Prólogo: Nada como la familia
En una de las más exclusivas e importantes áreas de Nueva York se encontraba un edificio muy particular, no solo por su brillante esplendor que hacía perfecto contraste con el sol de la tarde, ni Tampico por su intachable limpieza la cual era la envidia de cualquier otro edificio. No, esté en concreto no era destacado solo por esto, esté enorme edificio de cincuenta pisos no era otro que el hogar de dos importantes personas en el ámbito económico, una mujer cuyo poder e influencia podría mover montañas sí lo deseará y su hijo, un joven de trece años con cabello blanco y ojos de particular celeste grisáceo el cual ahora se hallaba en su laboratorio.
Ellos eran no solo dueños del penthouse del edificio y del edificio en sí, sino que también su hogar consistía en las últimas tres plantas del lugar.
En el gran laboratorio que poseía el chico tenía un montón de pizarras, papeles, comida mohosa y basura de todo tipo tirada, muy diferente a su habitación que se encontraba impecable, teniendo en sus paredes pósters de bandas famosas, videojuegos y algunas fotografías suyas, una en el que estaba haciendo un truco de bicicleta en el aire, otro en el que estaba haciendo skateboard, otro snowboarding y también algunos en las que se le veía en podios de diferentes especialidades como un tercer puesto en Kárate, un segundo en Kendo, uno de cuarto lugar en boxeo y un primero en esgrima.
— ¡Osito~ mami está en casa~! — una muy suave y entusiasta voz femenina se hizo presente a lo que el albino que estaba en su laboratorio levantó la cabeza de su escritorio sacudiendo varios papeles y teniendo aún pegado algunos.
— ¿Ah? ¿Eh? — sacudió la cabeza de un lado al otro confundido — ¿Qué está...? ¿Cuánto me dormí? ¿Qué día es? — poniéndose de pie se estiró justo al momento que su madre entraba.
— ¿Osito estás bien? ¡Oh, cielo santo! ¿Qué pasó en tú laboratorio? — preguntó alterada su madre cubriéndose su boca con la palma de su mano, realmente exaltada al ver tal desastre.
Lincoln por su parte aún medio adormilado movió su vista de un lado al otro examinando el lugar.
— ¿De qué hablas? Yo lo veo igual — resto importancia — Iré a prepararte la comida mamá, así que será mejor que te... ¡Ah! — exclamó al ser sujetado por el cuello de su bata justo cuando paso a su lado.
— Nada de eso jovencito, haz trabajado en tus cosas mucho tiempo, necesitas un descanso — afirmó su madre viéndole seriamente mientras posaba las manos en su cadera e inflaba sus mejillas.
Su hijo en cambio solo se le quedó viendo a los ojos de manera indiferente, luego cerrando los ojos sonrió desestimando su comentario para decir que iría a preparar todo, ignorando así la mirada enfadada y puchero que hacía su madre.
Una hora después.
Mientras comían el estofado de verduras y carne que Lincoln había preparado, esté hizo una pausa para platicar.
— ¿Cómo te fue en estos tres días mamá? Espero hayas comido bien y no solo esa inmunda comida congelada — preguntó su hijo juntando sus manos para apoyar su cabeza sobre estás.
— Ay cariño te preocupas demasiado... — ahora era ella quien desestimaba su preocupación agitando la mano.
— Hablo en serio mamá, esa comida no tiene ningún valor nutricional, como la que te gusta comprar en esos locales de comida rápida —
— ¡A tí también te gustan! — se defendió posando ambas manos con fuerza sobre la mesa, pero su hijo solo miró a otro lado.
— No cambies el tema, me preocupa cómo te alimentas y sobre todo; qué no sepas de donde venga... — Lincoln recordaba una vez en la que él llegó tarde al restaurante donde se encontraría con su madre y en la comida de está le habían colocado alguna especie de afrodisíaco, por lo que esté tuvo que llevarse rápidamente del lugar, evitando en el proceso que unos hombres se la llevarán primero.
Su madre por su parte no pudo evitar ruborizarse ya que debido a lo que le pusieron a la comida no recordaba demasiado, pero sí habían algunas partes que recordaba demasiado bien.
— Si-siempre llevo el aparato que me diste, para saber sí la comida está bien — vaciló un poco al responder.
— Eso es bueno. No quiero que te pase algo, tú... Tú eres todo lo que tengo mamá — trató de encontrar las palabras correctas, pero le era un poco difícil, desde que se mudaron de su antigua y humilde casa situada en un pequeño poblado de Noruega, Lincoln se había prácticamente atrincherado en su nuevo hogar, no salía más que para algunas competencias y en cuanto a sus estudios; desde hace un año eran desde casa, aunque ya poseía un conocimiento de nivel universitario e incluso superior a esté en algunos aspectos, jamás había querido saltarse grados, esto principalmente por una promesa a una de sus únicas dos amigas la cual tenía su edad.
Su madre al oír esas palabras no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, pensando en qué precisamente así es como era su hijo, un chico muy cariñoso, amable, considerado y educado, una persona maravillosa de la cual estaba muy orgullosa, pero a su vez también le transmitía algo de pena puesto que tanto su postura, su mirada, sus gestos y movimientos muchas veces le recordaban a su difunto esposo, el hombre que más había amado en todo el mundo después claro de su padre y su hijo.
Fue en ese momento en que un fugaz recuerdo de su antigüo hogar y de su familia cruzó por su mirada, hace un tiempo habían visitado a la hermana de su padre, Ruth, quien la había puesto un poco al día con su vida y sobre todo la de su hermana, quien se había casado hace ya varios años. Esto le dió una divertida idea, pero que a su vez temía un poco.
— Bueno~ eso no es del todo cierto osito — habló muy dulcemente cerrando los ojos.
— Mamá, sé que la tía Ruth o el mismo abuelo Albert están para mí también, pero tú eres mí familia más cercana y la que más atesoro cada día — explicó el joven tomando las manos de su madre, esto la tomó por sorpresa y su corazón pudo evitar acelerarse, cuando lo miró, vió por un instante la silueta de su esposo, pero enseguida la su hijo se ante puso y aún así, su corazón no paraba de latir con fervor, el suave tacto de sus manos siempre la calmaba, sobre todo cuando lloraba en silencio el fallecimiento de su esposo, pero ahora, ahora parecían tener el efecto contrarió, llenando la de alegría y emoción en lugar de paz y tranquilidad.
— Yo... Yo no me refería a ellos, sino a mí hermanita mayor, Rita — separando sus manos velozmente aclaró el mal entendido, pero sin verle a la cara.
— Oh, sí, recuerdo la foto de ella en casa de la tía Ruth. No entiendo por qué ustedes se distanciaron, aunque bueno... — ríe levemente echándose hacía atrás en la silla — Me hago una idea, después de todo las dos seguramente discutían por tonterías o querían vivir sus vidas de maneras diferentes, ¿No es así? — lanzó sus teorías con un tono con el que parecía arrullar a un bebé mientras sonreía sutilmente, eso hizo que su madre volviera a recordar las veces en que él la arrullaba tarareando canciones lentas mientras acariciaba su largo cabello blanco platino similar al suyo.
— Sí... Hace mucho que no habló con ella y... Ahora que sé que formó una gran familia como siempre quiso, no puedo dejar de pensar en ello — su semblante decaído y melancólico hizo que su hijo se tomase en serio esté asunto.
— ¿Por qué no la llamas? La tía Ruth te dió su número nuevo, ¿No? Estoy seguro que a ella le hace tanta ilusión como a tí el volver a hablar — sugirió al ver esa mirada de anhelo en su rostro, una que conocía como la palma de su mano puesto que era la misma cara que ponía al ver una foto de su padre o en la que esté aparezca.
— Ay no lo sé, ¿Y sí está enojada? ¿Qué pasa sí no quiere hablarme? ¿Y sí me dice cosas feas? No podría soportarlo, ¿Qué tal sí ahora cambió su número y ya no es esté? ¿O sí Ruth me lo anotó mal? ¡Qué vergüenza! — exclamó tapándose la cara con las manos mientras negaba, esto hizo reír por lo bajo a su hijo mientras acercaba su puño a la boca, la actitud tan infantil e inocente de su madre era algo que siempre lo divertía.
— Muchas cosas pueden salir mal, siempre es así, pero intentar muestra que al menos a tí te importa tratar, no creo que esté enojada contigo y si lo está, no significa que no puedan arreglar las cosas —
— Osito... ¡Ay! — se soba la cabeza al haber recibido un suave golpe en la frente de un chasquido de dedos de su hijo el cual le regaló una gentil mirada comprensiva.
— Pero primero termina de comer o se te va enfriar, yo lavare todo después así que no te preocupes — sonriendo le guiña un ojo antes de levantar sus cosas y retirarse.
Mientras lo hacía, su madre aún con las manos cerca de su frente sonríe por lo bajo.
— Es igual a tí querido... Nuestro osito es todo un amor... — musitó para sí misma antes de levantarse e ir por su celular.
Horas más tarde.
En el laboratorio Lincoln se hallaba escribiendo en su libreta cuando de pronto suspira acongojado soltando el lápiz que rodó por el escritorio en lo que esté se echaba para atrás en su silla mirando al techo.
— Ah~ soy realmente un hipócrita, ¿Cómo le puedo decir a mamá esas cosas? Ni siquiera yo he podido tratar de volver a comunicarme con ellas... — impulsando sé con los pies mueve su silla hasta un rincón donde toma una foto, en esta se ve un frondoso bosque de fondo y en un tronco sentadas a dos niñas mientras él se encontraba sentado en el césped en medio de ambas, los tres sonreían a cámara a su manera, una muy levemente desviando un poco su mirada, la otra sujetándose la boca y sacando la lengua mientras que él se ayudaba de sus dedos índice para ampliar su sonrisa.
— Me pregunto sí ellas me recordarán siquiera... — melancólico y un poco afligido por recuerdos de un pasado que quizás jamás vuelva, volvió a dejar la foto en su lugar.
En ese momento Lincoln dió unas palmadas en las mejillas para volver a centrar su atención en su investigación, aunque no deseaba dedicarse al área médica como su padre, sí deseaba terminar al menos sus investigaciones pendientes, sentía que era su responsabilidad como hijo el concluir con su legado y dar constancia de que su padre fue un gran investigador farmacéutico y científico.
— Solo necesito un par de meses más y estará terminado, sé que así será — se dijo a sí mismo con gran convicción y aún así, incertidumbre, puesto que el trabajo de su padre poco a poco le estaba superando. En eso, una alarma comienza a sonar, se trataba de su celular a lo que maldiciendo comienza a buscarlo por todos lados hasta que pasado unos cuantos minutos da con él.
— Ah es cierto, debía de agendar la reunión de mamá en el anfiteatro, maldición, lo confundí con la reunión con los inversores y confíe... Hmmm... Mamá necesita descansar un par de días así que la agendaré para tres semanas más, también debe dar su discurso en la ceremonia de apertura del nuevo museo... Ah~ tal vez sí muevo su conferencia... Sí, serían tres días libres entre eventos y... —
— ¡¡Osito!! — exclamó con gran entusiasmo su madre irrumpiendo en su laboratorio, causando que el chico suelte un estruendoso alarido del susto en el que además, casi tira su celular, pero tras varios intentos de atraparlo en el aire logra salvarlo antes que caiga, pero aún así suspirando de alivio le dirige una mirada afilada a su madre, la cual se siente apenada por lo ocurrido — Perdón — exclamó dándose un golpecito mientras saca la lengua y le guiña un ojo.
— Ah~ eres como una niña pequeña mamá, y hablando de eso revisa tú celular, te enviaré tú agenda del siguiente mes, también te dejé algunos días libres, no quiero que trabajes demasiado —
— Aaaaw~ mí lindo osito polar, tan pechocho y pachoncito se preocupa por mí, moo~ te adoro mucho~ — acercándose a su hijo lo agarra en un fuerte abrazo en el que sin darse cuenta hunde la cabeza del chico entre sus enormes pechos.
— ¡Mamá, por Dios! Ya no... Soy un niño pequeño, me estás... A... Asfixiando... — alterado se ruborizó y reprochó tratando de moverse para separarse, intentando recuperar un poco el aliento.
— Uy, jiji~ lo siento, pero es que estoy muy, muy contenta — habló mientras le soltaba y empuñaba sus manos para agitarlas con gran emoción.
— Eso es genial, ¿Significa qué pudiste hablar con tú hermana y las cosas estás bien verdad? — preguntó el chico que se había apartado arreglado sé un poco, su rostro aún sostenía un rubor mezcla de vergüenza y felicidad por ella.
— ¡Din dong! Acertaste, mí hermana estaba muy contenta, es más, está realmente emocionada por nuestra visita — alzó un poco más la voz al final denotando su entusiasmo.
— Que bien, sabía que... Un momento, ¿Nuestra qué? — absorto por lo que escucho, quiso confirmarlo.
— Nuestra visita, aprovechando las vacaciones y mí tiempo libre iremos a visitarla, ¿No es maravilloso? — repitió explicando con gran entusiasmo. Su rostro apoyado en sus manos juntas mientras sonreía le daba un aspecto realmente adorable a los ojos del chico, no obstante eso no lo detuvo de reprochar.
— ... Por supuesto que... —
— Vamos a verla y a... —
— ... Ir no es necesario o al menos... —
— ... Juntos será muy divertido y estoy... —
- ... Tengo muchas cosas que hacer y... —
- ... Salir te hará bien, un poco de aire... —
— ... No necesito esto, debo ver tus... —
— ... Gracias a tú excelente organiza... —
— ... Ni hablar, no las conozco, es gente... —
— ... Y seguro les emocionará conocerte... —
— ... —
— ... —
— Mamá, tengo cosas que hacer aquí. Durante el último año he logrado grandes avances gracias al estudiar en casa; saliendo únicamente para las fiestas o reuniones sociales a las que debemos ir por obligación. No puedo detenerme ahora, mí casi año de reclusión ha dado sus frutos, estoy más cerca que nunca de hallar resultados —
— ¿Ves? Precisamente por ideas como esa es que necesitas un descanso, antes eras tan alegre y entusiasta, siempre te gustaba salir y explorar, ahora te la pasas encerrado como tú padre —
— Sí vives para su trabajo no vivirás tú propia vida, tú no eres así osito. No cometas su error y disfruta conmigo, vamos, el descanso te vendrá de maravilla y como organizaste unas semanas de vacaciones para mí; creo que es una oportunidad perfecta para reconectar con nuestra familia —
— Ah~ supongo que tienes razón, no he dormido bien en un par de días y creo que ya comienzo a tener ojeras por desvelarme, pero son desconocidos para mí, no sé nada de ellas y aunque sea tú hermana realmente no puedo saber sí voy a agradarles o sí ella y su familia me agradará —
— ¿Y no es emocionante o genial conocer gente nueva? Recuerdo hace un año cuando decías lo mismo de aquella fiesta de gala y acabaste haciendo una amiga — expresó entusiasta manteniendo su positivismo juntando sus palmas al recordar a la chica con la que convivió su hijo.
— En primer lugar ella no es mí amiga, es... Bueno, es más que una conocida, pero menos que una compañera, ¡Pero en definitiva no una amiga! —
— Ajá, ¿Y entonces de qué hablan tanto ustedes dos eh? — preguntó con suspicacia regalando le una coqueta sonrisa.
— ... No-no sé de qué estás hablando — apartando su mirada comenzó a sudar nerviosamente ante la mirada divertida de su madre.
— No creas que no me dí cuenta que se dieron sus números y que la llamas muy seguido jovencito —
— Es... Esto... Ella... ¡Eso es muy diferente! Son solo negocios e inversiones, sí, tal vez a veces me busca porque necesita una persona menos estúpida y superficial con la que comunicarse o alguien más... Ya sabes, "tranquilo" o que sepa escuchar, y sí, puede que de repente yo la llamé para no... Bueno, no diría que para no sentirme solo, es solo que a veces grandes ideas pueden surgir de las pláticas más triviales así que sí, yo diría que es eso, hablar con ella es relajante, divertido y sobre todo; productivo — cruzándose brazos asintió ante su intachable lógica, la cual por su puesto su madre no se tragó ni por un segundo.
— Lincoln Albert Edevane. Quiero que prepares tus maletas ya mismo; y me acompañes a visitar a nuestra querida familia — anunció con autoridad su madre posando las manos en la cintura a lo que resignado su hijo suspiró, sabía que cuando su madre estaba tan obstinada con algo nada la haría cambiar de parecer.
— Bien. Iré, pero al menos dame dos días, necesito dejar todo bien sellado, desactivado y... También solicitaré la supervisión de nuestros hoteles, oh, cierto, también se aproximaba la mantención de las instalaciones de los laboratorios y las clínicas, me haré cargo de eso antes de partir — sacando su celular crea un listado de sus prioridades durante los siguientes días además, aprovecha de revisar su calendario para saber que más debería dejar listo.
En lo que Lincoln se retiraba su madre se le quedó mirando, era idéntico al hombre que amaba, su mente centrada en sus objetivos, perdiéndose en sus ideas y en las cosas que debía hacer, muy diferente a como es ella, alguien mucho más extrovertida, relajada y que se distrae con facilidad. Ella inclinó la cabeza recordando que de pequeño su hijo era muy similar a ella, eran de hecho como dos gotas de agua, pero tras el fallecimiento de su esposo y el riesgo de perderlo absolutamente todo, su hijo decidió tomar las riendas por su cuenta, claro, por más genio que fuese era tan solo un niño pequeño por lo que debió de ser ella quien se encargará de todo a la vista del público, y con el tiempo se le fue haciendo más fácil, aprendiendo de su hijo y también recordando los consejos que su esposo solía darle. Al final, podía decir que el éxito actual que poseían así como su patrimonio eran en gran medida gracias a ella y su carisma, pero también gracias a la ayuda y confiabilidad de su hijo quien soportó todo sin objeción, colocando sobre sus hombros el peso de un gran legado.
Clínicas, laboratorios, bibliotecas y diversos centros de investigación, todo aquello fue lo que su padre dejó y ahora, ambos habían sumado hoteles, restaurantes e incluso una empresa de cosmetología y otra de farmacología, pero no sé detuvieron allí pues ahora Lincoln tenía planes de expandirse al territorio educacional, con la fundación de un instituto el cual se especialice en diferentes campos científicos y además, una universidad en la cual los graduados puedan titularse y trabajar para alguna de las empresas o centros asociados.
Su hijo era sin lugar a dudas un genio, pero era todavía tan joven para pensar en ese tipo de cosas, le parecía que recién fue ayer que lo veía recorrer el bosque cerca del pueblo donde vivían, jugando y riendo junto a sus amigas, siendo rodeados por diferentes animalitos que se unían a ellos. Ensuciando sé y escalando árboles por diversión, como anhelaba aquellos días.
— Sí tan solo las cosas hubiesen sido diferente... — susurró para sí misma conteniendo sus lágrimas, aunque más de una cayó en sus manos las cuales agarraban con fuerza su vestido.
En Royal Woods, Míchigan.
En un tranquilo barrio recidencial se hallaba las más ruidosa y agobiante casa que podía existir, una casa en la que el ruido y el caos eran el pan de cada día, un lugar que por sí mismo merecía ser llamado un huracán. La casa Loud, el terror de cualquier vendedor de vienes raíces, un lugar en el cual vivía una familia la cual consistía en la sorprendente cantidad trece personas, y con tan solo esa cantidad de integrantes; podían dejar en vergüenza a cualquier fraternidad en la que viviesen más de treinta o cuarenta adolescentes, ya que cada miembro de la familia era en sí, un desastre en potencia.
En una mañana cotidiana llena de caos y ruido por parte de las hijas de la familia quienes hacían la habitual fila para el baño, la matriarca del hogar recibió una muy inesperada llamada, una la cual casi la hizo escupir y tirar la taza de café que sostenía.
Al finalizar la estaba más alegre y entusiasmada que nunca, sus hijas al bajar no pudieron evitar percatarse de su excelente estado de ánimo, por lo que curiosas más de una le preguntó a qué se debía, pero está riendo entre dientes les dijo que era un secreto que les revelaría durante la cena.
Durante el resto del día todos se preguntaron a lo que se refería su madre, algunas no pudiendo concentrarse en las clases y otras en sus actividades o en las pláticas con su círculo cercano, la intriga, así como la curiosidad abundaban en las mentes de todas las chicas de la familia.
Finalmente tras un día que se les hizo mucho más largo de lo habitual estaban ahora todas en casa a la espera que sus padres llegarán, algunas ya habían logrado distraer sus mentes o dejar el asunto de lado, pero otras aún permanecían impacientes por saber.
Lori, la joven rubia de cabello corto de 17 años hablaba por teléfono con su novio aunque aún de vez en cuando su mente divagaba en lo qué será la noticia de su madre. Leni, una chica de 16 años poseía un largo cabello rubio al igual que el de su hermana mayor aunque mucho más suave y cuidado no podía esperar a saber que sorpresa les tenía su madre, había hablado todo el día con sus amigas del tema, logrando que al final hasta estás sintieran mucha curiosidad.
Luna por otra parte, una joven de 15 años con un corto cabello castaño oscuro afinaba su guitarra mientras tarareaba una canción de Mick Swagger, solo esperando a que el tiempo pasará, ya no se sentía impaciente o emocionada, tenía otras cosas en mente. Caso similar el de su hermana menor Luan, la cual poseía 14 años y se encontraba ensayando una rutina para su próxima fiesta de cumpleaños el fin de semana.
Luego estaban las mellizas, Lynn junior y Lucy, dos polos opuestos en todo sentido, la primera altamente competitiva, extrovertida y entusiasta, era la deportista por excelencia tanto de la familia como de la secundaria, a sus 13 años había ya ganado varias competiciones y ahora mismo se encontraba entrenando en el patio trasero. Lucy por el contrario era mucho más retraída, calmada y silenciosa, una joven de elegante figura que se veía potenciada por su fino cabello negro que llegaba hasta por debajo de los hombros, está se encontraba escribiendo apacible en un uno de los rincones oscuros de su hogar.
Luego estaba Liberty quien con 12 años no tenía un talento tan marcado como el de sus hermanas, no obstante era la más habilidosa de todas, siendo buena en los videojuegos, baile e incluso un poco de costura, canto y atletismo. Su característica más definitoria, sin embargo, era sin lugar a dudas su largo cabello blanco un poco esponjado que le llegaba hasta la cintura. Ahora se encontraba viendo la televisión en lo que aguardaba a que sus padres llegarán, llevando un largo vestido naranja de una pieza, por en cima portaba una chaqueta de mezclilla en la que poseía varios bolsillos, siempre preparada para cualquier ocasión. En uno de estos de hecho, cargaba su libreta especial, donde tenía anotada varias posibilidades de lo que podría ser aquella noticia.
En eso, un fuerte escándalo se hace presente interrumpiendo la paz de todas, eran las gemelas; Lola y Lana ambas pequeñas rubias de tan solo 10 años, estás eran como las dos caras de una moneda, polos opuestos los cuales tenían; a su lado, algo que las diferenciaba. No obstante sí había algo que compartían, las dos tenían la reputación de ser un verdadero tifón de problemas, discutiendo, peleando o gritándose por cualquier insignificante motivo eran un verdadero dolor de cabeza para las demás cuando estaban juntas, sabían que en el fondo no se odiaban, pero sí eran honestas con ellas mismas; algunas veces realmente lo dudaban.
En eso, un quejido inaudible para el resto se hizo presente mas no en la sala, sino en una de las habitaciones. Lisa, una joven científica de tan solo 9 años exhaló con desagrado mientras se sujetaba la cabeza revolviendo su corto cabello castaño oscuro más alborotado que el de su hermana Luna, luego se llevó las manos a las mejillas en lo que negaba con la cabeza en señal de desaprobación; el comportamiento que escuchaba desde el exterior de su área de estudio.
Por último, al costado de Liberty viendo la televisión junto a está, se hallaba la más pequeña de la familia, Lily, una dulce y tierna niña de tan solo 7 años, aún entusiasmada ante la gran noticia que les aguardaba, intentando adivinar de qué se podría tratar.
Durante la cena.
Toda la familia se encontraba reunida en la gran mesa del comedor, usualmente se debían dividir en dos, siendo las menores quienes comerían en la cocina, pero por ser una ocasión especial todos se hallaban un poco apretados en la mesa, aguardando a qué su madre hablase. Para fortuna de todas mientras comían su madre se puso de pie llamando la atención de todos.
— Chicas, cariño. Les tengo una fantástica e increíble noticia... — anunció para luego detenerse generando gran incertidumbre entre los presentes que no tardaron en intentar completar la oración.
— ¡¿Iremos al centro comercial?! — preguntó con gran emoción Leni empujando sus manos con anticipada alegría.
— Literalmente abríamos ido de día Leni, ahora está cerrado — le señaló lo obvio su hermana mayor.
— ¡Ya sé, iremos a un gran concierto! — habló colocándose de pie con emoción Luna mientras palmeaba la mesa y sonreía.
— ¡¿Nos inscribiremos en un gimnasio?! — entusiasta la deportista de la familia preguntó casi a la vez que lo hizo Luna.
— Espero que no — musitó Liberty a quien la sola idea no le agradaba en lo más mínimo, algo que apoyo Lily sentada a su lado asintiendo.
— No, no chicas. No sé trata nada de eso, verán, quizás ninguna lo recuerda, ni siquiera tú Lori, pero yo tengo una hermana menor — reveló la mujer quitándole el aliento a más de una, dejando a varias con la boca abierta. No obstante, Liberty en seguida inquisitiva se colocó su mano en su mentón.
— Ahora que recuerdo cuando mí amiga Jordan y yo fuimos a ver al abuelo, en su cuarto tenía una foto tuya y de alguien más de pequeñas, pero no pude verla bien — explicó Liberty.
— ¿En serio? Jamás me lo contaste — le habló haciendo un puchero la pequeña que se sentía traicionada.
— Lo siento Lily, en realidad no le tomé mucha importancia ya que estábamos investigando quién estaba saboteando las cosas del asilo — contestó encogiéndose de hombros.
— Sí, esa foto es de hecho de nosotras, verán. Hace mucho tiempo nosotras teníamos nuestras diferencias, pero aún así eramos muy unidas, sin embargo, todo cambio luego de una discusión... — hizo una pausa bajando la mirada, sus labios temblorosos y la humedad en su mirada abatida daban a entender lo que ocurrió.
Su esposo se puso de pie para tratar de consolarla y ella en respuesta lo abrazó unos segundos para así tomar fuerzas para continuar, cuando se giró de nuevo a sus hijas sonrió más esperanzada.
— Lo importante es; que ella me llamó tras mucho tiempo hoy en la mañana, hablamos mucho y... La invité a quedarse junto a su hijo durante las vacaciones — clamó con los ánimos renovados ante una audiencia que permaneció en silencio, su esposo forzó una sonrisa y le dió un en hora buena a su esposa, las hijas por otro lado tuvieron reacciones mixtas finalmente.
Unas aplaudieron, otras conmovidas le hacían ademanes de victoria, aprobación o felicidad, pero otras, se miraron preocupadas o incómodas ante la idea, sabiendo que esto sería un tema a discutir.
— Ahm... Mamá, ¿Cuándo llegarán? — preguntó Lori.
— Oh, originalmente vendrían el Viernes, cuando ustedes salen de vacaciones también, pero en la tarde se comunicó conmigo y me dijo que llegarán el Domingo en la mañana — habló aún muy contenta Rita que volvió a sentarse y continuó disfrutando de la cena.
Luego de cenar.
En la habitación de Lori se celebraba una nueva junta de hermanas con un importante tema a discutir, la inesperada llegada de estos nuevos familiares y sobre todo; de un chico a la casa.
Golpeando con uno de sus tacones la mayor de las Loud pide orden, una vez todas guardaron silencio está en un podio improvisado habló.
— Muy bien. Estando todas aquí por la noticia que mamá nos dió y la pregunta es clara, ¿Qué haremos al respecto? —
— ¡Uh, ya sé! Qué tal... ¡Una fiesta de bienvenida! — tomando la iniciativa mientras levantaba la mano sugirió la segunda mayor de la familia, su sonrisa brillante contrastaba con la mirada seria o preocupada del resto.
— Leni, literalmente esto es en serio —
— Alto hermana, Leni tiene razón, son familia y una fiesta sería buena forma de darles una bienvenida — expresó Luna con calma ya que sí bien no estaba del todo contenta, tampoco podía decir que estaba muy preocupada al respecto.
— Bien. ¿Todas a favor de la fiesta? — cedió a ponerlo en votación aunque su cara de disgusto denotaba que no le hacía mucha ilusión.
De manera unánime se aceptó la idea.
— Bien, pero ahora debemos hablar sobre el chico — aclaró la joven rubia sin rodeos.
— ¿Eso qué importa? — preguntó sin entender Liberty quien no veía el problema.
— Sí, yo creo que es genial, ¡Siempre quise un hermano! — acompañó con entusiasmo Lily aplaudiendo muy emocionada.
— Es que podría ser... Ya sabes, cómo un mono buscando bananas o en su caso duraznos jajajajaja¿Entienden? —
— ¡Luan, no es el momento! — le reclamó Lori.
— Lo siento, es que estoy algo nerviosa, es un chico y usualmente solo estamos nosotras en casa, sería como tener un perro en una habitación con filetes... Y un hueso jajajajaja —
— ¡Luan! —
— Lo siento — se disculpó sobándose el codo apenada.
— ¿No creen qué exageran? No creo que sea tan pervertido además, ni siquiera lo conocemos — trató de defender Liberty.
— No me importa su actitud frente a ustedes, pero sí no sabe de modales frente a mí garantizo que saldrá rápidamente de aquí — advirtió Lola.
— No es solo que pueda o no ser pervertido, también es cosa de higiene, los chicos son siempre más sucios y cerdos para comer — explicó Luna.
— Más sucio que Lana lo dudo y, ¿Has visto comer a Lynn? — refutó Liberty ante sus argumentos, dejando a su hermana en silencio.
— Iagh. Espero que no sea sucio, con Lana es más que suficiente y más le vale no hacer desastres en el baño, he oído que los baños de los niños son verdaderas junglas nauseabundas — expresó con asco Lola ante la sola idea de que el baño fuese contaminado.
— Bueno, no podemos garantizar nada hasta verlo nosotras mismas — comentó Liberty no queriendo pensar mal de una persona la cual no conocía.
— ¡Sí! Además puede que resulte ser alguien genial — agregó Lily quien no perdía el entusiasmo de conocer a alguien a quien quizás podría llamar "hermano mayor".
— Las probabilidades de que sea una persona decente son de un cuarenta y dos porciento, no obstante también es un treinta y ocho porciento posible que sea alguien que posea cualidades reprobables, antipáticas, molestas, deplorables o estresantes... —
— Por favor, en qué te basas para decir eso Lisa — habló Liberty con reproche, pero su hermana le miró con indiferencia cómo sí le dijera "¿En serio es necesario que responda?" Una indirecta la cual captó.
— Bueno sí, pero dudo que sea alguien malo... O al menos que quiera lastimar nos, después de todo es de la familia — añado intentando sonreír.
— Tú positivismo nubla tú buen juicio hermana — respondió con simpleza la científica en lo que se acomodaba sus anteojos.
— Podría ser un papanatas o un patán, ¡Sería una papa! Jajajajaja —
— ¡Luan! —
— Lo siento —
— Agh. Cómo sea, hay que vigilar lo para que no haga nada raro, ¿Entendido? — aclaró Lori en tono molesto por el comportamiento de su hermana comediante.
— No es necesaria tú preocupación, garantizo el funcionamiento total de mis camaras de vigilancia... —
— Creí que acordamos que las quitarías —
— ... Que, eventualmente, volveré a instalar ya que las había removido según lo acordado — sonrió de forma extraña un poco nerviosa al darse cuenta de que casi se delata.
— No importa lo que intente, le dejaré en claro que no puede meterse con nosotras desde el inicio — aseguró rebosante de confianza la joven deportista haciendo sonar sus nudillos.
— Bien, entonces tanto Lisa como Lynn se harán cargo de cualquier conducta sospechosa o sí intenta lastimar a alguna — dando golpes con su tacón dió por finalizada la reunión, haciendo que todas volviesen a sus habitaciones para dormir. Algunas aún no veían nada de malo en la llegada su tía y el hijo de está, pero otras aún se sentían algo inseguras de los cambios que vendrían.
Pero no eran las únicas que sentían ansiedad, desconfianza o temor ya que en su propia habitación, Lincoln observaba el techo con los brazos detrás de la cabeza, preguntándose como será la familia de la hermana de su madre, no estaba seguro que esto fuera una buena idea, por lo que la tía Ruth le había comentado eran varias hermanas y un poco escandalosas, eso le preocupaba. Finalmente tras media hora mirando a la nada se dió media vuelta e intentó dormir un poco.
A la mañana siguiente en la casa Loud.
Las chicas hacían su rutina de cada mañana, gritarse, molestarse y quejarse en la fila del baño.
— ¡Luna! No te parece muy temprano, ¡¿Para estar metiendo tanto ruido?! — se quejó Lola con furia.
— Agh. No puede ser peor que escuchar tus gritos — topando sé los oídos se quejó Lana.
— Como sí tener que soportar tus olores o tú mugre fuera mejor — contrarrestó la rubio haciendo enfadar a Lana.
— Al menos mis olores son más naturales y geniales que esas colonias caras que usas, ¡Apestan! —
— ¡Se llaman perfumes cerda inculta! —
— ¡Mejor que ser una perfumadita rosa, tú si pareces cerda vestida así! —
— ¡Aaaaah! ¡¿Cómo te atreves olorosa inmunda?! —
— ¿Algún problema Princesa Oing Oing? —
Las dos comenzaron a pelear en medio del pasillo saliéndose de la fila, cosa que fue aprovechada de inmediato por Lynn que se ganó detrás de Luna, pero al menos en que sonrió victoriosa fue sujetada por Lola.
— ¿A dónde crees qué vas? ¡Ese es mí lugar! —
— ¡Sí! ¡Y yo voy detrás! — agregó Lana antes que su gemela jalara a Lynn, uniendo la a la pelea.
— Creo que se completó la trinidad de perro gato y ratón jajajaja ¿Entienden? — chiste que fue seguido por un mordaz silencio.
— Alguien debe detenerlas — pidió preocupada Liberty.
"¡Yo no!"
Dijeron las demás al unisono.
— Rayos — apretando los puños se quejó Liberty antes de ir a separarlas, afortunadamente para ella no fue necesario, ya que justo cuando iba a pedirle que parasen, la puerta del baño se abrió dejando ver a una contenta y relajada Leni en vata dirigirse a su cuarto, inmediatamente después Luan entró y, al instante en que lo hizo todas volvieron al baño dejándola ahora a ella al último.
Suspirando desanimada se resigna a colocarse detrás de Lana quien quedó detrás de Lola y Lynn.
— No puedo creer que quedé de última de nuevo —
— Suspiro, en verdad... —
Al momento de escucharse hablar, todas a la par gritaron dando un pequeño salto del susto que sintieron al oír a Lucy.
— ¿Lucy? ¿Cuándo te levantaste? — preguntó Lana sujetándose el pecho aún agitada.
— ... Llevo aquí el mismo tiempo que ustedes, pero quedé última luego que todas corrieran de vuelta a la fila — explicó la joven gótica cabizbaja.
— ¿Sí? Pues mala suerte perdedora, conoces las reglas, sí hay una pelea cuando esa puerta se abre la fila será el orden en el que estemos — habló Lynn cuando inmediatamente Lola gritó.
— ¡Demonios Lucy casi me matas del susto! Sí me sale una sola arruga, ¡Será tú culpa, ¿Queda claro?! — gritó eufórica Lola, verdaderamente molesta.
— Cielos my sis, no deberías asustar, no está bien — habló Luna calmando sé un poco.
— Ah~... Ah~... casi me da un infarto, bueno lamento que no te notaramos antes — se disculpó un poco apenada Liberty a lo que su hermana mayor solo asintió sin decir una sola palabra.
Tras ocupar todas el baño las chicas se fueron a sus respectivas escuelas primaria, secundaria y preparatoria, no obstante Lisa fue a la secundaria debido a que ella decidió adelantar todos los grados que fueran posibles, lamentablemente para ella solo pudo saltarse lo siguiente para quedar a la par de sus hermanas Lynn y Lucy con quienes para su pesar, compartía ahula.
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Espero les haya gustado esté prólogo.
La historia está inspirada tanto en:
"El primo Lincoln?" De @JuanCarlos1166
"Deseos, pasión y amor" De @DarkGabo
Algo importante que quiero destacar es que fuera de Lincoln y obviamente su madre no abra otros personajes cuyas imágenes sean estilo anime (con tal vez dos excepciones a futuro) al menos por parte de sus futuras parejas, ya otros personajes puede pasar.
Otra cosa es que el arte, al menos de los personajes será mayormente del artista Javisuzumiya, abra también de otros artistas, pero destacó esté porque bueno, es del que más me acuerdo su nombre básicamente. Mí intensión no es ni jamás será acreditar me dibujos o imágenes que no me pertenecen, solo utilizo las que encuentro y creo quedan bien para ayudar a ilustrar apariencias, escenarios, etc.
También quiero destacar que abra personajes de otras series, sus historias, familia o vidas serán naturalmente cambiadas para adaptarse a está historia por lo que sí bien podrían conservar rasgos similares a los originales, las historias o parte de su personalidad puede haber cambiado.
Cómo especifique en la sinopsis esté será un harem masivo, y cuando digo masivo es que maldita sea sí fueron muchas más de las que pensé que serían xd por lo que sí no estás de acuerdo o no te gusta este tipo de relaciones advertido estás, pido respeto para quienes sí disfrutan, respetan o les da igual esté tipo de relaciones. Esto es ficción está hecho con el afán de entretener.
Ahora sí, sin más nada que decir me despido. Un gran saludo a todos y nos vemos pronto.
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