Reencarnaciónes

El día de escuela había terminado, para suerte mía el chófer llegó por mi.

-Hola señor.

El saludo de manera amable, mientras que yo solo lo ignoré. Ya que estaba enfadado y estresado, pues el chico cuyo nombre era Yoshiteru había estado molestando todo el tiempo.

Entre al auto tratando de controlar mi mal humor.
El conductor subió al vehículo y comenzó a conducir.

-¿Cómo ha estado el primer día?.

-Todo fue un asco.

-¿Por qué lo dice?.

-Un chico que no paro de hacerme preguntas y molestarme en todo el día. Estuve apunto de golpearlo.

Apreté mis manos, simulando que alguien estaba frente mío.
Suspiré pesadamente y me trate de relajar.

-No se preocupe señor, estoy seguro que ese chico quiere ser su amigo.

-Jamás aceptaría a alguien como el.

Mi mente fue observando el camino, la ciudad es enorme. A comparación de mi época, todo era tan verde y tan limpio. Y ahora domina la basura y los bosques desaparecen a cada minuto.

En ese momento note a alguien, tenía un cabello largo y rubio. Sabía de quién era ese cabello.

-¡Para por favor!- exclame.

De inmediato el frenó y baje en medio de la carretera, dónde casi era arrollado por un auto.
Crucé completamente la carretera y llegué al otro extremo. Era el,no había duda.

Tire del saco que poseía y de inmediato me miro. Esos ojos arcoiris, inconfundibles.

-¿Que sucede?- pregunto el.

-Douma- un susurro salió de mi.

El me miro con confusión y después pregunto.

-¿Que?.

-¡Douma!.

El soltó una risa y después de secarse las lágrimas contesto.

-Creo que te has equivocado. Mi nombre no es ese.

De inmediato supe que había cometido un error. El no era Douma, era su reencarnación. No me conoce.

-Disculpa, creo que me equivoqué de persona.

Me aleje de ahí, llegando al auto el chófer me miro con duda pero no sé atrevió a decir nada.
No volví a hablar en el transcurso del viaje.

Sigo con duda, ¿Acaso el será el único?. Quiero ver a los demás, si es que puedo verlos algún día.

Un sentimiento que había perdido hace mucho tiempo regreso a mi. Un dolor tan grande que hacía que mi pecho doliera, como si fuera estrujado.

-Quiero verlos de nuevo.

(Narra Yoshiteru)

-¿Touko?.

-¿Y ahora que quieres?.

-Me encontré con el chico de esta mañana.

-¿En serio?.

-Si,está en mi clase.

-¡Eso no puede ser!. El es de una escuela reconocida, jamás entraría en la nuestra.

-No digo mentiras, es la verdad. Mañana podrías venir a ver.

-Eso haré, y te golpearte si es mentira.

-¡Ya te dije que no estoy mintiendo!.

Touko se cruzo de brazos y caminamos en silencio hasta llegar a casa. Estando dentro de casa me fui directamente a la diminuta bodega que estaba en el jardín trasero, dónde los libros de los bisabuelos estaban al igual que las cosas que poseían.

Abrí la vieja puerta con dificultad y de inmediato busque con la mirada los libros. Pero no estaban dónde los había dejado en la mañana.

-Seguramente mamá acomodo todo.

Buscando entre el polvo, encontré un objeto alargado y de color blanco con dorado. La curiosidad me dominó y la saqué del lugar donde estaba.

Note que era una espada, de color grisáceo y que poseía la forma de un trueno en toda la hoja.
Era tan hermosa que me dió curiosidad si todavía tenía el filo que tenía originalmente.
Uno de mis dedos recorrió el filo de la hoja y con sorpresa mi dedo comenzó a sangrar.

-¡Wow, apenas si aplique fuerza!- me encontraba tan ilusionado.

Trataba de imaginar cómo era que utilizaban las espadas.
Una idea llegó a mi cabeza, ¿Y si busco más?. Tal vez pueda encontrar más cosas como está.

Hurgando en las cajas,encontré un par de fotografías en dónde había mucha gente reunida. Mostrando una sonrisa. Y la otra dónde estaba los bisabuelos con un par de niños en brazos.

Debajo de un par de cosas más, encontré un viejo uniforme. Estaba un poco maltratado pero no tenía ni un agujero.
Lo examine y llegué a la conclusión de que me quedaría.

Saque la cabeza por la puerta para mirar si no había nadie que me viera, metí de nuevo la cabeza y cerré la puerta despacio.
Me desvestí y me coloque el uniforme.

Se sentía cómodo, pero lamentablemente era un poco más pequeño para mí medida.

-¡Rayos!.

Mire con atención, todo era tan extraño. Me sentía en otra época.
Tome la espada y la coloque en el cinturón. Dando un par de vueltas en el mismo lugar, miraba de arriba abajo.

-Es como en los videojuegos.

Pero sentía que faltaba algo.
Mire alrededor y encontré otra caja, pero estaba demaciado arriba. Así que con sumo cuidado intenté escalar para alcanzar la tan ansiada caja que estaba en un estante.

Sujete la caja pero al intentar mantener el equilibrio, la caja cayó en mis manos impidiéndome hagarrar me de algún lado para impedir mi caída.

El golpe fue horrible, pero por lo menos valió la pena. Encontre un haori color amarillo y naranja, con unos diminutos triángulos blancos en toda la tela.

-¡Por fin lo encontré!.

Me levanté adolorido y me coloque el haori con emocion. Me sentía como un verdadero cazador de demonios, desenfunde la espada su comencé a hacer movimientos lentos para evitar lastimarme a mi mismo.

-¡¿Que rayos haces vestido así?!.

La voz de mi hermana me hizo temblar, mi cabeza giro y exactamente Touko estaba en la entrada mirándome con atención.

-Mama te va a matar si te ve así vestido.

-¿Acaso no sientes curiosidad por lo que hay en las cajas?.

-No, por qué tengo cosas más importantes que hacer, que en vez de ver las alocadas aventuras de...

-De los bisabuelos, ya se. Pero mira, es una espada de verdad y también este uniforme. ¿Que tal si todavía los demonios existen?, ¿O si están mirando desde las sombras?.

-Deja de fantasear.

Detrás de mi hermana, sentía una mirada atenta.
Y ni eran ideas mías, sabía que alguien estaba detrás de la cerca de nuestro hogar.

-Touko, creo que hay alguien atrás de ti- señalé.

-¡Deja de jugar a ser un samurai o lo que sea y entra a la casa!.

-Te digo que no es mentira.

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