VI. Convivencia
Nueva mañana en Royal Woods y nuevamente Lincoln se levantaba temprano para hacer su rutina de ejercicios, sin embargo, antes de levantarse se quedó mirando unos segundos a su madre quien descansaba a su lado.
— Se ve muy linda cuando duerme — se dijo a sí mismo para levantarse y luego asegurarse de que quedase bien tapada nuevamente.
— Hmmm~ osito~ — habló medio dormida sujetando las sábanas y sonriendo enormemente.
Antes de colocarse su ropa deportiva decidió mejor beber algo y comer una fruta, anoche le cedió parte de su comida a Lucy ya que la joven gótica deseaba repetirse, pero ya sus hermanas habían devorado toda la comida e incluso Lana junto a Lily arrasaron con las sobras.
Luego de beber un vaso de jugo de naranja y comer una manzana se iba a retirar cuando Lucy apareció detrás de él.
— Buenos días Lucy, ¿Tienes hambre? — le preguntó sin darle mayor importancia, no la sintió llegar, pero ya sabía que era muy sigilosa al andar.
— Lincoln... ¿Puedes acompañarme hoy? — no tardó en preguntar con la cabeza baja, aún teniendo la misma edad Lincoln era un par de centímetros más alto y eso a ella le daba la ventaja, pareciendo mucho más tierna e indefensa, sobre todo al jugar con sus dedos mientras preguntaba.
— ¿Hmm? Seguro, ¿A dónde quieres ir? —
— A la cafetería que te mencioné... —
— Ah. Es cierto, claro me... —
— Hoy... Hoy tendrán descuentos para... —
— Jeje — acercándose acaricia su cabeza — El dinero no es problema, puedes pedir lo que quieras, yo me encargo. ¿Qué te parece ir hoy en la tarde? Ya sabes, cuando baje un poco el sol —
— Eso sería estupendo — aún con su voz monótona e indiferente se podía sentir la chispa de emoción que poseía, incluso parecía que estaba sonriendo levemente.
— Grandioso, ahora sí me disculpas debo hacer mí rutina de ejercicios, no quiero perder el hábito — despidiéndose se fue cambiar.
Tra desayunar el grandioso banquete que Lincoln había preparado gracias a todo lo que compraron ayer en el centro comercial esté se dispuso a ir al ático con el objetivo de tomar su laptop y retomar un poco el trabajo que dejó de lado, sabía que su madre deseaba que se tomará unas vacaciones, que dejase de pensar en investigaciones o demás, pero simplemente no quería seguir aplazando sus experimentos ni mucho menos sus investigaciones.
— No creo que a mamá le importe, solo revisaré rápido que todo esté marchando correctamente y adelantaré un poco de trabajo, oh, quizás tenga algo de tiempo para continuar con el desarrollo de mí siguiente vacuna o debería proseguir con la implementación de anticuerpos artificiales para sanar heridas internas... Quizás sí pudiera encontrar la forma de programarlas como una especie de nanomáquina, pero es muy peligroso, pero más peligroso sería uno orgánico que, en un futuro pueda mutar y salirse control como una bacteria... — a medida que hablaba para sí mismo mientras tecleaba; se iba perdiendo más y más en la información, dejándose absorber por todas las probabilidades, datos, operaciones, ecuaciones, químicos y combinaciones que iba viendo, comprobando, calculando o meditando.
Sin darse cuenta ya había llegado la hora del almuerzo.
— ¡Hermanito,hermanito! Podrías cocinar... ¿Eh? — Lily, quien había llegado muy emocionada a la cocina se quedó confundida al ver que su hermano mayor no estaba allí, así que fue a la sala donde Rachelle junto a Rita, Lisa, Liberty y Luan veían la televisión mientras platicaban de vez en cuando.
— Mami, mami, ¿Has visto a mí hermanito? No está en la cocina —
— Yo también lo busqué hace un rato, creo que está con Luna — se quejó Liberty cruzándose de brazos.
— No, Luna está en nuestra habitación ensayando - comentó Luan - Creo que está con Lola —
Pero en eso la joven rubia que venía bajando las escaleras con gracia y delicadeza las miró sorprendida.
— ¿No estaba con Lana? Creí que jugarían juntos antes de que preparé la comida —
En eso Lana abriendo la puerta de la entrada principal la miró.
— ¿En serio? Yo creí que estaba contigo, íbamos a jugar en el lodo, pero no lo encontré —
— Entonces puede que esté con Leni — sugirió Rita.
— En realidad; luego del desayuno subió al ático y no ha bajado desde entonces — aclaró Lisa quien sí bien por respeto más a su tía que hacía él no había colocado camaras en el ático, sí tenía una apuntando concretamente a la puerta del mismo, para así saber cuando baja o sube.
— ¿Eh? ¿Y por qué no ha bajado? — dando un pisotón Lily hizo un puchero.
— Tal vez solo quería descansar un poco — dió su idea Liberty.
— Quizás necesitaba un tiempo de calidad con su imaginación jajajajaja —
— ¡Luan, Lincoln no haría eso! — muy ruborizada Liberty le reprochó a Luan su broma mientras que Lily y Lana no entendieron qué quiso decir, Lola también secretamente se ruborizó un poco.
Rachelle en su mente estuvo de acuerdo con Liberty, su hijo no hacía esas cosas aunque ella le dijo anoche que era perfectamente normal y que incluso podría ayudarlo, pero esté se negaba lo cual sentía que era una lastima ya que estaba segura que eso podría ayudarlo a liberar la tensión y ansiedad que le provocaba el estar sin trabajar o investigar todo el tiempo. En ese mismo instante sus ojos se ampliaron en entendimiento, una conclusión habiendo llegado a ella haciéndola levantarse repentinamente.
— No puede ser — expresó Rachelle queriendo estar equivocada, su repentina preocupación y brusquedad llamó la atención de todas, sobre todo por su mirada inquieta y antes que pudieran decir algo; ella fue corriendo a las escaleras casi tirando a Lola.
Por curiosidad todas las siguieron, alcanzaron a divisar como Rachelle subía las escaleras de la entrada del ático y luego los gritos de la misma.
— ¡Lo sabía! ¡Estás trabajando! —
— ¡Mamá, no es lo que parece! —
Se escuchan algunas cosas ser tiradas o empujadas.
— ¡Mamá controla te, estás no son nuestras cosas! —
— ¡Te dije que eran vacaciones! —
— ¡Solo revisaba los informes! Y los últimos ensayos... Y quizás realizaba unas simulaciones de químicos que... ¡Ah! — se oyen apresurados pasos de un lado a otro.
— ¡Vuelve aquí jovencito! —
En eso las demás puertas se abrieron y el resto de las hermanas salió para ver por qué tanto alboroto.
— Hey sis, ¿Qué pasó? ¿Ya está lista la comida? — preguntó Luna ganándose al lado de Luan.
— Creo que no comeremos pronto — interrumpió Lucy asustando a todas.
Las demás iban a quejarse, pero el sonido de pasos corriendo de un lado a otro hasta tropezar sé con algo llamaron su atención.
— ¡Ajá! Te tengo —
— ¡Maldición! Mamá, en serio, nunca pensé que te darías cuenta, piedad, ¡Piedad! —
— ¡No puedes seguir trabajando en vacaciones, así que me llevaré esto! —
— ¡No mamá, lo necesito! —
— ¡No! Para eso tenemos aún a la gente de confianza de tú padre, ¡No pasará nada sí descansas un mes! —
— ¡Pero mamá! —
— ¡Sin peros jovencito! —
— ¡Solo dámelo un segundo, verificaré los envíos a los laboratorios, sí se atrasan podrían poner en riesgo el trabajo de nuestros científicos! —
— ¡No te daré nada, ellos se las arreglarán! —
— ¡Mamá solo quiero ver cómo va nuestro portafolio de acciones! Podríamos tener perdidas importantes... —
— ¡No caeré en eso de nuevo, dijiste lo mismo cuando fuimos a esquiar y no saliste de la habitación del hotel en tres días! Lo único importante es que nos divirtamos en familia —
— ¡No estás siendo racional, dame esa laptop! —
— ¡Qué no te doy nada! —
En lo que la discusión seguía las Loud solo escuchaban todo lo que se decía.
— Creo que mí tía tiene razón, Linky necesita relajarse —
— Sí... Espera, ¿Linky? — preguntó Liberty.
— Sí, ¿Te gusta? Es el apodó que le dí así como la tía Rachelle le tiene uno, yo también quería darle uno — explicó muy orgullosa con sus puños en la cintura.
— Es increíble, con que mí querido Lincoln ha ido a la nieve, debe de ser un increíble esquiador — comentó Lola mientras imaginaba gustosa esquiando junto a él.
— Con razón es tan bueno lanzando bolas de lodo, seguro que jugó mucho en... Espera, ¿Cómo qué "tú querido"? — cuestionó Lana un poco molesta por ese comentario.
— ¿Eh? Ah, bueno... Ya sabes, yo... Lo quiero como tú lo haces, digo, ya es parte de la familia, ¿No? — rápidamente contestó un tanto nerviosa la joven rubia a lo que su gemela la miró por un instante entre cerrando los ojos.
Pero sin tiempo de cuestionarla un gran ruido se escuchó seguido de un calmó silencio.
— Finalmente pararon — comentó Lori quien era la más callada debido a lo ocurrido ayer.
— Fiu~ estaba preocupada, sé que no nos metemos cuando nosotras peleamos, pero no quería otra discusión — habló muy aliviada Leni quien era la que estaba más preocupada y con más ganas de ir e intervenir, pero no sentía que estuviese bien.
— Cómo que el silencio está durando mucho, ¿No? — habló ahora Lynn quien era la más desinteresada, pero aún así mantenía su vista de reojo en la entrada abierta preguntándose sí ambos estaban bien.
— Tienes razón, creo que subiré para ver qué... — la matriarca no acabó de hablar cuando Lincoln bajó con la cabeza gacha, sus ojos cubiertos por su cabello y en sus labios una mueca indescifrable para todas.
— ¿Estás bien Lincoln? — preguntó preocupada la matriarca del hogar a lo que esté solo se detuvo ya una vez pasó por el lado de todas y, sin voltear sé asintió — Sí quieres puedo preparar yo el almuerzo — pero esté negó y se limitó a dirigirse abajo.
Al momento de desaparecer por los escalones su madre bajó también del ático, está a diferencia de él parecía de lo más normal, como sí no hubieran estado discutiendo hace menos de un minuto.
— Hermanita, ¿Qué pasó? ¿Está todo bien? — preguntó Rita preocupada.
— ¿Hm? — ladeó la cabeza confundida hasta que entendió — Oh, ¿Lo dices por el ruido? Tranquila, solo fue una pequeña discusión, pero ya todo está bien — agitó su mano con despreocupación.
— ¿Y el silencio? — preguntó Lola alzando una ceja.
— Bueno... — llevándose el dedo índice a sus labios sonríe alzando la vista y luego mira a Lola — Podríamos decir que fue la razón por la que ya todo está bien — todas se le quedaron mirando pensando lo mismo, que eso no tenía ningún sentido. No obstante decidieron no darle más vueltas al asunto y cada una se dirigió a hacer sus cosas mientras esperaban la comida.
Sin embargo, Rita decidió ir con Lincoln para ayudarle a cocinar, tal vez no sabía lo que había pasado ni entendía de los negocios que manejaban, pero estaba segura que aligerar su carga al cocinar y sobre todo, hacerle compañía lo ayudaría a sentirse mejor.
Y así fue, Lincoln junto a Rita platicaron alegremente mientras esté cocinaba y ella lo asistía en lo que podía, al principio ambos chocaban o se pasaban a llevar por no estar acostumbrados al ritmo del otro, pero rápidamente comenzaron a acostumbrarse y podían moverse con facilidad por la cocina sin chocar o tropezar con las actividades del otro.
— Gracias por ayudarme a cocinar tí... Digo, Rita. En verdad fue muy gratificante —
— Oh no fue nada Lincoln, me gusta ayudar y cocinar aunque no sea tan buena como mí esposo, estoy segura que tú algún día también harás muy feliz a una afortunada chica — comentó en tono juguetón sin darse cuenta de lo rojo que se estaba tornando el rostro del chico al imaginar cosas que sentía que no debería de imaginar.
— Bu-bueno tampoco debe menospreciar su comida, le garantizo que es igualmente deliciosa — aún con un rubor tenue trató de cambiar la plática.
— Ouw~ gracias cariño, bueno creo que pondré el servicio... —
— No hace falta, ¿Lucy podrías hacerlo por favor? —
— Claro —
— ¡¡¡Aaaaaaaaaah!!! ¿Lucy? Cariño, ¿Cuándo llegaste? —
— Se quedó parada oyendo nos hablar hace unos segundos — contestó Lincoln antes que ella pudiera hacerlo.
— Suspiro, quería saber sí podía ayudarte —
— Gracias Lucy eres muy linda, pero solo falta el servicio —
Luego de almorzar y antes que Lincoln saliera junto a Lucy decidió pasar algo de tiempo con Lana con quién hizo una segunda guerra de lodo está vez mojando un poco el césped del patio trasero para mayor movilidad y sobre todo; para tener aún más lodo, sobra decir que esto le fascinó a la chica quien para su sorpresa su hermana Lola los acompañó, sí bien no jugando, sí estando presente a un lado bebiendo una taza de té mientras los observaba jugar. Sin embargo, Lana aburrida de mirarla solo estar sentada allí quería que se uniera, incluso le pidió ayuda a Lincoln para tratar de convencerla.
Al final Lola con una encantadora sonrisa de satisfacción sugirió jugar a la princesa raptada que debía de ser rescatada por el valeroso y apuesto caballero blanco de la temible bestia enlodada que la tenía cautiva en sus pantanos.
Sin embargo, ambos al oír su idea se miraron y sonrieron, al final siendo Lincoln la bestia enlodada mientras que Lana era la valiente guerrera y Lola fastidiada debía de ser rescatada, aunque al final no le importo mucho ensuciarse cuando se dejó caer en los brazos de criatura a quien trató de comprender; diciendo que tal vez solo deseaba ser amada y comprendida mientras acariciaba su mejilla toda llena de barro, acción y comportamiento que incomodaron un poco a Lincoln.
Luego de jugar con ambas se dió una ducha seguida de una hora de lectura junto a Liberty, la cual le hablaba de todos sus héroes favoritos, de las historias que más le gustaban y del como superaban toda adversidad para alcanzar el final feliz. Cosas que él escuchaba atentamente hasta la llegada de Lily quien propuso jugar videojuegos los tres juntos.
Más tarde decidió pasar un poco de tiempo con Leni y Luan, no entendía porque no eran más cercanas después de todo les comentó que las dos tenían unas sonrisas muy bellas sin mencionar que Leni podría hacer muy buenas prendas para los shows de Luan, lo cual a su vez le serviría para que su nombre como diseñadora comenzará a notarse y a su vez la escenografía junto a vestimentas de Luan se verían mucho más profesional. Con estos consejos los tres platicaron muy contentos en el cuarto de la comediante, ya que Luna había ido a ensayar con sus amigas el día de hoy.
Ya a las 5:15 p.m. el joven bajó arreglado y listo para salir junto a Lucy con uno de los atuendos que le había confeccionado Leni.
— ¿Lucy ya estás lista? — preguntó el joven que vestía una camisa blanca con corbata bolo que combinaba con su chaleco de traje azul oscuro resaltando así su cabello. Lucy quedó fascinada al ver su vestimenta, pero más aún al verle sonreír.
La joven tartamudeo algunas palabras incoherentes a lo que esté ladeó la cabeza un poco confundido hasta que creyó entender la situación.
— Oh, ¿Crees qué es muy formal? Leni insistió en que debía de usarlo, si quieres puedo ir a cambiar... —
— ¡N-no! Está bien, suspiro... Es como ver a un joven conde heredero vampiro antes de su última prueba — habló sin pensar en una de sus novelas vampíricas preferidas. Una trágica historia llena de lúgubres anécdotas repletas de traición, abandonó, desesperación, tragedia y horror.
— Oh, "Herederos venid por mí, os enfrentaré con mis garras mas no con mis colmillos, puesto que vuestra sangre impura jamás maldecirá mí alma" — gesticulando como sí estuviera en un teatro habló con emoción y pasión.
La chica pasmada quedó con la boca un poco abierta mientras le observaba incrédula, sintiendo como no solo su corazón comenzaba a latir más rápido una vez más, ahora también podía sentir con claridad como sus mejillas se calentaban.
— Tú... —
— Fue una de las primeras novelas que leí, admito que esperaba algo más horripilante, quizás incluso del estilo "horror cósmico", pero es una buena novela — mostrando sus colmillos en una brillante sonrisa le tiende la mano — ¿Vamos? —
La chica sin decir un palabra tomó su mano y asintió, rápidamente apegándose a su lado mientras le decía de su partida a Rita y Rachelle las cuales les desearon que les vaya bien.
Dada la hora Lincoln sugirió ir en taxi, pero Lucy le pidió caminar bajo la excusa de querer ver el pronto atardecer, algo que esté compartió, era algo simple, pero rara vez se daba el tiempo de disfrutarlo por lo que incluso hicieron una pequeña pausa en una banca del parque para poder observarlo.
Minutos más tarde.
Ambos se encontraban ya en la cafetería dónde se sentaron cerca del escenario por petición de Lincoln que deseaba ver de cerca su presentación, sin saberlo esto provocó la conmoción en el corazón de la chica quien se agarró el pecho intentando ocultar el nerviosismo y entusiasmo que sentía ahora mismo.
— ¿Te encuentras bien? Sí estás nerviosa podríamos solo comer algo, hay buenos postres en el menú — comentó apartando la vista de la lista que tenían en la mesa para verle con una cálida sonrisa mientras apoyaba la mejilla en su mano.
— ¡N-no! Yo... Estaré bien, suspiro... Iré a inscribirme, ta-tal vez también puedas... —
— ¿Yo? — se apuntó sorprendido — Ah, jajajaja no, no lo creo, no soy muy bueno —
— Pero me ayudaste con mis poemas, estoy segura que lo harás bien — insistió emocionada ante la idea de verlo en el escenario recitando un poema.
— Jeje solo te ayude con las rimas, el mérito de lo escrito es totalmente tuyo, cualquiera puede decir palabras que suenen similares, Pero darles coherencia y profundidad es un talento que tú posees Lucy — las palabras de Lincoln flecharon el corazón de la joven que ya de por sí sabía que estaba sintiendo algo por él, está fue solo la última gota que llenó el vaso, ahora no le cabía la menor duda, su sonrisa, sus palabras, sus ojos y su forma de ser, de escucharla, de apoyarla, él era la persona que amaba, con quién deseaba estar.
La chica se le quedó mirando en silencio durante unos segundos que a él se le hicieron pesados, no entendía que le estaba pasando y se preguntaba sí tal vez no se expresó con claridad o el suficiente entusiasmo, pero sus dudas fueron disipadas cuando sintió el abrazo de la chica que acto seguido acercó su rostro al suyo.
Tal acción tomó desprevenido a Lincoln quien un poco sonrojado ante la cercanía comenzó a mirar hacia los lados.
— Ahm... Lucy... La gente empieza a mirarnos — comentó intentado hacer que ella reaccione sin ser grosero o descortés.
— No me importa ser observada, nunca lo he sido y nunca me ha importado, solo quiero que tú me veas — expresó con más pasión en su voz, aunque Lincoln pudo sentir una leve tristeza al inicio, por lo que correspondiendo el abrazo acarició su espalda.
— Bueno, te garantizo que siempre que esté contigo te miraré y que siempre que no lo esté; te apoyaré desde donde quiera que esté — habló desde el corazón provocando que la chica casi perdiera el control y lo besará ahí mismo, pero afortunadamente se detuvo a tiempo aunque lo deseaba, anhelaba probar los labios de su enamorado, no obstante temía el como reaccionaría él, no podía dejar de lado el problema principal de estos sentimientos, él era su primo, su familia, tales sentimientos no deberían de existir, pero aún así lo hacían, y con gran fuerza, una que casi se desborda con sus palabras.
Mientras Lucy estaba en su mundo no se percató de que dos personas entraron a la cafetería para sentarse al fondo de la misma, en un oscuro rincón apartado del resto.
— Ah~ creo podríamos convencer a Shia de unirse, sí usará atuendos más oscuros prácticamente sería una gótica — habló Haiku mientras tomaba el menú para ver qué podría ordenar.
- ¿No crees qué es una mala idea? Se dice que tiene conductas algo... "Obsesivas" - tragando saliva opino un tanto nerviosa Perséfone.
— Pues sí no queremos perder el salón luego de las vacaciones necesitamos ser al menos cuatro miembros así que sí tienes una mejor sugerencia... — invitó a que hablará.
— Bueno, no lo sé, esa chica del otro salón, ¿Cómo se llamaba? ¿Kat? —
— Agh. Esa bruja no estaría dispuesta a ganarse a mis pies ni aunque su vida dependiera de ello —
— Buscamos miembros o solo quieres... Ya sabes... — un poco ruborizada cuestiona apartando la mirada.
— Solo deseo compartir mí fina colección de bellos conjuntos de encaje con quienes sean lo suficientemente listas para apreciar tales telas — explicó con orgullo, pero a su vez desánimo, ya que estaba segura esa chica se negaría.
— ... Creo que solo deseas tener más muñecas para vestir — la miró de forma acusadora, pero a Haiku ni le importó, sólo miró en otra dirección y al hacerlo su único ojo visible se ensanchó con gran sorpresa.
Antes que Perséfone pudiera preguntar la razón, su amiga le tomó el rostro y la hizo voltear sé para que mirase por sí misma.
— Esa es... Lucy, ¿No? —
— Ajá, ¿Por qué está tan adelante? — se preguntó con algo de dificultad Perséfone ya que sus mejillas eran tomadas por la mano de Haiku.
— No lo sé, pero me atrevería a decir que el chico que está con ella tiene algo que ver — aseguró viendo como los dos se estaban mirando y parecían ahora estar escogiendo algo para comer.
— ¡¿Un chico?! Pero creí que Lucy no le gustaba ninguno, oh no, ¿Y sí deja el club por salir con él? —
— Bueno, sí a él no le gustase que sea como es; no la abría traído aquí en primer lugar — agudizando la vista vió como él pareció sugerir una cosa del menú la cual ella rápidamente rechazó, pero esté riendo un poco asintió y llamó para que lo atendieran. Sin embargo, había algo extraño para ella, algo diferente. Claramente no era ningún chico de la escuela o que ella conociera, pero esto no era lo que llamó su atención, sino más bien su postura, tan recta, tan elegante, incluso al alzar medio brazo para chasquear los dedos solicitando ser atendido sintió que estaba imponiendo una especie de aura dominante, una que incluso superaba a la suya, su conducta corporal así como ademanes, no podia entenderlo, era como ver a alguien que estaba muy por encima de cualquiera allí.
— Parece que ya ordenaron, me preguntó sí Lucy subirá al escenario — habló nuevamente con un poco de dificultad Perséfone que no despegaba la vista de ellos, también podía sentir la presencia que imponía el chico, hace unos momentos parecía alguien normal junto a Lucy, pero desde que decidieron qué pedir el ambiente que lo rodeaba cambio por completo. Parecía irradiar una elegancia como la que jamás había visto en persona, solo en películas, desprendiendo una vibra incluso percibida por el resto de clientes.
Luego de algunos minutos sus platos fueron servidos e inmediatamente Haiku decidió confirmar sus sospechas revisando las fotografías de las cosas que perdieron, efectivamente; eran la tarta de almendras y chocolate con relleno de frambuesa rodeada por una corona de cerezas y para él una tarta mousse de chocolate con leche. Ambas eran de las más caras órdenes que podías pedir, para rematar eran acompañadas de dos tazas que aunque no podía saber su contenido incluso sí fueran las más baratas ya serían cinco dólares más.
Haiku no podía creerlo, tenía tantas preguntas en su cabeza ahora mismo, quién era él, cómo podía permitirse el gastar tanto, lo hacía para impresionar a su amiga, para conquistarla, quizás para presumir, aunque debido a la actitud que presentaba rápidamente descartó está última hipótesis después de todo, sí había gente a la que conocía bien era a los presumidos y presuntuosos, así que podía decir que él no lo era, pero lejos de disminuir sus dudas hacían que aumenten más, incluso se sintió tentada a ir para saber lo que estaba pasando, pero cuando vio lo feliz que pareció estar Lucy se abstuvo de hacerlo.
Luego de que terminen de comer uno de los encargados se subió al mini escenario para decir que era el momento para que la gente que se inscribió pasará a compartir sus poemas.
Pocas personas se atrevieron a hacerlo, solo fueron dos personas antes que Lucy subiera para leer un poema que confesó haber escrito hace muy poco.
Era un jardín sin rosas
Una mesa sin sillas
Un faro sin luz
Simplemente no podía más
Un camino frente a ellos
Nadie puede verlo
Como un pez en el océano
Una piedra en el cerro
Nadie se da cuenta
De cómo un alma se fragmenta
Un malestar que empieza a pesar
Como un reloj marcando el tic tac
Al finalizar todos aplaudieron su poema, pero esto lejos de importarle solo observo con alegría como Lincoln, sentado en frente le aplaudía con una candida sonrisa que agitó su corazón, hizo una cortés reverencia mas dedicada a él que al resto y fue a sentarse a su lado.
— ¿Te gustó en verdad? —
— Por supuesto, es una visión lúgubre de lo que es vivir, caminos inciertos, oscuros senderos, pero... El final desgarrador fue tan bello como cruel, no me mal entiendas, un final trágico fue inesperado, pero creo que lo hizo más especial — comentó y antes que ella alegre pudiera decirle algo esté se puso de pie para sopresa de ella.
Cómo sí pudiera leer su mente, entendiendo la pregunta que quería hacerle esté sonrió mostrando sus colmillos y guiñándole un ojo, haciendo que está aún más sorprendida le viera dirigirse al escenario.
Lincoln entonces una vez arriba procedió a expresar un poema que esperaba fuese bueno a ojos del público.
Males que habitan en mí corazón
Crueles pruebas de mí existir
Por favor les pido me dejen ir
¿No lo harán? Eso ya lo ví venir
Anhelos que guarda mí mente
¿Alguna vez fueron prudentes?
Tal vez solo fueron una ilusión
Una que dilata mí corazón
Seguir adelante es siempre mí plan
Levantarse mí estandarte
Sufrir mí más grande pesar
Pues no te dejo de pensar
Un silencio se formó en el lugar, nadie, ni siquiera Lucy o sus amigas esperaban tan crueles palabras que parecían cargar con más problemas y arrepentimientos de lo que se podía narrar, los sentimientos colocados allí eran de un pasado que parecía querer ser olvidado más que superado. Haiku no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas a diferencia de Perséfone quien se estaba sonando, conmovida le veía comprensiva de su dolor, del pasado que relataba y el como querer pasar página parecía imposible, su breve poema hizo que ella se sintiera muy identificada con él.
Por otro lado, la joven Loud que le acompaña se hallaba maravillada a la vez que lagrimeaba por haber escuchado tales sentimientos, tan duras palabras que parecían aún guardarse lo peor. Ella fue la primera en aplaudir, siendo rápidamente seguida por demás quienes se estaban sonando como Perséfone o se limpiaban unas pequeñas lágrimas como Haiku, sin duda el de Lincoln fue el más pesimista, pero a su vez junto al de Lucy, el que más tocó los corazones de la clientela.
Cuando ambos decidieron que era hora de marcharse, mucho después que sus amigas lo hicieran precisamente porque ya estaba oscuro Lincoln sin preocupación alguna llamó al hombre que le dió su número, sí era honesto consigo mismo no esperaba mucho, ni que aceptará la petición ni que llegase rápido, pero para su sorpresa ambas corrieron. Tan solo diez minutos tras hacer la llamada el vehículo apareció a las puertas de la cafetería, esto hizo esbozar una sonrisa a Lincoln quien no dudo en darle las gracias por venir tan rápido aún cuando el maneja pasajeros del aeropuerto, pero el hombre agitando su brazo desestimó sus agradecimientos diciéndole que era un hombre de palabra y sí no fuera porque le tocó más de un semáforo en rojo abría llegado mucho antes.
Una vez devuelta en la casa Loud, Lucy apenas se bajaron no dudo en tomarle del brazo, excusándose en que se sentía un poco agotada y cuando entraron fueron recibidas por Rachelle quien se encontraba parada frente a la puerta con sus mejillas infladas haciendo un puchero mientras tenía sus puños en la cintura.
— Déjame adivinar, a pesar de que tú hermana se ofreció a cocinar o probablemente sugirió pedir pizza decidiste que era buena idea esperar a que llegará — dedujo Lincoln con un leve enfado en su voz.
— ¡No es justo que salieran toda la tarde, ya es de noche y estaba muy preocupada, no contestaste ninguno de mis mensajes, ¿No piensas en tú madre?! — en un arrebató de frustración la mujer se quejo hablando muy rápidamente agitando sus puños, tal como una niña pequeña lo haría.
— "¿Llegarás pronto a hacer la cena?", "recuerda hacer la cena", "osito aún no volverás? Quiero cenar", "osito quiero cenar", "quiero cenar, quiero cenar, quiero cenar, quiero cenar". No son mensajes de preocupación — aseguró mostrando cada mensaje del chat de su madre antes de guardar nuevamente su celular.
— Pero, pero... —
— ¿Sabes? En lo personal sí se me antoja pizza, comimos allá, pero no le diría que no a una ahora mismo — riendo se dió unas palmadas en el estómago.
— También me encantaría — habló Lucy ocasionando el grito de la mujer, y no solo el suyo pues Lily que se había acercado para saludarlo también se asustó.
— Ah~ ah~ hermano... Llegaste — algo agitada por el repentino susto Lily le saludó sujetándose el pecho.
— Lincoln me alegra que hayas vuelto. Quería ver sí te gustaría ayudarme con unos experimentos y compartir un agradable período de lectura — interrumpiendo Lisa apareció acomodándose las gafas, aparentando no haberse asustado como su hermana y tía.
— Hola hermanita — saludó revolviendo el cabello de Lily con una sonrisa para luego ver a Lisa — Seguro. Lucy, ¿Por qué no le dices a la tía, digo, a Rita que las pida? Dile que sea con todo lo que guste, yo invito — sonriendo mostrando los colmillos se alejó con Lisa a la vista de las tres, siendo observada está con mucha molestia por Lily, aunque Lisa no se inmutó, solo sonrió y Rachelle quien lo veía a él un poco enfadada, pero él solo le dirigió una mirada que le indicaba que tenía lo que merecía así que no debía quejarse.
Una vez en la habitación de Lisa, está quiso hacerle una pregunta que la había estado carcomiendo por dentro, pero que desde la primera vez que comieron juntos no supo cómo debería de abordarla.
— Me gustaría preguntar, ¿De verdad tía Rachelle es una dirigente y líder capaz? No me mal entiendas, su carisma en incuestionable, pero su actitud... —
— Jajajajaja lo dices porque parece demasiado infantil, ¿No? — entre carcajadas se sentó en la cama de la niña.
Está asintió sentándose en su escritorio.
— Mamá no es así en el trabajo, de hecho, hace mucho que no la veía actuar así, de forma tan infantil, tan alegre y despreocupada — cerrando los ojos sonrió realmente contento, ver a su madre mostrándose como realmente es era refrescante, pero sobre todo satisfactorio.
Lincoln cambiando su expresión calmada por una afligida la miró procediendo a contarle un poco de lo que era la vida de ambos, más separada que unida debido a sus diferentes labores.
Fiestas, galardones, reuniones, apariciones públicas, siempre era igual tanto ella como él debían aparentar una sonrisa profesional, nada muy emocional, nada muy aburrido, solo eso, profesional. Ser muy efusivo estaría mal visto, ser muy entusiasta sería juzgado, mostrarse aburrido significaría una baja en el apoyo de los accionistas, estar desanimado o melancólico también, básicamente cualquier emoción, sea muy positiva o muy negativa podía suponer la diferencia entre el éxito y la caída de todo lo que han construido, todo lo que construyó su padre.
La presión de los reporteros, de los medios, del público, pero sobre todo de sus enemigos y competidores era abrumadora e inclemente, no había piedad alguna, cualquier movimiento era vigilado, estudiado y exagerado al punto de crear una bola de nieve que formase una avalancha. Es por esto que él decidió recluirse, no estaba seguro de cuánto tiempo podría seguirlo resistiendo, no quería que su madre tuviera que cargar con todos los viajes y negociaciones sola, pero debido a su edad tampoco podía hacer mucho, al menos no a ojos de la gente.
Ella había aceptado la responsabilidad por supuesto, siempre la había aceptado desde que se casó con su padre, sabía que debía estar más involucrada y además, deseaba poder ayudarle, pero es claro que está no era la vida que ella quería, solo rostros interesados en resultados, en dinero o en adquirir o consumir más, era enfermante, despreciable y detestable.
Él continuaba con el legado de su padre, con todas sus investigaciones inconclusas, dándolo todo día y noche, incluso en el baño o mientras se duchaba no dejaba de pensar, de analizar, de imaginar o cuestionar cada ecuación, cada composición, cada químico y elemento, pero además, también trataba de aligerar la carga de su madre todo lo que pudiese. Administrando todo desde las sombras, únicamente con el apoyo de su madre y las personas de confianza de su padre, quienes conocían su genio y respaldaban sus proyectos e inversiones.
Lisa no pudo evitar sentir una gran sorpresa, pero sobre todo tristeza ante sus palabras, podía notar el peso, el agotamiento, el como todo esto le había afectado mentalmente. La joven se puso de pie para ir y sentarse a su lado tomando su mano.
— Creo que ambos necesitaban estás vacaciones, más que cualquier persona en el mundo —
— No, ella lo necesitaba; no solo el descanso, también reconectar con su familia, había estado muy decaída, cree que puede ocultarlo de mí, pero la conozco bien. Ella estaba muy agotada — comentó recordando la leve caída de sus párpados, su expresión cansada y falta de ánimo al hablar en ocasiones.
— ... Lincoln... Nosotras también somos tú familia, estamos aquí para tí — enlazando los dedos con los suyos le miró.
— Gracias, y lo sé, lo siento es solo... Ah~ supongo que la verdad es que me ha costado acostumbrarme a formar parte de una familia tan grande, estaba acostumbrado a ser solo mamá y yo — apretó un poco el agarre de sus manos mientras que su rostro demostraba la honestidad y soledad que sentía.
La chica se dejó caer en su hombro para sopresa de esté e iba a preguntarle sí pasaba algo, pero al verla con los ojos cerrados, totalmente relajada supo que no era necesario decir nada más, solo la dejó estar cómoda apoyada en él, mientras que esté también cerrando los ojos pudo sentir la paz que daba el estar con otra persona, una sensación similar a la que pasó con Lucy. Realmente estar en una familia tan grande estaba siendo terapéutico de alguna forma.
Sin que él lo supiera, desde afuera de la habitación una adolescente apoyada contra la puerta abrazándose a sí misma había escuchado todo. La chica cabizbaja dejó escapar una lágrima y se apartó para volver a su cuarto, quería hablar con su hermana menor, pero entendió que no era el momento.
Pasado varios minutos de un reconfortante silencio entre ambos, la pequeña científica se puso de pie para ir a su escritura y tomar unos libros.
— ¿Te gustaría leer mientras esperamos que llegue la pizza? Tengo la sospecha de que podría tardar bastante — sugirió mientras volvía a sentarse a su lado.
— Aaaah... No lo sé, como te había dicho no soy muy conocedor de tus especializaciones así que no sé que tan... Espera, ¿Ese es un libro de bioquímica avanzada? Uh, y ese es de desarrollo neurológico de diversas especies, creí que no tenías esta clase de libros — tomando los en sus manos para examinarlos comentó teniendo una grata sonrisa en su rostro, fascinado al ver tales ejemplares.
— Bueno, creo que estaban ocultos por ahí, realmente no tiene importancia. ¿Te gustaría leerme los? — habló con interés y a su vez falsedad, puesto que en realidad esos libros no le pertenecían, eran de su amiga Marcy a quien le pidió que los trajera aprovechando la salida de esté junto a Lucy.
Los dos se acomodaron el cama, Lisa no dudando en acurrucarse a su lado quedando a la altura perfecta para también ver aquel libro, cualquier tipo de ciencia que no generase un avance o desarrollo importante en los ámbitos energéticos, mecánicos, robóticos o industriales no era del todo de su interés, después de todo los ya mencionados le garantizaban de por sí un brillante futuro lleno de grandes logros revolucionarios que marquen época, pero dada sus charlas con Lincoln y más aún, el interés de esté por la salud de cierta forma la contagió de curiosidad, quería saber más al respecto sobre la medicina, el desarrollo de medicamentos y las propiedades químicas que poseían tanto plantas como elementos que había ignorado o dejado de lado, incluso entre los animales habían toxinas, compuestos o elementos que fusionados proporcionaban propiedades asombrosas de las cuales no era consciente.
Capacidades regenerativas de reptiles, de curación y adaptabilidad a venenos de manera casi espontánea de tejones de la miel, propiedades coagulantes de agentes presentes en la sangre del cangrejo herradura y básicamente lo más cercano que se a visto a la inmortalidad en la vida real por parte de medusa Turritopsis nutricula. Ante sus ojos, a cada palabra que leía Lincoln un nuevo mundo de posibles avances se revelaba frente a ella, no podía creerlo, estaba más que fascinada ante toda la nueva información que llegaba a su cerebro y, sin embargo, aquello no fue lo que más la cautivó, tampoco fue lo que más contenta la tenía, no, lo que en verdad la llenaba por dentro el estar viviendo esté momento junto a él, de vez en cuando desviando su vista del libro a su rostro, su sonrisa, sus ojos, su cabello y sus labios, aquellos labios que leían apasionadamente cada oración, cada palabra, por momento la joven científica se preguntó a qué sabrían esos labios.
Pero no, no podía siquiera hacerse tal pregunta, eso estaba mal, era a incorrecto, inmoral, pero, a su vez; se preguntaba qué tan malo podría ser sí en realidad ella era una científica, su trabajo, su objetivo, su pan de cada día era precisamente hacer posible lo imposible, real lo irreal, viable lo que pareciera inviable.
En ese momento el golpeteo de la puerta se escucha, interrumpiendo la lectura de Lincoln y los pensamientos de la ahora enfadada científica.
— ¿Qué sucede? — preguntó Lincoln.
— ¡Hermanito, ya llegó la pizza! — aclaró la pequeña Lily desde el otro lado.
— Eso es imposible — acusó Lisa — Debería de tardar al menos otros diez minutos — aseguró.
— Tranquila Lisa, quizás tuvimos suerte y le tocaron los semáforos en verde jajaja — revolviendo su cabello sonrió para luego ponerse de pie, dejando caer sobre la cama a la chica que estaba apoyada en él.
Cuando Lincoln abrió la puerta Lily rápidamente lo abrazó y lo guío afuera, no sin antes sacarle la lengua a Lisa, una artimaña infantil que aunque no era primera vez que la hacía, sin duda fue la primera vez que fue efectiva puesto que ahora estaba enfadada.
— Pequeña mentirosa — murmuró cruzándose de brazos ahora sola en la habitación.
Una vez abajo Lily se excusó en que tal vez se confundió, pero que ya que estaban ahí, le propuso jugar videojuegos mientras aguardaban, ahora sabiendo gracias a Lisa cuánto tiempo tenía. El chico gentilmente acarició su cabeza y con la otra mano tomó el mando para jugar con ella.
Luego de cenar.
Rachelle aún se encontraba enfadada sosteniendo el puchero había mantenido durante toda la comida, incluso a Lincoln le pareció que estaba exagerando, pero tanto Lily como Liberty también hicieron uno ya que querían comer su comida, y de hecho al mirar deliberadamente al resto podía decir que era una opinión casi unánime, incluso Lori se le veía algo decaída comiendo su pizza y, cuando sus miradas se cruzaron está rápidamente apartó la suya, ante esto Lincoln resopló, iba a hablar con ella una vez todas vayan a ver televisión.
Y así lo hizo, cuando las demás se levantaron él se ofreció a lavar los platos, así que le pidió a Lori que lo ayudase a traer las cosas.
Cuándo la chica dejó las cosas sobre la mesa de la cocina como le pidió iba a retirarse, pero la voz de Lincoln pidiéndole que se detenga la hizo parar de inmediato y dando un Suspiro se giró, allí vio al chico apoyado contra él lavaplatos de brazos cruzados en aparente calma.
— Lori creo que ambos tenemos una conversación pendiente... —
— Lincoln, yo... —
Tratando de apresurarse a acabar con esto ella intentó justificar su actitud, pero al recordar lo que escuchó de la habitación de Lisa se detuvo apretando los labios, realmente sentía que lo había arruinado todo, incluso Leni aún seguía enfadada con ella al igual que Lily, y no podía culparlas.
— Lori, escucha. No estoy enojado — sus palabras la hicieron levantar la vista aún avergonzada para ver como esté le sonreía.
— Pero yo sin razones reales y... Malentendiendo todo... Ah~ perdóname — sintiéndose terrible vuelve a bajar su mirada arrepentida de su comportamiento.
— Lori... — acercándose a ella para tomar su mejilla hace que le vuelva a mirar — No hiciste nada malo, tratabas de protegerlas, sé lo que es eso. No te imaginas la cantidad de idiotas que e tenido que soportar, coqueteando con mamá con falsa honestidad y una alta presunción, jamás apartando la vista de su cuerpo o por su dinero o incluso peor; solo pasar el rato... —
El joven no pudo evitar arrugar el rostro con disgusto al recordar cómo en un baile de beneficencia cuando fue un momento al baño escuchó la plática de dos hombres, la forma en la que se dirigieron a su madre, las palabras que usaron y lo único que esperaban; Lincoln no se molestó en tener compasión o clemencia al oírlos suplicar. Sí no hubiera sido por la organizadora y su novio el cual era un amigo suyo probablemente no solo los abrían vetado de cualquier evento similar; también hubiera convertido en un escándalo público que abría amenazado con hundir todo su patrimonio.
Al recordar aquel momento se calmó teniendo la imagen de ambos en su mente, ambas muy buenas personas que lo consideraban un gran amigo, pero que él había dejado de lado por el trabajo y las investigaciones. Sin embargo, no fue esto lo que apaciguó su ánimo, pues Lori al verle como parecía tener muy amargo recuerdo posó su mano sobre la que esté tenía en su mejilla para acariciarla suavemente.
Cuándo Lincoln vio esto se sorprendió e iba a apartar la suya, pero la mano de Lori se lo impidió.
— En serio que lo lamento Lincoln, gracias por todo lo que has hecho por nosotras —
— No e hecho nada especial Lo... —
— No, sí lo has hecho. Jamás había a visto a Lana tan feliz o limpia, Lily hace meses no se veía tan entusiasta o animada igual que Liberty, Leni también desde que estuvo contigo creo que se siente más confiada, Luna y Luan también andan con más ánimos —
— Jeje creo que eso se debe deber más a mí madre que a mí, yo... No soy muy bueno para interacciones como ella, ella es tan animada, tan alegre, tan... Extrovertida y yo... Creo que solo soy un bicho raro — conteniendo las lágrimas que comenzaron a bordear sus ojos le dió la espalda a la chica para comenzar a lavar.
Habían tantas cosas en su mente ahora mismo, las personas que dejó de lado, las que se fueron de su vida, las que perdió y las que pudo conocer sí no se hubiera aislado, las palabras de su madre sobre su conducta, su sobreesfuerzo, su perdida de quién era antes y por supuesto, lo que más peso le traía ahora; lo que sentía por ella en verdad.
Lori vió como esté comenzó a lavar todo sin decir una palabra, tendió su mano para intervenir, pero se detuvo antes de tomar su hombro, no sabía sí tenía el derecho a intervenir o decir algo ahora mismo, pero cuando se iba a retirar logró notar por el rabillo del ojo una pequeña gota de agua caer, pero no del lavaplatos o de uno de los platos o vasos, no, está vino de más arriba, vino del rostro de Lincoln.
La adolescente sin pensarlo dos veces lo abrazó por la espalda para sopresa de esté.
— ¿Lori? ¿Qué estás haciendo? — cuestionó sorprendido girando su rostro para ver como ella abrazaba teniendo los ojos cerrados, manteniendo una expresión afligida en su rostro.
— Eres mejor persona de lo que crees, y aunque cometieras errores como yo, aún los puedes remediar, nunca es tarde Lincoln, nosotras somos tú familia y estaremos aquí para tí —
— Lori... — susurró para luego girarse y, tras unos segundos darle un fuerte abrazo que ella correspondió.
Luego de unos segundos que parecieron minutos se apartaron para mirarse sin romper el abrazo aún. Los dos se miraban directamente a los ojos del otro, con una comprensiva sonrisa llena de gratitud y cariño, pero los segundos pasaban y ninguno parecía querer apartarse más del otro o dejar de mirarse, estaban ahí, de pie solo observándose hasta que Lori fue la primera en moverse, pero no para quitarse, sino todo lo contrario, ella lentamente se fue acercando a su rostro, era más alta por lo que debió de irse agachando un poco para concretar lo que su corazón le pedía que hiciera ahora mismo.
Lincoln por su parte finalmente había dejado de lado los pensamientos que le abruman y para su sorpresa pudo ver como la mirada de Lori se fue acercando a su rostro, haciendo que su mirada de expanda y sus iris temblasen ante lo que estaba a punto de pasar, pero antes que esto pudiera ser así, esté rompiendo el abrazo la tomó de los hombros para poder apartarla.
— Lori, ¿Lori qué haces? No podemos hacer esto tienes novio, ¿No?... Ah, eh, y... So-somos primos, ¿Recuerdas? — le recordó las únicas dos razones por las que lo que estaban a punto de hacer estaba mal, muy mal.
La joven adolescente entonces volvió en sí y totalmente roja se separó.
— ¡Lo-lo siento! No sé que me pasó, por favor olvida esto — antes que Lincoln pudiera contestarle ella se marchó rápidamente rumbo a su habitación.
Esté quedó allí parado en solitario, con la mirada muy abierta, se hallaba pasmado ante lo acontecido, un leve rubor aún presente en sus mejillas. Ahora otro pensamiento intensivo se sumaba a los que le abruman ya de por sí, y esté era lo que Lori estuvo apunto de hacer, junto a lo qué pudo pasar sí esté no hubiera dicho nada.
— Acaso... ¿Ella...? No, pero... Lucy, no, no debería pensar esto, es una tontería — negó y bloqueó cualquier pensamiento al respecto, no tenía sentido para él pensar en ello. Solo lo atribuyó a estar confundido debido a la actitud de su madre, aseguró para sí mismo que estos pensamientos eran solo producto lo que ocurría con ambos, nada más.
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Espero les haya gustado esté nuevo capítulo.
Lamento la demora, la verdad sí lo tenía acabado hace unos días, pero no me convencía el poema de Lucy, al final decidí cambiarlo por otro y por ende tuve que también cambiar algunos de los diálogos siguientes, aunque igual no fue un gran cambio en el sentido literal me dí cuenta que cambió mucho para lo que es el final, pero tras pensarlo también no es que la actitud de Lucy deje mucha cabida a la duda jajaja xd
Sí se preguntan a qué me refiero es que originalmente el poema aunque lúgubre igualmente tenía un final más esperanzador y romántico, pero como dije, no me terminaba de convencer.
Además tuve que volver a colocar los guiones largos a cada maldito diálogo xd
¿Qué es un esfuerzo inútil porque se volverán a cambiar cuando se publique? Y probablemente, pero bueno ya lo hice tres veces así que no se puede decir que no lo intenté.
Pero bueno, sin nada más que decir yo me despido. Un gran saludo a todos y nos vemos pronto.
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