V. No todo tiene cura
Madre e hijo se habían besado apasionadamente, Lincoln no hizo nada para apartarse y de hecho para sopresa de Rachelle correspondió; ambos se dejaron caer en la cama sujetando las manos del otro, sus cuerpos podían sentir el calor que emanaba el otro, el perfume de la mujer, el olor de su hijo, los dos se hallaban intoxicados por el aroma del otro mientras seguían aquel acto prohibido. Lincoln quien había quedado arriba fue movido por su madre para ella quedar ahora arriba, en ningún momento quiso romper el beso, la mujer quería desbordar su pasión, su deseo, su amor por él, no le importaba nada, no se cuestionaba nada, lo quería, quería que pasará, no podía soportarlo más, había pasado tanto tiempo desde la última vez que se sintió así, y no quería que esté sentimiento desaparezca, que se extinga, ahora ella se dejó controlar por sus emociones sin importar lo inmoral que fuese, lo absurdo que fuera, cualquiera diría que una mujer como ella podría tener a cualquiera, pero ella no quería a cualquiera; lo quería a él.
Sin embargo, en un momento de lucidez al ver cómo su madre se estaba desabrochando su vestido Lincoln volvió a sus cinco sentidos e inmediatamente se separó, su madre no se rindió y trato de volver a atraparlo entre sus brazos, pero Lincoln logró sujetarla a tiempo.
& Mamá debemos parar esto, está mal — intentó ser racional.
— No me importa — contrarrestó intentando volver a besarlo, pero Lincoln desvío su cabeza para abrazarla y así no pudieran verse a la cara, sabía que sí ella volvía a besarlo no podría aguantar más sus deseos, su corazón no paraba de palpitar a todo lo que daba, igual su entrepierna que exigía salir a la luz. Pero su mente prevaleció por encima de todo lo demás.
— No, esto está mal y... Y... No podemos —
— ¡Pero quiero, quiero hacerlo! — declaró sin pudor mientras con fuerza se apartaba para tomarle las mejillas a su hijo — ¿A caso tú no sientes lo mismo osito? — le preguntó acariciando sus mejillas con sus pulgares.
Lincoln tragó saliva sumamente tenso, trataba de apartar su mirada, pero al tener la cara sujeta sus ojos eran los únicos que intentaban moverse de un lado a otro para responder. Sintiendo un nudo en la garganta ante el rostro de su madre empuñó las manos con determinación.
El joven ya tenía una respuesta y mirando a los ojos a su madre trató decir aquella palabra, aquella simple palabra que acabaría con toda está locura, "no", pero tenía miedo, miedo de su reacción, miedo de que sí le decía que no sentía lo mismo se sintiera mal, devastada, triste, afligida o peor, como una tonta por haber intentado hacer todo esto.
— Yo... — tragó saliva una vez más antes de proseguir.
Tomando las manos de su madre con las suyas cerró los ojos para sentir su suave tacto en la piel, luego los abrió mientras su madre se mantenía expectante.
— Necesito tiempo para pensar en todo esto — habló sumamente rápido para intentar librarse de la situación, esperando que esto funcione.
Rachelle que escuchó la velocidad con la que respondió tardó un instante en procesarlo, y al hacerlo vió como esté sostenía una gran sonrisa nerviosa en su rostro, comprendiendo que era correspondida, pero él aún no estaba listo para corresponder.
Soltando sus mejillas cerró los ojos y con una leve sonrisa asintió en aceptación antes de moverse hasta su lado para dormir. Eso dejó totalmente desconcertado a Lincoln quien no esperaba tan calmada reacción de su madre.
— No me importa esperar unos años más — arrullada con las sábanas comentó sin abrir los ojos ni perder la sonrisa haciendo que Lincoln pudiera sentir como todo su rostro se ruborizaba.
— ¡¿N-no escuchaste nada de lo que dije?! — reprochó, pero su madre solo guardo silencio como sí se hubiera quedado dormida.
Así la segunda noche en el la casa Loud acabó, sin imaginar todo lo que vendría más adelante ni a todas las nuevas personas que conocería tanto en días siguientes; como mucho más adelante.
A la mañana siguiente.
Lincoln despertó mucho más temprano ahora que se encontraba bien descansado, definitivamente había pasado mucho tiempo desde que dormía más de una o dos míseras horas. Estirándose un poco sentado en la cama vio a su lado como su madre acurrucada a su lado seguía dormida y no pudo evitar sonreír, se veía realmente hermosa, por un momento se tentó a acariciar su cabello para pasarlo detrás de oído, pero deteniéndose a medio camino mejor se levantó.
Sacó del armario de cartón improvisado de su madre la ropa deportiva que había llevado y una vez puesta se dispuso a salir para trotar aprovechando que gracias a Lola conocía ya los alrededores.
Luego de que volvió tras una hora de trote comenzó con el resto de su rutina de calentamiento haciendo un par de estiramientos antes de proseguir con las flexiones de brazo, abdominales, sentadillas y boxeo de sombras en el patio trasero. Cuándo terminó eran recién las 8:00 a.m. por lo que ya que vio al señor Lynn irse hace unos minutos atrás y ya que su madre había querido comer su comida se propuso hacer el desayuno hoy.
Tras una ducha se fue a la cocina para comenzar y mientras preparaba todo Rita apareció.
— ¿Lincoln? ¿Qué haces cariño? —
— Oh, tía Rita. Ya que su esposo se fue ya pensé en preparar algo rápido, espero no le moleste que use su cocina — sonrió gentilmente mientras sacaba unas sartenes.
— Oh no, eres nuestro invitado. No puedo dejarte eso — negó la mujer acercándose.
— jeje no es una molestia tía además, mamá quería comer algo hecho por mí así que... — se encogió de hombros comenzando a romper los huevos, Rita debió admitirlo, parecía manejarse bastante bien, con una mano rompía el huevo, vaciaba su contenido y dejaba la cascara a un lado, todo rápidamente como sí se tratará de una acción automática.
— Bueno... Está bien, pero sí necesitas a ayuda en algo no dudes en decírmelo — insistió antes de retirarse, echando un último vistazo a cómo esté tarareaba preparando todo calmadamente, incluso sacudiendo el sartén para mezclar su contenido.
— Oh, ahora que lo pienso. Sí, ¿Tiene alguna preferencia para la comida? —
— ¿Eh? —
— Bueno, me imagino abra algún ingrediente que a no todas les guste o que usted también prefiera evitar, ¿No? —
— Ah, sí... De hecho sí... — volviendo a acercarse procedió a explicarle el gusto particular de cada una de sus hijas así como el suyo propio.
Los dos estuvieron platicando sin darse cuenta por varios minutos, incluso ya se podía escuchar los primeros gritos de la mañana.
— ¿Ya están despertando? Recién pasan un poco de las nueve, normalmente en verano ninguna se levanta antes de la diez — comentó entre risas la mujer bebiendo la taza de café con leche que Lincoln le había preparado.
— Supongo hoy tendrán cosas que hacer o saldrán con sus amigas — sugirió sin tomarle importancia — De cualquier forma fue justo a tiempo, ya casi estoy termina... — no acabó de comentar cuando el grito alegre y entusiasta que reconocería dónde fuese se hizo presente — Je, creo que el olor la despertó — se dijo a sí mismo sonriendo.
— Esa es... ¿Mí hermanita? — se preguntó escuchando algunos golpeteos y empujones además de a alguien correr de un lado al otro.
— A mamá le encanta cuando desayunamos juntos, pero más aún sí soy yo quien lo prepara. Por favor, pase a sentarse tía yo serviré todo —
— Ouh, está bien Lincoln, pero por favor ya no me digas tía, se siente extraño, solo llámame Rita — pidió no queriendo admitir que eso la hacía sentir un poco vieja.
Esté asintió y la mujer fue a la mesa para encontrarse sorpresivamente a su hermana quien ya estaba sentada meciendo sé de un lado a otro en la silla mientras sostenía el servicio. Rachelle tenía una enorme sonrisa a la vez que tarareaba con gran ánimo.
— Hermanita, no creí que estuvieras lista tan rápido —
— ¿Bromeas? No puedo esperar a comer el desayuno de mí lindo osito polar~ — declaró sin parar su movimiento alegre.
— ¿De verdad es tan buen cocinero? Creí que solo, ya sabes, a diferencia de tí... —
— Qué grosera, para tú información yo he mejorado mucho en el ámbito culinario — se jacto indignada posando la mano sobre su pecho e inflando sus mejillas.
— Hmmm... Mamá huele delicioso — comentó Lori entrando al comedor.
— Sí, cómo qué solo el olor ya me da más hambre — alabó Leni entrenando detrás.
— Huele muy bien, ¿Papá dejó la comida hecha? — preguntó la rockera entrando.
— Vaya es un aromatizante despertar, hace que tú estómago haga de despertador jajajajaja ¿Entienden? — bromeó Luan quien era seguida de las demás.
— ¡Uh, huele delicioso! ¿Qué vamos a desayunar? — preguntó la pequeña Lily quien fue la última en entrar.
— Oigan... ¿Y Lincoln? — preguntó Liberty antes de sentarse al no verlo en ningún lado.
— Está en la cocina — respondió Lucy siendo seguida del grito aterrado de todas las presentes, incluso algunas que ya se habían sentado casi se caen al verla aparecer de repente.
— ¿En la cocina? ¿Qué hace él en la cocina? — preguntó Lori curiosa.
— Oh, ya que tú padre se fue temprano él se ofreció a preparar el desayuno. Estoy segura que les encantará, incluso me pidió algunos consejos para hacerle a cada una platillos más personalizados — comentó alegremente Rita moviendo su mano, también ansiosa de probar su comida, su hermana ya le había dicho lo excelente cocinero que era, pero deseaba probarlo ella misma.
— ¿Mí hermano preparó el desayuno? ¡Asombroso! — con brillo en sus ojos Lily clamó entusiasmada de probar su comida.
— ¿Segura qué está bien? — cuestionó Lori.
— Claro que está bien. Te garantizo que mí amado osito polar es uno de los mejores cocineros que conocerás — expresó rápidamente Rachelle con orgullo alzando su dedo índice.
— No lo sé tía, mí padre es muy buen chef también — agregó Luna en defensa de su padre mientras se encogía de hombros, no era que no le creyera, pero le era difícil imaginar una comida mejor que la suya.
— En lo personal estoy ansiosa por saber con qué me deleitará... —
— ¡Ejem! —
— Digo, "nos" deleitará jajajaja — se disculpo Lola con su gemela la cual la miró un poco molesta por su comentario.
— Bueno mí bella princesa, no tendrás que aguardar más tiempo — trayendo sorpresivamente tanto platos en sus manos como en sus brazos Lincoln habló.
Con gran maestría los fue depositando en cada puesto e indicó que iría por el resto.
— ¿Eeeeeeeh~? ¿Por qué el mío no venía primero? — reprochó su madre haciendo un puchero y lagrimeando mientras lo observaba.
— Porque la idea es que lo disfrutes y no te lo tragues de golpe, te hará mal — le reprendió ya que casi siempre está se terminaba atorando, por eso Lincoln prefería preparar caldos, sopas o platillos faciles de tragar a pesar de que le gustaba más la carne o preparaciones más "robustas" en cuanto a contenido.
Su madre solo se quejó haciendo muecas en silencio mientras que las Loud no podían dejar de contemplar los platos servidos frente a ellas.
Luan.
Lana.
Lola.
Luna.
Eran las afortunadas en tener los primeros platillos de panqueques que hacían que se les hiciera agua la boca. Las demás solo podían mirar con envidia el como tenían ya sus platos, era tan hermoso que no podían dejar de contemplarlos.
— Es... Lo más bello que e visto nunca — afirmó con lágrimas en los ojos Lola quien junto sus manos para apoyar su cabeza mientras veía con una gran sonrisa su plato.
— ¡Se ven asombrosos! — sin reparos Lana clavó su tenedor en la cima y rápidamente comió el primero. Su sabor fue tal que se sintió en el cielo, la textura era tan suave y esponjosa, pero a su vez los bordes estaban bien horneados, las cerezas sabían tan frescas que parecían recién sacadas del árbol y lo que creyó eran moras; en realidad eran dulces que acompañaban de maravilla su sabor — ¡¡Es lo más delicioso que he comido nunca!! — declaró llevándose otro bocado a la boca rápidamente.
— Jeje me alegro que te guste, pero aguarda al... — el comentario del chico fue detenido al llegar a la mesa y encontrar los platos que había servido ya vacíos a lo que las chicas rieron nerviosas — Cómo es que... — se preguntó, pero al final solo negó con la cabeza — Lo bueno es que preparé varios en caso de que algo así pasará — en ese momento rápidamente los platos de las chicas lo rodearon — Jeje... Aguarden, aguarden, déjenme servir al resto — pidió para que le abran paso.
Acercándose a su madre le dejó el plato frente a ella con una cálida sonrisa, pareciera que no había pasado nada entre ellos a los ojos resto, pero solo bastó un cruce de miradas entre ambos al momento de dejar el plato para saber lo que pensaba el otro.
"No me rendiré"
"Mamá no se rendirá"
"Sé lo que sientes"
"Sabe lo que siento"
"Esto..."
"... No ha..."
"Terminado"
Sin saberlo al final sus pensamientos se conectaron con una idea en común, ninguno daría su brazo a torcer.
— Aquí tienes mamá, tal como te gusta. Disfrútalo — habló con suma calma.
— ¡Qué bien, sí, finalmente! — ansiosa y gustosa contempló la brillante comedia que estaba frente a ella, sumamente deliciosa, con un aroma dulce que acompañado por las bayas hacía que no fuese pesado.
La mujer dió un pequeños aplausos de emoción, su hijo sabía cuánto le gustaba que tuvieran forma piramidal porque era como comer de menos a más y sobre todo; que la punta estuviese bien decorada.
— Aquí tienes el tuyo... Hermanita, espero te guste. Vi que tenías un oso de peluche así que asumí que esto te gustaría — expresó no muy convencido de su decisión, sobre todo porque la pequeña parecía tener grandes expectativas al ver los demás platos.
Dejando el plato frente a la niña, está vio con ojos llenos de emoción y brillo lo que a para ella era claramente el mejor plato de panqueques del mundo.
— Me encanta... — susurró.
_ ¿Cómo dices? — preguntó Lincoln.
— ¡¡Me encanta, me encanta, me encanta!! — no pudiendo contener su alegría le abrazó por la cintura.
— Wou tranquila jeje aún llevo platos — riendo se alegró mucho de que le gustará, no quiso servirle demasiado, pero temía que fuera demasiado simple para su gusto.
— Eeeeeeh... ¿Por qué el mío no es igual? — se quejó su madre a un lado mirando el plato de Lily.
— ... — Lincoln le dirigió una mirada severa como las que pocas veces le ha dirigido, juzgando la con una vena marcada advirtiendo que sí hacía lo que él sabía que haría se quedaría sin comer su comida el resto de su vida.
Su madre, sintiendo el peligro inminente desistió de querer robarle aunque fuese un panqueque a Lily, algo que en el pasado más de una vez se lo había hecho a Lincoln.
El joven siguió sirviendo a las demás, cada plato personalizado incluyendo el de Rita. Dejando a cada una encantada, sin embargo, su prueba más difícil llegó cuando debía servir el penúltimo plato, el de Lynn. La tensión generada por el choque de sus miradas hasta Lisa podría jurar que sería capaz de cargar al menos treinta celulares, los dos se veían desafiantes, orgullosos, molestos.
— Te preparé uno especial también —
— ¿Y qué quieres un premio? Papá también lo hace, no te sientas especial —
— Espero te guste —
— Seguramente no lo hará —
— Eso ya lo veremos —
— Lo que verás será como rechazo y vómito tú comida —
— ¿Segura? Ya estás en los huesos, sí no comes no creerás... En ningún sentido —
— ¿Qué se supone que significa eso? — colocándose de pie posó sus manos con furia en la mesa, Rita iba a intervenir, pero alzando levemente su mano Lincoln le indicaba que aguarde.
— Significa que o comes y aceptas tú derrota o haces una rabieta como una niña de cinco años y te quedas sin comer, ser orgulloso no es malo, ser arrogante y petulante sí, admite que perdiste y supéralo, de lo contrario acabarás sola, y probablemente comiendo comida enlatada — finalizó dejando el plato frente a ella para luego ir a servirse el suyo sin siquiera dirigirle la mirada.
Haciendo muecas la joven deportista se volvió a sentar de brazos cruzados, mirando la comida frente a ella, no podía creer ni al ver las reacciones u opiniones de sus hermanas que estuviera tan buena, aún así debía admitir que el aroma que desprendía era delicioso, se le hacía agua la boca el solo verlo.
El suyo era el único que entre los panqueques llevaba bayas y frutos cortados, no solo era delicioso, también nutritivo y un poco más saludable que el de las demás, se notaba que era para ella. Tragando saliva tomó el tenedor para así dar el primer bocado y, como era de esperarse la lluvia de sabor invadió por completo su boca dejándola extasiada ante tales sabores que ni siquiera sabía eran posibles.
Cuando Lincoln volvió se percató de que Lynn ya había dado un mordisco, pero parecía mantenerse estática por lo que luego de dejar su plato en la mesa le miró.
— ¿Entonces? — al momento de preguntar fue agarrado abruptamente por la deportista asustando a más de una, siendo las primeras que querían saltar a ayudarlo Liberty y Lucy, pero entonces ambas vieron incrédulas como su hermana se encontraba lagrimeando, dejando a las dos con la boca muy abierta, igual que a las demás.
— Cómo... ¡¿Cómo hiciste para que sepa tan delicioso?! — preguntó aún sin poder creerlo, no solo era mejor que la de su padre, es que era sin lugar a dudas los mejores panqueques que había comido en toda su vida.
— N-no fue nada especial, en serio, solo tengo buena mano supongo — trató de responder con las palmas a la altura de sus hombros, extremadamente incómodo por la situación, ella le jalaba de su ropa y su rostro estaba muy cerca del suyo.
— Es que no lo entiendo, ¡Está increíble, está más que delicioso! ¿Y tú solo dices que no es para tanto? — soltando lo para alivió de esté, miró con incredulidad su plato mientras hablaba, las demás tuvieron que darle la razón en ello. Esto estaba en la opinión incluso de Rita, por encima de la cocina hasta de un restaurante.
— Bueno... Eso es porque solo usé las cosas que tenía más a mano, no tienen muchas frutas, vegetales, bayas, ni ingredientes a los que estoy más acostumbrado, por eso pensé que algo simple sería lo mejor — ni una sola de las integrantes de la familia Loud daba crédito a lo que escuchó. Rita ya en su momento cuando los vió le pareció increíble que dijera antes de cocinar que prepararía "algo rápido" y acabará con semejantes platillos, pero aún así quedó anonadada por lo dicho por él. Cómo sí dijera indirectamente que con los ingredientes adecuados o el tiempo correcto podría preparar algo mucho más complejo y por ende, probablemente incluso más exquisito.
— Eso es Fascinante Lincoln, me encantaría saber entonces a qué especias o ingredientes estás acostumbrado — declaró Lisa entrelazando sus dedos mientras posaba con interés su mentón en estos. No solo su primo era un increíble científico o una maravillosa persona, por lo visto era también un chef excepcional.
— Oh, pues... Nada muy exótico — aclaró no queriendo que pensarán mal, pero ni siquiera al decir esto ese pensamiento cruzó por sus cabezas, su único pensamiento ahora era que sea lo que fuese debían de ir a comprarlo.
Luego del desayuno Lincoln al igual que Rachelle pasó tiempo con las Loud, ella quería conocer un poco más a sus sobrinas y él pasar algo de tiempo con quienes menos lo había hecho, con dos excepciones eso sí, las cuales eran Lori quien parecía siempre querer mantener la distancia con él y Lynn, con quién aún había un claro roce entre ambos, las miradas hostiles eran clara prueba de ello.
Por lo que decidió el pasar el día junto a Leni y Luan.
— ... Entonces le dije; señor, sí todo lo que brillase fuese oro, su calva valdría ese millón de dólares que pagó por sus circones jajajajaja — comenzó a reír al recordar la cara de vergüenza que tenía el magnate al que humilló en una fiesta, aunque él tuvo la culpa, había menospreciado cada prenda de la fiesta solo porque él no paraba de presumir la suya, una chaqueta blanca con hilos dorados y supuestos diamantes en hombros, muñecas y cuello.
— Jajajajajaja se podría decir que la inteligencia brillaba por su ausencia —
— No y la modestia también jajajajaja —
Tanto Luan como Lincoln chocaron espalda con espalda riendo a carcajadas.
— Ah~ vaya, hace años que no reía así jaja —
— Jajajaja... ¿En serio? —
— Bueno... Creo, yo... Honestamente no estoy del todo seguro — rascándose la nuca apenado desvío su mirada, la verdad es que genuinamente no podía recordarlo, una cosa era reír o sonreír con su madre, ya sea viendo películas, disfrutando de una tranquila tarde juntos o por alguna de las torpezas que ella cometía en ocasiones así como sus actitudes que tanta gracia le hacían. Pero reír a carcajadas al punto de casi llorar, no, eso era algo definitivamente no había hecho en años.
— Pues... Eso es terrible... Casi tanto como la idea de moda que tenía ese tipo — volviendo a reír, Luan trató de hacerlo sentir un poco mejor.
Cosa que al menos lo hizo sonreír de nuevo, algo que ella consideró una victoria, pero quería verle sonreír, una pequeña parte en ser lo deseaba, era como sí el verlo sonreír le diera satisfacción, felicidad, una sensación que al recordar la única otra vez la sonrió se ruborizó, fue cuando le gustaba su ex novio Benny, pero esto no podía ser, eran familia, y eso estaba mal.
— ¡Hey bro! Aquí estás, ¿Me acompañas al garage? — pidió Luna tomándolo del brazo para guiarlo.
— ¡Ey! ¿Por qué te lo llevas allá? Digo... ¿Por qué no se quedan acá? Jajajaja — trató de disimular sus celos Luan aunque el haber agarrado el otro brazo de Lincoln no ayudó mucho.
— ¿Uhm? Siempre te estás quejando que ensayo en nuestra habitación, así que practicaremos allá, quiero que me ayudes con la letra — se lo intentó llevar jalando lo un poco, pero Luan no desistió y lo atrajo de nuevo hacia ella.
— Pero estamos en medio de algo aquí — se quejó Luan.
— Pues eso puede esperar a que acabemos — lo volvió a jalar.
— Ahm... Chicas... — trató de llamar el chico con amabilidad.
— Lo tuyo esperará, la risa es siempre primero jajajajaja —
— La que ríe último ríe mejor, así que espera al final — lo jaló con más fuerza.
— Tú puedes ser el concierto de clausura, ¡Yo soy el espectáculo de apertura! Jajaja — replicó también volviendo a jalar lo con más fuerza.
"Esto me trae recuerdos"
Pensó el chico para sí mismo, pero luego decidió que esto no iría a ninguna parte así que aplicando un poco de fuerza logró soltarse de ambas y dar unos pasos hacía atrás para que ambas le presten atención.
— Luan, después podemos continuar. En serio, me la pasé muy bien y reír contigo es muy divertido, pero le prometí a Luna que la ayudaría además, también me gustaría pasar tiempo con las demás — explicó a lo que Luan un poco desanimada aceptó y Luna agitó su puño en señal de victoria.
Horas más tarde.
Luna junto a Lincoln volvían al interior de la casa, está sujetando su brazo con los suyos mientras tenía una enorme sonrisa en su rostro, tal parecía había disfrutado mucho tiempo con él.
Cuando volvieron a entrar a la casa notaron que las demás, quienes habían ido al centro comercial regresaron así cuando vio a Leni se le acercó para saber sí quería que la ayudará en algo o quería platicar un rato, esto, sí bien molestó un poco a Luna ya sabía que pasaría, después de todo él mismo había dicho que quería pasar tiempo con el resto, así que resignada lo dejó para ir a su habitación y trabajar en la melodía que iría con la letra.
- Hola Leni, ¿Necesitas ayuda? - preguntó viendo a la chica abrir tomar varias bolsas de las que traían.
- Oh Lincoln, ¿Podrías llevarme esto a mí habitación? Traje muchas telas preciosas - habló con todo el entusiasmo que pudo al estar cargando las diferentes bolsas con materiales que trajo.
Una vez Lincoln las tomó se dirigieron a su cuarto y para él, no podía ser más complejo. Con las demás podía decir que tenía algún punto y opinión por dónde empezar, comida, música, arte, videojuegos o ciencia, todas áreas que él conocía o en el caso de la última; dominaba, pero ahora estaba frente a un reto mayor, tratar de platicar con alguien sobre algo a lo que no estaba acostumbrado.
Una vez en la habitación Lincoln quería intentar entablar una conversación, pero simplemente no tenía idea sobre lo que debería de ser, no entendía de moda ni de ropa, su conocimiento se limitaba a saber que lo que llevaba puesto era costoso a ojos de la mayoría de las personas, pero en realidad ni entendía que marca era, solo le gustaba guiarse por los diseños, el patrón de colores o cuánto mucho; el estampado que tuviera tanto adelante como atrás en caso de que fuera por ambos lados.
- ¿Quieres qué las deje por aquí? - preguntó forzando una sonrisa mientras trataba de pensar en algo.
- Ahm... Sí... Ahm... Lincoln... ¿Sabes? Cómo qué siempre hago los mismos tipos de ropa así que... Me preguntaba sí... ¿Sí podrías posar para mí? - jugando con sus dedos preguntó con la mirada baja, era sin duda alguna adorable, a pesar de ser mayor se veía como una pequeña que intenta pedir permiso para salir o ver la televisión.
- Jeje claro Leni, en realidad quería pasar tiempo contigo, pero no sé de esas cosas -
- ¡Uh, yo puedo enseñarte! Y también hacerte un lindo conjunto nuevo - afirmó la joven que fue a sacar sus agujas y cinta para medir.
Así los dos pasaron el tiempo platicando mientras ella tomaba sus medidas o le hacía posar con diferentes atuendos y telas para saber cuál le iría mejor.
- Es increíble como haces parecer que esto fuera sencillo, sin duda tienes talento con las manos -
- Ay no es nada, cómo te decía la costura no es difícil, cocer sí desde cero sí jaja recuerdo qué cuando comencé no paraba de pinchar me con las agujas - el decir esto era sorprendente para Lincoln quien la veía dominar con gran maestría cada una, incluso las que mantenía en sus labios, podía tirar las al aire y atraparlas dando a su vez la punzada correcta e ir bordando con la misma velocidad que él podría teclear en la computadora o cortar los vegetales. Incluso con las tijeras también era rápida y precisa, no perdía la concentración ni por un instante, aún sí platicaban o reía lograba mantener sus manos en completo control de sus instrumentos, era, para Lincoln como ver a una especie de "cirujana de la moda".
- Aún así es asombroso, eres realmente increíble, en media hora hiciste cuatro diseños distintos para cada estación del año e incluso uno para toda ocasión, también creaste un gran diseño fino para ocasiones formales, aunque como te decía, los pañuelos estilo corbata en el cuello no me agradan - comentó tan admirado como un poco incómodo por lo que llevaba ahora.
En definitiva a pesar de gustarle que no fuese tan llamativo, no sentía que fuera con él, no obstante Leni no pensaba igual.
- ¡Te ves de lo más adorable! Cómo qué hace resaltar mucho tú cabello y tus ojos Lincoln, créeme - respondió con gran entusiasmo antes de darle un abrazo.
- Ah~ bueno, tú eres la experta - cedió con una pequeña sonrisa para que no estuviese triste, se notaba que realmente le encantaba todo lo que creaba.
- ¿En serio crees qué soy experta? - preguntó la chica una vez lo soltó.
- Por supuesto, como dije; no cualquiera logra estos increíbles atuendos y mucho menos en tan poco tiempo, se podría decir que eres una verdadera genio de la moda - alabó mientras movía los brazos, los estiraba o flexionaba para ver cómo ninguno se le hacía difícil o molesto, a pesar de verse algo ajustado le daba una increíble flexibilidad y comodidad.
- Tú... ¿Crees qué soy lista? - arrastró con un poco de miedo sus palabras, no estando segura de sí fue sarcasmo o solo un cumplido.
- ¿Uhm? Seguro, mira esto, ni siquiera me molesta alzar los brazos es asombroso, deberías de haber visto cuando compramos mí primera ropa de gala, Dios, era ajustada, áspera y ni siquiera podía alzar a la mitad mis brazos, y entre menos hable de los pantalones mejor - con un escalofrío recordó aquel primer horror, desde ese día prefirió solo llevar esmoquín o de ser necesario; atuendos que fueran ajustados de brazos y rodillas para al menos poder movilizarse sin sentirse un pingüino.
La chica se quedó examinando sus palabras, como sí intentará buscar algo que al final no encontró en ellas y para sorpresa de Lincoln; está en un fugaz movimiento lo volvió a abrazar.
- Eeeeeeh... ¿Dije algo malo? - se preguntó.
- No... No... Es solo... - Leni con gran dificultad procedió a explicarle no solo lo que era convivir para alguien como ella con sus hermanas, sino también como fue toda su vida escolar desde prácticamente el jardín de niños hasta la llegada a la preparatoria.
Lincoln al principio no lo comprendía, pero haciendo memoria de estos dos ahora tres días que llevaba aquí se dió cuenta que sí en algunas ocasiones sus hermanas parecían verla con condescendencia o menosprecio a lo que dijese, un poco similar a lo que ocurría con Luan, aunque con ella estaba la simple explicación de que el humor es subjetivo, con Leni por el contrario se le hacía uba falta de respeto a su persona.
Desde pequeña Leni vivió estigmatizada con el apodo de "tonta", y ese fue lamentablemente el más amable que recibió ya que aunque no lo supiera, Lincoln reconocía los demás que mencionó y entre más los escuchaba más rabia interna sentía, era absurdo, era ilógico, era desagradable y despreciable el que personas llamarán así a alguien, más aún a una persona que sí bien no podría negar que era inocente ya que no entendió por qué él no quería desnudarse o le pedía que se voltease cuando se cambiaba, no era de alguien tonta ni mucho menos, solo alguien que no comprendía el problema o para empezar; no lo veía como uno. También parecía ser algo despistada, eso tampoco podría negarlo, ya la había visto casi chocar o chocar más de una vez, pero tampoco era para tanto, incluso a él le había pasado más de una ocasión por ir distraído, y que la gente la juzgará solo en base a esas infimas acciones le pareció absurdo.
La joven aferraba desolada sus manos a su espalda mientras lloraba en su pecho, aunque era un poco más alta al ahora él estar subido en una pequeña banca parecía que fuera él el mayor, sobre todo al estar ella arrodillada, sollozando con frustración, soltando todo lo que tenía guardado, su desagrado, su molestar, el como todo lo que le decían incluso entre su familia la hacía sentir mal, como una tonta inútil buena para nada, como niña pequeña que no podía hacer nada por su cuenta, incluso el como detestaba que cuando opinaba o decía algo Lori le diera unas palmadas en la cabeza como a un perro que acaba de hacer algo malo, pero no puedes culparlo por see un perro, lo odiaba, le desagradaba y la hacía sentir insignificante, pasada a llevar, despreciada por su propia hermana mayor y con el resto no era muy diferente.
Lincoln la rodeó con su brazo mientras con el otro suavemente acariciaba su nuca y apoyaba su cabeza en la suya, siseando para que se calmase un poco, pero al ver que no funcionaba comenzó a tararear, era algo que su madre solía hacer antes y lo calmaba casi como sí fuera magia, una melodía simple, pero relajante que sumada al abrazo y la caricia funcionaba de maravilla.
Poco a poco el llanto de Leni fue menguando y cuando Lincoln creyó que estaba lista para escuchar habló.
- Leni, tú eres una chica increíble. Tú creatividad no tiene límites, eres muy inteligente deberás que sí, estos diseños, tú trabajo, son pruebas de ello. Quienes te llamen tonta o bruta, incompetente o inútil son solo envidiosos, porque no poseen tú talento ni tú perseverancia... -
- ¿Perseverancia? Yo... -
- Jeje tranquila, es solo una palabra, no significa que no seas lista, hay muchas palabras que ni siquiera yo conozco aún -
- ¿En serio? Pero eres muy listo, el otro día te Vi hablar con Lisa y... -
- Y eran temas que ambos dominamos, pero no de la noche a la mañana, fueron años de estudios, así como tú cultivaste tú talento para él diseño, la moda y la confección de ropa; nosotros lo hicimos por el lado científico -
- Dices... ¿Dices qué en el fondo los tres nos parecemos? -
- ¿Ves cómo no eres para nada tonta? Lo entendiste sin necesidad de explicarlo, nosotros nos parecemos, quizás no en el tipo de conocimiento, pero sí en qué lo hemos dado todo por nuestras especialidades, nos esforzamos, aprendimos y ahora tanto tú cómo nosotros somos listos a nuestra manera, en lo que dominamos mejor -
- Yo... Yo jamás lo ví así... - limpiándose las lágrimas con su muñeca sonrió, en su mirada se podía apreciar el brilló de una nueva emoción.
- Es porque debido a lo que dicen solo te centras en lo que decían, pero siempre recuerda esto; el que mil personas repitan algo no lo vuelve cierto, sí no es verdad jamás lo será. Y tú Leni... - toma sus mejillas entre sus manos acariciándola con sus pulgares haciendo que ella cierre momentáneamente los ojos sintiéndose a gusto - No eres para nada tonta, eres una chica increíble, hermosa y muy talentosa -
- Lincoln... - susurró su nombre viéndolo a los ojos fijamente, sus mejillas que aún eran cubiertas por sus manos se sonrojaron, su corazón comenzó a palpitar con más fuerza y más velocidad, se sentía contenta, pero más allá de eso, se sentía atraída, atraída a su rostro, a sus ojos que la veían con aprecio, valor y cariño. La chica inconscientemente comenzó a acercarse a su rostro.
- Leni, podrías... - irrumpiendo en la habitación Lori habló y calló al ver la particular escena, Lincoln encima de una pequeña banca, Leni arrodillada frente a esté y con las marcas de su maquillaje corrido indicando que había llorado.
Leni solo se giró para ver qué quería su hermana sin comprender porque se quedó callada, pero Lincoln rápidamente analizó y comprendió volviéndose totalmente rojo.
- ¡Lo-Lori, esto no es lo que parece! - se defendió alzando y agitando las manos.
Pero la furia en la mirada de la mayor de las Loud demostraba que no habían palabras que sirvieran ahora mismo.
- ¡Tú! Sabía que dejarte con cualquiera de nosotras era un error - acusó mientras se le acercaba pisando fuerte.
Aterrado por como la chica empuñó sus manos al punto de que tronaron comenzó a retroceder hasta estar contra la pared.
- Lo-Lori te juro que es un mal entendido... -
- ¡Lo único malo fue dejarte entrar en está casa! Esperaste a que papá se fuera para hacer tú jugada, pero te salió mal, ahora te convertiré en un pretzel humano - embravecida se trono los nudillos y esté se encontraba asustado pegado contra la pared sin escapatoria, no quería lastimar la, pero tampoco quería ser lastimado, estaba en una encrucijada mientras el sudor recorría su rostro.
- Lori aguarda, ¿Qué quieres hacerle a Lincoln? - colocándose entre ambos le preguntó desafiante a su hermana mayor.
- Leni no te metas en esto, él te iba a hacer algo malo -
- ¿Algo malo? De ninguna manera, todo lo contrario él me hizo sentir mejor que nunca -
- No sabes lo que dices -
- Yo sí sé lo que digo, él me hizo sentir feliz -
- ¿Qué? - cuestionó mirando a su hermana y luego mirando a Lincoln - ¿Qué le hiciste? -
- ¡Nada, en serio! Solo hablamos -
- Sí, hablamos y nos abrazamos, incluso me acarició -
- Leni no me estás ayudando -
- Tú pequeño bastardo, Leni apártate -
- No, no lo haré -
- Deja de defenderlo -
- No, tú quieres lastimarlo y no te dejaré -
- Agh... No entiendes lo que él hacía -
- No, tú eres la que no entiende -
- ¿Cómo te atreves? ¡Trató de protegerte y hacerle pegar! -
- ¡Pero él no te debe nada y no necesito que me protejas! -
- ¡Maldición Leni deja de ser tan tonta por cinco minutos! -
Entonces ese instante el sonido de una bofetada tan fuerte e incremente creó un silencio sepulcral en la habitación.
Las hermanas, quienes habían llegado por el ruido de la discusión alcanzaron a presenciar con incredulidad y asombro lo que acababa de suceder, algunas con la boca abierta, otras se cubrían la boca con las manos y Lisa por su parte cerrando los ojos con arrepentimiento por no haber llegado antes.
Ante los ojos de todas las Loud, Leni Loud, la segunda hermana mayor de todas y la más cariñosa, amable y bondadosa de todas acababa de darle una bofetada tan fuerte a Lori que incluso le volteó la cara al costado, la más atónita por supuesto fue la misma Lori quien solo quedó mirando como hermana tenía su mano aún estirada y en su mirada; se podía apreciar un enfado como el que jamás había presenciado en ella.
- ¡¡No soy ninguna tonta, la única tonta aquí eres tú!! Siempre eres mala conmigo, quieres cuidarme, pero me tratas como sí fuera incluso más pequeña que Lily, ¡No! Me tratas como un perrito que no sabe lo que hace, ¡Yo sí sé lo que hago! ¡Puedo hacer cosas que tú jamás podrás porque eres torpe con tus manos, solo sabes abanicar ese palo de béisbol de tierra! -
- Ejem. Creo que te refieres al golf - intervino Lincoln ahora un poco más calmado, pero igualmente impresionado por la acción de Leni.
- ¡Sí, eso! Yo soy la encargada de remendar tú ropa, arreglar tus vestidos, hacerles ajustes o agregar diseños, ¡Porque tú no sabes ni poner el hilo en la aguja! Dices que es por mí bien o porque me quieres, ¡Pero jamás me escuchas igual que ahora! Lincoln no me hacía nada malo, a diferencia de tí me escuchó y se preocupó por cómo me sentía, intentó hacerme sentir mejor y tú solo quieres lastimarlo, ¡Tú eres la más tonta aquí! ¡Te odio! - gritando aquello último salió corriendo de la habitación aunque Lincoln quería que esperase, pero no alcanzó a tomarla.
Dispuesto a ir por ella cuando estuvo al lado de Lori se encargo de susurrarle algo cob molestia.
- Jamás, en toda mí vida lastimaría a una dama, pero sí la vuelves a tratar mal; no te veré como una y te arrastraré por el suelo - advirtió, ella aún en shock por las palabras de Leni pudo sentir la intensidad y rudeza que emanaba la mirada de Lincoln, se sentía como una hormiga frente a unos grandes ojos que ni siquiera estaba viendo de frente.
Luego Lincoln continuó su paso dejando a todas totalmente confundidas y sin saber qué decir o cómo reaccionar ahora. En eso Lisa se acomodó sus anteojos, solicitando que todas la sigan ya que deseaba mostrarles algo.
Luna se acercó a Lori para traerla también por petición de Lisa, la adolescente de corto cabello rubio tenía un frenesí de emociones en su interior que no sabía cual estallaría primero, solo se dejó guiar a la habitación de Lisa y una vez todas allí vieron las grabaciones del tiempo que Lincoln pasó con Leni, escuchando además, todo lo que la joven se tenía guardado.
Mientras tanto, en el patio trasero.
Leni lloraba nuevamente con la cabeza hundida entre sus rodillas, se sentía terrible, le dijo cosas malas a su hermana mayor y lo que a sus ojos era todavía peor, le dijo que la odiaba.
Poco después Lincoln llegó y se sentó a su lado, prefirió no decir nada hasta que ella soltará todo lo que estaba sintiendo ahora mismo. Pasado algunos minutos Leni se logró calmar y al alzar un poco la vista notó una sombra de alguien a su lado, al voltear vio como Lincoln permanecía en silencio a su lado, mirándola con una tenue sonrisa y una comprensiva mirada.
- ¿Tienes un poco mejor? -
- Ay Lincoln, le dije cosas horribles a Lori, yo no quería, en serio, pero no me gustó como te trató, como sí hubieras hecho algo malo, tú... Tú me ayudaste mucho, gracias -
- No creo que necesites darme las gracias, solo te escuché, cualquiera podría hacerlo - desestimó su agradecimiento mientras posaba la mano en su cabeza para acariciarla un poco.
Leni nuevamente se sintió confortada, a gusto y sobre todo; muy querida, era extraño, a diferencia de otras cuando le daban palmaditas o le hacían sentir mal por ser tratada como una niña pequeña con él se sentía distinto, le gustaba que la mimara de está forma, la chica lentamente se fue acercando hasta reposar apoyada contra su brazo en lo que Lincoln continuaba acariciando su cabeza.
- ¿Te sientes mejor? - preguntó el chico al verla descansar pacíficamente.
- Mejor que nunca, ¿Podemos quedarnos así un ratito? -
- Bueno... Seguro, ¿Por qué no? - sacando su celular con la otra mano miró la hora, aún era temprano para cenar y su madre le había pedido que preparase algo, pero ahora mismo quería ayudar a Leni para que no se sienta mal con ella misma.
Tras varios minutos Leni se había quedado prácticamente dormida acurrucada a su lado cuando Liberty llegó para ganarse a su lado.
- Hola Liberty, te lo que pasó... -
- Descuida, Lori a veces es muy mandona y también terca, sé que no hiciste nada malo, todas lo sabemos - apaciguando su preocupación se sentó a su lado.
- ¿En serio? Creí que al menos Luna dudaría, creo que ahora nos llevamos mejor, pero... -
- No te preocupes por eso en serio, bueno Lynn aún sigue igual de necia y creo que Lori está avergonzada, pero las demás estamos bien, gracias por apoyar a Leni -
- En realidad no fue nada, creo que solo quería que alguien creyera en ella - mirando a la joven dormida sonrió.
- Sí, yo siempre he creído en ella, igual las demás, pero... Ah~ hay veces en las que nos pone... - la chica no quiso continuar sintiéndose mal por tan siquiera pensarlo, sobándose el codo apartó la mirada avergonzada.
- Tranquila, yo no tengo hermanos o hermanas, pero sé que no pueden estar de acuerdo todo el tiempo, ni siquiera mamá y yo lo estamos - recordó varias ocasiones en las que discutieron por alguna tontería en la que no concordaban, incluso recordando lo ocurrido las últimas noches.
- Tienes razón... -
- ¿Eh? - exclamó sorprendido.
- No siempre estamos de acuerdo o entendemos a la otra, a todas nos pasa -
- A-ah, aaaah sí, sí es obvio jeje - un poco ruborizado asistió.
- Pero precisamente por eso quiero darte las gracias, por estar de su lado - dándole un abrazo el movimiento hizo que Leni casi salivando un poco se levanté y refriegue un ojo.
- Li... Lincoln, ¿Eh? ¿Liberty? -
- Hola Leni -
- Liberty, ¿Cómo está Lori? Yo... Quisiera disculparme - se apresuró en preguntar la joven adolescente pasando casi por encima de Lincoln el cual se puso un poco incómodo por la pose que tenía ella.
- - Tranquila, no está enojada, solo ya sabes, algo apenada por lo que pasó, ella es la que quiere disculparse por ni siquiera dejar que expliquen lo que pasaba -
- Pero... -
- Leni, hay formas y formas, y a Lori también se le pasó la mano al hablarte así, creo que lo mejor sería que las dos lo hablen en privado - sugirió Lincoln.
- Pero, ¿Qué hay de tí? - cuestionó Liberty a lo que Lincoln la miró confundido ladeando la cabeza - Me refiero a que también deberías hablar con ella, quiere disculparse contigo también - aclaró.
- Oh, sí es por eso que no se preocupe. No hay nada que tratar. Ella actuó como mejor le pareció y yo en consecuencia hice lo mismo - colocándose de pie se sacudió un poco.
- Pero no quiero que ustedes también estén peleados Lincoln, no me gusta ver cómo Lynn y tú parecen odiar sé, no hagas lo mismo con Lori, por favor - le perdió Leni con ojitos de cachorro mientras hacía un puchero.
- Ah~ ya veremos qué pasa Leni, por ahora iré a preparar la cena - mientras el chico se retiraba Liberty antes de que entre lo tomó por la muñeca, así que esté se giró.
- Lincoln... Tú... ¿No estás enojada con Lori verdad? O con... ¿Nosotras? -
- ¿Eh? No, claro que no. Jeje tranquila Liberty, no estoy molesto - revolviendo su cabello sonrió.
- Espero que no - juntando las manos, Liberty vió como Lincoln entraba a la cocina para preparar la comida, en su mirada un pequeño anhelo de que esté incidente no le haga querer irse antes de tiempo, después de todo sabe que de quererlo podrían hacerlo, pero eso no le gustaría.
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Espero les haya gustado el capítulo de hoy.
También me gustaría preguntarles sí prefieren que solo utilice imágenes de comida de series/animes o no les importaría que utilizará imágenes de comida real.
Sin más decir yo me despido, un gran saludo a todos y nos vemos pronto.
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