rabia que sentía en ese momento se desvaneciera por unos instantes.
Luego de unos minutos de haber destruido el lugar por fin se había calmado, ahora con la cabeza más fría y tranquila podía pensar con claridad. Si bien el era una persona que era más de sangre caliente cuando se trataban de ciertas decisiones, habían algunas en las que el tenía que estar tranquilo o si no nada bueno podría suceder.
—*Suspiro* Ahora mismo no es momento de estar molesto... (¡aún si quisiera!) *Suspiro* ahora, quién pudo saber de los planes para poder arruinarlo. Ciertamente no fue Azazel, el no está interesado en nada que no sean Sacred Gears en este momento y tampoco sé ha dado cuenta de lo que hago. Así que cualquiera de los altos mandos de Grigori no deberían de saberlo, por lo que solo queda que algún demonio haya podido salvarlas—. Si bien al principio estaba molesto, con el paso de sus palabras estaba empezando a volverse más cuerdo y poder analizar su situación.
—Pero, ¿Quién fue? Tanto el Lucifer como Leviathan no deberían haberse dado cuenta. Tome las medidas necesarias para que no lo descubrieran hasta que sea demasiado tarde y todo empiece de nuevo, ¿habría sido Beelzebub? O tal vez Asmodeus...— Con cada nombre que ponía sobre su mente era menos la probabilidad de encontrar quién fue.
—O tal vez esas niñas eran más fuertes de lo que pensé... no, eso sería imposible. Según la información que conseguí ninguna debería de tener algún conocimiento tan avanzado como para poder matar a un Ángel Caído, entonces debo de estar olvidando a alguien en este problema—. Si bien esa última observación podría ser lo más acertado, aún seguía su duda con saber quién se supone que las salvó. No sé necesitaba ser extremadamente fuerte para matar al subordinado que envió, lo había elegido porque era uno de los mejores en infiltración. Y tenía la suficiente fuerza como para hacer pelea a un Demonio de clase media, si tan solo tuviera más datos o alguna pista sobre quién podría ser.
—Supongo que esto atrasa mis planes... no por mucho tiempo, pero aún así. Tomará un tiempo antes de que todo vuelva a la normalidad, aunque no sería mala idea atacar de una vez a los demonios. Podría usar la excusa del Ángel Caído que maratón como chivo expiatorio, pero Azazel no es tan tonto. Seguramente se preguntará cómo se todo eso y porque me importa tanto... además sabe que me gustaría seguir en guerra con las demás facciones. Así que si hago algo de forma directa que requiera mi presencia debería de ser mejor planeado, eso debería darme un margen de tiempo antes que Azazel pueda hacer algo en mi contra—. Se dijo a sí mismo tratando de ver los puntos malos de su precipitado plan que tuvo en ese momento.
Podría ser un sediento de guerra, pero no era un idiota en el momento de analizar las cosas. Si hacía algo de momento él sería el perjudicado aún si se podía hacer una guerra en el futuro con lo que haga, era muy probable que lo maten a él antes de que pueda siquiera aparecer en esa guerra.
—*Gruñido* Parece que esta vez tendré que esperar... aunque, tal vez no sea tan tarde de poder hacer algo—. Dijo de forma reflexiva.
—No, es mala idea... no me servirá de nada... ¡Ahhhh! ¡Por Qué no pudo funcionar el plan original desde el principio!— exclamó con su poca paciencia destruida otra vez. Le tomó un momento pero, pudo calmarse de nuevo por un momento y pensó las cosas otra vez.
—Ahora mismo es imposible que logre hacer algo... pero, no quiere decir que no pueda buscar información sobre quién pudo evitar los planes que tenía. Eso es todo lo que puedo hacer en el momento...— Finalizó con cierto pesar. Si bien, no podía hacer nada y él sabía eso de forma consciente. No le quitaba la impotencia de no poder ir de nuevo a la guerra y matar a los Ángeles junto a los Demonios.
En el Inframundo
Con Naruto
—(¿Porque? ¿Porque tengo que hacer eso?)—
—(Aunque me cueste admitirlo, esos ojos serán de mucha ayuda en un futuro. El porqué deberías de hacerlo, no tengo respuesta. Pero, si quieres seguir vivo después de salir de este lugar lo mejor sería tenerlos por lo menos en la primera fase ¿Comprendes lo que trato de decirte?)—
—(Eso puede ser verdad, pero no creo que sea necesario ahora mismo. Digo, estoy entrenando otras cosas y no creo poder tener tiempo para poder hacer eso. Así que n...)— El rubio no pudo terminar de hablar ya que el Biju lo interrumpió.
—(Puedes usar los clones para todo lo que no tenga que ser físico, así que puedes empezar por desbloquear el Sharingan de un aspa. Aunque, no sé si conseguirás el Sharingan de un aspa o podrías pasar a él maduro. Si hubieras nacido con eso podría hacer un aproximado del poder que podrías conseguir. De todos modos, no pierdes nada en hacerlo. Así que, ¿Porqué no intentarlo?)— Kurama trato lo mejor posible el hacer que Naruto acepte conseguir el Sharingan. Aún si le fastidiaba que lo tuviera, esos ojos no le gustaban. Pero, no podía negar el poder que podría conseguir si los activa.
—(Es cierto, se me había olvidado. Puede que así sea la única forma que Naruto logré aprender Genjutsu...)— Pensó para sí mismo.
—(Está bien... supongo que podría intentarlo, pero, ¿Cómo puedo revivir esos recuerdos?)—
—(Eso lo puedo hacer yo, me tomará unos minutos así que puedes relajarte antes de volver...)—
—(De acuerdo, necesitaré hacer eso. Los recuerdos de esos momentos no son muy buenos después de todo...)—
Naruto dejó de hablar con Kurama y volvió en sí, el rubio seguía indeciso sabía que se tiene que pasar por ciertas cosas para conseguir esos ojos. Pero, no sabía del todo lo que tenía que pasar. Después de todo nunca le puso atención a los ojos de Sasuke, una vez pensó que se vería genial si los hubiera tenido en Konoha.
Pero, solo eran pensamientos simples cuando todavía era un Genin. Ahora no sabía si en serio quería esos ojos, soltó un suspiro y decidió aceptar aún si no era lo que exactamente quería. Si lo veía desde otra perspectiva esto le ayudaría a dejar de ser tan dependiente del poder de Kurama, aunque también se podría volver dependiente del Sharingan. De por sí el poder que se supone que desbloqueara era muy fuerte. —El poder solo trae problemas. Pero, no puedo hacer nada si no tengo poder. Y mucho menos si nadie me apoya...— Era la reflexión que había alcanzado.
—(Está bien, vamos Kurama. ¡Hay que desbloquear el Sharingan!)— Gritó con convicción en su cabeza.
—(De acuerdo, pero hay algo que debo decir. No creo que logré estar a tu lado cuando pases esos recuerdos, después de todo se trata de revivirlos y en ese tiempo no podíamos hablar. Así que estarás solo mientras pasas por eso... lo siento Naruto)—. Dijo el Biju con clara culpa en su voz.
—(Está bien, supongo que solo es un pequeño obstáculo antes de poder conseguir desbloquear el Sharingan. Nada en esta vida es fácil ¿No? ¡Así que tendré que esforzarme para poder hacerlo!)—
—(Bien, te recomiendo que te pongas en posición cuando querías entrar en modo sabio. Se vería raro estar parado si hacer nada así que si ven que estás meditando podría pasar desapercibido)—.
—(Oh, es verdad. ¡Buena idea Kurama!)— El rubio siguió lo que le dijo el Biju, salió por un momento de su conversación y se puso en posición. Ahora sólo era turno de esperar a que Kurama hiciera algo.
—(Y ¿Ahora qué hago?)—
—(Solo espera un momento, no sé cuándo podrás revivir tus recuerdos pero será en cualquier momento.)—
Naruto asintió y simplemente esperó, no tomó mucho ya que en unos 2 minutos sintió que su cuerpo estaba comportándose extraño y si cabeza le daba vueltas. Eso debería de ser un indicador, de lo que estaba por pasar.
Recuerdos de Naruto
Naruto se levantó en una habitación muy identificable para él, era su apartamento. El tercero se lo había dado, ahora ya no tenía que vivir por la calle y esperar a que no lo atacarán cuando intentaba dormir. El rubio se paró y se limpió lo mejor que podía, no tenía muchas cosas en su apartamento. Más bien, no había casi nada. Pero, incluso con eso Naruto estaba feliz de tener por lo menos un lugar.
Su estómago empezó a gruñir, él simplemente tuvo que aguantar las ganas de comer. Uno de los problemas que tenía era que nadie le quería vender algo y si lo hacían era muy caro o estaba podrido, por lo que no le quedó otra que intentar conseguir comida de los contenedores. Ese era el único lugar donde nadie le diría algo, aunque él nunca lo hubiera creído en los contenedores de basura. Con frecuencia encontraba cosas en buen estado, puede que sea que alguien desconocido para él se estaba apiadando de su estado. Y lo ayudaba con eso, pero lo descartó a medias nadie lo quería en este pueblo.
—Espero poder conseguir algo de comida...— susurró. Esperanzado de que pudiera comer ese día, no había podido salir en los últimos días porque había sido su cumpleaños. Y por alguna razón los aldeanos lo trataban peor que nunca, a veces parecía que se restringen con algo. No sabía qué era eso ya que hay algunos de ellos que van con armas en busca de él, pero no le hacían nada.
—Bien ¡Es momento de la exploración diaria de Naruto Uzumaki!— alzó la voz un poco y tuvo una pequeña sonrisa que él sabía que era falsa pero, a la vista de los demás parecía simple. Naruto había aprendido a ocultar ese dolor que sentía con las sonrisas que siempre llevaba, era lo único que lo mantenía cuerdo en el pueblo donde sufría maltratos de todo tipo.
Naruto salió en forma silenciosa, si hay algo que podía hacer casi como un maestro era el poder moverse con mucho sigilo. Y prácticamente se podía hacer invisible para la vista de todos, claro esto siempre intentaba hacerlo cuando salía a la calle de Konoha. Pero, siempre había algo que le llamaba la atención y se descuidaba. Lo que hacía que todos logren ver que estaba a su alrededor todo ese tiempo, aún así. El intento perfeccionar su nivel de sigilo, no sabía para qué le serviría. Algo dentro suyo le decía que aprender eso sería muy importante en el futuro, Naruto no sabía porque tenía ese presentimiento. Si ni siquiera sabía cuál es su destino el día de hoy, por eso había dejado de confiar en que el destino estaba definido y que uno podía cambiar para que pueda ser algo que logre ayudar.
—*Gruñido* *Suspiro* Tengo hambre... no hay nada este día... supongo que me iré al monte Hokage...— ese lugar era su favorito. Le hacía olvidar de todo lo que le pasaba y se ponía a admirar la vista de la aldea, tenía un sentimiento extraño al ver esa aldea. Sentía que debía protegerla, pero no encontraba la razón para eso. Y por otro lado el estaba el dejar que se destruya, esa era el camino más fiable para Naruto. Aún así, él no quería hacerlo. Le trataban peor que algún animal, pero el tercero era bueno con él era la única persona que le daba esperanza a que no todas las personas eran iguales en la aldea.
—*Gruñido* Perdón, esta vez tampoco hay comida...— dijo mirando y sobándose el estómago. Tenía hambre mucha hambre, podría conseguir algunos peces. Pero, eso tomaba tiempo. Y parecía que quería llover, lo mejor era que regrese a su "casa" para por lo menos seguir viviendo un día más.
Naruto tomó rumbo a su casa, esta vez decidió ir por otro lugar. Le daba buenas sensaciones el ir por ese camino, sentía que podría descubrir algo nuevo. Y así fue, sintió un olor que le atrajo como nunca en su vida. Siguió el olor que pudo sentir y logró ver un puesto de ramen, era la única cosa abierta en toda la calle. —(Es raro... bueno puede que estén cerrados por la lluvia.)— Ese fue el pensamiento de Naruto al notar lo anterior.
Se acercó a él puesto y asomó su cabeza, pudo ver a un señor que vestía de blanco y tenía un gorro. No sabía qué es lo que tenía puesto, parecía que él era el único en ese puesto. Y Naruto era la única persona que se había acercado al lugar. Sin que Naruto pudiera darse cuenta el señor había volteado, no notó a Naruto en un principio. Pero, no duró mucho ya que a los pocos segundos pudo verlo.
Naruto se asustó pensó que lo echaran del lugar a golpes como siempre hacían, así que se fue corriendo. Antes de que se logre ir del local escuchó la voz de la persona adentro.
—¡Espera!— Gritó el señor.
Naruto se paró por un momento, no sabía si confiar en él o no. Era de las pocas personas que no lo habían atacado al momento de verlo y le habían hablado, tal vez debería de volver para saber qué es lo que buscaba de él.
Naruto regresó en forma lenta y asomó su cabeza, esperando que no le hagan nada. Y nunca sucedió el señor detrás del mostrador le llamó con su mano y tenía una sonrisa en su cara, no se veía como esas sonrisas que había visto donde se mostraba la maldad de las personas, esa era diferente era simplemente una persona sonriendo a un niño que acaba de conocer.
—Vamos, vamos. Ven, no te haré nada. Lo juro en nombre del Ramen—. Dijo con una mano en su pecho. Eso le pareció raro de ver a Naruto, pero aún más que todo eso, no sabía que era el Ramen. Así que preguntó.
—¿Ramen? ¿Qué es eso?— Dijo mirando con ojos brillosos a el señor frente a él. Esta era de las pocas o mejor dicho casi inexistentes conversaciones con alguna persona adulta, lo normal era que lo vieran mal o le intentarán pegar.
—¿Eh? ¿No sabes que es el Ramen?— el rubio movió su cabeza en forma de negación. —Hmmm... Entonces supongo que no sería malo que probarás un poco para que sepas que es. ¿No quieres?— Naruto volvió a negar con la cabeza, pero su estómago lo traicionó y sonó con fuerza. Esto saco una pequeña sonrisa en el Señor frente a él. —Tranquilo, esta vez la casa invita. Siéntate ahí traeré un Ramen y verás lo que es—. Al decir eso él volteó y se puso a preparar el Ramen. Mientras Naruto se sentó en una de las sillas que había en el lugar. Nunca se había sentado en algo así y no sabía que era en lo que se estaba sentando.
Solo se alzó de hombros, el señor no parecía mala persona. Así que podría confiar en él, además es la única persona que le estaba dando un plato de comida solo para él. En todo el tiempo que lleva vivo nadie le había cocinado por gusto y solo había conseguido comida de los orfanatos, pero siempre se lo daban con mala cara. En cambio ahora se lo estaban dando con alegría y dedicación para que él pudiera probar algo que nunca comió.
Eso se quedó grabado en su corazón, es posible que haya encontrado a otra persona que no lo veía como un Demonio y simplemente lo veía como un niño que estaba en la calle tratando de sobrevivir.
—¡Bien! Ya terminé, vamos pruébalo. ¡Es posible que sea lo mejor que vayas a probar en toda tu vida!— Exclamó con una sonrisa en su cara.
Naruto asintió y procedió a comer, no tenía palabras para eso. Era lo mejor que había probado en su vida como dijo el señor, a Naruto casi se le caían las lágrimas. Pero de algún modo pudo aguantar, y decidió hablar. —¡Tiene razón este es el mejor plato del mundo!— Dijo con una sonrisa sincera y con unas gotas en las comisuras de sus ojos que amenazaban en convertirse en llanto.
—Ves, es como dije. Bueno, ahora que estás tranquilo. Supongo que puedo presentarme, mi nombre es Teuchi. Soy un cocinero de Ramen cómo podrías darte cuenta—. Dijo con gran orgullo al decir que era un cocinero de Ramen. —Entonces, ¿Cuál es tu nombre?—
—¡Me llamo Naruto! ¡Uzumaki Naruto! Gracias por el plato de Ramen Teuchi-Jiji— le habló con una sonrisa sincera que salían pocas veces.
—¿Jiji? No estoy tan viejo ¿Sabes? Bueno no importa, es un placer conocerte Naruto. Y dime ¿Qué hacías en medio de la lluvia?—
—Uhh, bueno. Estaba... buscando... un poco de comida y el olor a Ramen me atrajo hasta aquí—. Dijo de forma sincera. En el poco tiempo que conoció a Teuchi, sentía que podía confiar en él.
—Oh, así que era eso... bien, supongo que no importa si hago esto... dime Naruto ¿No quisieras comer aquí?— esa pregunta no logró hacer entender a Naruto lo que estaba dando a entender Teuchi.
—¿Eh?— fue lo único que pudo pronunciar él rubio.
—Creo que no me entendiste ¿Verdad?— dijo con una sonrisa. El rubio en respuesta a eso negó. —Bueno es sencillo, te lo diré de otra forma. ¿No te gustaria comer gratis aquí?—
—¿Porque haría eso?—
—Pues, es simple. Solo estoy ayudando a un niño que parece que no tiene a nadie que lo ayude, ¿No es eso algo normal que cualquiera podría hacer?— Le contestó como si fuera lo más obvio para él.
Sí antes Naruto estaba aguantando sus lágrimas ahora mismo estaba apunto de llorar como nunca, nadie se había preocupado así por Naruto, ni siquiera el tercero. Así que no pudo evitarlo y le empezaron a salir unas cuantas lágrimas, cosa que Teuchi notó al instante. Acercó su mano a su cabeza y la revolvió un poco, volviendo a hablar.
—Está bien, tomaré eso como un si. No estás solo Naruto— Dijo con una sonrisa y voz cálida.
Naruto solo se limitó a asentir y soltar unas cuantas lágrimas. Este posiblemente sea el mejor día que pudo tener en toda su vida.
Fuera De Los Recuerdos
Serafall estaba tranquila aunque eso no le quitaba el estar decepcionada consigo misma, después de todo le había fallado a su hermana. Le había prometido acompañarla hace un mes atrás, ya que aunque pareciera que estaba libre en un día típico estaba siempre haciendo algo como Maou. Por lo que había logrado hacer un día libre justo este dia para poder pasarlo junto a su hermana. Era algo que ambas habían estado esperando, pero ella estropeó todo. El lado positivo de todo esto era que su hermana no estaba molesta con ella, solo eso podía hacer que no se sienta mal del todo.
—Supongo que le debo las gracias a Naruto... si no fuera por él a lo mejor y Sona-Chan estaba muy molesta conmigo...— Dijo de forma reflexiva. —¿Dónde estará ahora mismo? Creo que miraré si está en su habitación—.
Con una ruta definida ella fue en busca del rubio, de algún modo. Sentía que podía confiar en él, y ya había hecho varias cosas para que pueda hacerlo. Pensaba que ellos podrían ser amigos o buenos amigos eso también le alegraba, tenía pocos amigos. Más que nada se limitaban a los cuatro Maou, ellos eran los únicos que no eran falsos al momento de hablar con ella. Todos los demás Demonios venían a hablar con ella con claras intenciones de buscar algo, ella siempre notaba eso. Pero, con Naruto era diferente. Ella se dio cuenta de eso desde la primera vez que lo vio, cuando se quedaron mirándose a los ojos. Se estaba perdiendo en esos ojos que la logran hipnotizar, no sabía que tenía para que con una mirada pudiera hacer eso. Pero, simplemente podría mirarlo así y no podría cansarse.
Serafall reaccionó a sus pensamientos, estaba sonrojándose. Ni siquiera sabe cómo llegó a pensar en eso, estaba pensando sobre una cosa y de la nada ya estaba pensando otra cosa. —Basta, vamos Serafall tenemos que encontrar a Naruto—. Se dijo a sí misma.
Ella llegó a la habitación donde estaba quedándose Naruto y tocó. —Naruto ¿Podrías abrir?— Solo escuchó el sonido de algo moviéndose de forma acelerada junto a un sonido de algo caerse. —¿Estás bien? ¿Qué son esos sonidos?— no obtuvo respuesta en ese momento y volvió a escuchar más ruidos. —Voy a entrar, no sé qué pasa ahí dentro así que disculpa las molestias—. Dijo con voz decidida. Si alguien escuchaba sonidos cuando tocabas la puerta de una habitación en vez de la voz de la persona, deberías estar alerta a lo que sea que esté adentro.
—¡Espera!— gritó "Naruto" apareciendo frente a ella.
—¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Porque estás un poco agitado?— preguntó al verlo de esa forma.
—Pues, verás... yo no soy el Jefe. Y estoy así porque estaba haciendo algo que requería concentración y al llamar a la puerta hiciste que me distrajera y terminé chocando con varios objetos—. Dijo el clon con sinceridad.
—Ohhh ya veo, entonces ¿Dónde está Naruto?—
—Creo que debería estar afuera... no lo sé con exactitud, solo dijo que mirara algunas cosas mientras él estaba haciendo otra... si, eso fue lo que dijo—. Habló el clon con un poco de nervios.
—Supongo que ¿Gracias? Iré a por Naruto, lamento haber hecho algo malo, así que me disculpo por eso—. Dio una pequeña reverencia en forma de disculpa y se fue en busca de Naruto dejando el clon atrás.
Ya que no sabía exactamente dónde podría estar el rubio, podría usar ese presentimiento que tuvo el clon y decidió ir al jardín.
Serafall llegó en unos minutos al jardín y pudo ver al rubio a la distancia, estaba cerca de los árboles que lo llevarían a él bosque. Solo que estaba sentado no sabía para qué era eso, pero el clon estaba haciendo algo importante cuando llegó. A lo mejor Naruto también lo estaba haciendo, así que decidió acercarse de forma lenta y sin hacer mucho ruido. No quería desconcentrar lo que sea que estuviera haciendo.
Se paró frente a él y se quedó mirándolo, parecía que estaba muy tranquilo. Casi como si estuviera disfrutando de estar en tranquilidad. No sabía que estaba haciendo, así que decidió acompañar a Naruto en lo que hacía y se sentó igual que él mirándolo fijamente. —(Creo que esto podría aplicar a ser una acosadora... jeje qué bueno que no hay nadie más viendo, si fuera así creo que se vería muy raro...)— pensó un poco nerviosa. Desde un punto de vista aparte se podría decir que Serafall estaba acosando a Naruto al verlo fijamente mientras está sentado, pero ella suponía que no sería así. Si fuera una acosadora lo miraría desde algún lugar donde no la pudiera ver, y ya que estaba frente a él el término de acosadora no servía en ese momento. Podría ser que la llamen observadora y poco más, ahora mismo estaba interesada en lo que estaba haciendo el rubio. Si bien estaba simplemente sentado, ella creía que era más que eso. Que había algo oculto en lo que hacía, quería descubrir que era.
Cuando estaba por dejar a Naruto en paz, pudo ver que una lágrima estaba cayendo. Eso alarmó un poco a la Maou hasta el momento no había visto llorar a Naruto, y tampoco sabía que estaba pasando. Así que lo único que se le ocurrió fue dar un abrazo al rubio, puso su cabeza en el hombro del rubio y lo abrazó con un poco de fuerza. No sabía qué más hacer no sabía el motivo de la lágrima y mucho menos lo que ocurría ahora mismo, lo más lógico que se le vino a la cabeza fue darle un abrazo. Las personas se pueden sentir mejor si les dabas algún abrazo, esperaba que este sea el caso.
—Perdón... disculpen lo que hice, pero paren. Por... favor...— susurró el rubio.
Eso no pasó desapercibido por Serafall, podía entender un poco de lo que ocurría en ese momento. Naruto estaba teniendo malos recuerdos, recordó que él había vivido solo durante su vida. Pero, no había dicho más... a lo mejor el rubio les estaba ocultando un pasado que no quería recordar.
—(Que idiota soy... yo queria saber su pasado, pero parece que le lastima el solo recordarlo...)— Pensó a sí misma Serafall.
—Naruto, no se lo que estés pasando o lo que estés viendo. No comprendo ni siquiera un poco de dónde vienes... y tampoco conozco cómo has vivido. Pero, ¡Puedes contar conmigo!— Dijo mientras abrazaba más fuerte al rubio.
No sabía si sus palabras le alcanzaron o no, ya que después de unos minutos las lágrimas dejaron de caer. Seguía sin comprender lo que pasaba por completo, se separó del abrazo y se quedó al lado de él. Esperando a que Naruto vuelva, sin pensar que alguien los había visto.
De vuelta con Naruto
—Jiji, ¿Quienes son mis padres?— preguntó un pequeño Naruto a la persona que estaba frente a él. Era un anciano que tenía un tipo de sombrero con un Kanji escrito en el. Era de color rojo y una parte blanca, llevaba una túnica blanca y tenía algún tipo de Yukata de color rojo.
—Lamento decir que no puedo hablar sobre eso Naruto-Kun...— Dijo el anciano.
—¿Porqué? ¿Porque no puede decírmelo?— le preguntó con clara desesperación en su voz y ojos.
—Lo siento, pero no—. Pronunció de forma seria el anciano. —Pero, ¿Qué te parece ir a comer en ese puesto de Ramen? Dijiste que era el mejor Ramen del mundo ¿No?—
Al haber cambiado de tema Naruto lo siguió, aún seguía triste por no saber quiénes eran sus padres. Pero, ya que hablaron de Ramen. Eso desapareció y se centró en decirle al anciano todo sobre ese lugar.
—Ya veo, ya veo. Entonces ¿Nos vamos?— preguntó el anciano de forma alegre.
—¡Claro! ¡Vayamos ahora mismo!— exclamó con alegría.
Más tarde esa misma noche
—¡Vete de aquí Demonio!— gritó una de las personas al azar que estaban por la calle. Tanto Naruto como el anciano habían tomado caminos diferentes, el anciano dijo que tenía que ocuparse de algunos asuntos y que no podía acompañar a Naruto hasta su casa. Naruto lo aceptó de buena manera y se despidió de Teuchi y el anciano. Y al parecer estaban esperando a que Naruto estuviera solo ya que varias personas salieron a perseguirlo.
De momento sólo era una sola persona, así que tendría oportunidad de poder escapar. Esas personas siempre quieren verlo sufrir de algún modo, parecía que se divertían al verlo llorar y sangrar cada vez que podían.
Naruto se fue corriendo a la dirección contraria del aldeano frente a él, sin esperar que había otro atrás.
—¿¡A dónde crees que vas!?— Gritó el segundo aldeano. Naruto estaba asustado, en este momento él no podía hacer nada contra dos adultos, sólo era un niño que ni siquiera estaba bien físicamente. No tenía la suficiente fuerza como para poder hacer muchas cosas, solo tenía resistencia y agilidad. Algo que siempre agradece, no sabía si esas características eran de los rasgos de sus padres. Pero, a él le gustaba pensar que sí. Y al tener eso de su lado, pensaba que ellos trataban de cuidarlo aún sin estar presentes.
Naruto con suerte pudo esquivar al aldeano frente suyo y logró correr lo más rápido que podía dar sus piernas, no era mucho pero era casi tan rápido como un chico de 12 años. Sin embargo, las personas eran adultas. Y le ganaban en velocidad, solo pudo durar unos minutos corriendo. Ya que uno de los aldeanos lo atrapó mientras estaba dando vuelta a una de las esquinas, le cubrió la boca y llevo a Naruto consigo.
—Al fin te atrapamos demonio... ahora, ¿Porqué no nos acompañas un momento?— Dijo con clara malicia.
Naruto estaba desesperado, quería escapar, pero no podía. No tenía la fuerza suficiente para poder escapar de alguien que de por sí ya era mucho más fuerte que él. Simplemente se resignó, no podía hacer nada y nadie vendría a ayudarlo. Esto ya le había pasado muchas veces, así que simplemente tendría que soportar las torturas que le hacían. Lo único bueno es que se regenera de las heridas que le infligieron, porque si no fuera así. Posiblemente su cuerpo estaría con cicatrices permanentes.
El aldeano había llegado al lugar de encuentro donde estaban esperando para poder hacer lo que quieran con Naruto, para ellos él era el demonio que les había destruido todo. Y ya que estaba manifestado en forma de un "niño" pensaban que era derecho suyo el poder manifestar todas sus frustraciones en él "niño" que tenían ahora al frente suyo.
—¿Oh? ¿Pero qué ocurre? Acaso... ¿Estás asustado?— Preguntó de forma irónica un aldeano al azar.
Naruto no respondió a nada solo se quedó quieto, sabía que si decía algo era muy probable que le sucediera algo mucho peor.
—Así que no vas a contestar ¿Eh? Bien, no importa de todos modos ahora podemos desquitarnos contigo por todo lo que has hecho. ¡Terminaremos lo que el cuarto empezó!— dijo otro aldeano al azar que estaba metida en toda esa turba.
Ningún aldeano se quedó quieto, todos iban a por Naruto algunos tenían un cuchillo otros un rastrillo también tenían algunos palos con unos cuantos clavos en la punta de estos, había un sin fin de armas caseras, todo con el fin de poder matar al demonio que estaba bajo sus pies. Naruto no pudo soportar el dolor y termino gritando, eso hacía que los aldeanos golpearan con más fuerza. Querían ver cómo sufría y eso les gustaba mucho no saldría nadie de ahí hasta que todos estuvieran satisfechos de haber golpeado a él "demonio".
—(Perdón... disculpen lo que hice, pero paren. Por... favor...)— Ese era el único pensamiento que pasaba en su cabeza. Solo quería que pararan y lo dejarán en paz, no quería hacer daño a nadie, solo quería vivir tranquilo. Aún así nadie paraba y las pequeñas esperanzas de que alguien viniera a rescatarlo se desvaneció con cada segundo que pasaba en ese lugar, algo que él llamó "El Infierno".
—(Naruto)—. Fue lo que escuchó, esa voz se le hacía familiar. No recordaba quién era, pero sentía que era un amigo. Si tan solo recordará el nombre de esa persona.
—(No se lo que estés pasando o lo que estés viendo)—. La voz volvió a hablar. —(¿Que estoy pasando? Estoy pasando el Infierno en vida...)— Contestó
—(No comprendo ni siquiera un poco de dónde vienes... y tampoco conozco cómo has vivido.)— La voz no paraba de hablar, eso le ayudaba a seguir cuerdo en ese momento. —(No creo que tampoco logres comprender lo que me está pasando... ni siquiera yo lo sé...)— Volvió a contestar.
—(Pero ¡Puedes contar conmigo!)— Esas últimas palabras se quedaron en su cabeza. Esas palabras nunca las había escuchado en su corto periodo de vida, ni siquiera de Teuchi o su Jiji. Eran palabras que alguna vez espero escuchar, que alguien lo apoye sin importar que. Que confíen en él, y él les demostraría a todos que su confianza no sería desperdiciada. —(Espero poder contar contigo...)— fue lo último que dijo antes de poder ver que estaba desapareciendo. Ahora no sabía dónde estaba yendo pero, no sentía que fuera algo malo.
—Naruto...— fue lo que escuchó al ver que estaba en algún tipo de bosque. Ese lugar se le hacía conocido, lo había visto en algún lado.
—Naruto, ¡Reacciona de una vez!—
Ese grito logró que Naruto recuperará la conciencia, estaba perdido hasta hace unos momentos. Pero, al escuchar esa voz no pudo hacer más que alegrarse.
—¡Kurama!— Fue lo primero que dijo. Al ver al Biju frente a él corrió con todas sus fuerzas, e hizo algo que un Biju nunca podría haber esperado. Darle un "abrazo" si es que se podía decir así ya que solo podía rodear su pata delantera, eso desconcertó a Kurama. Nunca espero eso, si bien era amigo de Naruto, el que alguien le diera un abrazo era algo que nunca espero y tampoco sintió hasta hace poco. Su padre nunca lo había hecho con él y ninguno de sus hermanos, sentir esa sensación era extraño para él.
—Hey, ¡Suéltame!— Exclamó Kurama.
—¡No! ¡Solo un momento más!— Dijo el rubio con una voz que amenazaba con romperse. Eso hizo que Kurama se quedará quieto, había visto muchas veces verlo llorar o cerca de ese estado. Pero, esta vez se sentía diferente. Cómo si quisiera apoyarlo en ese momento, como lo haría un hermano mayor a su hermano menor. El Biju sacudió un poco su cabeza, consideraba a Naruto como casi un hermano. Pero, tener esos pensamientos eran muy extraños para él. Así que preferiría que se aleje de él por un momento.
—Gaki, no lo diré otra vez... ¡Deja de colgarte a mi brazo!— Naruto esa vez hizo caso a Kurama y se alejó de él de forma lenta y con los ojos cerrados, tenía una pequeña sonrisa. El Biju se preguntaba el porqué de esa sonrisa así que le preguntó. —¿Por Qué estás sonriente?—
Naruto se aclaró la garganta y habló. —Eso es, porque creo que lo conseguí...— Kurama se quedó mirando a Naruto esperando a que le muestre si de verdad lo había conseguido o simplemente era una broma, el rubio podía ser un bromista cuando las situaciones necesitaban ser serias, ya había pasado así que se preparó para todo. —¿Es enserio? Entonces no sería un problema el mostrarlo ¿Verdad?—
—Tienes razón, solo quería darle más suspenso. Pero, ya que no puedo ver mis ojos ¿Me dirías en qué nivel está?—
—Claro no hay problema con eso, simplemente abre los ojos y veamos en qué nivel está tu Sharingan—.
Naruto asintió y abrió de forma lenta sus ojos, él sentía que lo podría haber conseguido ya que sus ojos le estaban ardiendo, si bien nunca había usado algún Doujutsu y tampoco sabía mucho de ellos, puede que así se sintiera el activar por primera vez el Sharingan. Como los estaba abriendo de forma lenta podía ver que de algún modo todo se veía en un tono diferente. —(Creo que esto es el Sharingan... ahora ¿En qué nivel estará?)— Se preguntó a sí mismo. Abrió por completo los ojos y pudo ver a Kurama, solo estaba esperando a que le diga algo y no espero mucho ya que casi al instante habló.
—Vaya, no está nada mal... supongo que tenerlos así es lo mejor que puedes tener en este momento, sabes si fueras todavía un niño y hubieras nacido en el clan Uchiha podrían llamarte un prodigio...— Dijo con total sinceridad el Biju.
—¿Eh? ¿Porque dices eso Kurama?— preguntó curioso.
—Bueno es sencillo, tienes un Sharingan con dos aspas en cada ojo. Si lo hubieras tenido cuando eras un niño todo el mundo te podría haber proclamado como un prodigio que nacía cada tanto tiempo, no sé qué fechas se supone que se dice, pero creo que logras entender. Ahora, tienes que desactivarlo. Todavía no puedes usarlo, estás en compañía de alguien así que lo mejor es ser prudente—. Naruto asintió y trató de desactivar el Sharingan, el tema ahora era que no sabía cómo hacerlo. Así que le dio una fija mirada a Kurama y le habló.
—¿Sabes que no sé cómo hacer eso no? Nunca tuve experiencia en algún Doujutsu ¿Como esperas que logré hacer lo que me dijiste?—
—Es cierto, lo había olvidado... si no mal recuerdo creo que todo lo que había que hacer es dejar de enviar Chakra a tus ojos ¿Sencillo verdad?— Dijo Kurama con la mayor tranquilidad.
—*Suspiro* bueno si tú lo dices intentaré hacer eso...— Le tomó un momento pero, pudo hacerlo. Ahora toda su vista volvía a ser como antes. Se sentía extraño el usar el Sharingan, seguramente se acostumbrara con el tiempo. Y ya que lo tenía en estos momentos no tenía que meter prisa en usarlo siempre, tenía que aprender otras cosas antes de meterse por completo en conocer el Sharingan.
—Bien, creo que por hoy hice mucho... no me vendría mal descansar un poco. Nos vemos mañana Kurama—. El rubio no dejó hablar al Biju, pero no importaba. El también creía que merecía por lo menos un pequeño descanso, revivir esos recuerdos no era cosa sencilla. Seguramente estaba agotado mentalmente, y sería normal que se note cansado los próximos días. Pero, eso es el precio de tener poder. Ningún poder se conseguía de forma simple.
Fuera del Subconsciente de Naruto
Naruto volvió al mundo real y pudo ver que estaba fuera de la posición en la que debería de estar, él estaba cerca de los árboles pero, con la posición que usaba para entrar en el Senjutsu. Sin embargo ahora se encontraba acostado en el tronco de un árbol y sentía un peso en su hombro, eso lo extraño así que volteó la mirada y pudo ver a Serafall. Parecía que estaba dormida no sabía porque tenía su cabeza recostada en su hombro, pero no le dio importancia. No es como si pasara otra cosa más que se haya quedado dormida junto a él, en ese momento le faltaba la fuerza de voluntad para poder levantarla. Se veía que estaba relajada en ese momento y antes la había visto nerviosa, pensó que no sería malo quedarse con ella así por un momento más de todos modos no es como si le incomode estar así con ella.
Así que se puso en una posición un poco más cómoda para él y estiró un poco sus piernas, se sentía un poco entumecido pero nada que no se solucione al moverse un poco. Para su mala suerte el hacer eso hizo que Serafall estuviera a punto de dejar caer su cabeza, al estar dormida no podría reaccionar a tiempo. Por lo que logró atraparla y dejó su cabeza sobre su muslo, esta vista que se podría apreciar mejor desde una mayor distancia se le hacía extraña. Normalmente los papeles deberían ser al revés, pero ahora mismo no le importaba.
Al verla así recordó las palabras que había escuchado en el momento que estaba reviviendo sus recuerdos, pudo hacer que todo concuerde. Ahora sabía quién era la persona que se le hacía familiar esa voz, simplemente estaba agradecido con ella. Pero, no podía escucharlo ahora por lo que se lo diría más tarde, aún así no quería desaprovechar el decirlo ahora. Y ya que estaban en esa posición decidió acariciar un poco su cabeza, nunca lo había hecho a alguna chicha. Si no recordaba mal, puede que lo haya hecho alguna vez y simplemente no lo recordaba. Lo descartó ya que no venía para nada algún recuerdo de haberlo hecho.
Dejando eso de lado prosiguió con lo que tenía en mente, y acarició la cabeza de la Maou. A primer tacto sentía que su cabello era suave, se sentía agradable. Así que siguió haciéndolo al mismo tiempo que decía. —Gracias— con un tono de voz que denotaba cariño y aprecio. Algo que nunca había hecho hasta el momento, se sentía extraño seguir descubriendo cosas que ni siquiera había conocido en su mundo.
El tiempo pasó y decidió que ya era momento de pararse, por más cómodo que se sintiera en ese momento. Quería estar solo lo que restaba del día, no se sentía bien para poder hablar con alguien más si seguía así por mucho más tiempo.
Dejó de acariciar la cabeza de Serafall y le dio un pequeño golpe en la frente con su dedo, tratando de que se levante, o eso esperaba no sabía si funcionaria el hacerlo. Espero un pequeño momento y la Maou parecía que se estaba levantando,
—*Bostezo* ¿Eh? ¿Dónde estoy?— Dijo un poco adormilada.
—Bueno, eso es fácil de responder...— contestó Naruto.
—¿Oh? ¿Eres tú Naruto?— Preguntó sin dejar el síntoma anterior.
—Si, soy yo. Ahora, ya que estás levantada. Por favor ¿Podrías pararte? Estar así ya me está entumeciendo las piernas...—
—¿Cómo que estar así? Si yo estaba senta...— No pudo terminar ya que se dio cuenta a lo que se refería el rubio. Estaba recostada en las piernas de Naruto. —(¿¡Que!? ¿¡Cuándo fue que termine aquí!?)— no sabía cómo terminó ahí ella recordaba haber puesto a Naruto junto a un árbol después de ver que estar sentada como estaba antes se hacía incómodo, si ella lo sentía así el rubio posiblemente también lo podría sentir. Así que lo colocó ahí y se sentó a su lado esperando a que él volviera en sí, no espero que terminaría dormida y aún algo que menos esperaba estar recostada en sus piernas.
—¿Estás bien? Pareces un poco pálida...— preguntó un preocupado Naruto.
—N-No es nada...— contestó mirando a otro lado. Volteando su cabeza por completo. —¿Podría saber cómo termine así?— preguntó mientras aún seguía recostada.
—Oh, eso... digamos que te atrape en el momento justo y terminaste así... si, eso es lo que sucedió—. Dijo un seguro Naruto.
—Así que esto es por tu culpa ¿Eh?— El rubio no dijo nada y la Maou lo tomó como un sí en toda regla. —Entonces como castigo me tendrás que dejar estar así por 15 minutos más— el rubio quería objetar, pero ella se adelantó en hablar. —Y no hay quejas sobre eso—. Dijo con voz mandona.
—De acuerdo lo que usted diga gran Maou, esta persona hará cargo con el castigo aplicado—. Dijo Naruto en forma de broma.
—Bien, es bueno escuchar eso... y ya que estamos... podrías... ¿Acariciar mi cabeza?— Dijo un poco nerviosa. —No tienes que hacerlo si no quieres...—
—Esta bien, no hay problema—. Naruto ya lo había hecho antes cuando ella estaba dormida así que no debería haber diferencia en que lo haga ahora.
Serafall tuvo un pequeño sonrojo, no espero que Naruto aceptará, pero parece que al final fue así. Ella recordaba cuando hacía esto con su padre, esos fueron muchos años atrás. Le agradaba cada vez que su padre hacía eso, se sentía relajada. Y eso es lo que le faltaba ahora mismo, y ya que Naruto estaba recreando el momento ¿Por Qué no aprovecharlo?
Cuando Naruto empezó se sintió tranquila, era justo como lo que pasaba con su padre. Solo que había una pequeña variación que no lograba explicar, ahora mismo no estaba para pensar en algo y decidió disfrutar del momento. Movió su cabeza tomando un poco desprevenido a Naruto, sin embargo el seguía acariciando su cabeza. Ella tenía los ojos cerrados cuando volteó y los abrió lentamente para encontrarse con los ojos del rubio que la miraba también a los ojos, no sabría explicar lo que sentía en ese momento con exactitud. Pero, lo que mejor podría expresar era comodidad.
Pasaron los 15 minutos y Naruto se detuvo, Serafall se había quedado con los ojos cerrados. Estaba cerca de dormir nuevamente, pero al sentir que Naruto se detuvo abrió los ojos y entendió que el tiempo se había acabado. Se sentía un poco decepcionada al saber que tenía que levantarse, ella no quería hacerlo. Prefería quedarse así por mucho más tiempo, pero Naruto parecía que no podía hacerlo. Así que suspiró para sus adentros y se separó quedando sentada, Naruto se paró primero que ella y le tendió la mano. Ella aceptó su ayuda y se paró.
—Bueno, fue agradable. Pero, tengo ganas de descansar. Nos vemos mañana Serafall—. Dijo Naruto. No quería sonar grosero ni nada, pero ahora no sentía que pudiera hablar con alguien si pudo hablar así debe de ser algo subconsciente que le decía que no debería de tratar mal a alguien que le ayudó.
—Esta bien, espero que descanses. Nos veremos mañana Naruto—. Finalizó con una Sonrisa. Ahora mismo se sentía increíblemente bien, si el rubio decía que quería descansar debería de respetar lo que él quería. No podía tener todo lo que quería siempre.
Naruto asintió y se fue del lugar a paso lento, no es que así lo quisiera. Simplemente se sentía sin mucha energía ahora mismo, se notaba mucho que Serafall le volvió a hablar.
—¿No quieres ayuda?—
—Creo que tomaré esa oferta... no creo poder moverme de forma normal ahora mismo...— por más agotado que se sintiera si estaba apunto de recibir ayuda había que ser amable con la persona que te lo ofrezca.
La Maou se acercó y sujeto un poco a Naruto poniendo un brazo suyo sobre su hombro, haciendo que el rubio se recueste un poco sobre ella. Y así se dirigieron a la habitación de Naruto, Serafall abrió la puerta y vio al clon de la otra vez. El clon al escuchar el sonido de la puerta abriéndose subió su mirada y pudo ver a su jefe cansado, no sabía qué le pasó así que le dio una mirada a Serafall que le indicó con la vista que la ayude. El asintió y se acercó a ellos, la Maou soltó al rubio al ver que él clon lo tenía.
—Ahora si, nos vemos mañana—. Finalizó con una sonrisa.
—Claro, claro—. Fue lo único que dijo el rubio que estaba tumbado en la cama y alzó la mano con el pulgar arriba.
La Maou cerró la puerta dejando descansar a Naruto, al momento de cerrar y alejarse un poco. Apareció un círculo mágico en su oreja, alguien estaba tratando de hablar con ella. Así que espero a que la voz de alguien se escuchara.
—Serafall—. Dijo la voz que fácilmente reconoció.
—Oh, ¡Eras tú Sirzechs-Chan! ¿Ocurre algo?—
—Si, necesito que vengas a mi despacho esto es urgente—. Dijo con seriedad.
—Claro, iré en un momento—. Contestó con voz seria.
Fin del Capítulo
Hmmm... bien ¡El capítulo está terminado! ¿Les gustó? ¿No les gustó para nada? ¿Les agrado un poco? Espero que ocurra la primera y tercera pregunta...
¡Adiós!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top