Parte 10

Capitulo 10: Solo un beso

-Nanami-chan, la comida esta lista-Chillo Mizuki entrando en escena. Tomoe y Nanami se separaron sonrojados e intentando aparentar normalidad.

-Ya vamos

Mientras comían, entre miradas curiosas de Mizuki a ambos y las miradas que Tomoe le echaba a Nanami, sentada en su puesto de siempre y sus ojos se entrecerraron al ver que ella apartaba varias setas shitake que él le había puesto a la comida.

Sonrió para sí mismo. Nanami no había cambiado.

-No separes las setas, Nanami-Dijo neutralmente, como cuando discutían. Parecía que había sido ayer...y habían pasado más de 4 meses...

-Jo...-Nanami hizo un berrinche-es que no me gustan...

-Ya me las como yo Nanami-chan-Dijo Mizuki alargando la mano para coger una de ellas con sus palillos.

-Ni se te ocurra, serpiente-Dijo tajante Tomoe.

Se empezó a formar una pelea de palillos entre ambos familiares mientras Nanami intentaba comer su comida esquivando los proyectiles en forma de palillos.

-Bueno, parad ya ¿no?-Dijo intentando formar paz entre ambos. Tanto Tomoe como Mizuki la miraron, extrañando la sensación del poder de las palabras de su maestra. Asintiendo dieron por terminada la pelea y Nanami acabo sin comer las setas.

-Te ayudaré a fregar los platos-Dijo Nanami cuando vio que Tomoe recogía la mesa. A pesar de las negativas del zorro, acabaron juntos en la cocina. El fregando y ella secando.

-Tomoe-Dijo mientras secaba un cuenco con el trapo de cocina. Tomoe desvió la mirada de la espuma y de las tazas para mirarla.

-¿Qué?

-La comida estaba deliciosa

-Ah...-Tomoe no pudo evitar sentirse desilusionado pero lo disimulo bien-Gracias...-Al pasar una taza para que ella la secara rozo sus dedos con los suyos. Ambos se quedaron estáticos y lentamente sus ojos se encontraron con los de Nanami.

De nuevo, Nanami se sonrojo y sus manos soltaron la taza que estaba secando; la mano rápida de Tomoe sujeto la suya y de repente volvían a estar muy cerca.

-T-Tomoe...-Los labios de Nanami empezaron a temblar a medida que el rostro de Tomoe se acercaba más y más a su rostro. Con el corazón a mil por hora se entrego a aquellas sensaciones, podía notar la suavidad de los mechones de Tomoe en sus mejillas y su aliento acariciándole la nariz. Unos milímetros más y sus labios rozarían los suyos.

-Nanami...

El roce fue perfecto, como en los cuentos de hadas, ambos se acoplaron como dos piezas perfectas de rompecabezas. Sus manos se exploraron mutuamente, Nanami rozando el cabello de Tomoe, enterrándose en sus mechones perfectos mientras Tomoe había rodeado su cintura con una de sus manos y la otra acariciaba su rostro.

Una luz los empezó a rodear, formando de nuevo el contrato de familiar, pero ellos no se separaron. Ajeno a ello, Tomoe intensifico el beso dándole pequeños mordiscos al labio inferior de su diosa, la cual le respondió al instante, abriendo sus labios cosa que Tomoe aprovechó para introducir su lengua en su cálido interior.

Nanami sentía como sus piernas se volvían de mantequilla y se agarro a los hombros de su familiar para no caerse.

Al sentir que les faltaba oxigeno ambos se separaron levemente, como si les resultase difícil hacerlo siquiera.
Los ojos de Nanami se abrieron lentamente, encontrándose con el rostro de Tomoe observándola. Esperando alguna reacción de su parte.

-¿Tomoe?-Parpadeo varias veces pero aquel Tomoe no desaparecía, estaba allí de verdad. Lagrimas empezaron a caer por sus mejillas asustando a Tomoe-¿De verdad eres tú?...

-Claro que soy yo...-Acercándose le sujeto el rostro entre sus manos-¿Has recuperado la memoria?

Nanami lo abrazo de sorpresa, casi ahogándolo en el proceso, y comenzó a sollozar contra su kimono.

-Tenia tanto miedo de no volver a verte...-Tomoe se quedo quieto por un momento para luego abrazarla de vuelta.

-Tonta...si estoy vivo es gracias a ti-Sin darle tiempo a decir nada más volvió a cubrir sus labios, sorprendiendo a Nanami y a los tres espías que se encontraban detrás de la puerta observando lo que ocurría.

-Nanami-chan, estoy tan feliz de que hayas vuelto a ser tu...-Susurraba Mizuki-"Pero podría haber sido yo quien te hubiera besado..."

Al separarse de nuevo, una Nanami sonrojada se llevaba las manos a los labios mientras un Tomoe también medio sonrojado se tapaba la cara con la manga de su kimono.
Ambos sin saber dónde mirar.

-NANAMI-CHAN-Grito Mizuki, ayudando a ambos entrando en escena y abrazándola. Una mirada de Tomoe en su espalda le hizo soltarla-¡Ya nos recuerdas!

-Sí, siento haberte preocupado Mizuki-Dijo con dulzura, sacándole una sonrisa al familiar serpiente cosa que molesto al demonio zorro que alargo la mano para separar a los "tortolitos". Mizuki sonrió maliciosamente por el rabillo del ojo.

Después del reencuentro decidieron celebrar una pequeña fiesta por el regreso de Nanami, durante la tarde Tomoe preparo todos los platos favoritos de la joven diosa de la Tierra y por milagro divino ninguno de ellos tenía setas shitake.
Mizuki decoró el salón con pequeñas flores de cerezo y mientras Nanami se cambiaba de ropa, colocó la mesa.

-Eso no va a ahí, serpiente-Decía Tomoe mientras colocaba la comida en el centro de la mesa.

-Pero queda bien aquí-Se quejo Mizuki observando el centro florar que había colocado a un lado.

-No queda-Dijo tajante Tomoe

-A Nanami-chan le gustaría aquí

-Ni lo sueñes

-Parad ambos-La voz de Nanami, y el conjuro, surgieron efecto en el instante en que ella aparecía por la puerta. Los ojos del familiar zorro se abrieron intensamente al verla vistiendo un kimono de flores de colores claros que contrastaban con el azul de la tela. Se había recogido el pelo en un moño bajo y una suave sombra azul de maquillaje cubría sus parpados a juego con el kimono. Estaba hermosa.

-Nanami-chan estas preciosa-Chilló Mizuki intentando acercarse a ella, cosa que Tomoe no le dejo ya que le estrelló la bandeja de la comida en la cara.

Después de la pequeña discusión todos se sentaron a la mesa para comer, entre más peleas con palillos chinos, pequeñas patadas por debajo de la mesa y miradas matadoras por parte de los dos familiares transcurrió la cena.
Al terminar, Tomoe coloco tres pequeños pastelitos de frutas frente a cada uno, los ojos de Nanami se iluminaron al verlo y Tomoe sonrió interiormente al ver la cara de niña que tenía. Si es que era una niña...

-Mmmm... esta delicioso...-Dijo ella al darle el primer bocado. Mizuki se le unió pocos segundos después. Tomoe probo un pedacito con el rostro neutral-Tomoe, ¿A que esta rico?-Pregunto con una dulce sonrisa.

A Tomoe se le erizaron todos los pelos de la cola y sintió como las orejas se le ponían rojas de la vergüenza. Asintió brevemente y desvió la mirada para no encontrarse con la mirada de Nanami.

Mizuki, fiel a su costumbre, trajo uno de sus tarros de sake y mientras veía la tele distraídamente tomaba una copa mientras Tomoe se sentó en el porche donde antiguamente solía sentarse con Mikage y miro la luna, imponente frente a él.

-Tomoe-Nanami se sentó a su lado y le tendió una copa negra.

-Gracias-Dijo mientras le servía el sake. Le dio un sorbo, distraído por la presencia de la joven tan cerca de él.

Por unos momentos ambos se quedaron en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. El primero que rompió el silencio fue Tomoe.

-Nanami

-¿Si?

-Gracias por lo que hiciste

Nanami volteo a mirarlo, dejando de lado el sake. Observando las facciones de su familiar iluminadas por la luz de la luna volvió a sonrojarse y empezó a jugar con los dedos.

-Solo pensaba en salvarte...no quería que te pasase nada...

-Nanami...

-Me encontré con el Tomoe del pasado...-Dijo atrayendo la atención de Tomoe-Incluso me ayudo cuando me atacaron...-Sus ojos se encontraron con los de Tomoe-Gracias Tomoe...

Rápidamente y sin ser consciente de ello, Tomoe atrajo a Nanami entre sus brazos, atrayendo su rostro hacia su pecho.
Nanami se sonrojo hasta las orejas pero al sentir la calidez del cuerpo de su familiar se relajo. Los brazos de Tomoe siempre le habían parecido cálidos pero ahora había algo más.
Casi podía sentir los latidos apresurados de su familiar.

-Nanami...-Sentía los labios de Tomoe en su oído, su suave aliento dándole escalofríos por su nuca-Se mía...

-¿Eh?

Ambos se quedaron mirando, lentamente sus rostros se fueron acercando, la mano de Tomoe se coló entre el pelo de Nanami acercándola a él para besar sus labios con pasión.
Nanami le respondió a los segundos, dejándose llevar por los habilidosos labios de su familiar.

Lo siguiente que supo era que Tomoe la cogía en brazos y la llevaba a su habitación, sin soltar en ningún momento sus labios.


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