Unos días después, mi mayordomo llegó a mi habitación diciendo que había encontrado lo que quería.

Me entrego una hoja blanca con datos e imágenes.

-¿Es este chico?- pregunté.

-Si señor- dijo con emoción -al parecer actualmente la familia Rengoku tiene a un muchacho estudiando en la misma escuela donde va usted mi señor.

-¿A si?.

-Si, el nombre de ese muchacho es Tojuro Rengoku. Jamás escuché hablar de el.

-Tal vez por qué el no ha prestado atención señor.

-La otra vez escuché que llego tarde y que fue perseguido por un par de policías.

-¿Tan problematico es?. Me sorprende.

-De todos modos, gracias por esto- le regale una sonrisa.

El se alejo de la cama, logré notar un olor a emocion y alegría por parte de el, se marchó dejándome solo.
Seguí mirando el papel, se parecía mucho a ese pilar.

Al parecer tiene muchos reclamos por parte de la policía por haber desafiado la ley unas cuantas veces.

Lo único relevante que tiene es sus problemas con la policía y su gran parecido con el pilar.
Arrojé en la hoja sobre la cama para después quitarme la manta que me cubría. Un largo suspiro salió de mi boca indicando que mis deseos de permanecer en mi cama era muchos.

-Debo de irme antes de que me arrepienta de haberme levantado.

Con toda la calma del mundo me dispuse a cambiar mi ropa, quería por lo menos estar cómodo en mi hogar sin tener ningúna clase de problemas.

Mientras desabotonaba mi pijama, las voces de los sirvientes me dieron un gran susto.

-¡Nuestro señor volvió a sonreír!.

-¡¿De verdad?!¡Que emoción!.

-Me alegra mucho que vuelva a ser feliz.

Se preocupan por mi, pero quiero tener de nuevo a mi familia.
Una verdadera.

Al terminar de acomodar mi ropaje, salí de mi habitación con un par de libros entre mis brazos.
El gran eco que mis pasos causaban generaban un sonido resonante en el pasillo.

-¡Señor!- dijo una sirvienta.

Me gire para verla antes de seguir mi camino.

-El desayuno está servido. Puede bajar.

-Estare ahí en un minuto. Dile a los demás que hacen un gran trabajo todos los días- me sentía feliz por alguna extraña razón, mis emociones ni iban de acuerdo a mis acciones hoy- les aumentaré el salario.

-¿Pero señor?.

-Ya lo dije- pronuncie -les daré más dinero por su arduo esfuerzo tratando de soportarme.

-Entendido señor.

La mujer se marchó, ví la oportunidad de meterme en el estudio de mis padres adoptivos para lograr investigar un poco más.
Si logro saber que los pilares que murieron en batalla reencarnaron así como Douma, podré despreocúparme que sepan algo de su vida pasada.

No creo algo sobre las reencarnaciónes, pero no debo de descartar nada.

Me senté frente un estante repleto de libros de colores y de olores diferentes. Estando en el suelo acomode cada libro sobre muchos temas en concreto, la mayoría de veces sobre medicina.

Ahora que lo pienso, escuché sobre que alguien encontró el lirio de araña azul. Se parecía mucho a ese cazador salvaje.

-Aoba Hashibira.

Lamentablemente no supieron explotar esa flor y la dejaron morir.
El trabajo del chico se fue a la quiebra solo por que las personas en donde trabajaba se apropiaron de su investigación y lo corrieron de su trabajo.

-Que lamentable, mi padre hubiera matado por tener algo así. ¿Pero que se espera de los humanos?.

Supongo que no debo de preocuparme de Aoba, si es que no sabe sobre su antepasado.

Comencé a leer, la medicina ha cambiado mucho en estos años. La ciencia a sido el centro de atención desde hace un siglo.
Me comienzo a oxidar.

-¿Joven amo?- escuché desde el otro lado de la puerta.

Desvíe la mirada, dejando mi lectura.

-¿Que desean?.

-Lo vienen a ver un par de chicos. Dicen que son sus amigos.

Tch, no puedo leer en paz por un día.

-Sabes que no tengo amigos en ninguna parte, no los dejes entrar.

-Ellos dicen que lo pondrán al corriente con la escuela.

-No necesito nada de ellos. Ya se todo.

-Entendido.

Sabía de quién se trataba, su olor inundó mis fosas nasales apenas llegaron.

-¡Mi amo ya dijo que no los conoce!- replicó.

-Por favor, solo déjenos entrar.

-¡Ya les dije que no!.

-¡¡No nos interesa viejo, solo déjame pasar!!- la voz de la chica era de insistencia.

Un gran golpe se escuchó en la planta baja.
Debo de ver qué pasa y detenerlos antes de que hagan algo.

Con todo mi pesar me levanté y salí del estudio, fui directamente a las escaleras y logré ver qué las sirvientas estaban reteniendo a los recién llegados en la puerta de la casa.

-¡Les acabamos de decir que somos amigos de Tanjirou!- dijo el chico.

Al bajar escalón por escalón, eleve mi voz.

-¡¿Que pasa aquí?!.

Todos me miraron con sorpresa y guardaron silencio.

-Señor, estos chicos son muy insistentes. No quieren irse- explico una sirvienta.

Era el momento para matarlos en este instante, pero hay demaciada gente aquí.

Me acerque a la entrada y los mire atentamente.

-¿Acaso no escuchan?- pregunté molesto -les dijeron que se marcharán.

-Venimos para hablar sobre la escuela. Pero estás personas nos impidieron el paso- reclamo la chica.

-No me interesa. Así que por favor, les pediré de la manera más cordial que se retiren de mi hogar y me dejen tranquilo.

Ambos me miraron con enojo. Pero no dijeron nada y con un resoplido se marcharon.
Después las sirvientas se acercaron a mi.

-Que bueno que ellos ya no están aquí.

-Causan muchos problemas esos chicos. Lo bueno es que nuestro amo llegó para sacarlos.

Estoy muy seguro de que regresarán. Son iguales a ellos, tan insistentes que llegan a ser molestos.
Eso incluye a mi hermana. La molesta hermana que jamás logro ver qué era feliz con la familia que tenía.
Fue bueno que muriera. No la soportaría nunca y junto con sus amigos.

Al pasar por la cocina, escuché los miembros de la cocinera y unas tres mujeres que trabajaban ahí mismo.

-He escuchado que han ávido muchos avistamientos de personas de aspecto tétrico.

-¿Dónde lo dijeron?.

-En las noticias, de hecho hay un vídeo de un joven gravando a una persona comiendo la carne de un ciervo en un bosque.

-¡Que horrible!.