La noche anterior apenas pude dormir. Estaba nervioso y no hacía más que repasar continuamente cada dato y cada operación del proyecto con miedo a que algo estuviera mal planteado. Otros siete compañeros y yo nos meteríamos en una nave dirección al futuro, a una posible nueva vida.

El viaje empezaría a las 17:00 de la tarde de ese mismo día. Tardaríamos tan solo cuatro días en alunizar. Una vez allí, manteniendo siempre el contacto con la Tierra, comprobaríamos las probabilidades de poner en práctica el proyecto y si estas eran las calculadas anteriormente traerían la tecnología necesaria hasta la Luna. Este proceso, si todo iba según lo planeado, duraría aproximadamente dos meses . Eran ya las 16:56 y ya estábamos todos a bordo y preparados para la que podía ser la un gran paso para la humanidad.

Los nervios se notaban en la nave y los asientos empezaron a vibrar. 3...2...1... Ya estábamos listos para comenzar el viaje.